Se antoja ver cine de terror para asustarse. Son algunas joyitas de esas que se llaman de culto, pero con un toque queer. Aquí las recomendaciones, dejo fuera las de vampiros, esas las veremos para la próxima.

Ahora que son tiempos de horror, y no me refiero a la crisis económica global, sino a la época de Todosantos, se antoja ver cine de terror para asustarse y estar a tono con la visita de las ánimas según las más entrañables creencias de nuestro pueblo. Pero no es cualquier cine, son algunas joyitas de esas que se llaman de culto, pero con un toque queer, es decir y de acuerdo con el argot de los estadounidenses, “raro” y ya verán el porqué. Aquí las recomendaciones, dejo fuera las de vampiros, esas las veremos para la próxima. SEXO, LUJURIA Y MUERTE Esas palabras resumen Calígula, filmada en 1979 y censurada por sus escenas de sexo hardcore y que contó con un guión escrito por el magistral escritor gay Gore Vidal y con las actuaciones de Helen Mirren, John Guielgud, Peter O´Toole y Malcolm McDowell en el papel del desquiciado emperador romano, quien gobernó de 37 a 41 DC bajo un clima de terror y excesos orgiásticos. Filme británico que llevó a las pantallas las perversiones sexuales y devaneos de uno de los emperadores romanos más dementes, sanguinarios y crueles. Muchas escenas de sangre y muerte, sexo homosexual, incesto y zoofilia implícita. Considerada la película más pornográfica no sólo por las escenas sexuales, sino también por la constante presencia de sadismo, que lleva a la náusea, sin embargo, es considerada cine de culto, de arte, muy loco y bizarro. Censurada antes, ya se le puede encontrar en videoclubes a la gran epopeya pornográfica en su versión original, sin cortes ni ediciones, porque el filme no inventó ni exageró nada, refleja la vida de Calígula tal y como fue, por ende, tiene valor histórico opinan sus defensores. Más de una actriz vomitó en el set por lo sucio de las escenas, Mirren la calificó como una “mezcla de arte y genitales”. De querer filmar sobre la orgía del poder se hizo una apología del poder de la orgía, opinaron los detractores de la película dirigida por Tinto Brass y producida por Bob Guccione y Franco Rossellini, quienes acabaron peleados y con dos filmes, uno “suavecito” para no lastimar la moral pública y otro con sexo real hecho por estrellas porno, porque los actores estelares se opusieron por estar muy subidas de tono. Vela si tienes estómago de acero y amplio criterio. SURREALISMO KAFKIANO Si de cine bizarro hablamos, El Almuerzo Desnudo se lleva los aplausos. Te puede hacer vomitar pero también alucinar si te gusta la cosa gruesa de la sicodelia mariguana. Es cine de culto, ¿culto al terror? Verla es un alucine, es como navegar por los sueños de un drogadicto y es que quien la concibió era adicto a la heroína y quien la adaptó al cine y la filmó, un adicto a las películas tipo rojo averno. Es la historia de un periodista confundido y vicioso que escribe en una vieja máquina portátil que se convierte de repente, como entre sueños de mariguana, en un escarabajo y después se torna en un culo masculino para ser penetrado por un pene-insecto y te vas a beber luego del orgasmo sodas con extraños seres babosos del inframundo demoniaco. Naked Lunch o El Almuerzo Desnudo fue adaptada al cine por el mismo director y lleva como protagonista a Peter Weller en el papel de William Lee, el escritor atormentado por la drogas y por una homosexualidad no asumida, que hace que mate a la esposa como jugando a ser Guillermo Tell. William S. Burroughs es el realizador de tal pesadilla abstracta que escribió en 1959 y que refleja como moraleja los sueños de un adicto cuyas alucinaciones van desde lo pornográfico hasta visiones bizantinas donde se copula con simbolismos religiosos. La novela basada en aspectos reales de la vida del autor, atrajo al cineasta David Cronenberg para llevarla al cine en 1991. Es una especie de clon entre La Mosca y La Metamorfosis. Escena terrible por su sordidez y morbosidad, es aquella donde uno de los amantes de Lee es sodomizado por un insecto de enorme pene en la jaula del perico, tal es el horror que la droga provoca, parece decirnos entrelíneas el filme, de seguro así debe ser un pasón heroinómano. Apta para aquellos con nervios de acero. Con todo respeto a los aficionados al cine de culto: es asqueroso. SUTILES PERVERSIONES Quizás no tan asqueroso pero sí te causa pánico en serio, sólo recordemos Los Pájaros y sabremos de quién hablamos: del padre del suspenso, del inventor de un nuevo lenguaje cinematográfico: Alfred Hitchcock, quien a más de 20 años de su partida resulta que coqueteó con el