Nacionales
“No advierto que haya una política científica en la Argentina de los últimos 40 años”
MARTÍN BECERRA (*)
Martín Becerra es Dr. en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona y docente de posgrado en las universidades nacionales de Quilmes, Buenos Aires y La Plata, FLACSO (Argentina) y en la Universidad Diego Portales, de Chile.
Es Secretario Académico de la Universidad Nacional de Quilmes desde octubre de 2003 y fue director de la licenciatura en comunicación social de esa universidad. Autor de publicaciones sobre la Sociedad de la Información y la educación superior en entornos virtuales, hace poco publicó, junto a Guillermo Mastrini, “Periodistas y Magnates”, una ardua y exhaustiva investigación sobre la estructura y concentración de las industrias culturales en América Latina. (Juan Manuel Bussola) En tu libro “Sociedad de la Información” mencionas que Daniel Bell advertía sobre las limitaciones del modelo de sociedad postindustrial. Hoy, cuando hablamos de Sociedad de la Información ¿conviene tener en cuenta aquella advertencia de Bell? El modelo de Sociedad de la Información (SI), tal como esta definido por los documentos fundacionales que comenzaron a hablar de ese modelo a principios de la década de 1990, se refiere a una cantidad de países limitada, los países desarrollados que tenían un problema de crecimiento basado en la expansión del patrón industrial y, a su vez, un desarrollo de las nuevas tecnologías convergentes que les permitía aspirar a un nuevo modelo. Por lo tanto, diría que esa prevención que tuvo Bell en su momento habría que tenerla en cuenta. Lo que hay que observar es para quién ha sido definido ese modelo. Los teóricos clásicos del capitalismo también lo habían pensado sólo para una docena de países, sin embargo, el capitalismo como modelo económico se ha expandido por todo el mundo. De igual manera, las TICS (tecnologías de la información y la comunicación) se han expandido por gran cantidad de países desde África a Sudamérica, a pesar de que el modelo de la sociedad informacional no fue diseñado con la mira puesta en nuestros países periféricos. -Bell dice que “la actitud hacia el conocimiento científico define al sistema de valores de una sociedad”. La frase de Bell es un tanto calvinista, no estoy muy de acuerdo con ella. Todo estamento, científico, militar, universitario, académico, de los periodistas (como demostrara Weber) efectivamente expresa cierto resumen de estado de conciencia y de valores que tiene una sociedad en un momento histórico determinado. En ese sentido sí me parece correcta la frase de Bell, pero incluyendo al ejercicio de todas las actividades, no solamente la actividad científica. ¿Es posible una via latinoamericana hacia la SI con este sistema científico? Aclarando que mi conocimiento del sistema científico latinoamericano deviene de la práctica en la gestión universitaria y de la experencia personal como investigador, podría afirmar que en realidad en la Argentina, teniendo en cuenta por ejemplo los indicadores producidos por los equipos que dirige Mario Albornoz, del Centro Redes-Red Iberoamericana de Indicadores en Ciencia y Tecnología, existen matices de apreciable valor en relación con otros países de América Latina. No obstante, obviamente se registra un atraso considerable de casi toda la región en términos comparativos con el capitalismo avanzado. -¿Pero no te parece que a veces los indicadores no tienen en cuenta los “contextos”? Si, es cierto. Sin embargo, creo que la principal dificultad es que, hablando de política científica no hay una continuidad, no hay una política de Estado. En Francia desde la fundación del CNRS hay cinco o seis décadas de continuidad. En nuestro país no hay ni una década. Sí observamos gestos espasmódicos. Por ejemplo, hay apuestas muy recientes como se ha hecho con la biotecnología. Se ha revalorizado al CONICET en el último bienio, pero eso no es una política aún. Uno no sabe si eso se debe sólo a la buena intención del que esta en el cargo o si tendrá continuidad más allá del funcionario de turno. De todas maneras, no advierto que haya una política científica en la Argentina de los últimos cuarenta años. -Vos decís que el