Opinión
Lo que la oposición calla y el Gobierno esconde
ROBERTO CACHANOSKY
Suponiendo que el resultado electoral del 14 pasado realmente fue así y que el 23 de octubre hay un resultado similar, el Gobierno heredará una situación económica realmente complicada. Por supuesto que la amplia mayoría de la población no tiene por qué saber cómo se financia esta fiesta de consumo ni la relación que hay entre calidad institucional, crecimiento económico y mejora en el nivel de ingreso de la población.
(www.lanacion.com.ar) Estas son cosas que conocemos unos pocos por razones profesionales y, por lo tanto, no compramos el argumento de que la Argentina crece como nunca lo hizo en su historia. Sabemos que el famoso modelo tiene sus inconsistencias y que solo es cuestión de analizar cómo las financia el Gobierno. O, si se prefiere, cómo las sostiene y las consecuencias que puede traer esas prácticas de artificialidad y distorsión en los precios relativos.
Por eso es importante resaltar que, más allá del voto de la gente que en un momento estuvo incentivada por el famoso voto cuota en el 1 a 1 y ahora en el “modelo”, lo que hay que tener en cuenta es que el voto de la gente, por más mayoritario que sea, no puede cambiar las leyes económicas. Puesto en otros términos, la gente puede, con el voto, llevar a una determinada persona al poder, pero esa persona no puede modificar las leyes de la economía por DNU o cualquier otro instrumento.
Mucho hemos hablado los economistas de la santa soja como la gran financiadora del modelo, lo cual es cierto. A De la Rúa le tocó una soja de U$S 160 la tonelada y el kirchnerismo largó con una soja de U$S 230, con un promedio desde mayo del 2003 hasta julio de este año de U$S 328 la tonelada, por supuesto que con picos como los de ahora de U$S 500 la tonelada. Es decir, el precio promedio de la soja durante la gestión kirchnerista duplicó el precio que le tocó a De la Rúa.
Sabemos que el famoso modelo tiene sus inconsistencias y que solo es cuestión de analizar cómo las financia el Gobierno
Al ex presidente radical le tocó un Brasil con un dólar en el orden de los 2,50 reales y a Kirchner le tocó un Brasil que partió de un dólar de 3 reales que fue bajando hasta los 1,60. Brasil y la soja han jugado y siguen jugando un papel fundamental en el incremento de la actividad económica argentina, lo que implica que esos dos datos no son fruto o virtud del modelo. No es que el “modelo” logró subir el precio de la soja en el mundo o que Brasil tuviera un dólar cada vez más barato. El punto es que esos son datos exógenos al modelo que sin duda lo beneficiaron.
Ahora bien, a pesar de esas dos grandes ventajas exógenas al modelo, mi visión es que el estímulo artificial del consumo ya no se financia con la soja o el dólar barato en Brasil. Puesto en otros términos, ni la santa soja ni el real fuerte alcanzan para financiar energía y transporte público “baratos”, fútbol para todos y desmadre del gasto público.
Que ni la soja ni el dólar barato en Brasil ya no son suficientes para financiar el modelo queda en evidencia por la cantidad de cajas a las que fue recurriendo el Gobierno en todos estos años. Cuando confiscó los ahorros de la gente en las AJFP fue porque necesitaba más caja porque la soja ya no alcanzaba.
Otro dato: basta ver la situación patrimonial del Banco Central para advertir que el Gobierno necesitó recurrir al stock de reservas del Central para financiarse. En la primera semana de enero del 2010 el BCRA tenía en su activo Letras Intransferibles del Tesoro por $ 36.200 millones. En el balance del 7 de agosto pasado figuran en el activo del Central $ 106.872 millones en letras intransferibles que son un paga Dios. Es que el BCRA multiplicó por 3 su tenencia de bonos basura deteriorando su patrimonio neto.
Lo que hay que tener en cuenta es que el voto de la gente, por más mayoritario que sea, no puede cambiar las leyes económicas
Los constantes manotazos a las cajas de la Anses, el Central y previamente a los ahorros de las AJFP muestran que el precio de la soja a U$S 500 ya no alcanza para financiar el modelo. Lo que necesitaría el Gobierno, para poder sostenerlo sin sobresaltos, es una soja subiendo de precio todo el tiempo y/o un aumento constante en la producción de soja.
