El acontecimiento del 2 de abril de 1982 marcó un hito histórico en la historia de nuestro País. Fue un hecho político, social, económico y cultural que involucró a la mayoría de la sociedad argentina y fue un punto de inflexión en nuestra Patria.

Conmemorar la gesta del 2 de Abril no significa reivindicar la dictadura militar, responsable de la muerte de cientos de jóvenes argentinos, sino, mantener viva la memoria de lo ocurrido en el conflicto bélico y el papel protagónico que tuvieron los Soldados Conscriptos y dentro de ellos los Combatientes Correntinos, que a pesar de los estaqueamientos, malos tratos, mal alimentados y mal vestidos por parte de sus superiores (Oficiales y Suboficiales), defendieron con dignidad nuestra Soberanía Nacional. Conmemorar los 25 años de Malvinas, éste 2 de Abril -que no es un fecha mas- es la posibilidad y la oportunidad que tenemos todos, de recuperar la Memoria en la búsqueda de la Verdad de lo acontecido y la Justicia necesaria, y al mismo tiempo reivindicar la Soberanía Argentina sobre nuestras Islas, con el Homenaje permanente a nuestros Héroes Caídos en 1982 y el reconocimiento a los ex Soldados Conscriptos Combatientes de Malvinas. Es imprescindible que la sociedad y fundamentalmente la juventud tenga presente a Malvinas como la Causa de Unidad del pueblo correntino y argentino, más allá de lo sectorial, político, ideológico, cultural y religioso. Corrientes tiene una rica historia en defensa de la autonomía y la Soberanía Nacional y más aún con Malvinas, ya que el primer Gobernador de las Islas fue un Guaraní, Pablo Areguatí, luego con el gaucho entrerriano Ribero que estuvo acompañado de cinco originarios resistiendo varios meses la invasión y que en 1982 brindó miles de jóvenes a la Causa Malvinera. Es imprescindible al conmemorar el vigésimo quinto aniversario de la recuperación territorial transitoria de Malvinas, analizar, reflexionar y en consecuencia actuar, en función del contexto nacional e internacional de aquellos años y la realidad actual. En primer lugar pasa por entender y comprender que es necesario reivindicar, profundizar, potenciar y retomar la CAUSA Malvinas no como un hecho aislado, limitado al pasado, sino que es presente y futuro, y como parte de la rica historia del pueblo argentino en sus luchas emancipadoras y por la justicia social, la verdad y la justicia. Que es necesario al hablar de Malvinas, señalar las diversas interpretaciones que dan determinados sectores: Los dueños del poder en Argentina quienes compartieron junto a la dictadura el despojo y la degradación económica, social y política, pero que ante el enfrentamiento con sus mentores ideológicos, pusieron distancia, ensombreciendo el conflicto, presentándolo como algo pasajero, producto de la intransigencia conservadora británica. Otros, que no comprendiendo la “cuestión Malvinas” y la causa anticolonialista y antiimperialista de Malvinas confundieron a ésta con el régimen militar y pontificaban que la “derrota de Malvinas es terminar con la dictadura”. Aquellos, que ante la permanencia de las estructuras sociales, económicas, políticas y culturales en manos de los representantes del pensamiento dependiente acentuó el proceso de desmalvinización desde el mismo 14 de junio de 1982, por aquellos que apostaron a la derrota. Hablar de Malvinas, es situar el concepto y definición de Soberanía en su verdadero contexto, significa entender a la SOBERANÍA en su concepto integral, que aglutina y comprende todo, en lo político, social, económico, educativo, cultural, laboral, habitacional, sanitario, laboral, y no tan solo lo geográfico territorial. Todo ello significa MALVINIZAR, que es transformar a Malvinas en Política de Estado, es profundizar la democracia con la participación y protagonismo de la sociedad, es distribución de la riqueza, es autonomía y soberanía nacional, es integración regional fortaleciendo un MERCOSUR de los Pueblos consolidando las propuestas como el ALBA, la Alianza Social Continental, la Comunidad de la Naciones Sudamericanas, es en definitiva terminar con la pobreza, consolidando los procesos de integración de los Pueblos. Históricamente desde los sectores del Poder Económico (y sus aliados