Seguinos

Opinión

La desestabilización de los desestabilizadores

PRÓLOGO Y DEBATE (*)

Publicado

el

De pronto la Argentina entró en estado de “creciente ánimo conspirativo”, conforme a la interpretación que, de la situación nacional, acaba de hacer el psicosociólogo, estanciero y sindicalista Hugo Moyano, con el apoyo de otro psicoanalista social, Luis D’Elía, especie de teórico del kirchnerismo. Ambos convocaron a una movilización pública para sostener al gobierno democrático y lo hicieron apenas la Presidente “virtual”, doña Cristina Fernández, (sin dudas siguiendo las instrucciones del Presidente “real” don Néstor K.) denunció que había en marcha una campaña “desestabilizadora”, expresión que, comprimida se expresa como “destabilizadora”.


Como ni en sueños puede pensarse en lo que pueden hacer (y hacían en el pasado) los factores de poder armado, ya que en los cuarteles solamente hay subordinación y silencio, entonces los voceros del oficialismo arremetieron contra la prensa, en concreto (por ahora) mentando a “Clarín”. Y, para no quedarse cortos, marcaron con nombre propio a Mirta Legrand, Susana Giménez y al sowman Tinelli (el mago de las colitas). Es que los tres se quejaron por televisión del trágico asunto de la “inseguridad”, un tema prohibido de comentar críticamente, en un país donde impera el garantismo, la ideología “progre” dirigida a apañar la criminalidad y que vienen liderando Raúl Eugenio Zafaroni y Carmen Argibay, prominentes miembros de la Corte Suprema de Justicia. En verdad una buena parte de los argentinos se quedó con las ganas de que se informara de algo más concreto y creíble; pero no pasó nada, ni parece que pasará. La “destabilización”, conforme al diccionario (algo que comparten las ciencias políticas) importa una crisis de la permanencia, duración y firmeza de un régimen político, o sea lo contrario del estado de “estabilidad”.que supone un equilibrio móvil entre los diversos actores que, de algún modo, ejercen porciones de poder oficial y privado, La democracia, bien se ha dicho, implica una suerte de poliarquía o, también un escenario cuyas oportunidades y recursos comparte la pluralidad de instituciones, individuos y grupos que integran la sociedad total. La idea de que el poder es uno solo y uno solo su dueño, define en cambio a las autocracias que suelen reaccionar a los chillidos cuando alguien intenta perturbar ese monopolio. Una actitud propia de los autócratas es sentirse agredidos y ofendidos cuando se cuestionan sus decisiones y comportamientos, sobre todo cuando alguien acusa sus picardías. Dada la pasividad, e incluso la debilidad, con que se manifiesta la conducta de la oposición, que ni siquiera aumentó sus pulsaciones y temperatura con las buenas cifras electorales que logró el 28 de junio, nadie puede ver en ella un factor de ruptura de la estabilidad. A no ser que se considere tal a los discursos y argumentaciones jurídicas que, con exceso de educación y paciencia, pronuncian en los debates del Congreso. Y otro tanto cabe decir de las expresiones de los políticos, los intelectuales, los periodistas y algunos empresarios en las entrevistas televisivas. Todo eso es parte de la opinión pública y la va formando y estimulando, pero sería decididamente antidemocrático no sólo tratar de prohibirla sino además de que los funcionarios gubernativos se sientan agraviados por ese motivo. Aunque es precisamente lo que está ocurriendo desde que el kirchnerismo se instaló al frente del Estado, y que en estos días resulta con inequívocos signos de gravedad. Para el ex ministro Lavagna es un indicador del fracaso. Nadie puede ignorar, a todo esto, que en la Argentina no rige un “status” y un clima de normalidad institucional, desde que se muestra seriamente alterada la división de los poderes, el gobierno dispone de facultades extraordinarias, se confiscan los recursos de las cajas previsionales, se disfraza la estadística oficial, llegan a no menos de 16 millones los ciudadanos empobrecidos, junto a que el proceso de la inflación anula permanentemente la capacidad de compra de sueldos, salarios y jubilaciones y favorece el desborde de los especuladores. Vale recordar, inclusive, que la “destabilización” implica un juicio comparativo entre lo que establece la Constitución (el poder constituyente del pueblo) y lo que realmente sucede en el Estado y la sociedad. Pero, más importante todavía, la crisis de “normalidad institucional” se deja ver en la vigencia de un régimen de poder donde una persona aparece con el cargo de Presidente y, además de firmar decretos de NyU, dedica sus horas y días a las “relaciones públicas” (propaganda, viajes, visitas, inauguraciones de alcantarillas y desfiles de modelos, etc.) y otra es quien adopta las decisiones y ejerce los atributos del mando efectivo. De esta auténtica “destabilización” nada dicen los psicoanalistas sociales que hurgan en el “ánimo” de la población mientras convocan a defender el sistema democrático y motorizan el rol caotizante de los piquetes y otras fuerzas de vandalismo. O, acaso, cree el gobierno que éste es un país de papanatas…? Se trata, pues, de una verdadera “destabilización” producida desde arriba que a todas luces se dirige a generar un clima de incertidumbre y preocupación en la ciudadanía, con el designio, ciertamente perverso, de reducir al máximo la fuerza moral de resistencia que anida en la opinión pública. O sea crear y explotar lo que Mussolini llamó un “estado de tensión” en el pueblo para mejor someterlo y controlarlo. Algo necesario para encubrir la corrupción y la total falta de resultados luego de largos años de dominio político. Salvo en el estado de desarticulación sociopolítica que la domina ¿en qué cambió positivamente la Argentina en estos últimos años..? ¿O la “destabilización” desde arriba es el fruto terminal del modelo…? Y no hablemos del escandaloso enriquecimiento de los que mandan.

Seguir leyendo
Publicidad
Clic para comentar

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Opinión

Cuando el mérito no importa

OPINIÓN (*)

Publicado

el

Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.


Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo.  Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico.  Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!

 

Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles.  Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan.  Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.

 

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app

Pobres Alberdi y Sarmiento.  Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria.  Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.

 

Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.

 

¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar.  El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app

 

Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.

 

El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias.  Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.

 

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app

Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.

 

¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país.  ¿En serio?  ¿Se puede ser tan caradura?  Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?

 

También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio?  “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app

 

Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos?  Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.

 

Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.

 

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app

Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.   

 

El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.

(*)  Rogelio López Guillemain

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app
Seguir leyendo

Opinión

Reconvertir proyectos e innovar

POR MARIA EUGENIA MANCINI

Publicado

el

La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.


Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.

 

Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.

 

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app

También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.

Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.

 

Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables  y caminos nuevos para salir adelante.

 

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app

Pienso que un camino de desarrollo  es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.

 

Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo  foco en nuestros recursos y liderar.

 

Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos  el compromiso de crear un cambio duradero.

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app
Seguir leyendo

Opinión

La “borocotización” de Alberto

(*) OPINIÓN

Publicado

el

Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner.  Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.


El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".

 

En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.

 

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app

La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo  a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.

 

Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.

 

Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app

 

En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.

 

La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.

 

Publicidad
Invitanos un café en cafecito.app

(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.

Seguir leyendo
Publicidad

Más vistos