Opinión
Penalización, violencia, criminalidad
LA VIOLENCIA ESTÁ EN NOSOTROS (*)
Entre las condenas del código de Hamurabi desde la arcaica Babilonia a las penalizaciones más sofisticadas – ejemplo inyección letal para pena de muerte en los Estados Unidos- existe solo un problema de “mise en escena” que separa el aparente acto de crueldad de la puesta en escena de muerte, minimizando lo que constituye la devolución de la reparación o condonación del acto de trasgresión social, (muerte, violación o robo) tras la apariencia de la ausencia del dolor físico y las torturas infligidas, de acuerdo a la perdida sufrida por el conjunto de la comunidad de acuerdo a la gravedad del daño cometido: sería imposible enumerar los actos de castigo y tortura ensayadas por la diversas culturas de acuerdo a la reparación exigida por el conjunto normativo de esta o aquella comunidad y la naturaleza de la penalización determinada por las mismas.
Es común hoy en la jerga del periodismo irreflexivo oír hablar de nuevas formas de pacto social, o mejor aún parodiando a Rosseau de nuevas formas de Contrato Social. En realidad las “comunidades” pueden aún prescindir de la conformación de un Estado y es el Estado el que necesita de pactos sociales o contratos sociales que se dan en el marco de una jurisprudencia determinada, para así evitar la disolución de todo acuerdo de partes. ¿Como se da el Estado a si mismo una memoria que regule las relaciones sociales cuando de constituir una maquinaria socio-deseante se trata? Ya no se trata de “una comunidad arcaica, segura en sus “creencias”, con sus jerarquías simbólicas y no maquinicas, sino de un aparato que debe funcionar según las leyes de las operaciones entre el crédito y las acreencias para lo cual el Estado debe poner a funcionar una memoria colectiva. El Estado como maquinaria opresiva crea el contrato social en base al crédito y la deuda como formas de someter al animal hombre gregarizandolo mediante el cumplimiento de cualquier interdicto que sea cometido por este, elevando la deuda y el castigo según los perjuicios cometidos contra la sociedad. Todo Contrato Social nace pues de un acto de violencia de un aparato estatal que teóricamente consolida un Estado de Derecho. En la practica veremos como la historia, considerada linealmente y según los preceptos éticos y morales de una comunidad dada según tiempo y ámbitos culturales, se desmorona cuando el hombre fijado como animal de razón por la filosofía griega, constantemente reconstruye la interna conexión entre profano y lo sagrado, con la finalidad de responder a su naturaleza más honda en la cual la crueldad cumple una función simbólica constitutiva y la misma relación Dioses y Hombres (sacrificios incluidos ) a tenor de una visión asincrónica de lo histórico pone al hombre de la hipersofisticada razón consumada en técnica a un paso de lo “subhumano” y no de lo inhumano, como querrían los defensores de un nuevo Contrato Social. PENALIZACIÓN Y VIOLENCIA El Estado de Derecho es una excepción nacido de la violencia impuesta al animal hombre: Jacques Derrida a escrito paginas definitivas sobre esto resucitando en “Fuerza de Ley” la tesis benjaminiana de que la Ley es impuesta a la sociedad siempre como acto de violencia. Pero esta misma preceptiva filosófica fue la desarrollada por Nietszche en su “Genealogía de la Moral”, considerado por Deleuze como el más importante ensayo sobre antropología social del siglo XX. La moderna tesis de Giorgio Agambent de que la suspensión del estado de derecho como forma de mantener la misma esencia del derecho, es pues, si no inútil, estéril desde el punto de vista conceptual y formal porque ya toda “ley” constituye en si un acto de violencia. Solo así se explica que el más arcaico de los mitos- el de “justicia” como devolutiva del bien escamoteado- siga constituyendo la misma sustancia de todos los códigos penales del mundo. Pues bien : si los largos procesos de tabuisación son los soportes que evitaron por largo tiempo las trasgresiones la ley, los castigos por transgredir o profanar la ley, sea esta de naturaleza divina o meramente humana por más terribles que hayan sido se han mostrado a lo largo de la historia – pena de muerte bajo torturas terribles, quema, empalamiento y hasta emparedamiento de un ser humano vivo- estériles para evitar los actos de violencia que llevan consigo el propio holocausto de la persona cuando de motivos políticos se trata: (el terrorismo moderno, los antiguos martirologios religiosos), motivos de fe, profanación o simplemente de transgresiones a veces sicopáticas del orden establecido. TOTEMISMO Y VIOLENCIA Cualquier objeto que cause a la vez o retrotraiga a una escena primitiva de violencia debe ser considerada, propia del totemismo: el tótem no es solo un “objeto” creado para trazar la complicada cuadricula de aquello que no debe ser trasgredido. El tótem es esencialmente una fuerza primitiva encarnada a la que se debe adorar porque resulta propicio a los deseos compulsivos del hombre atado a la fuerza de ley. En “El señor de las Moscas” el genio poético de Goldwin nos permite reconstruir sin graves estudios etnológicos un periplo en el que se nos muestra como el “hombre”-ese animal no fijado- (Nietszhe) , se halla hoy en púberes a poca distancia de la crueldad carnívora y violenta del hombre primitivo. Arrojados por el hundimiento de un lujoso buque a una isla desierta y abandonados a las fuerzas degradantes de la naturaleza un grupo de estudiantes londinenses reconstruyen un orden social donde va a imponerse la fuerza y la irracionalidad , sobre la fragilidad física y especulativa de quienes niegan a volver a la magia de la adoración totémica (la cabeza de un jabalí cazado como en tiempos primordiales) : la muerte y segregación del más débil son las consecuencias de pocas semanas a la intemperie en las cuales los paradigmas culturales de los estudiantes ingleses quedan barridos por la fuerza de las cosas. Se trata por supuesto de un alegato sobre el mal y la barbarie que dormitan en el hombre pero el o los totemismos, arcaicos o hipermodernos, un Dios del candomblé o una computadora son adorados del mismo modo fetichista y utilizados para transgredir todo orden social basado en la fuerza de ley. Recordemos el imperio de las motocicletas en la década del 50 y hoy la vuelta a los tatuajes, (aros, ajorcas en narices y orejas etc., etc.) formas totémicas de retorno a la pulsiones y re-territorialiación de cuerpo y deseo (ambos manipulados por el mercado de un mundo que a pesar de todo constituye un mapa o un engrama donde la fuerza de ley se impone también – paradojalmente- fracasan, y en la cual los arcaísmos y la hipe racionalidad , conforman un tejido en el cual se recicla la necesidad tanto de la violencia sin razón – la trasgresión pura – o el automatismos de robots miméticos tan ingenuos como mortales. Esto que llamamos paradoja se denuncia como Sociedad de la Rivalidad Mimética en la cual los deseos – antes secularizados- están librados a un tipo de serialización en orden al consumo y la competencia, lo cual crea una psicosis que serializa el mismo acto criminal. Las sociedades a las que Michel Foucault a denominado disciplinarias y toda sociedad lo es en esencia se han mostrado a lo largo de la historia impotentes para desarrollar lo que el mismo filosofo ha llamado tecnologías del yo que permitan una convivencia que erradique toda violencia y toda punición del seno de la comunidad: Foucault escribe sobre la tan temida razón de Estado. Hoy la expresión Estado evoca “arbitrariedad” o “violencia”. Pero en aquella época se entendía por ello una racionalidad propia del arte de gobernar racionalmente. Por aquellos años, los últimos de su vida, Foucault escribe: ” Lo que asusta del humanismo es que presenta cierta forma de nuestra ética como modelo universal para cualquier tipo de libertad. Me parece que hay más secretos, más libertades posibles y más invenciones en nuestro futuro de lo que podemos imaginar en el humanismo, tal y como esta representado dogmáticamente de cada lado del abanico político: la izquierda, el centro, la derecha”. El problema para los humanismos desde Nietzsche a Heidegger – quien es quien fue más lejos de cara al futuro y para el mismo Foucault- , es que se da por contestada ya ciertas preguntas sobre las cuales reposa su ansiedad de poder (saber) que es el hombre: que es