Opinión
Los impuestos y la perversidad
EDWIN AGUIAR (*)
Un poco obligado a reflexionar debido a la nota del columnista Alberto Medina Méndez y que reprodujera en nuestro blog (http://1891.com.ar) es que a continuación se examina un poco mas –desde otro punto de vista- el concepto de las tasas y de lso impuestos pero a diferencia del colega, desde otra óptica.
LO “SOLIDARIO” ESA MALA PALABRA Uno de los aspectos que mas llamo la atención es que últimamente se ha bastardeado el sentido y el uso de esta palabra, que en el tema puntual de los impuestos y tasas es esencialmente un criterio de aplicación. Por ello se dice que una contribución es “solidaria” porque su recaudación no esta imputada excluyentemente a una sola finalidad sino que se reparte según un presupuesto en variados usos. Así a modo de ejemplo, la tasa de contribución vial en los caminos municipales –que deben abonar solamente aquellos que poseen como base imponible caminos en sus laterales y frentes de propiedades rurales, no se destinan exclusivamente a la motoniveladora del municipio sino que se aporta al Hospital Municipal, al Alumbrado publico y recolección, a Acción Social, a Cultura, etc. Este Caso puntual fue el que me toco defender en el año 2003 cuando se trato la ordenanza fiscal e impositiva de un municipio de la Pcia de Bs As. Y uno de los argumentos de los propietarios rurales era que el monto de sus aportes no iba solo a la reparación de los caminos. Por supuesto lo mismo se aplica en el caso de los impuestos nacionales y provinciales de cualquier parte del mundo en general, ya que la asignación de recursos se planea en el presupuesto y allí se destinan “solidariamente” las partidas a los distintos ítems que el estado debe procurar garantizarnos como ser al educación, la salud, la seguridad, la justicia etc. Seria muy trivial pensar que la adjetivación de “solidario” sea porque se haga una mala e inadecuada acción social con los más desposeídos del sistema. Eso ya seria harina de otro costal, específicamente de la distribución de los recursos del estado pero no invalida lo antes expuesto. Porque en todo caso lo perverso no es la ayuda a quienes lo merecen sino si esta es adecuada y superadora. BONDAD O MALDAD IMPOSITIVA: UNA CUESTIÓN DE PAGOS Asombrosamente existe legislación que dice específicamente que quien deba dinero a la caja publica de un municipio NO POSEE DERECHOS DE RECLAMO. En la legislación que me ha tocado leer y debatir –Ley Orgánica de las Municipalidades de la Pcia de Bs As- establece claramente que los ciudadanos que no cumplen con el estado no pueden reclamar por los servicios que se le deben prestar. Parece algo terrible pero si se lo observa desde la óptica de una sociedad, tiene razón de ser. No vivimos en manadas sino en sociedades y la carga del sistema que enuncia nuestro colega, es necesaria para sostener el andamiaje porque en definitiva nos sirve a todos por igual. No es que moralmente es lindo, bello o bueno pagar, sino que es una responsabilidad que se asume al vivir en un estado en el cual –bien o mal- se han delegado las funciones de administración y regulación de la misma sociedad. EN UN PÁRRAFO SE DICE: El complejo moral de no “contribuir” se ha hecho carne y nos hace sentir culpables cuando no aportamos a la GRAN CAUSA. Vivimos en un país donde el “progresismo” se puso de moda. Gordon Liddy, periodista norteamericano decía que “Ahora resulta que “progresistas” son aquellos que se sienten enormemente solidarios con el prójimo y entonces pretenden ayudarle no con su propio dinero, sino con el tuyo.” Lo cual obliga a reflexionar en un par de cosas. La primera es que no es progresista pagar sino correcto, es una responsabilidad cívica y dudosamente tiene algo que ver con la ideología, salvo la neoliberal cuyo eje pasa por la defensa a ultranza de la propiedad privada y no por lo social (como sociedad, no se alarmen). La segunda es que si mal no se recuerda los EEUU nacieron como nación independiente por el incidente del Te en la Bahía de Boston… al negarse a lagar impuestos al Rey Ingles. ¿Es que los norteamericanos aun siguen enojados con eso de pagar al fisco? Sin duda porque a nadie le agrada ello, pero analicemos un poco y descubriremos que ellos poseen un sistema fiscal mas estricto, tanto que a Al Capone lo metieron preso por evasión y no por probarle ser el capo de la mafia. Y si hay algo para desconfiar es de la ideología de los norteamericanos cuando emplean la palabra solidario. Basta con ver el ultimo documental de Michael Moore “Sicko” para enterarse que allá nadie vale nada si no paga, como plantea en el film con el tema de la salud. El concepto de solidaridad del texto de Gordon Liddy es acotado a su medio no al nuestro; pero lo concreto que el dinero del estado no es el “tuyo” sino el NUESTRO. Algo que los argentinos aun no valoramos al decir de Borges cuando mencionaba que por naturaleza tendemos a considerar (al Estado) como algo ajeno y de allí que robarle no sea un delito socialmente reprobable sino una “viveza”. Pero resumiendo: ser responsable con los impuestos –aunque nos duela- es una obligación cívica y no un acto de bondad o progresismo. Lo que sucede que este acto siempre ofende mas a los que deben aportar en mayor grado. LAS JERARQUÍAS MORALES MAL ENTENDIDAS Por supuesto evadir esta mal, pero también están mal las circunstancias de la imposición tributaria en un país que suele castigar al chico y dejar que evadan los grandes. Lo incorrecto es el planteamiento que se hacen de los aportes en los cuales por historia y tradición se ha favorecido a quienes mas poder económico tienen, desde la “ley de enfiteusis” rivadaviana a la fecha. Como ejemplo en la ultima Convención Constituyente de planteo que las tierras sin explotar deben abonar impuestos, como una manera de evitar que vastas extensiones estén criando fachinales de manera improductiva; pero tan bien porque se entiende que la propiedad privada conlleva la responsabilidad que excede este tiempo y que es un bien del país que no debe ser dilapidado en detrimento de las futuras generaciones. Sin embargo la realidad dicta que los más humildes –como el barrillero del ejemplo del artículo del colega- deban soportar una mayor carga tributaria comparativamente hablando. No es que este mal contribuir, lo que sucede es que el individuo de una economía emergente y que ansia la movilidad social –alguna vez el sueño argentino- no puede pagar. Es curioso como en los 90 Domingo Cavallo perdono a una corporación internacional varios cientos de millones de dólares de deuda fiscal pero jamás se soluciono el problema del hombre de la calle. Un análisis mas detallado nos puede remitir a una conclusión sencilla: no son los efectos lo que se debe corregir sino las causas. INMORALIDADES QUE VAN Y VIENEN Sin duda la indignación por lo injusto del sistema no debería llevarnos a renegar del sistema tributario, sino en todo caso a mejorarlo porque si no se pagan los impuestos y tasas difícilmente hubiera un estado que brinde los beneficios que requiere una sociedad. Que debe mejorarse todo, desde el concepto del hecho y base imponible sin dudas, pero también debe mejorar la moralidad de una sociedad que exige pero cada vez da menos no a los demás, sino a si misma.
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.