desmantelamiento del Estado de Bienestar es una de las condiciones de éxito del modelo de crecimiento que se impone con la SI, donde los principios de la política Keynesiana van siendo dinamitados. ¿Los beneficios de la SI han reemplazado a las pérdidas de los beneficios sociales del Estado de Bienestar? Absolutamente no. Eso depende fundamentalmente de los actores sociales, de los sujetos colectivos. El Estado de Bienestar nos hablaba de un modelo de distribución de los beneficios de la economía a partir de los avances que habían logrado colectivos sociales, grupos, clases, sectores, definiendo positivamente el reconocimiento de los derechos que ellos tenían para participar en condiciones más igualitarias en la distribución y el usufructo de lo que se obtenía con el esfuerzo conjunto. Hasta el Banco Mundial reconoce que la distribución de los beneficios que genera la economía se ha hecho progresivamente más injusta, y eso coincide con el salto que le permite a la economía reeditar una fase de crecimiento. La economía crece más, pero los beneficios se distribuyen menos equitativamente. La SI se construye en base al desdibujamiento y desmoronamiento de los beneficios del Estado de Bienestar. – Es decir que no puede hablarse de la SI sin tener en cuenta otros aspectos. Hablar de la SI en abstracto sería incorrecto, porque en Suecia, Noruega, Finlandia, no se han minado completamente los beneficios obtenidos en la etapa de Estado de Bienestar y, curiosamente, esas son las SI más avanzadas en la aplicación, uso, diseminación y apropiación social de las nuevas tecnologías. Las tecnologías prototipo, arquetípicas o modelo de la SI se distribuyen más equitativamente en aquellos países que conservan todavía como rasgo distintivo el ser sociedades más equitativas, como lo son las sociedades escandinavas. Por supuesto, si fuéramos suecos, noruegos o fineses también señalaríamos con preocupación que aquel Estado de Bienestar que se había consolidado en las décadas de 1960 y 1970 se ha desmoronado en sus países. Pero si lo comparamos con América Latina, es un paraíso. Hoy se habla de pobres y ricos en el sentido de acceso a redes de información ¿Mediante qué políticas crees que puede reducirse esa brecha? Aunque parezca pesimista, no hay modo de reducir la brecha infocomunicacional si no se achican las otras brechas, porque ésta no es un accidente sino que acompaña en la Argentina a la brecha de la precarización laboral, a la de la distribución de la riqueza, a la brecha cultural. Es una especie de manifestación más de sociedades profundamente fragmentadas. Por eso digo que las sociedades escandinavas, que tienen la cohesión social como uno de sus principales valores, también hacen punta en la difusión y apropiación social de las nuevas tecnologías. Allí no hay tan ricos ni tan pobres. Tampoco hay una brecha infocomunicacional tan marcada como en nuestros países. A raíz de otra investigación recorro mucho los países latinoamericanos, y si uno va a países más injustos que el nuestro, más inequitativos, te das cuenta de eso. La brecha infocomunicacional en Ecuador, Bolivia o Perú acompaña a la brecha económica. Por lo tanto, una política dirigida a paliar la brecha infocomunicacional en abstracto, es una especie de ejercicio de idealismo. -Como consultor especialista en educación a distancia, qué opinión tenes del programa “una Laptop por chico”. ¿Cuál es el impacto que puede tener la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación en niños y adolescentes en la escuela? Este tipo de proyectos, presuntamente bienintencionados, filantrópicos, de “beneficencia”, están sustentados por una mirada hiperoptimista respecto de la utilización de las nuevas tecnologías. Es como si estuviéramos en 1960 y me preguntaran que va a pasar cuando todos los argentinos tengan televisión. Porque hay una empresa que querría regalarle televisores a todos los argentinos o venderselos por poco dinero. Respondería que los problemas que tiene la Argentina van a seguir siendo los mismos problemas con o sin televisión. Por supuesto, la televisión o en este caso las computadoras, reproducen la realidad, multiplican la realidad. Los chicos argentinos ven televisión y no es que tengamos