Con la presentación del Ballet des Etoiles, encabezada por la primera bailarina del Teatro Colón Karina Olmedo, se inicia una seguidilla de tres espectáculos de la más alta jerarquía internacional en el Teatro Oficial “Juan de Vera”. El programa, informaron desde Cultura a Corrientes al Día, está conformado por obras clásicas del romanticismo como “La Sílphide”, “Pas de Quatre”, “Paquita” y “El Corsario”. También lo integran obras de inspiración española como “Carmen”, que sigue la línea argumental de la famosa opera de Bizet y otras obras neoclásicas contemporáneas, como ser ”Fados”, “Promesa Rota”, y “Piazoliando”, estas dos últimas coreografías especialmente creadas por Liliana Belfiore para reasaltar el talento de la compañía y especialmente el de su bailarina estrella Karina Olmedo.

Los amantes del ballet de repertorio verán redivivas a las heroínas más famosas de la historia de la danza, re-encarnadas como Fanny Cerrito, Carlota Grissi, Lucille Ghram y la “divina” María Taglioni que usó por primera vez las zapatillas de puntas. Esta fuerte apuesta que propone la dirección general del teatro prosigue con Iñaki Urlezaga, solista del Royal London Ballet, y su compañía, el martes 17 de agosto y concluye el sábado 11 de septiembre con la presentación los primeros bailarines y solistas del Teatro Colón. Las tres propuestas, que sin repetirse, apuntan a lo más selecto del repertorio clásico universal y contemporáneo serán mostradas sin solución de continuidad por los mejores bailarines argentinos del momento. COREÓGRAFOS Y BAILARINAS Es importante para los amantes del ballet conocer quienes fueron los coreógrafos, y las celebres bailarinas, que bailaron por primera vez las obras románticas y clásicas a presentar, son relevantes referentes y las obras parte importante del programa de ballet que la compañía realizará. La Sílfide fue bailada por primera vez en París en 1832, inaugurando la era romántica en el ballet. MARIA TAGLIONI, (1804-1884), bailarina sueca de origen italiano, su interprete. Ella fue la figura más importante de su tiempo, su actuación en este ballet dio renombre a su estilo que se estableció como el prototipo del estilo delicado y etéreo del antiguo ballet romántico, fue denominada por sus admiradores la bailarina cristiana. Nació en Estocolmo, estudió con su padre, el coreógrafo italiano Filippo Taglioni y debutó en Viena en 1822. Su padre creó para ella, “La Sílfide” el primer ballet romántico por su tema , en este ballet bailo en puntas de pie, convirtiéndose en una de las primeras mujeres que bailaron en pointe. En esa presentación se introdujo también, el tutú romántico y el corpiño ajustado que se convirtió en el vestido clásico femenino del ballet del siglo XIX. Su rival fue FANNY ELSSLER, (1810-1884), llamada la bailarina pagana, de nacionalidad austriaca fue una de las más renombradas en la historia del ballet. Nació en Viena (Austria), hija de un copista y ayuda de cámara del compositor austriaco Joseph Haydn. Con ocasión de su debut en el Hoftheater de Viena en 1822 se encontró con Maria Taglioni, a quien la crítica la contraponía, fueron rivales en la preferencia del público de ballet. Durante toda su carrera las dos bailarinas provocaron acaloradas discusiones entre los críticos; Taglioni fue conocida como fría, etérea, como una sílfide, y Elssler como una mujer voluptuosa y terrenal. Elssler se destacó por su estilo de danza fogosa que en muchas ocasiones remedaba la danza española, ella debutó en la Ópera de París en 1836 bailando el papel principal en ese estilo El diablo rojo de Jean Coralli que procuró a Elssler una inmensa celebridad. En 1840 embarcó hacia Estados Unidos para una gira de tres meses que duró dos años. Allí fue enormemente aclamada y llegó a actuar ante el presidente de Estados Unidos. Su contrato con la Ópera de París finalizó a consecuencia de la prolongada estancia en este país, pero continuó bailando por toda Europa hasta su retirada en 1851. Quizás Elssler sea más conocida por sus representaciones de danzas húngaras, polacas y españolas, especialmente de la cachucha, danza española ejecutada con gran acierto, y que identificó el temperamento exuberante de la bailarina a lo largo de su carrera. AUGUST