También el Gobierno ha recurrido a un fenomenal impuesto inflacionario. Las tasas de emisión monetaria del 40% anual muestran a un BCRA descontrolado en su política monetaria. Si uno suma toda la base monetaria (pesos en circulación + encajes bancarios) y las Lebacs, Nobacs y pases que ha colocado el Central se encuentra con que por cada dólar de reserva tiene 6 pesos que respaldar, cuando en enero de 2010 la relación era 4,29.
Para ponerlo en forma sencilla y que lo pueda entender el lector no especializado, si hoy se quisiera establecer una convertibilidad el tipo de cambio sería de $ 6 por dólar. Aclaro que no estoy diciendo que hay que devaluar ni que el tipo de cambio que yo deseo es de $ 6 por dólar, o que el dólar tiene que tener un precio de $ 6. Solo digo que el Central tiene 6 pesos de pasivos por cada dólar de reserva con tendencia a un mayor deterioro.
Cristina Fernández ha dicho que no piensa moverse un centímetro de lo que han hecho hasta ahora, esto significa que seguirán poniendo el carro delante del caballo lo que significa estimular el consumo sin la inversión y el correspondiente incremento de la productividad que le de sustento al mayor consumo. Por otro lado, con la baja calidad institucional que impera en la Argentina, serán muy pocos los kamikazes que se animarán a hundir inversiones. Así que lo que tiene que pensar el economista es por quién irá el Gobierno para seguir financiando el aumento artificial del consumo.
Si la Presidenta continúa en el Gobierno, tendrá que optar por confiscar algún activo líquido o estatización de flujos para no hacer el ajuste
Vamos a decirlo de otra manera. La política económica actual se asemeja a una familia que inesperadamente ve incrementados sus ingresos (soja). Con esos mayores ingresos comienza a consumir todo lo que le ingresa sin ahorrar un centavo. Como se sobrepasa en el gasto que supera sus ingresos incrementados, comienza a vender activos para seguir consumiendo más (reservas del BCRA, ahorros privados en las AFJP, etc.). Por ejemplo la familia puede vender su casa para hacer un viaje exótico.
En el corto plazo todos están felices con el viaje exótico, pero no toman conciencia que cuando vuelvan, tendrán que buscar un lugar dónde ir a vivir. Cuando esa familia descubre que los ingresos, a pesar de haber aumentado, no le alcanzan para financiar su desaforado nivel de gasto, y ya no tiene más activos para vender y seguir consumiendo, cae en la triste realidad que tendrá que limitar su nivel de consumo al ingreso que tiene. Esto es lo que le tendría que hacer una familia y lo que le pasa a un país cuando se incentiva artificialmente el consumo.
La familia tiene que bajar el consumo, en un país se llama ajuste y es lo que Cristina Fernández dijo que no va a hacer. Como la Presidenta no puede inventar la pólvora, solo queda por ver por qué activos va a ir el Gobierno si renueva en octubre. Activos líquidos no hay salvo los depósitos en los bancos. ¿Será por eso que hay tanta fuga de capitales y el dólar sube? Y flujos líquidos no hay salvo que estaticen el comercio exterior con la posterior caída de la producción. Aquí no hay magia posible. Si la Presidenta continúa en el Gobierno, tendrá que optar por confiscar algún activo líquido o estatización de flujos para no hacer el ajuste que cualquier familia tendría que hacer, porque la santa soja ya no alcanza.
Esto es lo que no se ha animado a decir la oposición porque hubiese perdido votos (igual los perdió) y de lo que se aprovechó el Gobierno para seguir un tiempo más en la rueda de la felicidad. El problema de la oposición es que no se anima a advertirle a la gente lo que viene.
En definitiva, si la convertibilidad estalló porque no pudo seguir financiándose aquél nivel de gasto público, ¿por qué este modelo va a terminar en forma diferente si el origen del problema es el mismo? Un gasto artificialmente alto. En los 90 se financió con deuda, ahora con soja más confiscaciones más una presión impositiva salvaje.
Insisto, solo se me ocurren dos sectores por los que puede ir el Gobierno. Uno la estatización del comercio exterior y otro los depósitos bancarios. Tendría una tercer alternativa, sincerar el INDEC y las cuentas públicas para salir a colocar deuda en el exterior, si es que este convulsionado mundo se lo permite
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.