la brecha cultural o la brecha simbólica saldada. Al revés. En la argentina del año 2007, las competencias y capacidades de nuestros chicos son mucho más precarias que las competencias y capacidades que tenían los chicos en 1970, y en ese año tenían mucho menor acceso a las tecnologías de la información y la comunicación. O sea que las tecnologías por sí solas no son útiles. Con esto no quiero decir que sean malas. Una de las muletillas de quienes tienen intereses materiales concretos en las industrias de las TICs es que si vos elaborás un pensamiento que reflexione sobre las condiciones sociales reales de diseminación de esas tecnologías te convertís en un “pesimista tecnológico”. Quisiera aclararlo: uso esas tecnologías, que para los investigadores sociales son importantes por el acceso a redes de intercambio, a revistas especializadas, a fuentes de documentación. Pero la Argentina no está compuesta, mayoritariamente, por el estamento de investigadores y la prioridad para los chicos argentinos es acceder a la comida y a los libros. Si a los niños se les garantiza una infancia sin carencias alimentarias, se les inculca el cariño por la lectura y se les despierta el sentido de la curiosidad, entonces con o sin computadora sus competencias y sus capacidades van a incrementarse. Por supuesto, esos pibes con computadoras van a potenciar su capacidad, porque es una herramienta más. En resumen, no es que vea mal el proyecto, simplemente la política educativa no pasa por ahí, ni por asomo. Quienes impulsan el proyecto sostienen que el formato digital es más “amigable” y que además las máquinas pueden almacenar una cantidad de libros que no entrarían en toda la biblioteca de la escuela. Por lo menos con mis hijos no sucede lo mismo, les encantan los libros. Pero el principal problema es que no hay currículum. Las maestras ¿Que van a hacer con esa computadora? ¿Qué contenidos van a pasar por esa computadora? ¿Quién va a producir esos contenidos? Se supone que es patrimonio del Estado, al menos desde la avanzadísima (para entonces y para hoy) Ley 1420, planificar y garantizar contenidos en la educación básica de los argentinos. Desde el punto de vista de las políticas estatales, entendería los dos acuerdos distintos que el Ministerio de Educación firmo tanto con Microsoft como con Negroponte, si le impusieran a esos proveedores que el manejor del currículum lo hace el Estado Argentino. Los contenidos los van a desarrollar los especialistas curriculares, no “Encarta”. Porque resulta que vos ingresas en un buscador Hipólito Irigoyen y no hay casi nada, como bien señala Aníbal Ford. En cambio, hallás datos, incluso supérfluos de la política estadounidense. No es que tenga una mirada hiperpesimista, por el contrario, digo que podríamos hacerlo. El contenido debería ponerlo el Ministerio de Educación de la Argentina, pero para ello hace falta una dimensión de política pública que hace décadas está ausente. Te acordás cuando el ex Canciller Dante Caputo (durante su gestión como Secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación productiva en la presidencia de De La Rúa) quiso impulsar aquel proyecto de Sociedad de la Información basado principalmente en la “compra de computadoras” y el desarrollo de la informática ¿Es común encontrar en los políticos este tipo de distorsiones del concepto SI? No es un problema individual del funcionario. Esto ocurre cuando no hay una política, una línea de continuidad. Y, finalmente, hay que “inventar algo” para justificar estar ahí. El problema es que se carece de política de fondo. Es lo que decía antes. En cambio, si me preguntaras que te parece lo que se está haciendo en el Instituto del Cine yo diría que desde 1994 (año en el que paradójicamente el gobierno de Menem sancionó la ley del cine) en adelante hay una política, insuficiente, que se puede criticar, pero el Estado Argentino tiene una política de apoyo y aliento al cine nacional. En 1992, antes de esta ley, la Argentina producía menos de diez películas por año y hoy produce setenta. En cambio, en materia de TICs la política hoy es ceder todo a las fuerzas del mercado que intervienen en ese sector, más allá del nombre del funcionario que contingentemente