Signos Literarios
Me gusta escribir “a contrapelo” del mundo.
MÓNICA SIFRIM
Cuando es sábado a la noche y me imagino que están todos saliendo a divertirse. Es una sensación de soledad imaginaria: la gente está en otra cosa y me deja concentrar tranquila. Y, esto también es pura neurosis, me gusta escribir “a contrapelo” de la obligación. Si tengo mucho trabajo, reactivamente, me dan como unas ganas rebeldes de escribir, más que cuando cuento con tiempo disponible para la creación. Qué vergüenza! Todo tan infantil. Es literalmente una infancia del procedimiento.
Por lo demás, escribo a mano, tachando y rompiendo papeles de un modo francamente dispendioso y desprolijo. Cuando paso un texto en limpio es porque ya fue objeto de una primera aprobación de mi parte, si no, se abolla en el cesto de papeles o se queda eternamente en borrador. Me gusta escribir con poca luz y velas. Cigarrillos, una copa de vino tinto o mate. Sin nadie alrededor y con el teléfono desconectado. Sin música en ese momento, pero después de haber escuchado música. A cualquier hora y en cualquier lugar con mesa y cierto orden. Lo óptimo es hacerlo luego de haber cumplido con todas las obligaciones, con la conciencia tranquila. Pero eso es rarísimo. Habitualmente escribo sobre lo que me va surgiendo y llega un momento en que descubro, a veces luego de haber avanzado mucho, por dónde va la cosa. Allí le encuentro palabras a mi búsqueda y empiezo a leer e investigar. Así, retroactivamente, defino, corrijo y muchas veces reescribo por completo a la luz de ese descubrimiento posterior. Finalmente, me tropiezo de manera inconsciente con un plan, pero en mitad de la cosa. El plan ayuda a no toparse siempre con la página en blanco y ojalá pudiera descubrirlo más temprano en el proceso creativo. También es frecuente que sienta deseos de escribir después de algunas lecturas incitantes y energizantes. Corrijo mucho, salvo en los poquísimos casos en que los textos salen de un par de pujos. Y eso es, me imagino, porque fueron corrigiéndose durante años en la cabeza sin que una lo percibiera. . A veces dejo descansar los poemas, pero a esta altura ya intuyo mejor cuándo un texto va a quedar y cuándo va a ir a parar al cesto. Confío más en mis amores a primera vista. En esos casos, es posible que corrija y corrija ese mismo poema en el acto, para no enfriarme, o durante varios días consecutivos hasta que me quede exactamente como quiero. Otras veces olvido, literalmente, lo que escribí. Soy capaz de olvidar libros enteros hasta que una tarde, acomodando el escritorio, se me caen literalmente los papeles sobre la cabeza y me pregunto “• ¿Yo escribí esto?” La sensación puede ser grata o no. Algunos de esos poemas recuperados por sorpresa, son curiosamente adoptados, reconocidos como propios, amorosamente, como un hijo bastardo. Para mí corregir no es fatigoso, es una etapa diferente de la creación que necesita de una clarividencia diferente, expeditiva, de mirada amplia. A veces postergo la corrección simplemente porque me erotiza más la idea de empezar un poema nuevo. Cada vez la creación aparece de forma diferente. Palabra, verso, música, imagen. En ocasiones es casi una sensación física de apremio creativo, como una carga corporal. Si pudiera reconocer la inminencia de su aparición, todo sería más manejable, más dulce. Trato de propiciar ese advenimiento, creando el contexto de silencio y soledad que necesito, procuro iniciar algunas ceremonias. Sin embargo, muchas veces lo hago y no me pasa nada o escribo tonterías y me siento patética. Y además, como al escribir puedo ingresar en estados de introspección muy hondos, si estoy muy angustiada, a veces me cuido y prefiero evitarlo. Eso sí: cuando lo consigo, corro de una lectura a otra, de una escritura a otra, tomo decisiones, corrijo, termino. Y en medio de esa exaltación imaginativa me siento una diosa. Pero, lamentablemente, no me pasa tan seguido. Mónica Sifrim POEMAS DEL LIBRO INÉDITO “EL MAL MENOR” Poema 1 LO QUE MAISIE SABÍA Para mirar los peces de colores En el fondo del mar Y no dejar de ver