De modelo hot, a “La bebota” de Francella. De la pasarela, a sus trabajos como conductora y a su participación en Bailando por un sueño 3. Pese a que la exposición es una parte de su vida, la blonda de apenas 25 años, prefiere permanecer con las revoluciones en baja y hasta comenta que sueña con concretar su ansiado libro de poemas.

Dice que es tímida, y tomando nota del escepticismo de su interlocutor, busca pruebas irrefutables de ello: “Yo empecé con todo esto de casualidad -relata-. Hacía promociones y para una campaña me dijeron que tenía que hacer un casting. Fui, me seleccionaron, y el estudio fotográfico Machado- Cicala le mandó las fotos a Ricardo Piñeiro. Así empezó mi carrera como modelo. En la tele, lo mismo. En 2001, cuando me mandaron al casting de Poné a Francella me pareció una locura. ¡Si ni me salían dos palabras juntas delante de la cámara!. Estaba frente a Guillermo y pensaba: ¿Dónde me escondo?. Casi como reflejo, me salió el personaje de aniñada, una reacción inconsciente que después terminó siendo todo un éxito… Tanto en la tele como en el modelaje siempre me tocaron la puerta, nunca fui a buscarlos yo”. Aunque no lo dice, esa misma situación parece acompañarla por estos días en los que los ofrecimientos, tras la finalización definitiva del ciclo El Ojo Cítrico, se han multiplicado aritméticamente. ¿Se viene la ficción? “No lo sé, tiempo al tiempo…”, dice entre enigmática y pícara, dos características que sus gestos combinan con recurrencia y que, obviamente, se repiten a la hora de hablar de su novio, el productor Gastón Portal, al que -admite- ya imagina como padre de sus hijos. -Pasado el vendaval del tercer ciclo de Bailando por un sueño, ¿qué cosas rescatás de tu participación? -Principalmente, me dejó un aprendizaje muy grande sobre cosas que no sabía que podía hacer. La verdad es que me gustó la idea y lo hice un poco de caradura. Hasta ese momento, ni se me ocurría que podía bailar. -¿Me vas a decir que eras de las que se quedan mirando el tumulto en las fiestas? -Noooo, pero es muy diferente. A partir del programa, por ejemplo, descubrí que tenía incorporadas muchas posiciones de baile clásico. Más allá del desgaste, fue una experiencia que disfruté mucho. -¿Y las polémicas?, ¿ te las tomabas como parte del juego o…? -(Interrumpe) No, no. Si te referís a las palabras finales de mi compañero, Eduardo Garro (cuando deslizó que el jurado no era coherente) no fueron para hacer ningún show. De hecho, ya nos habían eliminado. De todos modos, nosotros éramos una de las parejas más tranquilas. -Durante el año pasado, además, te afianzaste como conductora. ¿Es ese el perfil que querés explotar? -No sé. En realidad, siento que en todo lo que hago lleva incorporada a la actriz de comedia. A todo le pongo humor: en la actuación; en El Ojo Cítrico, incluso en los desfiles, donde no aparezco como la típica modelo con la cara rígida y porte avasallante. Hoy más que nunca, mis deseos pasan por ahí, por la comedia. -¿El tema de los besos, sigue siendo un imposible en tu carrera? -(Sonríe) Besos sí, pero nada más, y siempre que el sketch lo amerite. Igual, el tipo de humor que quiero hacer pasa más por la picardía y la fantasía que por lo explícito. -¿Y el teatro de revista? ¿Se flexibilizan también tus constantes negativas? -No, no. Siempre digo lo mismo, pero a veces para no ser reiterativas las revistas lo cambian. La realidad es esta: nunca voy a salir a bailar con un conchero. -En la tele, ¿dejaste atrás el personaje de mala que había asomado en tus primeros pasos como conductora de Arde Troya? -¿Por qué lo decís? -Me refiero al entredicho con Carolina “Pampita” Ardohain, cuando quedaste como la que inventó aquel famoso apodo… -Yo no inventé nada. Vino David Nalbandian al piso, tiró ese comentario y supongo que se me notó la incomodidad porque conocía (aunque no lo iba a decir) a la persona que lo había creado. No tengo una relación de amistad con Carolina, pero tampoco de enemistad. Fue más un mito que otra cosa, una especie de River-Boca que armaron. La rubia vs. la morocha; Dotto vs. Piñeiro… -¿Tenés amigas en el ambiente? -Tengo muy buenas compañeras, aunque mis amigas son de afuera. La vida de las modelos siempre va de un lado a otro y cuando tenés tiempo libre, por lo general, se lo dedicás a tu familia, a tu novio… -Hablando de eso, ¿cómo está tu relación con Gastón Portal? -Muy bien, estoy súper contenta. -¿Nada más? ¿Planes de convivencia, matrimonio…? -(Ríe) Esas cosas preguntáselas a él… -Pero vos ¿lo ves a él como padre de tus hijos? -Sí, claro… Mirá: ser madre siempre va a ser el sueño de mi vida… Aunque, en el fondo, me gusta que el destino me sorprenda un poco. Con Gastón estamos muy bien, viviendo el día a día. Por ahora no me lo planteo de otra manera. -En el momento de comenzar tu relación, ¿no te dio miedo que te nombraron como la tercera en discordia que rompió un romance afianzado entre él y Mariana Fabbiani? -En la vida personal -y sobre todo en los afectos-, una tiene que elegir, priorizar qué es lo que quiere hacer. Nunca voy a encaminar mi vida según el que dirán, no me guío por eso. En este caso, aposté a que se entendiera que somos dos personas grandes, que Gastón estaba solo hacía tiempo y que tenía todo el derecho del mundo a rearmar su vida. -¿Cómo te llevás con Mariana? -No tengo una relación. Fue la pareja de mi novio mucho tiempo y la respeto muchísimo en lo personal y en lo profesional. No tengo nada más que decir de ella, no la conozco. -¿En qué quedó tu proyecto de encabezar un programa para chicos? -Creo que hoy por hoy, en Argentina no existe canal ni productora a los que les interese hacer un buen proyecto para niños, como en su momento fue el de Xuxa, por ejemplo. Acá “lo atamos con alambre”, ponen una chica con ropa apretada y listo. -Y tus ganas de escribir un libro de poemas, ¿también quedaron en el tintero? -Hace cuatro años que estoy en un taller de literatura y si bien publiqué algo en revistas especializadas, siempre lo hice con seudónimo. El mundo de los escritores no es nada fácil y prefiero que mis textos, al principio por lo menos, se lean sin la carga de mi nombre. Aunque ahora me animé con los cuentos, siempre escribí poesía -soy fanática de los versos de Clarice Lispector (escritora brasilera). Si antes te dije que en lo personal mi sueño es ser mamá, te diría que a nivel profesional, mi máxima aspiración es ser escritora. Ya llegará… Autor: Pablo Steinmann. Producción: Carolina Mergherian. Fotos: Marcelo Dubini. Peinó: Gustavo Resquin de Quintaesencia. Maquilló: Ariel Funes con productos Trucco Agradecimiento: Che Lulu Trendy Hotel (Locacion).