ocupa el lugar del Estado. En “Periodistas y Magnates” concluyen que los bajos niveles de acceso a productos de la industria cultural en América Latina se complementan con una estructura del sector altamente concentrada, en la cual las cuatro primeras firmas de cada mercado dominan (promedio regional) más del setenta por ciento de la facturación y de la audiencia. El libro sintetiza los resultados de la primera investigación sobre la estructura y sobre los indicadores de concentración de las industrias culturales y las telecomunicaciones en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Uruguay y Venezuela. ¿Cuáles son los países donde hay mayor concentración? Nosotros trabajamos sobre América Latina, donde los grupos económicos más fuertes están en México, Brasil, Argentina y Venezuela. Los índices de mayor concentración se encuentran en Uruguay. Porque el tamaño de ese país, su población o masa crítica, hace que no haya un tamaño de mercado que permita el desarrollo de muchas industrias. Los uruguayos están invadidos por la industria cultural de la Argentina y Brasil. Pero si tomás países del tamaño medio, de Chile en adelante, con 10 millones de habitantes para arriba, la Argentina es uno de los países con mayor nivel de concentración. Además de haber concentración hay, digamos, “convergencia” en los contenidos. Un mismo grupo tiende a tener una misma línea editorial. Por ejemplo, el grupo Newscorp del Magnate Rupert Murdoch que apoya las políticas del presidente George Bush. Ninguno de sus más de 200 periódicos brindó una información imparcial acerca de la invasión estadounidense a Irak. Es un ejemplo de cómo un mismo grupo tiene una misma línea editorial: Televisa en México, O Globo en Brasil, Clarín en Argentina, El Mercurio en Chile, el grupo Caracol en Colombia, y así sucesivamente. Ahora bien, en el estudio de la concentración también hay que añadir que a pesar de las sinergias internas no deja de ser curioso que a veces ocurra que internamente una productora de un mismo grupo compita con otra. No es “el gran hermano”, no es un solo ojo que mira todo. En el curso de empresa informativa dictada por la profesora Charo de Mateo de la Universidad Autónoma de Barcelona, explicaban hace algunos años que en España podía accederse sin problemas a los balances de las empresas de comunicación y que acá en Argentina eso era imposible ¿ese es el tipo de obstáculos que tuvieron? Sí. En Argentina es muy difícil, pero no imposible como en Bolivia, Ecuador o Paraguay. En general se le puede solicitar la información a la Inspección General de Justicia. Puede conseguirse información por vías indirectas de las economías más grandes, que son México, Brasil y Argentina. Hay una anomalía muy notable en América Latina que es “la piratería” o el comercio informal. ¿Cómo ponderan este dato teniendo en cuenta la facturación millonaria que a diario circula por el “mercado negro”? En industria de la información y comunicación el tema es serio. Se calcula que la mitad o más del mercado está en negro, por cada CD legal hay un CD trucho o más. Estaríamos hablando de un tercio. Hay países donde todo es ilegal y los sellos tienen muy baja recaudación. Efectivamente es un problema, pero en la televisión abierta, la televisión de pago, la prensa escrita, que por lejos son las industrias culturales que más facturan, prácticamente no hay economía en negro. Si hay balances “truchos” no es responsabilidad de los individuos sino de las corporaciones. Pero eso no me consta. ¿Qué tipo de integración tenemos en Argentina? Conglomeral, en nuestro país un mismo grupo aspira a estar en todos los eslabones de la cadena productiva, de la propia industria. Si vos tenés una productora cinematográfica vas a querer tener una exhibidora, y en el resto de los eslabones de la producción de contenidos: música, actores, guión, etc. Pero además vas a aspirar también a estar en otras industrias culturales, es decir, si tenés un canal de televisión, querrás tener una radio, una revista o un diario, y así sucesivamente. Pero hay excepciones, por ejemplo, La Nación fue dueña de Radio Del Plata, la vendió y decidieron expandirse en el ámbito de la prensa escrita, en sociedad con Clarín. ¿Cómo