tus propios pies Que siguen aleteando Como pequeños Animales de tierra. Te han traído en barco Desde la orilla hasta los arrecifes de altamar Podés abandonar su vientre De medusa Pero nunca alejarte De su campo visual, No es el calor Y no es la siesta Y no es el plato de comida Ni el hombre que te ayuda Con sus brazos morenos A escalar. Un barco es como un prójimo (Debería decírtelo al revés) No quiero más bajar Y no quedarme afuera De tu catalejo. Un barco es como un cuerpo (Debería decírtelo al revés) Donde esparcir despacio Las monedas de oro que encontré Cuando buscaba peces de colores Que buscaban mis pies Como pequeños Animales de tierra. POEMA 2 Vi sobrevolar un cuervo En la gramilla Y dije: “cuando se acabe el grano Volverá por mí” Tuve al cuervo parado En la muñeca izquierda Mirándome a la cuenca de los ojos Y pensé “Cuando te mira fijo un ave de rapiña Palidecen los hábitos Mundanos”. Pájaros y páginas De un epistolario insobornable Dejan asentado Que el dolor a secas No asesina Si no es embebido por la miel De la sabiduría O velado en trágica opalina. Las reverberancias Del dolor Las uvas del dolor Preñadas Y la piedra Que arroja Sus heridas Concéntricas al agua Vamos, arañita Vamos, vamos, conciencia a tu redil Y vamos con el cántaro a la fuente. Cuando venga el cuervo, tendrá hilachas. POEMA 3 Baila en la sintaxis Como una chica más Que va a pasar El resto de su vida En una temporada Intraducible Le han ligado las trompas de Falopio Con hilo de coser Bastaría una risa estrepitosa Para hacerla estallar Baila en la sintaxis Despiadadamente Si me lo pedís Te doy un nido Si me lo pedís en voz más alta No te doy Cuando miro la cúspide No puedo no desear Que llegue arrodillada en una flor de loto Deslizando la base Sobre el río Y al llegar Posar el pie Como una prima dona. Los años han pasado Y yo no envejecí. Sobre mi flor de loto Pido verte Porque llevo en la boca una canasta Con una criatura que te llama papá Destrozó la costura con heridas De vida insatisfecha Te lo traje por fin No hay cuna que resista Sus impulsos Ni pecho que lo nutra Suficiente, Hemos llegado al pico De la tierra flotando Sin dar un solo Paso Cuando miro hacia abajo No puedo traducir Acida y fría Suave es la noche Y tierna en los andamios Tuve que hacerlo. Yo también, Hice un milagro para vos Y si vas a reírte No te doy un nido No te rías Ya sé que soy una mujer añosa El niño fue gestado en una Nuez. Pero tiene en los ojos tu mismísimo gesto de mortal Si pudieras tomarlo Como prueba de amor Pero luego dejarlo rodar en los peñascos Para verificar Que toda posesión Es transitoria.
En honor a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre Argentina y Japón el 3 de Febrero de 1898, se lanzará el jueves próximo desde el Jardín Japonés (Buenos Aires) el primer concurso internacional de Poesía Japonesa “Tierra de Haikus”. La iniciativa es impulsada por la Fundación E Jendú Arte y Cultura, Imagen Diplomática, la Fundación “Andresito de las Misiones” y el Observatorio Social por la Paz y cuenta con el auspicio de la Embajada Japonesa en Argentina.
Las organizaciones que impulsan el certamen desarrollan sus actividades con miras a la reafirmación y expansión en todo el mundo de la Cultura de paz, con especial atención a la filosofía y los objetivos de Naciones Unidas, representados en sus distintos estamentos y agencias, como así también en sus diversos Programas, Fondos y Organismos, que tienen por principal causa el derecho de todos los pueblos del universo a la paz duradera y definitiva.
Este Primer Concurso Internacional tiene como objetivo principal la exaltación de la poesía en general y de la poesía japonesa en particular; al mismo tiempo que busca reafirmar el espíritu de confraternidad y amistad entre el Japón y la Argentina, en Honor y Homenaje a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre ambos países el 3 de Febrero de 1898
Vale señalar que el milenario Haiku, es una composición poética japonesa que consta consecutivamente de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas (diecisiete en total).
