Opinión
La pena de muerte y la diva del teléfono
ADOLFO PÉREZ ESQUIVEL (*)
El Premio Nobel de la Paz reflexiona acerca de los riesgos del discurso (sobre todo) mediático en torno de la pena de muerte instalado a partir de los dichos de la conductora. También instruye a la animadora acerca de la tarea que cumplen los organismos de derechos humanos.
La historia argentina está marcada por la tragedia, muertes, dolor y a la vez por luchas y esperanzas de un pueblo en defensa de la vida y la dignidad, asumiendo la resistencia en el ayer y el hoy por construir una sociedad más justa y humana para todos. Es un largo caminar en el hacer democrático, en el derecho e igualdad para todos y todas. La vida de toda persona es sagrada. Cuando se producen hechos violentos seguidos de muerte y les toca de cerca vivir la tragedia de la pérdida de un ser querido, se producen estados emocionales poco razonables y piensan que a una violencia hay que responderla con otra violencia mayor y piden aplicar la pena de muerte para quienes matan; reclaman seguridad frente a los chicos de la calle, a quienes les cargan todos los males posibles para justificar lo injustificable y no quieren comprender que están violentados por el paco y algunos cometen algún delito. Esos chicos son víctimas de una sociedad injusta que genera los miedos, el odio, la discriminación y el resentimiento. En sociedades conflictivas como la nuestra, hay ciudadanos y ciudadanas que viven y sufren fuertes traumas psicológicos y angustia existencial, alimentados en parte por los medios de comunicación que fomentan la violencia cada minuto y de pseudo-periodistas que cínicamente y en forma cíclica pregonan la pena de muerte y la mano dura. ¿Cómo se llega a esta situación de violencia e incertidumbre? Hay muchos factores sociales, psicológicos y económicos, pero uno de ellos son los medios de comunicación. Basta ver las películas que emiten los canales televisivos, desde los dibujos animados para los niños cargados de violencia y las películas, de las cuales el 97 por ciento son de origen norteamericano cargadas de violencia, sexo y drogas. Ese es el “alimento” que los medios de comunicación dan al pueblo, imponiendo la dominación cultural y la violencia. Es necesario un estudio sociológico y psicológico de los comportamientos sociales y la violencia en nuestra sociedad. La señora diva del teléfono, afectada por el asesinato de su amigo y colaborador, como ella bien dijo ante las cámaras de televisión y a periodistas, porque tiene a su disposición los micrófonos: “Soy católica y no quiero la pena de muerte. Pero el que mata tiene que morir”. Esa actitud es anti-evangélica y nada tiene que ver con el mensaje de Jesús. Otra de sus afirmaciones es: “Terminemos con los derechos humanos y esas estupideces; lo que digo es lo que piensa el país”, y continúa: “No sabés lo que es salir a la calle. El pueblo está desprotegido”. “La gente no tiene el poder para ser escuchada y hay que luchar para que el pueblo sea escuchado. Todo el mundo sabe dónde se vende la droga que enloquece a los chicos de las villas. Que sigan existiendo, eso es un crimen de lesa humanidad. Ahí tendrían que ir los derechos humanos a meterse porque están matando a una generación. Necesitamos una mano fuerte porque si no esto no va a parar”. La diva del teléfono, Susana Giménez, que viaja en coche blindado y tiene guardaespaldas, se “desbocó” y su bronca se difundió por todos lados. Analicemos cada una de sus declaraciones. Me recuerda a ese otro drama que nos duele a todos y al que en su momento los medios de comunicación le dieron “manija” hasta el cansancio, para imponer la mano dura y bajar la edad de imputabilidad a los menores y reclamar la pena de muerte: el asesinato del hijo de Juan Carlos Blumberg, quien llevó al Parlamento proyectos para que los legisladores sancionen leyes represivas. En nombre de la seguridad, generan mayor inseguridad. Hoy la diva del teléfono está en la misma tesitura de reclamar mano dura, la pena de muerte, más seguridad y leyes represivas. 1 Una muerte no se resuelve con otra muerte, lo que tendremos serán dos muertes y nunca la solución del problema. En los países donde se impuso la pena de muerte, no disminuyó el delito. 2 Habló de los derechos humanos, “esas estupideces”. Su desprecio de los derechos humanos es preocupante. No sabe o no quiere conocer lo que hacen los organismos de DD.HH. en su permanente lucha contra la droga y el “maldito paco” que destruye la vida de los jóvenes y el trabajo para recuperarlos y que puedan sonreír a la vida con dignidad. 