políticos, liberales, neoliberales y aquellos que traicionan al pueblo) y desde el inicio mismo de la construcción de la Argentina como Nación, intentaron y lo lograron en parte -no en todo- de plantear la cuestión de la Soberanía haciendo hincapié solo en lo territorial, llevando así a conflictos bélicos contra pueblos hermanos y genocidios contra el pueblo argentino, respondiendo a los intereses del imperio y los grupos económicos trasnacionales para instalar un modelo económico, político, social y cultural que nos quitó precisamente la Soberanía como Pueblo, como Nación. Nuestra historia es rica en la lucha por la Soberanía Nacional y la Integración Regional y Latinoamericana; pero, históricamente también en nuestro país hubo y hay, dos líneas de Pensamiento, uno Nacional y Popular, y el otro (antinacional y antipopular) el Liberal; reflejándose ambas en los Partidos Políticos, Fuerzas Armadas, Iglesia, Instituciones intermedias, entre otras. Una mención especial merece, sin lugar a dudas, conocer sobre un tema que adquirió conocimiento público a través de los medios, que es el Resarcimiento Histórico, Moral y Económico y la posición de los que somos orgullosamente ex Soldados Conscriptos Combatientes de Malvinas. El conflicto bélico que enfrentó nuestro país en el año 1982, en nuestras Islas Malvinas, y que significó uno de los hechos más importantes de la historia contemporánea Argentina, tuvo como principales protagonistas a jóvenes Soldados Conscriptos que se encontraban bajo el Servicio Militar Obligatorio de ese entonces. Jóvenes que en la mayoría de los casos se destacaron por su valentía y coraje y fundamentalmente por su dignidad en la defensa de la Soberanía Nacional, más allá de las malas condiciones alimentarias, sanitarias, de vestimenta, discriminación y de los malos tratos a los que fueron sometidos. El pueblo argentino los reconoció desde el regreso mismo al Continente del país y los denominó ex Soldados Combatientes de Malvinas. Muchos de éstos jóvenes debieron sobrellevar -y hoy más aún- sobre sus espaldas muchos problemas y dificultades: sanitarios, laborales, habitacionales, educativos, económicos y sociales. Los fríos números de la realidad así lo señalan, en el conflicto bélico de 1982 fallecieron 649 compatriotas, y desde 1982 a la actualidad fallecieron 455 por suicidio como consecuencia de las secuelas de la guerra. Los ex Soldados Conscriptos Combatientes de Malvinas no elegimos integrar las Fuerzas Armadas, pero, la gran mayoría NOS SENTIMOS ORGULLOSOS DE HABER PARTICIPADO EN EL CONFLICTO DE MALVINAS, éramos Civiles incorporados al Servicio Militar Obligatorio, siendo víctimas de un Estado autoritario, y luego en éstas dos últimas décadas fuimos olvidados, abandonados y discriminados, no teniendo respaldo institucional, como sí lo tuvo el Personal de Cuadros, más allá de su situación en actividad, retiro o baja (obligatoria o voluntaria). El Estado Argentino tiene un compromiso moral, económico, social y político con los ex Soldados Conscriptos que defendieron heroicamente nuestra Soberanía Nacional, y al mismo tiempo corregir el avasallamiento en el espíritu de Leyes anteriores que fueron desvirtuadas, que en su originalidad contemplaban específicamente la situación de los ex Soldados Conscriptos Combatientes en Malvinas, como las Leyes 23.109 y 28.848, luego modificadas y deformadas de su ánimo original. El Reconocimiento Histórico Moral y Económico en beneficio de los ex Soldados Conscriptos Combatientes en Malvinas y sus Derecho-habientes es en atributo de haber luchado con valentía, dignidad y heroísmo en defensa de la Soberanía Nacional y es la deuda del Estado Nacional. La Argentina es nuestra GRAN MALVINAS; porque recuperando la Argentina estaremos recuperando nuestras Islas Malvinas; en memoria de nuestros Caídos en el Atlántico Sur y de los miles que cayeron en defensa de la Soberanía Popular. Esta demostrado que no fue el fin de la historia, que las ideologías no están muertas y que las utopías no han desaparecido; de que es posible otro País, otro Mundo. Los sueños son posibles. Construyamos una Patria del tamaño de nuestros sueños. (*) Recibido por Corrientes al Día de Orlando Gustavo Pascua