Signos Literarios
Otra publicación en revista internacional para teórico correntino
FRANCISCO TOMÁS GONZÁLEZ CABAÑAS
La propuesta de reforma democrática, “El voto anticipado” del autor Francisco Tomás González Cabañas fue publicada por la prestigiosa Revista española de la transparencia, ISSN-e 2444-2607, Nº. 6, del año 2018, en las págs. 102-104. Para el creador del índice democrático, herramienta que mide las prácticas democráticas en los distintos poderes de los distritos auditados, se trata de la publicación número quince por parte de revistas internacionales que imponen estándares de exigencia y de calidad para publicar desarrollos teóricos, que como en otras elaboraciones de González Cabañas (voto compensatorio, gabinete ciudadano, cámara de dipunadores) sostienen novedosos criterios o categorías para remozar la democracia como la experiencia que puede, o debe, seguir siendo mejorada para representar, palmariamente, el gobierno del pueblo o de los ciudadanos.
“Al establecer la posibilidad de un voto anticipado, se conseguirían modificaciones sustanciales, giros copernicanos en la política cotidiana, que al constituirse en concomitantes, complementarias o en paralelo, con el voto o sufragio clásico y tradicional, de ningún modo significara una ruptura conflictiva, una instancia revolucionaria traumática, sino simple y llanamente la consolidación de la democracia misma, resignificando, desde lo electoral su definición histórica como etimológica.
El voto anticipado, permitirá que el ciudadano, en los tiempos actuales en donde considera un valor positivo el compartir sus gustos, preferencias y elecciones, ante sus semejantes, por intermedio de plataformas virtuales o de redes, haga lo propio con su preferencia electoral o política. El voto o sufragio clásico, que en varias aldeas occidentales, sigue amparado por ley, para que se lo respete en su condición secreta, fungió con utilidad hace décadas atrás, cuando las realidades sociales y existenciales no habían sido gravitadas por la explosión del mundo digital y de la cada vez más influyente inteligencia artificial. Sería más que una falta de tino el señalar, como se vio modificada la vida diaria del occidental promedio, de dos décadas a esta parte, más bien, es incomprensible como aún no se haya generado, hasta esta oportunidad, la posibilidad para que el ciudadano moderno, pueda hacer visible, pueda exteriorizar sus elecciones políticas, y en el caso de que lo decida que lo comparte y difunda, tal como lo hace con todos los otros (al menos tiene tal posibilidad) aspectos de su vida que no solo son considerados públicos, sino también áreas o zonas privadas”.
Estos párrafos que hacen mención al desarrollo teórico de Francisco Tomás González Cabañas, publicados por la revista internacional de marras, evidencian el grado de audacia teórica, de arriesgada creatividad, sostenidas en giros arguméntales y en razonamientos acendrados en la historia del pensamiento que lo preceden al correntino, construyendo para sus consideraciones y categorías un sendero en donde seguramente tantos más que vengan con él o detrás suyo, erigirán bajo estos pilares una nueva consideración de lo político como de lo democrático.
El texto “Crónicas de Bosque” de Francisco Tomás González Cabañas, fue publicado en la Revista editada en el Perú “Dúnamis”, en su número 8 del año 9, correspondiente a Septiembre del año en curso.
Con la presente el autor suma 8 publicaciones en revistas internacionales (la mayoría de ellas especializadas en filosofía) en menos de un año, como dos libros de filosofía política publicados, uno de ellos (El Voto Compensatorio) editado en Alemania, y la aceptación a más de una veintena de diferentes congresos internacionales de diversas ponencias oportunamente enviadas y aceptadas.
Crónicas de Bosque, es un relato ficcional, que vislumbra una crítica social que encierran al autor en sinuosos laberintos de persecución e indiferencia por parte de quienes pretenden una sociedad sesgada, en donde las decisiones son tomadas por facciones con poder circunstancial y por tanto el ejercicio ciudadano y la vida democrática, pasan también a ser literatura o filosofía ficcional.
CRÓNICAS DE BOSQUE
Se estima que tiempo antes de la existencia de los guaraníes nuestras tierras fueron habitadas por una civilización que ha dejado muy pocos rastros de su existencia. Alcanzando el grado de mito, como la célebre Atlantis, daremos cuenta, de la información que contamos acerca de la cultura que podríamos dar en llamar como de los “Gentereí”.
En un tiempo no precisado de la historia, en lo que actualmente se conoce como el litoral argentino, una cultura de peculiares características, tuvo su apogeo y extinción, bajo sinuosidades sociales y políticas, que en la actualidad nos pueden parecer, casi familiares y cotidianas, por lo que no es demasiado arriesgado suponer, que pese a los siglos transcurridos y por más que las evidencias materiales no sean contundentes, tenemos una carga genética o arrastramos signos de quiénes serían nuestros antepasados directos; los Gentereí.