Guillermo dice: “Si ganamos, no paramos hasta el título”. Y David agrega: “Nos mirarán de otra manera”.

Ellos dos. Los que desde muy jóvenes ilusionaron al tenis argentino. Los que ya de más grandes trocaron promesas por realidades. Los que juntos parecen potenciar esa obsesión por ganar la Copa Davis. Ellos dos, David Nalbandian y Guillermo Coria, Guillermo Coria y David Nalbandian. Recorrieron el mundo juntos de pibes, pero juntarlos en la Davis se había convertido en una misión casi imposible. Nalbandian había debutado en la semifinal ante Rusia en 2002 y tuvieron que pasar dos años para que compartiera equipo con Coria. Se dio el gusto Gustavo Luza cuando aún era el capitán del equipo y los mandó a la cancha en el cómodo 5 a 0 ante Marruecos, en Agadir, por la primera ronda de la Davis 2004. Faltaron ambos por lesión en los cuartos de final ante Bielorrusia. Ya este año la unión se hizo más fuerte. Con Alberto Mancini al frente del equipo fueron partícipes en la victoria ante República Checa, en Buenos Aires, y por estos días comparten la misma ilusión en Sydney, buscando las semifinales de la famosa Ensaladera. Dice Nalbandian: “Me encanta jugar la Davis. Me gusta ser parte de un equipo, lo disfruto”. Dice Coria: “El sentimiento de estar en un equipo es diferente a todo. Siempre dije que lo que viví en Buenos Aires ante República Checa fue la experiencia más linda de mi vida”. Reconoce Nalbandian que Australia de visitante era el peor rival que le podía tocar a Argentina. Asegura Coria que sin duda está ante su mayor desafío en la Davis. El césped es también el rival a vencer. “A mí el pasto me gusta. No había jugado nunca, salvo en juniors, antes de Wimbledon 2002, pero de entrada me sentí cómodo. Mi juego se adapta bien y puedo sorprender con varios tiros” (Nalbandian). “Dediqué bastante tiempo a mirar a Federer, a Hewitt, incluso a David, para sacar cosas de ellos y poder aplicarlas. Y el pasto me está gustando, me parece que ya me gusta más que el cemento” (Coria). —¿Argentina gana más que Australia jugando la serie inmediatamente después de Wimbledon? —Para nosotros es una ventaja porque llegamos adaptados. Muy diferente hubiese sido venir de jugar en polvo de ladrillo. Ahí si que ellos iban a tener un plus sobre nosotros (Nalbandian). —A mí me vino bárbaro porque pude jugar varios partidos y me sentí muy bien. Si repito la actuación que tuve ante Malisse puedo dar una sorpresa acá (Coria). —¿Cómo ganarle a Hewitt? —Ehh, no sé si tanto. Contra él no tengo nada que perder y ojalá el dude un poco, que me deje un huequito (Coria). —Y vos David, ¿podés ganarle a Hewitt? —Hewitt es durísimo. Este año en Australia estuve muy cerca, se me fue por poco. Tampoco hay que concentrarse sólo en él. Está el dobles y están los partidos con Arthurs (Nalbandian). Como cuando pelotean en las prácticas, se tiran flores de un lado y el otro. Nalbandian dice que Coria “está jugando muy bien, le tengo mucha fe”. Coria asegura que Nalbandian “tiene juego como para ganarle a Hewitt”. Y también hablan de presiones. “A mí no me genera ninguna presión tener mayor responsabilidad en el equipo o que me marquen como el que mejor juega en césped. Me gusta. Y yo soy el primero que quiere jugar los singles y el dobles” (Nalbandian). “Yo por ahí sentía la presión de tener que adaptarme al césped. Hasta que me di cuenta que tomarme muy a pecho esa presión me jugaba en contra. Y ahora las cosas me están saliendo mejor” (Coria). —Y si Argentina le gana a Australia… —Todos los rivales nos van a mirar de otra manera y vamos a ser serios candidatos (Nalbandian). —Hasta el título no paramos (Coria). Ellos dos. Nalbandian y Coria, Coria y Nalbandian. Los que de pibes se propusieron ganar un Grand Slam, estar entre los 10 primeros del ranking mundial y obtener la ansiada Copa Davis. Ahora, juntos potencian la última misión: que la Ensaladera de plata algún día descanse en Buenos Aires. Fuente: Clarín.com