mundo homosexual, según algunos biógrafos. Desde niño fue sometido a una educación católica estrictamente castradora que, se dice, pudo ser causa de conflictos sexuales y no se descarta algunos pasajes de homosexualidad enclosetada, pues adoraba a los actores homosexuales y solía contratarlos para sus películas, no tuvo mucho éxito con las mujeres y era un declarado misógino. ¿Películas de miedo? Prácticamente todas pero destacan Con la Muerte en los Talones, Psicosis y especialmente La Soga, que tiene un subtexto homosexual de complicados matices. Estrenada en 1948, fue estelarizada por James Stewart y John Dall con un guión de Arthur Laurents, narra el estrangulamiento de un hombre “débil” perpetrado por dos fanáticos de Nietzsche, que añoran ser los superhombres que el filósofo promueve en su obra. Esos fanáticos, Brandon y Kental, formaban una pareja homosexual, condición que uso Hitchcock para hacer más moralmente perversa la cinta, ya que si la ves con toda atención, advertirás la sutil comparación que se hace del asesinato con un acto sexual. A Hitchcock le fascinaba la homosexualidad y tal vez no porque le gustaran los hombres, sino porque esa condición le despertaba un enorme morbo. Tuvo personajes homosexuales en Psicosis, Perverso, Sospecha, El Fugitivo y Pacto Siniestro. A dichos personajes los trató como seres perversos y se cree que esa especie de homofobia, era en realidad la forma en que reflejaba una homosexualidad latente que fue su mayor conflicto. Ver una película de Hitchcock es una experiencia grata, aunque cause miedo, aunque tal vez lo pases por alto si te obsesionas con encontrar el sutil código homosexual de cada una de sus cintas. ESCATOLOGÍA SICALÍPTICA En Salo no necesitas ver fantasmas para espantarte. Basta ver en pantalla lo más sucio de las perversiones sexuales, desde sexo anal violento hasta ver un embarrado en sus propias heces que después se las come, o como mata un padre a su hija después de cogérsela. Filmada por el realizador homosexual y comunista, Pier Paolo Passolini, Salo o los 120 días de Sodoma te “habla directamente al chile” para causarte náuseas y no desear tener sexo en al menos una semana, odiarás la suciedad de la sociedad. Y cómo no, si el filme se basa ni más ni menos que en una obra del Marqués de Sade, el icono del sexo sucio y perverso. Fue filmada en 1975. Ubicada en la república de Salo en 1944, años de la ocupación nazi, la película hace un extraño paralelismo a los infiernos de Dante descritos en La Divina Comedia, donde indefectiblemente hay sexo y muerte. Cuatro millonarios excéntricos y perversos deciden quitarse lo aburrido haciendo una bacanal donde incluyen a sus jóvenes hijas, a nueve chicos y nueve chicas que raptaron y muchas prostitutas viejas, todos ellos son sometidos a una increíble y sádica explotación sexual durante tres días y si no se dejaban, los mataban. Hay de todo: violaciones, mutilados, incesto, sexo de a perrito forzado durante una cena, cogidas homosexuales, chupadas, golpes, sadismo, latigazos, asesinatos, torturas y mucha, demasiada sangre. El filme causó escozor y por mucho tiempo estuvo prohibida, actualmente ya se la puede encontrar en ciertos videoclubes o comprarla por internet. Sin más datos, está película, además de asquerosa es extremadamente sicalíptica y va más allá de la pornografía, si eres un enfermo sexual tendrás erecciones, si adoras lo gore, te sentirás trasladado al paraíso. FRANKESTEIN TRAVESTIDO Cuando Richard O´Brien quiso mezclar humor con temor creó un monstruo semejante a Frankestein, sólo que éste tiene chichis y usa liguero, en vez de terror causa risa por absurdo y es que el Show de Terror de Rocky es precisamente un absurdo tan bizarro que no se entiende por más musical que sea. También es un filme de culto producido en 1975 por Jim Sharman a partir del musical de O´Brien, que tuvo gran éxito en Estados Unidos y Europa. Trata del alucine de una pareja que al sufrir una avería en su auto pide posada en la residencia del Doctor Frank N´Furter, precisamente la noche en que celebra una convención de transilvanos donde da a conocer a su nueva creación: Rocky Horror, un ser mitad travesti, mitad monstruo y sin sexo definido, interpretado por Peter Hinwood. Si las cuatro primeras películas de este recuento son terribles y complejas, esta última es una vacilada literalmente, porque no se entiende como una cosa graciosa podría causar miedo. Si la ves, te vas a morir de la risa más que de miedo. Espero que te gusten estas cinco recomendaciones para amenizar tus noches de espantos. (*) Recibido por Corrientes al Día de Rafael Sánchez Zanella desde anodis.com