Signos Literarios
¿Entonces la poesía sigue siendo un arma cargada de futuro?
MANUEL RIVAS ESCRITOR
“Si la poesía cotizara en bolsa, nadie compraría una acción”. “El escritor es lo que escribe y mientras escribe”. El autor gallego insiste en la necesidad de luchar contra la trivialización del lenguaje y la corrosión de las palabras.
J. OLANO J. O./PALENCIA Con sus libros ha conseguido los más prestigiosos premios de la Crítica. ‘Los libros arden mal’ (2006), ‘Ella, maldita alma’ (1999), ‘El lápiz del carpintero’ (1998), ‘¿Qué me quieres amor?’ (1996) son las últimas novelas de Manuel Rivas (A Coruña, 1957), que ejerce de gallego, pero sobre todo de libre pensador y de ecologista. Rivas, autor también del relato ‘La lengua de las mariposas’, inauguró ayer las IX Jornadas de Poesía. -¿La poesía es ajena a la realidad? -No, posiblemente es lo contrario. La poesía se mide en profundidad o quizá de elevación, no en las medidas convencionales del sistema métrico. La poesía viaja al centro, al núcleo de la realidad, a la célula madre. Pero no lo que entendemos convencionalmente por realidad, que se asocia a la actualidad. Eso es una pátina muy pegajosa de la realidad, pero que no hay que asociar con lo que está pasando. A veces nos olvidamos de que la poesía no es solo una construcción estética, sino que transmite información básica, esencial. A lo largo de la historia, la poesía y la literatura ofrecen una información de generación en generación que es difícil transmitir por otros medios. Por ejemplo, el poema ‘Nueva York. Oficina y denuncia’ de García Lorca, nos habla de todo lo que está pasando hoy. -¿Entonces la poesía sigue siendo un arma cargada de futuro? -Existe la idea de que su repercusión es mínima. En los tiempos que vivimos, el humanismo está acogotado frente a la cotización bursátil. Si la poesía cotizara en bolsa, nadie compraría una acción. Pero lo que hay que pensar es que el efecto de la poesía es similar a la piedra que cae en el estanque, quizá muy pocas personas lean poesía, pero la labor que hace es ser custodio del sentido de las palabras. Y eso, como esas ondas expansivas, es decisivo para luchar contra la trivialización del lenguaje, contra la corrosión ecológica que sufren las palabras. -Además del compromiso de escribir es conocida su apuesta social y ecologista, como el reciente manifiesto suscrito por un centenar de intelectuales contra la crispación y por la convivencia. ¿Vivimos crispados o no tanto como los político?. Aunque yo lo firmé, la verdad es que hacer un manifiesto por la crispación resulta un poco Surrealista, pero refleja lo disparatado de la situación. Como ciudadano, lo que más me molesta es el tiempo que nos hacen perder. La política debería servir para ir arreglando los problemas y no para crear más nudos. La gente necesita un depósito de esperanza para funcionar en la vida, pero esto produce un envenenamiento de ese depósito. El mundo debe estar preguntándose por lo que va a pasar con el agua, los bosques, con el Ártico y la Antártida, con las especies amenazadas, con la naturaleza salvaje… Y sin embargo estamos pendientes de qué mosca le ha picado a Acebes. Es un poco triste, creo que los seres humanos no hemos venido al mundo para esto. -En el manifiesto se subrayaba que el PP lo está haciendo mal en la oposición, ¿y el PSOE en el Gobierno? -No me interesa la política como sigla. No pertenezco a ningún partido, me considero un libre pensador y ecologista. Pero creo que desde las elecciones del 2004 hemos visto una actitud poco responsable por parte de la oposición. Había un pacto antiterrorista en el que se acordó no utilizar el terrorismo como arma política y es lo único que se usa en el debate. Me preocupa mucho que desde el atentado del 11-M, el mayor en Europa, cometido por fundamentalistas islámicos, haya habido gente que por interés político prefería que fueran otros los autores. Y eso es una grave irresponsabilidad que roza lo delictivo. -¿La literatura es una fórmula adecuada para lograr la convivencia? -La literatura no tiene la función de orientar, ya ha habido demasiado orientación doctrinaria desde la religión y la política. Tampoco se puede escribir