BOURNONVILLE, (1805-1879), Es el coreógrafo danés de ballet cuyo trabajo aun hoy permanece como un importante nexo de unión con las tradiciones más antiguas. Descendiente artístico del célebre coreógrafo francés Jean Georges Noverre, Bournonville nació en Copenhague, Dinamarca. Estudió con el coreógrafo italiano Vincenzo Galeoti en el Ballet Real Danés de Conpenhague, y en París con el aclamado bailarín francés Auguste Vestris. Bournonville bailó desde 1820 hasta 1828 con la famosa bailarina Maria Taglioni y con el Ballet de la Ópera de París. Desde 1830 hasta 1877 fue coreógrafo del Ballet Real Danés para el cual creó más de 50 ballets. Admirados por su exuberancia, ligereza y belleza, destacan Nápoles o El pescador y su esposa (1842), La kermesse de Brujas (1851), Los guardias del Rey en Amager (1871). Bournonville se resistió en sus trabajos a los excesos de los ballets del romanticismo. Es famoso por su coreografía igualitaria, que daba la misma importancia a los papeles masculinos y femeninos en un momento en que el ballet europeo realzaba a la bailarina. Muchos de sus contemporáneos exploraron los extremos de la emoción humana, mientras que Bournonville, gracias a la utilización en sus coreografías de un espléndido trabajo con el cuerpo, especialmente con los pies, y una gran fluidez de frases, reflejó en sus obras una naturaleza humana más equilibrada. Por ello Dinamarca mantuvo los patrones del ballet romántico. Gracias al esfuerzo de August Bournonville, que no sólo estableció un sistema de preparación, sino que creó un amplio cuerpo de obras, incluida su propia versión “La Sylpide” (1836).que es el ballet mas antiguo que perdura esta y muchos de sus ballets se representan todavía no solo por la compañía par la cual las creara el Real Ballet de Dinamarca, sino en todo el mundo. El coreógrafo Marius Petipa, (1818-1910), fue un excelente bailarín y se convirtió en le mas famoso coreógrafo de toodos los tiempos, De origen francés, sus trabajos representan la culminación del ballet clásico. Nació en Marsella, hermano de otro brillante bailarín, Lucien Petipa, e hijo del bailarín y coreógrafo francés Jean Petipa, con quien estudió. Al inicio de su carrera fue primer bailarín en París y Burdeos, realizó giras por Estados Unidos con su padre, bailó y realizó coreografías en Madrid (donde aprendió danza española) y actuó frecuentemente con la bailarina austriaca Fanny Elssler. En 1847 viajó a San Petersburgo como primer bailarín del ballet del Teatro Imperial. Allí estrenó su primera coreografía en 1855. En 1862, después del éxito de su ballet La hija del faraón, se le nombró primer maestro de ballet del Teatro Imperial, durante los muchos años que permaneció en el cargo realizó una enorme obra, creó más de 50 grandes ballets entre la que se cuenta ”El Corsario”. Petipa, a través de su disciplina y de su coreografía, fue el creador más importante de la escuela rusa de ballet. Subordinando la música, el decorado y el argumento a la coreografía, colaboró muy de cerca con compositores, libretistas y diseñadores. Junto al compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski, en 1892, planeó al detalle la producción de El cascanueces. Cuando Petipa enfermó, la coreografía fue completada por su asistente, el coreógrafo ruso Lev Ivanov. Otros trabajos de Petipa incluyen Don Quijote (1869), La bayadera (1877), Raymonda (1898) y con música de Chaikovski, La bella durmiente (1890) y El lago de los cisnes (1877; revisada en 1895, con la creación del II y IV acto por Ivanov). Se retira en 1903, dejando una herencia riquísima y un espacio vació que nadie puso ocupar. Murió en Gurzuf, Crimea. Gracias al incansable trabajo de Marius Petipa Rusia mantuvo la tradición del ballet francés que es ese país logro su cumbre a finales del siglo XIX. Fue el quien perfeccionó el ballet con argumento largo y completo que combinaba series de danza con escenas de mimo, “El Corsario” con musica de Leo Delibes, Ricardo Drigo, Leòn Minkus, es un exponente de este estilo. Otros ballets importantes ballets de su creación son, “La bella durmiente” (1890), “El lago de los cisnes” y “Cascanueces”, los tres en colaboración con el maestro y coreografo ruso Liev Ivanov, sobre música de Piotr Ilich Chaikovski.