Opinión
Entre el golpismo, el gatopardismo y el proyecto nacional
JUAN GABRIEL LABAKÉ
– A medida que el presidente Kirchner comete los gruesos errores políticos y humanos a que nos tiene acostumbrados, aumenta el tenor y el número de nuestras críticas, así como las de otros opositores que nada tienen que ver con nosotros. En efecto, cuando a Kirchner lo critican los voceros políticos, periodísticos, económicos y de toda laya del Imperio (la “derecha” económica, digamos), el agravio central que expresan es que no sigue a pie juntillas las “sugerencias” de EEUU, el FMI, etc. No es que el presidente sea un santo nacional y popular ni mucho menos, sino que, diferenciándose metodológicamente de Menem, antes de ceder casi todo protesta para la tribuna, mientras que en la década de los “90 se abrieron alegremente las puertas para que los extranjeros se llevaran todo… menos la cañota, obviamente. Por eso se llamaron relaciones carnales, voluntarias, hechas con placer… pero no gratis, claro está.
A su vez, los nostálgicos del Proceso Militar (todavía hay bastantes, demasiados, y muy poderosos entre los sectores de dominación locales y extranjeros) lo critican, un poco por despecho (la verdad es que Kirchner los humilló inútil y puerilmente como a todo el mundo), y otro tanto por interés en reconquistar viejas canonjías. Para ello, estos grupos (serían la “derecha” militar) están dispuestos a aliarse con sus viejos amigos del Imperio. De esa forma, los sectores del privilegio económico, que siempre apoyaron a Menem, y los nostálgicos del Proceso coinciden en aliarse con EEUU para atacar a Kirchner por la “derecha”. Nuestra crítica, en cambio, va encaminada a demostrar que Kirchner, al margen de sus gruesas fallas de personalidad que preocupan a todo el mundo, es otra gigantesca mistificación como la de Menem, pero esta vez por “izquierda” y protestona. Nosotros queremos construir un nuevo proyecto para nuestro país; deseamos avanzar hacia el futuro, guiados por el pensamiento siempre vigente de los grandes conductores y maestros del pueblo argentino. Por eso, junto con nuestra crítica (de temática y tono distintos a la de los citados “opositores”), estamos difundiendo la serie de mensajes “Diálogo entre argentinos-El Proyecto Nacional”. Criticamos lo viejo que fracasó, para construir lo nuevo, basado en las exitosas experiencias del pasado, y con una dirigencia nueva o vieja, pero que haya demostrado ser indemne a los cantos de sirena. Hay diferencias abismales entre la crítica de ellos y la nuestra. Aún así es necesario estar alertas para no servir de idiotas útiles al enemigo. Y digo esto porque en las últimas tres o cuatro semanas se observan signos inquietantes. VEAMOS: – Desde el Imperio se dejó trascender que están muy molestos y medio cansados con la conducta imprevisible y descomedida de Kirchner. En buen romance: parece que le bajaron el pulgar a nuestro presidente humillador. Hasta ayer eran indicios; hoy, luego de leer el editorial político de Joaquín Morales Solá en LA NACIÓN, ya no quedan dudas: se lo han bajado al pulgar, o están a punto de hacerlo, porque Morales Solá, cuando difunde y defiende las exigencias y decisiones del Imperio, sabe lo que dice… – Apenas se conoció el primer trascendido del Imperio, sus abundantes y bien pagados (aunque a veces trabajan por amor al arte, al arte de ser cholulo) ayudantes de campo, aumentaron notablemente la cantidad e intensidad de sus críticas contra Kirchner, en los temas en que se las merece y en los que no se las merece (por los motivos que fuere que hayan sido dispuestos, no son criticables el pequeño aumento a las jubilaciones menores, en todo caso lo sería por su monto insuficiente, y la exigencia de volver a la bandera nacional a los barcos mercantes que, por codicia, enarbolaron una extranjera). – Reconozco que Kirchner ha puesto su granito (o su bloque) de arena para producir esta desgraciada