La desazón, la impotencia y la decepción nos han invadido a todos, porque “Esperábamos más”. No por capricho, no por inflexibles o intransigentes sino simplemente porque nos merecemos y porque estamos seguros que la Provincia PUEDE.

Pero compañeros docentes, no matemos al cartero. Luego de la reunión en el Ministerio de Educación, solamente he cumplido con mi palabra. Había prometido que, ante las 3 posibilidades que veíamos, nuestra conducta sería: 1) Si daban los 600 a partir de marzo se levantaba la medida siempre y cuando la negociación no quede cerrada. 2) Si no había oferta o el gobierno la condicionaba a levantar las medidas, se continuaba con las mismas. 3) Si había otra oferta distinta o escalonada se consultaba a las bases. Eso fue lo que hicimos. Hoy toda la provincia está movilizada realizando consultas entre actos de repudio a un fallo judicial violatorio del derecho de huelga. ACDP NO SE ENTREGÓ NI VENDIÓ NADA y tengan la plena certeza de que no negociará aquello para lo cual no tenga mandato. Al aparecer los 650 pesos, lógico es que ya no discutamos sobre 600, sino que tratemos de que los 650 ofrecidos, se paguen en junio, por lo menos, y no en octubre. Creo que en casi 8 años de ser Secretaria General nunca les he mentido a los colegas, y no permanecí callada jamás. En todo momento he aprovechado los pocos medios que permiten decir verdades para defender a los docentes, denunciar actos de corrupción, mal manejo, falta de política educativa, etc. Hemos golpeado todas las puertas sin claudicar, y próximo al fin de año pasado, ante la inminencia que no nos darían otro aumento, organizamos un viaje a Buenos Aires para que el país conozca lo que pasaba en Corrientes, y en una reunión con el Ministerio de Trabajo se entregó una voluminosa carpeta con todos los reclamos, recortes y pruebas de que en Corrientes no había diálogo. Nada he hecho a espaldas de la gente y nada oculté, porque mi cargo y lugar que ocupo son transitorios, y solo soy una docente más que conoce las necesidades de cada uno porque las he vivido en carne propia. Y quiero, sobre todo, alzar mi voz en defensa de quienes, como yo, asumen desde cada lugar de la provincia la difícil tarea de ser dirigentes gremiales. Tenemos nombre y apellido para las autoridades, conocen donde vivimos, todos nuestros pasos. Son incontables las persecuciones y dificultades con las que tenemos que lidiar por el solo hecho de ser “gremialistas”. La policía en los hogares pidiendo datos, persecuciones laborales, sumarios, cajoneos de trámites, aprietes, amenazas anónimas, a nosotros, a nuestras familias, y hasta han llegado a separar del cargo a un director del interior por supuestas anomalías, después de 20 años de servicios impecables, por los solos dichos de un supervisor sin ninguna otra prueba, (claro, es el dirigente gremial del pueblo) mientras amigos del poder son protegidos, sobreseídos o justificados. No nos quejamos, porque es lo que elegimos, pero no podemos hablar ni gritar anónimamente, porque así sería más fácil. Entonces, cada vez que se nos critica porque sí, por las dudas, tengamos en cuenta que cada vez que denostamos la actividad gremial solamente le damos razón al estado cuando dice que el reclamo es de cuatro irresponsables, o a las prácticas dictatoriales que sueñan con desterrar a los gremios para que nadie defienda al trabajador. Los gremios son instituciones de la democracia, y tienen las puertas abiertas para participar y decidir en asambleas, congresos, donde se participa orgánicamente y por voto de los afiliados, sería más fácil participar, cosa que no es complicada, porque no a todos les gusta dedicar horas a la lucha sacándolas al descanso, o exponerse constantemente, o dejar en esto parte de la vida. Como en toda actividad, habrá gente mala y buena, honesta o deshonesta, eficiente o ineficaz, quien lo duda, pero todo lo que nos parece malo, se puede cambiar de una sola manera, PARTICIPANDO DESDE ADENTRO. El gremio no es nada sin las bases, y las bases no pueden luchar sin respaldo gremial, entonces, por qué pelear entre nosotros si todos queremos lo mismo. Tengamos presente que no claudicamos, no bajamos los brazos, y que la docencia NO LEVANTO EL PARO, LO HIZO LA JUSTICIA, y eso solo muestra nuestra fortaleza y la debilidad de los poderosos. Con absoluta libertad, decida cada uno, en su escuela, la respuesta a la propuesta oficial, como lo están haciendo en toda la provincia, con su dirigente sindical a la cabeza. En lo que a mí respecta, y como lo he hecho todos estos años, respetaré la opinión mayoritaria y sea cual fuere, seguiré luchando con las mismas fuerzas, en esta gestión que termina en pocos meses, y de la que me retiraré con la conciencia tranquila, y con el mismo patrimonio con el que empecé en el año 2000: MI NOMBRE, MI CARRERA, MI PALABRA, pues no he adquirido propiedades, vehículos ni más bienes de los que llevo puestos. Otros compañeros tomarán la posta y seguirán la lucha, es tiempo de recambio y de saber retirarse para dar lugar a quienes me acompañaron con fidelidad y afecto. Gracias a los que confían, pero gracias también a los que critican, porque me enorgullece ver que el docente es un ser pensante y sabe expresar su descontento. (*) Secretaria General de ACDP