Opinión
¡Lo primero es la familia (queer)!
MARIA MORENO (*)
La doctora Elisabeth Roudinesco acaba de salir de Argentina adonde vino a explicarse sobre un libro que en su país de origen, Francia, armó un cierto revuelo entre aquellas buenas conciencias que poco después discutirían la prohibición del velo islámico en las escuelas.
Se llama La familia en desorden (Fondo de Cultura Económica) y es una especie de manual que cuenta el imperio y decadencia de la figura del padre en el campo de la filosofía, la historia y el psicoanálisis, pero cuyo verdadero objetivo es poner en escena las nuevas figuras que la ciencia y la ley acogen para tener hijos en medio de la crisis de un “logos separador” basado en el principio de autoridad paterna y la diferencia de los sexos. Si bien en su superficie el libro es un panfleto en defensa de la Unión Civil de Solidaridad y sus perspectivas políticas -la reproducción tecnológica de gays y lesbianas o la adopción-, también es una fervorosa defensa de la familia como el único lugar seguro en “la realidad de un mundo unificado que borra las fronteras y condena al ser humano a la horizontalidad de una economía de mercado cada vez más devastadora”, al mismo tiempo que erige tiranías. No es éste el momento de apearse en esta afirmación y sí en la realidad futura -aunque como siempre para unos pocos- de la homoparentalidad donde, entre las filas de la incorrección política, se lee un aburguesamiento de gays y lesbianas bajo la forma de salir del closet para sentarse alrededor de la mesa del comedor y sustituir a los Campanelli. Estas chicanas de gran alcance, puesto que pueden adquirir la retórica del psicoanálisis lacaneano, aderezada con las paradojas insultantes con que Ignacio B. Anzoátegui desconfiaba de la escolaridad obligatoria, puesto que el pueblo la utilizaría exclusivamente para leer el diario Crítica, mostrarían su lado reaccionario si se las desplazara a otros grupos de excluidos: equivaldrían a sugerir que los judíos no discriminados en la vida de un país podrían volverse los peores patrioteros, y que los afroamericanos, beneficiados por la discriminación positiva en las universidades, seguramente defenderán las más conservadoras posturas académicas. Por otra parte, ironizar en nombre de la subversión de Jean Genet y de Oscar Wilde no es más que exigir a la homosexualidad que continúe encarnando la parte maldita, el excitante lado oscuro del Hetero Grial y su república, cuyo presidente lleva la banda del logos separador. Esta sospecha de que los gays y lesbianas podrían sostener la familia del siglo XlX, sólo que fundada por seres del mismo sexo (el actor Ronnie Arias ha instalado, por si las moscas, sobre su cama doble los retratos ovales de dos señores de grandes bigotes de manubrio), debería traducirse en la certeza de que los exámenes y peritajes a los que serán sometidos tenderán a aprobar a los y las que parezcan más dispuestos a encarnar la tradición. Fuera los prontuariados/as -ya sea por la ley o la mera autobiografía- por el gire de teteras, las prácticas S/M o ser los empresario/as de negocios tipo el de La jaula de las locas o El monóculo. Sí a los y las profesionales discretos, de vida privada, si bien nointachable al menos indemostrable, poca pluma a la vista para ellos y ninguna camperaza y peinado a la garçon para ellas. Seguramente por razones estratégicas la doctora Roudinesco se apoya en una política de los hechos consumados, es decir en que, de la mano de la ciencia y dentro o hacia el interior del sistema jurídico, las nuevas familias ya existen para interrogar al mañana y es necesario apoyarlas puesto que serán familias difíciles. (¿Es que todas no lo son?) Pero son familias difíciles, como las de tantos, de acuerdo con la hospitalidad del espacio en que se desarrollen casos en que la expulsión del paraíso no es el no haber sido engendrado, por eso que en la mente neurótica coagula como la antigualla llamada “escena primaria”, sino por la entrada a la escuela, allí donde los hijos naturales señalan con el dedo. La