situación, porque hay que tener muchas ganas de desestabilizarse aceleradamente a si mismo para actuar como lo hizo en el caso ESMA, Colegio Militar, Congreso del PJ, Legislatura porteña, Béliz-Quantín, Comisaría 24, etc., etc., y dar vía libre para opinar y actuar oficialmente a personajes tan poco confiables como D”Elía, Bonafini, Verbitsky y Bonasso. Pero todo ello no debe ocultarnos el fondo del asunto: los dirigentes del Imperio y sus socios menores nativos están tratando de aprovechar las barrabasadas del presidente para llevar agua a su molino y acortar su mandato. – Menem, que hasta hace unos días se negaba a regresar al país aduciendo que era un perseguido político (¡hay que tener imaginación, o muy endurecida la epidermis facial para decir eso!), “comprendió” súbitamente que acá se le ofrecían todas las garantías del caso, y decidió volver del “exilio” para “afrontar a la Justicia”. Otro perturbador y provocador más en casa. – El FMI ha endurecido visiblemente su posición frente al gobierno argentino, aunque sin llegar a la ruptura por ahora. En ese sentido, pende sobre la cabeza de Kirchner una verdadera espada de Damocles. – Gustavo Béliz, que nunca obra por las suyas, pues depende del Opus Dei, enfrentó conciente y voluntariamente las iras del presidente humillador para hacerse despedir por teléfono (al mejor estilo diplomático de Kirchner…). Si Béliz no hubiera querido que lo echaran, no lo habrían echado. Eso está claro. Y si el Opus hubiera deseado evitar ese enfrentamiento que rasguña a Kirchner, con toda seguridad habría frenado a Béliz. Es lícito suponer que Béliz y el Opus pusieron lo suyo para debilitar al presidente humillador. Y conviene no olvidar que el Opus tiene ahora uno de los suyos nada menos que en la presidencia del FMI. – Para completar el cuadro, en estos días se han producido dos graves hechos militares: el robo por asalto del arma reglamentaria del centinela de una unidad del Ejército, y un intento similar frustrado en otra. Cuando comienzan las acciones “locas” de este tipo, aunque sean aisladas, es porque algún grupo extranjero muy poderoso cubre a sus autores. La experiencia es amplia y amarga en ese sentido. Hoy, la lucha armada sólo puede beneficiar al Imperio y a sus socios nativos (los violentos les darán el pretexto ideal para reprimir y “reconstruir” luego la democracia, como sucedió en 1976), aunque quienes la encaren arriesgando su vida sean sinceros. ¿Pura coincidencia? ¿Demasiada imaginación? ¿Realidad? Todo puede ser bajo el sol. En medio de ese salvajismo caníbal estamos actuando nosotros. Nada tenemos que ver con el Imperio y sus acólitos. Tampoco nos dejamos engañar por las “terribles” luchas de la boca para afuera que libra el presidente contra los fantasmas que él convoca. Pero, como no tenemos prensa, el Imperio presentará la lucha maniqueamente, como siempre, entre los impresentables contrarios a sus intereses, y sus amigos que invariablemente son “rostros nuevos” (tan nuevos como el que le fabricaron, o inventaron, a López Murphy en las elecciones presidenciales de 2003…). Si no nos prestamos al juego, tratarán de denigrarnos, o marginarnos e ignorarnos como si no existiéramos. Ya lo hicieron. Por eso debemos marcar nítidamente las diferencias con uno y otro gatopardismo y refirmar nuestra propuesta. Jamás podrán contar con nosotros para desestabilizar este gobierno, o para apoyarlo incondicionalmente. No seremos claudicantes y corruptos, ni idiotas útiles. Tampoco idiotas a secas. Tenemos nuestro propio proyecto y lo llevaremos adelante, porque estamos cansados de votar por el mal menor. Ahora hay tiempo hasta el 2007 para organizar la fuerza propia, la única verdaderamente nacional y popular, y lo haremos. No es escapismo, sino deseos y decisión de construir para el futuro. * Recibido por Corrientes al Día, de Rebanadas de Realidad
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.