describirías el rol del Estado Nacional en materia de telecomunicaciones en la actualidad: ausente, paternalista, regulador? En materia de telecomunicaciones el Estado Argentino tiene una misma línea de conducta desde el año 1989 hasta ahora. Todos continuaron con la misma política de Menem. Han logrado empeorar el carácter neoliberal de las telecomunicaciones. Por ejemplo… Hay una carta de intención firmada por este gobierno por la cual el Estado Argentino (bajo la administración del entonces Secretario de comunicaciones Guillermo Moreno) se compromete a cederle a Telefónica de España la propiedad de la red de telefonía. La carta está en Internet y puede consultarse. Sin embargo, lo único que salió en los diarios es que iban a reducir de 8 a 9 el horario de tarifa reducida de telefonía básica. Lo que dije anteriormente es que lo que se quiere es transferir un activo del Estado. Lo que hicieron Menem y María Julia, es decir, que se consesionó la red de telefonía. Mas grave aún es que se haya cedido la red de telefonía. Es interesante que hayan rescatado parte de la obra de autores clásicos de la disciplina, como Alcira Argumedo, Heriberto Muraro, Fox de Cardona y el mismo Armand Mattelart que escribe el prólogo de “Periodistas y Magnates”. Si, eso modestamente quisimos hacer. Esa es una generación o dos de gente que tuvo biografías muy interrumpidas por procesos políticos. Mi generación trabaja en condiciones, si se quiere, mucho más cómodas. Y naturalmente creo que todo lo que podemos decir rinde tributo a toda esa gente. Por eso nos interesa establecer un diálogo crítico con su obra. Revisamos algunas de sus contribuciones o aportes, en algunos casos críticamente. Considero que en América Latina falta eso, el diálogo. Se ha instalado, sobretodo desde los ochenta un cierto ejercicio de ninguneo hacia los fundadores de la disciplina de la comunicación. En realidad nosotros no hemos aportado nada original, sino que estamos haciendo el “trabajo empírico” que aquellos autores no pudieron realizar por haber padecido, llamémosles con cierto eufemismo, interrupciones en sus biografías. Y con relación a cómo se instala esto, es un proceso muy lento, nuestra función es producir conocimiento. Para eso estamos. (*) Recibido por Corrientes al Día de Agencia de Noticias Científicas y Tecnológicas Argentina (CyTA-Instituto Leloir)

El presidente chino Xi Jinping visitó la Rosada. Se anunció un mecanismo para reforzar las reservas del BCRA. También habrá créditos para represas y el Belgrano Cargas. China quiere ganar peso comercial y financiero en la región. Acuerdos que generan deudas.
(www.clarin.com) Fueron palabras del presidente Xi Jinping: este es el año del Caballo, y la Argentina es conocida -dijo- como el país de los caballos. Por eso, formuló sus deseos de que sea un “caballo galopante” la profundizada relación estratégica con la Argentina.
De estilo muy sobrio, con esta gráfica alusión al calendario chino sorprendió Xi a la hora de los discursos, tras encabezar con Cristina Kirchner el acto de firma de acuerdos bilaterales por más de US$ 7 mil millones, que aportarán los chinos para financiar obras de infraestructura.
Estos aportes eran muy ansiados por el Gobierno, con problemas para financiarse, caída de reservas y el fallo adverso de la Justicia de EE.UU. que obliga a pagarle a los fondos buitre y al menos demoró el plan oficial de “regreso al mundo” para buscar fondos en los mercados internacionales de crédito.
Los acuerdos con China incluyen, tal como se había anticipado, US$ 2.099 millones para revitalizar el Belgrano Cargas (el Estado nacional aportará otros US$ 370 millones); y US$ 4.714 millones para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz, obras largamente postergadas y acaso último megaproyecto de la era kirchnerista. El otro acuerdo con números a la vista es el aporte chino para la compra de 11 buques de dragado, por 423 millones de dólares.
En total se suscribieron una veintena de acuerdos, y una declaración conjunta que elevó el vínculo bilateral a “asociación estratégica integral”, un estatus que China sólo tenía en América latina con Brasil, México y Perú, y supone la decisión de profundizar la cooperación mutua.