doctora Roudinesco advierte que, en lugar de favorecer el desconocimiento de la diferencia de los sexos en sus hijos -como tararea la más idiota objeción a la entrada en la ley de padres gays y madres lesbianas-, el “peligro” radicaría en la infancia melancólica de esos padres y madres, el odio de sí mismos que podrían transmitir. También sobre esa condición culpable que los gays y lesbianas peritados parecen prometer al asegurar que no alentarán la homosexualidad de sus hijos. Pero Médicos, maleantes y maricas, el libro de Jorge Salessi, como tantos otros, muestra cómo la resistencia gay/lésbica se ha valido siempre de la simulación, de la parodia y del ingenio para burlar las fronteras de la ley y de la ciencia o volver a éstas a su favor. Cuando Havellock Ellis argumentó sobre el carácter innato de la homosexualidad estaba luchando contra la sanción legal y cuando Radcliffe Hall en El pozo de la soledad, best-seller de los años veinte, expuso al lesbianismo como maldición y tragedia estaba extorsionando a la sociedad para eludir su condena moral. Si el libro La familia en desorden no ha escuchado demasiado gritos en el cielo local no debe ser debido a un asentado sentido democrático o de apertura hacia el mañana sino por la mala conciencia provocada por lo contrario (en el Vaticano se ha prometido de manera elusiva pero transparente que no se dará cabida a ningún proyecto que permita abortar legalmente a las mujeres que no deseen tener un hijo ni ser padres a gays y lesbianas). Encima nos falla el “logos separador” entre “democracia y dictadura”, “policía y delincuencia” y así sucesivamente. (*) Maria Moreno; Buenos Aires Dos preguntas a Elizabeth Roudinesco; Aracelí Franco y Miriam Colín G. Seminario “La familia Rota”, a cargo de la psicoanalista Elisabeth Roudinesco. Fue de gran valor para nosotros, escuchar cómo la Dra. Roudinesco a lo largo del seminario, hizo un interesante recorrido de cómo se han venido dando las transformaciones sociales, las de la familia misma y cómo el psicoanálisis ha debido también implementar sus propias mutaciones, poder dar cuenta de ellas y afrontado la necesidad de renovarse hacía dentro de sus propios conceptos. En su opinión, el nuevo siglo se despliega ante retos no imaginados. Configuraciones sociales que se han venido implantando, mientras que otras, que vienen de lejos, muestran discontinuidades por demás desconcertantes. En la actualidad, encontramos fisuras que plantean nuevas formas de subjetivación, nuevas formas de estructuración familiar, razón por la que se abren nuevas perspectivas. La Dra. Roudinesco, ve a la familia contemporánea enfrentando rupturas y en su recomposición aparecen catástrofes tales como niños homicidas, suicidas, niños abusados sexual y físicamente, mujeres violadas y asesinadas, pederastas, delincuencia, vandalismo, etc. Considera que ya no es posible pensar en una estructura de familia tradicional, ahora vemos aparecer otras formas de familia: madres solteras, hermanos que fungen como padres de hermanos menores, parejas homosexuales, hijos engendrados artificialmente, familias en donde el padre aparece como un líder que no está emparentado consanguíneamente, etc. Paradójicamente, la familia, -enfatiza la Dra. Roudinesco-, “aparece cada vez menos capaz de transmitir los valores que tradicionalmente venía encarnando”. Al tiempo que como nunca, ha sido reivindicada como el lugar por excelencia de desarrollo individual. Formas nuevas de estructuración familiar, a las que el psicoanálisis debe también poder dar cuenta y no mantenerse en posiciones dogmáticas e inamovibles. “Si el padre no es más el padre, si las mujeres pueden dominar la procreación, si los homosexuales tienen la posibilidad de hacerse un lugar en el proceso de filiación; ¿no estará la familia condenada y con ellas las certezas que antaño fungían como garantes de la verdad?”, refiere la Dra. Roudinesco en su último libro publicado (en español de reciente publicación en Argentina, no aún en México), La familia en desorden, texto base