Opinión
Las Malvinas son alemanas
ELEUTERIO FERNÁNDEZ HUIDOBRO (*)
Una de las más grandes batallas navales de la Primera Guerra Mundial fue la de las Malvinas. Resultó que una gran flota alemana trató de tomar por sorpresa ese usurpado bastión británico del Atlántico Sur. Corrían tiempos de incipientes y difíciles telecomunicaciones y de barcos a vapor.
El carbón era, para las grandes flotas y en largas distancias, más decisivo que la pólvora. Planificar y plasmar aquel viaje secreto desde el lejano Mar del Norte, calculando meticulosamente las “carbonadas” necesarias y subrepticias fue por sí solo una proeza naval. Pero el legendario servicio secreto británico logró enterarse a tiempo y ni corto ni perezoso el Almirantazgo montó también subrepticiamente una trampa mortal en las Malvinas: escondió poderosos buques, en cantidad y calidad superior a los de la flota atacante, y esperó agazapado, ansioso y en silencio, que la presa llegara. Grande fue la sorpresa alemana cuando comenzaron a entrar en las aguas aparentemente inermes. Fue como meter el brazo en un avispero. La retirada se hizo, además de imprescindible, dificilísima. También por la falta del carbón, que estaba en las Malvinas y ahora henchía los pañoles británicos. Los teutones comenzaron a ser perseguidos de sur a norte. A cañonazo limpio una y otra parte fueron dejando una larga estela común de naufragios y muertos. Cuando ya no tenía sentido prolongar la retirada, el jefe alemán tomó la decisión heroica: ordenó al resto de su flota seguir huyendo y, volteando ciento ochenta grados con su buque insignia, dio cara y enfrentó solo, hasta morir con su barco, al enjambre británico algo desperdigado. La confusión y la demora ocasionadas por esa feroz resistencia inesperada permitió que los demás buques germanos pudieran ganar horizonte y perderse rumbo al norte. La pletórica saliva de las fauces inglesas quedó jadeando su hambre al borde del incendio: el buque suicida se hundía en el frío. Aquel almirante muerto se llamaba Graf Spee. En la siguiente hecatombe mundial, unos veinte años después, la primera carnicería naval fue librada en el Río de la Plata otra vez entre buques británicos acantonados en las Malvinas y uno de los tres “acorazados de bolsillo” alemanes que, no por casualidad, se llamaba Admiral Von Graf Spee. La tozuda historia se repite aunque esa vez en menor escala y un poco más al norte, por Punta del Este. Pues bien: increíblemente, casi estuvimos a punto de afirmar que por fin las Malvinas son alemanas. La Constitución Europea, su bandera, su himno, su moneda incluyen también su “mapa oficial” y en él queda incluido, y en colores, ese archipiélago. Hasta ayer nomás creíamos que Europa estaba hacia el norte pero nos acabamos de enterar de que también está, y mucho mas cerca, hacia el sur. Inglaterra nos tenía acostumbrados desde hace tiempo a que su Parlamento (el primero del mundo, dicen) aprobara por mayoría que Gibraltar está en Inglaterra y que el Paraná son aguas internacionales… Pero parece que, como la vaca loca, hubo contagio. ¿Recuerdan el combate de la Vuelta de Obligado? ¿Recuerdan a Lucio Mansilla? ¿Oyen a Zitarrosa cuando canta aquello de “noventa buques mercantes, veinte de guerra…”? Porque tener Parlamento y votar democráticamente incluso con votos de “izquierda” no fue nunca incompatible con el imperialismo. Pues bien, gracias a esa maravilla capaz de cambiar la realidad por decreto, los que tenemos pasaporte español y por tanto somos ciudadanos europeos, lo venimos a ser también de las Islas Malvinas. Los argentinos no. Y como Alemania es por ahora, digámoslo suavemente, la parte principal de Europa, la Malvinas pasarán a ser alemanas. El gran problema es que los gastos de su resonante victoria retardada, los venimos a pagar entre argentinos y mercosurianos aunque no va a faltar guarango bocina festejando que por fin tenemos París en la esquina. ¡Ni qué hablar que la tenemos! Con OTAN y todo. Esa otra maravilla que declarándose del Atlántico Norte, presenta ejércitos anfibios desplegados frente a las playas caribeñas de Venezuela (Curazao, que era tan holandesa como inglesas las Malvinas, ahora también es Europa) y en las patagónicas de la Argentina. Hasta ayer el problema por las Malvinas era inglés: ahora es contra toda Europa, incluida España: ¡las Malvinas volvieron a formar parte de la Monarquía española! Porque alegremente, casi en mayo, los europeos derogaron la Historia: ¡No hubo Revolución de Mayo!. Un día de éstos Zapatero, por orden del Rey, nos manda Virrey con Sarratea y todo. Los europeos tendrán sus doscientas millas en torno al archipiélago y podrán por tanto venir a pescar y, si encima pensamos que la Unión Europea crece y piensa, como es obvio, llegar hasta los Urales, como buscaba Napoleón a pesar de Bush, los que vendrán serán muchísimos. Menos los argentinos. ¿LOS URUGUAYOS TAMPOCO? La pregunta cabe porque hace poco han sido negados los permisos a buques de nuestra bandera que eran asiduos pescadores de merluza negra en esas aguas. ¿Será éste un “adiós a la pesca” en tan vastos confines no sólo para los argentinos sino también para los latinoamericanos? Hasta hace poco, una maestra o un profesor de geografía podían decirle a la muchachada lo obvio: que la ribera americana del Atlántico Sur pertenece a Brasil, Uruguay y la Argentina (Lord Ponsomby no quiso que solamente fueran dos). Y ahora: ¿Qué dice? Debería decir lo mismo pero entonces el Codicen tendrá problemas internacionales. Su afirmación dejará de ser geográfica pasando a ser política. Tendríamos que demostrar lo obvio y, cuando se llega a ese absurdo, la empresa resulta imposible por vía racional. ¿CÓMO ENSEÑAMOS EL MAPA DE EUROPA? ¿Y EL DE LA ARGENTINA? Recientemente, los uruguayos que regresaban de ciertas reuniones en Brasilia comentaban un hecho pintoresco: los gobernantes, altos funcionarios y diplomáticos brasileños repartieron solaperos a granel en los que se muestra un llamado “nuevo mapa de Brasil”. Lo están haciendo en todo el mundo y no da para reírse porque ya vemos que solaperos y dibujos pueden ser cosas muy serias. Ese Brasil incluye no sólo las doscientas millas sino su plataforma continental reivindicada. Es decir: unos seiscientos treinta kilómetros mar adentro. Saquemos las cuentas… Ya es urgente que los uruguayos abandonemos el viejo mapa para enseñar en las escuelas y mostrar por el mundo el verdadero. El que incluye nuestros “territorios” fluviales y marítimos (tan extensos como los continentales). Y nuestros derechos en la Antártida. Nada menos que más de la mitad de Uruguay no figura en nuestros mapas de uso masivo. Somos más del doble de lo que dibujamos en el papel y en las neuronas. Por ahora, y otra vez en la renovada Vuelta de Obligado, obligados y por la vuelta, recemos con Zitarrosa: “que lo parió a los gringos que se nos vienen…”. (*) Recibido por Corrientes al Día de Eleuterio Fernández Huidobro, Senador por el Encuentro Progresista-Frente Amplio-Nueva Mayoría, la fuerza de gobierno en Uruguay.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.