A estos acuerdos se sumó más temprano –sin presencia de los presidentes– la firma de un segundo swap (el primero fue en 2009), un intercambio de yuanes y pesos por US$ 11 mil millones que podrán usarse para reforzar las reservas del Banco Central. Cristina celebró este punto en un momento de “ataques especulativos” de los fondos buitre.
Xi Jinping llegó a las 17.20 a la Casa Rosada, donde fue recibido con honores militares por los Granaderos. Caminó por la alfombra roja y en el Salón Blanco lo aguardaba Cristina para el saludo, los himnos nacionales y la presentación de delegaciones. Luego pasaron al despacho presidencial, donde estuvieron reunidos a solas y luego sumaron a sus ministros, durante una hora.
La última visita de un presidente chino fue la de Hu Jintao, en 2004. Allí se estableció una asociación estratégica, se firmaron memorándums de entendimiento y el gobierno kirchnerista había generado un singular clima de furor previo al propalar la versión de que llegarían US$ 20 mil millones, que nunca se concretaron.
Ayer, el presidente Xi tuvo su inmersión en el estilo de los actos K: hubo una videoconferencia con El Calafate, por las represas santacruceñas, con el gobernador Daniel Peralta; y otra con Maciel, Santa Fe, donde el secretario de Transporte Alejandro Ramos y Wang Hong, vicepresidenta de la empresa estatal china que canalizará los créditos, hablaron de las obras del Belgrano Cargas.
La jornada terminó con una cena en el Museo del Bicentenario. A la hora de los regalos volvieron los caballos. Cristina mostró las fotos –“No podíamos traerlos acá”, se excusó– de los que regaló. A la primera dama china, un caballo de silla, y a Xi, uno de polo. “Ambos son reproductores, sementales”, enfatizó. “Ahora sí, brindo por el año del Caballo de Madera, a brindar por la Argentina, por la amistad con China”, cerró la Presidenta antes de chocar copas con Xi.
Nacionales
Municipio de la Costa. Otra denuncia contra Boudou de sus días como funcionario municipal
CASAS QUE NUNCA SE REALIZARON
La denuncia tomó nuevo impulso cuando en las últimas semanas la oposición del Concejo Deliberante de la Municipalidad de la Costa impulsó una denuncia contra Amado Boudou (secretario de Hacienda local en 2005), Juan de Jesús (por entonces intendente y actual diputado provincial) y su hijo Juan Pablo (ahora a cargo de la comuna) por presunta “defraudación al Estado nacional”.
(www.perfil.com) Según reseña la publicación La Tecla, en 2005 se firmó un convenio para la construcción de viviendas con Nación, el cual fue firmado por los funcionarios mencionados, entre ellos vicepresidente procesado en la actualidad por la causa Ciccone.
La licitación la ganó la firma Cantera FC y debía terminar la obra en 2006; pero para agosto de 2007 se había abonado más de dos tercios del monto total y más de la mitad de las casas estaba sin terminar, según consigna la revista.
Proveedores de Cantera FC denunciaron haber recibido cheques sin fondos. Tras esto, la empresa entró en convocatoria de acreedores pese a presuntamente haber cobrado hasta ese momento unos 24 millones de pesos.
Cantera cedió los créditos al Banco Hipotecario, y éste emprendió una causa judicial contra el municipio para cobrar la supuesta deuda de 1.930.000 pesos” por las casas que nunca se terminaron”, dicen desde la oposición. Y éste fue el puntapié para su tratamiento y denuncia la cual fue impulsada por Marcos García, concejal del bloque A toda Costa.
Según García, Boudou “fue quien firmó los cheques, que además no estaban a la orden, cuando los cheques en la administración pública deben estar cruzados” y porque “él firmó eso y firmó los cheques por 24 millones de pesos”, sostuvo García. Los denunciantes buscan investigar hasta qué punto llegaba la relación entre Cantera FC y el vice.
Familiares acusaron al canciller por negociar en secreto con Irán y dijeron que “nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Del piquetero K aseguraron que “debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y criticaron que tenga espacios en TV y radio.
