En medio de las grabaciones, Diego Olivera se toma un breve descanso y dialoga telefónicamente con la mañana sobre “Herencia de amor”, la nueva novela que Telefé emite de lunes a viernes a las 15, y que lo tiene como protagonista junto a Sebastián Estevanez, Luz Cipriota, Natalia Lobos y un gran elenco.

(Enterateantes.com.ar) “Montaña rusa”, “Por siempre mujercitas”, “Provócame”, “Amarte así” y “Se dice amor” fueron algunos de los tantos proyectos televisivos en los que participó el actor, aunque en los últimos años su gran consagración la tuvo en México. Ahora, y ya de regreso en nuestro país, Diego Olivera se ha consolidado como una de las figuras de la tarde gracias a su personaje de Lautaro Ledesma, el villano de la tira. ¿Cómo estás viviendo este proyecto televisivo? Es muy importante porque es un personaje muy rico, al que le pasan demasiadas cosas y que me permite jugar con distintos matices. Y la verdad es que después de tres años de no hacer TV en Argentina me pone muy contento interpretar a Lautaro Ledesma. ¿Esperabas esta posibilidad de ser uno de los galanes en la tarde de Telefé? En realidad siempre es bien recibida una propuesta de trabajo, empecemos por ahí. Pero claro que era esperado, porque además reconozco que esto tiene un valor más afectivo que económico para mí, ya que me da la posibilidad de hacerlo acá, en Argentina. Yo agradezco las grandes propuestas que tuve y que todavía me siguen llegando de México, pero básicamente trabajar en Argentina es como un desafío y un afecto muy particular porque es mi lugar, es mi país, la gente con la que trabajé durante casi 20 años. Que me esté pasando esto en Argentina es una alegría muy grande. ¿Qué te dejó profesionalmente tu experiencia en México, donde la novela es un género muy importante? Una experiencia profesional muy grande, y si bien este es un trabajo en equipo, el hecho de ser protagonista te hace sentir otro tipo de responsabilidades. Además, cuando fui a México no conocía a la mayoría de la gente que estaba delante y detrás de cámara, lo que significaba un desafío doble. Yo podía venir de Argentina, con experiencia, pero lo cierto es que al respeto te lo ganas laburando. ¿Es muy distinto cómo se trabaja en México con respecto a Argentina? No, básicamente se trabaja muy bien y mucho en los dos lados. Pero la verdad es que siento que acá, en Argentina, tenemos mucha gente capaz, aún con la adversidad que implica que nuestra industria sea más pequeña. Esta novela tiene una imagen increíble, con muchísimos exteriores… Sí, es maravillosa. Mira: ayer grabamos una fiesta en un pueblo que fueron dos días de grabación -algo que casi no se hace en una novela diaria- con más de 100 personas, totalmente ambientado, increíble… Te digo la verdad: es emocionante formar parte de un proyecto así, estoy orgulloso de esta novela. Estamos haciendo un producto totalmente exportable. ¿Cómo te llevas con Lautaro Ledesma, tu personaje? Me gusta mucho, pero me cuestan muchas cosas de él. Es decir, yo siempre tengo una visión muy amorosa de la vida, y si bien en mi carrera me ha tocado encarar a varios personajes, a éste le quiero dar ciertos matices pero sin que pierda esa cuota de maldad que atrae muchísimo. Lautaro es un tipo que está muy equivocado, y lo peor es que está convencido de eso pero hacia fuera porque en el fondo sabe que está mal. Incluso hay textos que aún no salieron al aire, pero en donde se ve claramente que el enemigo de Lautaro es él mismo. Eso lo hace muy rico. Además, es un personaje que va creciendo mucho a lo largo de la historia, es muy interesante.