Lo dijo Eliseo Branca, el entrenador del CASI, campeón del torneo de la URBA, que rompió con un maleficio de 20 años sin conseguir títulos. “Era ahora o nunca”, dijo el mítico “Chapa”, que obtuvo como jugador el campeonato de 1985. Este año llegó con una misión y la cumplió.

La garra, el corazón y las ganas de revertir 20 años de historia negativa fueron las principales virtudes que tuvo el flamante campeón 2005 del torneo de la URBA, el CASI, aseguró el entrenador del equipo de San Isidro, Eliseo Branca, uno de los principales artífices de la victoria. “Era ahora o nunca”, subrayó Branca, que había tomado parte como jugador de la última consagración del CASI, en 1985, y llegó este año al club con la misión de llevar al conjunto blanco y negro de regreso a los primeros planos del rugby nacional. En declaraciones a la agencia Noticias Argentinas, el mítico “Chapa” dijo que el CASI fue “todo trabajo, corazón y pasión” durante la temporada y agregó que “milagros en el rugby no hay. La clave para ganar pasa por entrenar y jugar”. “Hace 20 años que no salíamos campeones. Sin dudas, esto se festeja mucho más que en mi época de jugador”, expresó, y recordó que cuando llegó al club dijo que “la idea era poner al CASI en el lugar donde tenía que estar. El objetivo está cumplido”. El entrenador de la “Cebra” indicó que el equipo fue de menor a mayor en el torneo 2005 de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA) y destacó que sobre el final del certamen pudo marcar diferencias con su “garra” tan característica. “No era sólo una cuestión de convencer a los jugadores de que se podía, también había que entrenarlos. Ahora llegaron al cielo y ojalá esto sirva para que aparezca un nuevo CASI”, recalcó Branca, que añadió que el club está “un poco desordenado”. “Ojalá entre todos podamos lograr que el CASI se ordene”, insistió, y al ser consultado por las críticas que había recibido durante su gestión comentó: “Cuando llegué muchos decían que venía para salir campeón, pero después perdimos algunos partidos y me querían matar. Yo lo único que pretendo es que me respeten”. Consultado por la gran victoria sobre su clásico rival, San Isidro Club (SIC), por 18 a 17 en la final del certamen, Branca indicó: “Salimos a jugar, a presionarlos. Los atacamos y los obligamos a equivocarse, por eso llegaron los penales. Usamos mucho el pie y en el line los matamos. El line fue decisivo. “A los jugadores les dije que ahora eran ellos los que tenían que escribir la historia. Yo ya tengo una historia, muy larga, muy buena. Estoy muy orgulloso de lo que hice. Ahora era el turno de ellos. El mérito es de ellos, porque ellos son los que ganaron”, enfatizó. “Fue un año sufrido, pero lo terminamos de la mejor forma posible. Fue increíble la entrega, la pasión que mostró el equipo; el corazón que tuvo para salir adelante en momentos difíciles”, dijo el entrenador, que precisó que después del encuentro contra Hindú se dio cuenta que el equipo estaba “para más”, a pesar de la derrota. “Siempre nos propusimos objetivos cortos, primero clasificarnos para la Zona Campeonato, después terminar entre los cuatro primeros. Cuando perdimos con Hindú pensé que estábamos para más, porque habíamos jugado muy bien y me terminé de convencer que podíamos en el partido contra Atlético del Rosario”, aseguró. Branca consideró que el tercera línea Federico Bock fue la figura del flamante monarca de la URBA, el Club y destacó “las ganas de aprender” del equipo, “las ganas de mejorar y de revertir 20 años de historia negativa”. “Ibamos por San Isidro agachando la cabeza y ahora se acabó todo eso. ¡Somos campeones!”, celebró el “Chapa”, uno de los históricos emblemas de la “Cebra”, que vivió un regreso con gloria. Fuente: Infobae