(www.clarin.com) El vicepresidente de la AMIA, Thomas Saiegh, exigió hoy al Gobierno nacional “medidas concretas” para conseguir la captura de los iraníes acusados del atentado contra la mutual judía AMIA y que “sean sometidos a juicio en Argentina”.
También reclamó al Congreso de la Nación “la derogación expresa” de la ley que habilitó el memorándum con Irán, que fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal. Fue el primer orador de un acto que incluyó duras críticas al canciller Héctor Timerman y al piquetero oficialista Luis D’Elía.
Luego de Saiegh habló el periodista Alfredo Leuco, quien comenzó diciendo que “los muertos no tienen ni paz ni justicia”. El conductor de Radio Mitre recordó diferentes historias de víctimas del atentado, como la de Sebastián, un niño de 5 años y repasó la evocación de sus compañeros en el colegio.
“La impunidad no es producto de un fenómeno natural sino producto de la ineficacia de ocho presidentes que pasaron y pasaron”, dijo Leuco. Y acusó al ministro Timerman por el memorándum con Irán.
“Será recordado como el canciller responsable del delito de lesa impunidad. Quedará grabado en la historia por esta traición al pueblo hebreo y argentino”. Y también le apuntó a Luis D’Elía, a quien acusó de antisemita.
Finalmente, habló el familiar Luis Czyzewski, quien perdió a su hija en la masacre. Czyzewski dijo que, “En cada una de nuestras casas hay una silla vacía”. Luego, criticó el acuerdo del Gobierno nacional con Irán y calificó de “mal gusto” al denominar ese arreglo como un memorándum de entendimiento.
“Señor ministro Timerman, si el memorándum fuera tan bueno ¿por qué lo negoció en secreto? Usted parece que no tuvo en cuenta que negociaba con un gobierno repudiado por la comunidad internacional”, fustigó el familiar. “Parece que para usted, señor canciller, esto no era trascendente. El gravísimo error diplomático de acordar con Irán no es gratuito”, indicó.
Czyzewski agregó que, “Nuestros muertos piden justicia, no acuerdos”. Y se preguntó: “¿Por qué nunca se denunció a Irán como un país terrorista?”. También criticó al gobierno menemista y dijo que “´¿Cómo la Justicia no pudo encontrar pruebas contra Corach?”, en referencia al ex ministro del Interior de Carlos Menem, bajo cuyo mandato sucedió el atentado.
Y criticó que Luis D’Elía tenga espacios en radio y televisión para difundir su pensamiento antisemita. “D’Elia debería ocupar un banquillo ante la Justicia”. Y también dijo que en el programa “Fútbol para Todos” no mostró un homenaje hecho por las víctimas de la AMIA y agradeció, por el contrario, a los clubes Boca y Estudiantes.
Además, Czyzewski pidió a Julio Schlosser (presidente de la DAIA) que aclare los contactos que tuvo con Timerman antes de la firma del memorándum de entendimiento con Irán. Y también añadió que, “Apoyamos la creación de una CONADEP para la causa AMIA”.
Minutos antes de las 11, se emitió un mensaje en video grabado del Papa Francisco.
El año pasado los cuestionamientos pasaron por el memorándum firmado por el Gobierno con Irán, que prometía poder tomarles declaración a los funcionarios iraníes sospechosos de ser autores intelectuales de la masacre pero a cambio de hacer caer las circulares rojas de Interpol. El pacto fue declarado inconstitucional por la Cámara Federal y el Gobierno apeló a la Corte empantanando la polémica idea de Cristina.
Con el sonar de la sirena, comenzó a las 9.53 el acto central para recordar a las víctimas del atentado que en 1994 destruyó la sede de la AMIA, provocando la muerte de 85 personas y más de 300 heridos.
Bajo el lema “Ni un día de olvido”, se recordó a las víctimas del ataque perpetrado hace 20 años en la mutual judía ubicada en Pasteur 633, en pleno barrio de Once. Mario Pergolini fue el maestro de ceremonias.