literatura al dictado de un partido, una ideología o de una dirección general de turismo. Como decían los místicos, la literatura tiene que adentrarse en la espesura, en las zonas de penumbra y modestamente intentar aportar alguna luz o por lo menos preguntas significativas. Veo más a la literatura para abrir diligencias, para interpelar sobre las zonas oscuras del ser humano y de la sociedad en la que vivimos. -Que sea más que un entretenimiento, que también enseñe… -Más que enseñar, podríamos hablar de transmitir conocimientos. La literatura parece que se quiere situar en el campo del entretenimiento, como estableciendo un falso divorcio con el conocimiento. El entretenimiento se identifica con lo superficial, pero también hay que preguntarse por el significado de las palabras. En una novela se condensan muchas experiencias, la literatura no está separada de la ciencia o de otras disciplinas. Solo la noche es el paraíso: duermen los hombres/ los sueños abren las ventanas y se lamen las heridas en las playas y en las orillas de los ríos./ Los sueños cantan con la garganta helada. Como esclavos, hacen sonar los tambores. Son algunos de los versos de Manuel Rivas, que inauguró en la Fundación Caneja las IX Jornadas de Poesía Ciudad de Palencia, que hoy contarán con Diego Jesús Jiménez y mañana con Bernardo Atxaga. Preguntado por la posibilidad de que un popular autor pueda tapar la obra, Manuel Rivas contestó ayer que «nada más abrir la boca queda conjurado. El escritor es lo que escribe y es escritor mientras escribe. Lo otro queda siempre en un plano secundario. El personaje puede en algún momento determinado llamar más la atención que la obra, pero eso no dura nada, no tiene ninguna importancia».
En honor a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre Argentina y Japón el 3 de Febrero de 1898, se lanzará el jueves próximo desde el Jardín Japonés (Buenos Aires) el primer concurso internacional de Poesía Japonesa “Tierra de Haikus”. La iniciativa es impulsada por la Fundación E Jendú Arte y Cultura, Imagen Diplomática, la Fundación “Andresito de las Misiones” y el Observatorio Social por la Paz y cuenta con el auspicio de la Embajada Japonesa en Argentina.
Las organizaciones que impulsan el certamen desarrollan sus actividades con miras a la reafirmación y expansión en todo el mundo de la Cultura de paz, con especial atención a la filosofía y los objetivos de Naciones Unidas, representados en sus distintos estamentos y agencias, como así también en sus diversos Programas, Fondos y Organismos, que tienen por principal causa el derecho de todos los pueblos del universo a la paz duradera y definitiva.
Este Primer Concurso Internacional tiene como objetivo principal la exaltación de la poesía en general y de la poesía japonesa en particular; al mismo tiempo que busca reafirmar el espíritu de confraternidad y amistad entre el Japón y la Argentina, en Honor y Homenaje a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre ambos países el 3 de Febrero de 1898
Vale señalar que el milenario Haiku, es una composición poética japonesa que consta consecutivamente de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas (diecisiete en total).
Signos Literarios
Otra publicación en revista internacional para teórico correntino
FRANCISCO TOMÁS GONZÁLEZ CABAÑAS
La propuesta de reforma democrática, “El voto anticipado” del autor Francisco Tomás González Cabañas fue publicada por la prestigiosa Revista española de la transparencia, ISSN-e 2444-2607, Nº. 6, del año 2018, en las págs. 102-104. Para el creador del índice democrático, herramienta que mide las prácticas democráticas en los distintos poderes de los distritos auditados, se trata de la publicación número quince por parte de revistas internacionales que imponen estándares de exigencia y de calidad para publicar desarrollos teóricos, que como en otras elaboraciones de González Cabañas (voto compensatorio, gabinete ciudadano, cámara de dipunadores) sostienen novedosos criterios o categorías para remozar la democracia como la experiencia que puede, o debe, seguir siendo mejorada para representar, palmariamente, el gobierno del pueblo o de los ciudadanos.