3 Hay que tener en cuenta que quien viola los DD.HH. es el Estado, y los organismos de DD.HH. son la conciencia y los valores de la sociedad en defensa de la vida y la dignidad de las personas y los pueblos; trabajando en áreas educativas, generando conciencia ciudadana en la construcción democrática y reclamando el derecho de Verdad y Justicia frente a la impunidad. 4 Cuando se cometen asesinatos, asaltos, robos, etc., son delitos que deben ser sancionados de acuerdo con las leyes vigentes. La legislación y leyes nacionales son buenas, los jueces deben aplicarlas correctamente y en tiempo. Lamentablemente hay veces que esto no sucede. Hay que mejorar y fortalecer al Poder Judicial y reclamar nombramientos de magistrados idóneos y con coraje. 5 Los chicos de la villa, dice la diva, que fuman el paco que los destruye y que los lleva al delito, “saben quiénes lo venden”. Sería bueno que informe a la Justicia sobre lo que conoce, que realice una denuncia formal y no sólo en el micrófono. Estamos de acuerdo en que debe combatirse a los traficantes de drogas de acuerdo con las normas, edictos y leyes vigentes por las fuerzas de seguridad. Lo fundamental es generar en los jóvenes conciencia crítica y valores educativos y sociales y la esperanza de vida, seguridad y contención familiar. Sería bueno que se interiorice del trabajo que realizan muchas organizaciones en bien de los jóvenes. 6 Habría que preguntarle a la diva del teléfono y micrófono cuál es el país imaginario que tiene en su cabeza y en su lengua. Los simples ciudadanos que viajamos en tren, en subte, en colectivo y no tenemos coches blindados ni guardaespaldas que nos protejan, también reclamamos seguridad. La seguridad no pasa por poner más policías y leyes más severas. Pasa por superar la violencia estructural y social, con políticas de prevención y educación. 7 Sería saludable que la diva se acercara a los chicos en estado de riesgo social, que viven en la calle y están hambreados, que sufren el frío, el calor y son sometidos al paco y a la violencia social, y les pregunte: ¿cuál es su seguridad? La diva del teléfono debe saber que por día mueren en el país más de veinticinco niños de hambre y enfermedades evitables (informe de Unicef). 8 Debe saber que el año pasado murieron diecinueve indígenas en el Chaco de hambre, por la devastación de los montes naturales, y que los responsables son los gobernantes nacionales y provinciales, empresas mineras y los sojeros en las provincias. Que la devastación de las tierras, los bosques y el agua llevan a la muerte, a la pobreza y la marginalidad. Que continúan muriendo niños indígenas y que las comunidades son reprimidas y que muchas víctimas están en las periferias de las grandes ciudades, hambreados y faltos de recursos, a quienes no se les reconocen sus derechos. El Movimiento de los Chicos del Pueblo dice que “el hambre es un crimen”. 9 La diva Susana Giménez dijo: “Me llamó todo el mundo”, para apoyar sus barbaridades. ¿Quiénes son todo el mundo? Cuando se habla más rápido de lo que se piensa, vienen los problema que en manos de personas mediáticas y populares hacen mucho daño a la sociedad. Jamás hemos oído en su programa que la diva hablara de la seguridad de los niños indígenas, de los campesinos, de los daños provocados por empresas mineras, la destrucción del medio ambiente por los sojeros y la destrucción de la biodiversidad. Mientras avanzan las investigaciones sobre el asesinato de Lanzavecchia, amigo de la diva, se va comprobando que fue un hecho pasional, brutal y repudiable y que los responsables deben ser llevados ante la Justicia para ser sancionados de acuerdo con la ley vigente. El derecho de Verdad y Justicia debe ser para todos. 10 Por último, sería importante que Susana Giménez se interiorizara del trabajo realizado por los organismos de derechos humanos, que según ella son “estupideces”, que durante treinta años vienen luchando por la Verdad y la Justicia, para recuperar la dignidad y para que nunca más vuelva a ocurrir la tragedia que sufrió nuestro pueblo. Muchas otras organizaciones trabajan en bien de nuestra sociedad y lo hacen sin micrófono de por medio, silenciosamente, día a día; son religiosos y religiosas, organizaciones sociales, educativas, personas de buena voluntad que asumen con amor y responsabilidad estar al servicio del prójimo. Debería aprender a utilizar correctamente las palabras y no vaciarlas de contenido. (*) Presidente del Serpaj, Premio Nobel de la Paz.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.