de el presente seminario. Aprovechando la presencia de la Dra. Elisabeth Roudinesco a nuestro país, para impartir dicho seminario y otras actividades realizadas en nuestro país, intentamos realizar una entrevista para la Revista “Carta Psicoanalítica”. Aceptó contestar dos preguntas breves y se mostró dispuesta e interesada por ver la entrevista publicada en el Red. Se las ofrecemos a los lectores, tal y cómo éstas sucedieron: A: Buenos días Dra. Roudinesco, la entrevista a continuación es para la Revista “Carta Psicoanalítica” que circula por la red. Es la más importante revista digital mexicana de psicoanálisis. De antemano le agradecemos su tiempo y su disposición para ella. 1.- ¿Cuál es el presente del psicoanálisis ante estas propuestas teórico-clínicas que ud. hace, respecto a las transformaciones que actualmente enfrenta la familia? Pienso que en el psicoanálisis, estamos en un periodo de herencia. El psicoanálisis, siempre está en riesgo de convertirse en un dogma, en un dogma edípico, en un peritaje de la sociedad, y lo psicoanalistas siempre corren el riesgo de convertirse en peritos de la sociedad, de la familia, es un riesgo que siempre corremos. Entonces, en cada cambio de la sociedad, así como el psicoanálisis mismo nació del cambio de la sociedad, en cada cambio, el psicoanálisis tiene que hacer de alguna manera un auto-análisis, y ante cada cambio tiene que pensar el futuro y no replegarse en el pasado. Ahora hay varios puntos importantes en la actualidad. Vivimos en una época en que la gente tiene tendencia a tratar sus problemas psíquicos mediante medicamentos. No sirve para nada irse para atrás y decir que ya no es preciso usar la medicación, pero hay que criticar esta ideología medicamentosa que pretende resolver todos los acontecimientos de manera mágica mediante la medicina. Hay que criticar los excesos de los medicamentos, para marcar que el ser humano siempre permanece en una condición trágica, que tiene que enfrentarse con el deseo, con la muerte, etc. y que entonces las drogas no son una solución, pero tampoco podemos hacer como si viviéramos en un mundo en donde no existen las drogas. Y lo mismo sucede con las transformaciones de la familia. Critico a los psicoanalistas que al ver a las nuevas formas de familia como la homosexual, dijeron que no corresponden al Edipo, pienso que es algo absolutamente ridículo, tenemos que pensar estas transformaciones en función de nuestros conceptos y, por eso hice este trabajo, veremos claramente que todas las formas de familia son posibles con tal de que haya prohibiciones fundamentales: la del incesto, la de trastornar a las generaciones y entonces la re-lectura de los clásico es siempre necesario; volver a pasar por el pasado para entender el presenta y, finalmente ese es el gesto de Lacan. Pero hoy los lacanianos son tan dogmáticos, tan a extremadamente dogmáticos como lo eran antes de Lacan los seguidores de Freud. Ellos también ironizan, edipianizan y ponen significantes en todos los problemas de la sociedad, entonces quieren hacerla de peritos también, por eso permanentemente hay que estar en la renovación. 2.- ¿Cuál es para ud. la actualidad del psicoanálisis de niños, a partir de todas estas concepciones que hace respeto a la renovación de la familia? El psicoanálisis de niños es solamente fundamental. No sé que tanto hay en México psicoanalistas de niños, si es mucho o no lo que se practica. Porque en Francia en particular, pero también en otros países, es una de las cosas que más resiste el psicoanálisis de niños, porque hoy todavía se duda en Francia, en dar medicina a los niños que tienen problemas. Se que aquí en México, se tiende al uso excesivo de la medicación, quizás por la cercanía con los Estados Unidos de Norteamérica. Pienso aquí también, como lo referí en la pregunta anterior que hay un combate por llevar adelante, un gran camino por andar. Sobre todo tratándose de los niños, nuestros futuros adultos. (*) Fuente: Carta Psicoanalítica.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.