“Al establecer la posibilidad de un voto anticipado, se conseguirían modificaciones sustanciales, giros copernicanos en la política cotidiana, que al constituirse en concomitantes, complementarias o en paralelo, con el voto o sufragio clásico y tradicional, de ningún modo significara una ruptura conflictiva, una instancia revolucionaria traumática, sino simple y llanamente la consolidación de la democracia misma, resignificando, desde lo electoral su definición histórica como etimológica.
El voto anticipado, permitirá que el ciudadano, en los tiempos actuales en donde considera un valor positivo el compartir sus gustos, preferencias y elecciones, ante sus semejantes, por intermedio de plataformas virtuales o de redes, haga lo propio con su preferencia electoral o política. El voto o sufragio clásico, que en varias aldeas occidentales, sigue amparado por ley, para que se lo respete en su condición secreta, fungió con utilidad hace décadas atrás, cuando las realidades sociales y existenciales no habían sido gravitadas por la explosión del mundo digital y de la cada vez más influyente inteligencia artificial. Sería más que una falta de tino el señalar, como se vio modificada la vida diaria del occidental promedio, de dos décadas a esta parte, más bien, es incomprensible como aún no se haya generado, hasta esta oportunidad, la posibilidad para que el ciudadano moderno, pueda hacer visible, pueda exteriorizar sus elecciones políticas, y en el caso de que lo decida que lo comparte y difunda, tal como lo hace con todos los otros (al menos tiene tal posibilidad) aspectos de su vida que no solo son considerados públicos, sino también áreas o zonas privadas”.
Estos párrafos que hacen mención al desarrollo teórico de Francisco Tomás González Cabañas, publicados por la revista internacional de marras, evidencian el grado de audacia teórica, de arriesgada creatividad, sostenidas en giros arguméntales y en razonamientos acendrados en la historia del pensamiento que lo preceden al correntino, construyendo para sus consideraciones y categorías un sendero en donde seguramente tantos más que vengan con él o detrás suyo, erigirán bajo estos pilares una nueva consideración de lo político como de lo democrático.
El texto “Crónicas de Bosque” de Francisco Tomás González Cabañas, fue publicado en la Revista editada en el Perú “Dúnamis”, en su número 8 del año 9, correspondiente a Septiembre del año en curso.
Con la presente el autor suma 8 publicaciones en revistas internacionales (la mayoría de ellas especializadas en filosofía) en menos de un año, como dos libros de filosofía política publicados, uno de ellos (El Voto Compensatorio) editado en Alemania, y la aceptación a más de una veintena de diferentes congresos internacionales de diversas ponencias oportunamente enviadas y aceptadas.
Crónicas de Bosque, es un relato ficcional, que vislumbra una crítica social que encierran al autor en sinuosos laberintos de persecución e indiferencia por parte de quienes pretenden una sociedad sesgada, en donde las decisiones son tomadas por facciones con poder circunstancial y por tanto el ejercicio ciudadano y la vida democrática, pasan también a ser literatura o filosofía ficcional.
CRÓNICAS DE BOSQUE
Se estima que tiempo antes de la existencia de los guaraníes nuestras tierras fueron habitadas por una civilización que ha dejado muy pocos rastros de su existencia. Alcanzando el grado de mito, como la célebre Atlantis, daremos cuenta, de la información que contamos acerca de la cultura que podríamos dar en llamar como de los “Gentereí”.
En un tiempo no precisado de la historia, en lo que actualmente se conoce como el litoral argentino, una cultura de peculiares características, tuvo su apogeo y extinción, bajo sinuosidades sociales y políticas, que en la actualidad nos pueden parecer, casi familiares y cotidianas, por lo que no es demasiado arriesgado suponer, que pese a los siglos transcurridos y por más que las evidencias materiales no sean contundentes, tenemos una carga genética o arrastramos signos de quiénes serían nuestros antepasados directos; los Gentereí.