Con motivo de celebrarse el Día Mundial del Agua este 22 de marzo, desde el Instituto Provincial de Agua, informaron a Corrientes al Día, sobre los trabajos que se están llevando a cabo a nivel provincial para lograr el Desarrollo Sustentable, que se refiere a la posibilidad de mantener un equilibrio entre factores que implican un cierto nivel de desarrollo del ser humano, nivel que es siempre transitorio, en evolución y, al menos en teoría, debería ser siempre conducente a mejorar la calidad de vida de los seres humanos.

Desarrollo Sustentable es la resultante de un conjunto de decisiones y procesos que deben llevar a cabo generaciones de seres humanos, dentro de condiciones siempre cambiantes, con información usualmente insuficiente, sujetas incertidumbre y con metas poco compartidas por una sociedad y personas en general no muy solidarias. Sólo si el desarrollo sustentable se mantiene en el tiempo se alcanza la sostenibilidad. Las dificultades para resolver los problemas no son técnicas si no de relaciones, es decir tienen que ver con la gobernabilidad y articulación que debe existir entre los múltiples actores que intervienen en la gestión del agua de la cuenca. Por ello el primer paso es identificar los actores. Ellos tienen la decisión en sus manos. Basta con que comiencen a hacer un trabajo concertado y adoptar un modelo de gestión aplicable a las condiciones de la cuenca. La mejor forma de lograr un desarrollo sostenible y sustentable así como el manejo del medio ambiente es comenzar por manejar el agua. La falta de participación en general es una limitación a la buena gestión del agua. Se plantea para la aplicación de cualquier tipo de instrumento una adecuada organización institucional la cual consideran como esencial para llevar a cabo una gestión integrada del agua. En la Provincia de Corrientes, dos tercios de su territorio se ven afectados por problemas hídricos, donde la fluctuación de las condiciones de anegabilidad-sequías parecen ser el común denominador que determina una fuerte incidencia en los sistemas de producción. NUEVO CÓDIGO DE AGUAS DE LA PROVINCIA La sanción de los Decretos Leyes Nº 191/01 y 212/01, -nuevo Código de Aguas de la Provincia de Corrientes y creación del Instituto Correntino del Agua y del Ambiente (ICAA)-, ha contribuido a ordenar normativa e institucionalmente la cuestión de las aguas y la gestión del ambiente, respondiendo a la tendencia mundial de articular la gestión conjunta de los recursos vitales para la humanidad. El nuevo Código de Aguas ha venido a suplir las disposiciones de una antigua Ley (Nº 3066/72), que se aplicara prácticamente desde el año 1995 hasta la sanción de la norma que la reemplaza (Decreto Ley Nº 191/01), norma que por su parte, distaba de ser la herramienta necesaria para gestionar en materia de recursos hídricos, principalmente en las cuestiones que hacen a la asignación de derechos de aguas y resolución de conflictos entre los usuarios del recurso. La nueva legislación, se adecua a los requerimientos en materia de gestión, administración y utilización racional de los recursos hídricos de jurisdicción provincial, y prevé los mecanismos necesarios para articular respuestas a los actuales y potenciales usuarios de las aguas públicas. En ese sentido, el principio fundamental que persigue el nuevo código es que “el agua es un bien del dominio público”, y como tal es inajenable, por lo que los derechos que puedan adquirir los particulares sobre la misma, si bien están protegidos por la Constitución Nacional, se refieren exclusivamente al uso del agua con fines de utilidad pública. El rol de los destinatarios de las obras hidráulicas, – tanto para saneamiento como para irrigación-, será de vital importancia para impulsar la gestión integrada de los recursos, -y en ese sentido-, la participación de los usuarios a través de las Comisiones de Manejos Integrales de Cuencas (CMICH), adquiere un rol un relevante en materia de cogestión con la autoridad del agua y del ambiente. COMISIONES DE CUENCAS Un enfoque integral a través de un manejo integrado de cuencas, no significa que todos los problemas han de ser resueltos al mismo tiempo, sino que se prefiere un enfoque mediante el cual los proyectos individuales son confrontados con un marco hidro-económico-social y ambiental, actuando como un sistema, en el cual se otorga la debida consideración a las demandas de todos los usos benéficos del agua sobre una fuente dada, incluyendo los usos ecológicos. El principal objetivo que debemos tener en cuenta es velar por la calidad del recurso desde el punto de vista ambiental y por su protección, de manera que se garantice su suministro en la calidad y cantidades acordes con las demandas presentes y futuras para sus diferentes usos alternativos. La mitigación de los efectos indeseables producidos por las inundaciones, o el drenaje de terrenos con fines agrícolas o de saneamiento de zonas anegadizas, es uno de los aspectos a tener en cuenta para la mejora ambiental en el manejo de cuencas, mediante la planificación hidroambiental en cuencas. Las políticas de agua son uno de los elementos esenciales de las políticas ambientales. Cada vez se torna más consciente de la imposibilidad de separar las cuestiones relativas al desarrollo económico, de las cuestiones relativas al medio ambiente. Muchas formas de desarrollo desgastan los recursos ambientales los cuales deben fundamentar, y el deterioro del medio ambiente puede perjudicar el desarrollo económico. Medio ambiente y desarrollo no constituyen desafíos separados; están inevitablemente interligados, forman parte de un sistema complejo de causa y efecto. La protección del medio ambiente es inherente al concepto de desarrollo sustentable, en la medida que busca más las causas que los síntomas de los problemas del medio ambiente. El desarrollo sustentable, como mínimo, no debe poner en riesgo los sistemas naturales que sustentan la vida en la Tierra: la atmósfera, las aguas, los suelos y los seres vivos. Para que haya un desarrollo sustentable es preciso minimizar los impactos adversos sobre la calidad del aire, del agua y de otros elementos naturales, a fin de mantener la integridad global de los ecosistemas. Probablemente el agua sea el único recurso natural que atañe a todos los aspectos de la civilización, desde el desarrollo agrícola e industrial hasta los valores culturales y religiosos arraigados en la sociedad. La vida en el planeta comenzó con el agua y ese nexo entre la vida y el agua sigue intacto. De hecho, a lo largo de la historia de la humanidad la necesidad y la demanda de agua han sido un motor del desarrollo social, económico y cultural. No es exagerado afirmar que si hay una crisis del agua también habrá una crisis del desarrollo. El aprovechamiento de nuestros recursos hídricos debe realizarse armonizando los valores “social”, “económico” y “ambiental” que nuestra sociedad le adjudica al agua. Se reconoce que ésta no es una tarea sencilla, dado que como a menudo ocurre, las acciones que estos tres valores promueven al ser considerados aisladamente, pueden resultar antagónicas o excluyentes entre sí. Se es consciente que a través de las Comisiones de Cuenca (CMICH), en forma conjunta con el Estado, se logrará solucionar los conflictos provocado por el manejo del agua. La única forma de lograr utilizar el agua en beneficio de toda la sociedad, sólo será posible a través de la participación ciudadana en la toma de decisiones. El manejo de cuencas constituye una oportunidad para la elaboración de estudios que constituyan una sólida base técnica para la toma de decisiones y coadyuven el éxito de las gestiones de financiamiento que requieren los proyectos de desarrollo sustentable de los productores.