el poder, cual es la esencia de la técnica. En términos kantianos que puede el hombre. Y si el hombre como Yo, sujeto, identidad no está ya y todo tribunal trascendente se ha borrado del horizonte, ¿con que “derecho” y en nombre de que tribunales se aplican las distintas formas de castigo para que aquello que fue substraído agresivamente pudiese ser devuelto a la sociedad por medio de la punición violenta? Pero lo que Foucault denomino tecnologías del yo han quedado retrasadas frente a la colonización de las pulsiones de los sujetos por medio de las técnicas de la comunicación en el mundo de hoy: el mismo panóptico benthamiano en el que basó todavía su vía de visibilidad absoluta del sujeto castigado a desaparecido bajo el volcán en erupción de otras formas de las tecnologías del yo que paradojalmente crean violencia a partir de la pasividad absoluta de un sujeto “espectral”- (el asesino serial )- casi virtual, el hacker que inventa modos de estar sin estar con el “otro” en medio de la noche de una pc, la visibilidad ya “absoluta” de estos fantasmas mediante formas refinadas de detección de los emisores de mensajes y la revisión de estos – emails, mensajes de texto de teléfonos celulares – etc.- en manos de un hermano omnipresente :las nuevas formas del Estado forman el tejido del poder mundial más allá de los Estados Naciones. En éste sentido, George Orwell en “1984” fue más lejos que muchos filósofos cuando sofocó toda rebelión de cualquier pulsión deseante aplastándola por la mirada omnipresente del Dios de la técnica: ya no había afuera y adentro sino esclavos que no podían revelarse allí, en esa “cave” (cueva) platoniana” donde solo los censores descifraban cualquier tipo de mensaje emitido a un prójimo. Sin embargo tampoco la ficción a llegado en la realidad tan lejos. A la violencia de la técnicas de la comunicación se contesta con las mismas formas de violencia: el afuera y el adentro social se a escurrido de las cárceles y los estos mismos grupos apartados de la sociedad en las cárceles han puesto en jaque el sistema reconstruyendo pactos sociales en los mismos penales, modificando relaciones con los grupos pertenecientes al mundo de la delincuencia que opera en libertad. De modo tal que – Estado de San Pablo Brasil mayo 2006 – puedan actuar de modo soberano o en los dos ámbitos, redoblando su poder contestatario frente a un Estado que se debate en la contradicción de que lo disciplinario, lo que ha dejado de ser efectivo en el control de la violencia que surge no solo de diversas causas o estamentos sociales sino que amenaza con hacer de cualquier sujeto, no importa su edad, su credo religioso ni sus paradigmas culturales, un criminal. LA VIOLENCIA ACTUAL Un niño palestino convertido en bomba humana, niños púberes armados robando en una Escuela, pequeños Hackers jugando con el arma mortal de un personaje virtual – en éste caso una niña – invitando y seduciendo a hombres maduros vías Chat, son potencialmente tan peligrosos desde el punto de vista la sobrecarga de agresividad como un asesino serial que emplea los mismos métodos para sodomizar niños. Frente a “La muchedumbre solitaria” de Riesman, las nuevas “caves” en la cual los murciélagos penden de las estalactitas esperando la noche (el día también es vacuo para la violencia armada) y la fragmentación de un renovado pacto de convivencia en la sociedad hipertecnificada: “grupos” que describió magistralmente Anthony Burgess en “La naranja mecánica, -pequeños hombres-lobos que más acá de toda noción ética de pacto social crean sus propios códigos, su propio idioma (Burgess mezcló el ruso con el ingles para lograr el esperanto que sus criaturas necesitaban) y se lanzan a la destrucción que Dostoievsky vio con ojos de águila venir desde otros siglos. Burgess (su mujer había sido violada y había perdido el hijo a manos de lobeznos) lo que significo su posterior estado depresivo y el alcoholismo que la llevaría a la muerte, duda en condenar – se trataba de los primeros síntomas de la actual descomposición y fragmentación social en los 70 – y apostar por una visión maniquea de la realidad: descree de los procesos robóticas de readaptación y tal vez se incline nietzsceanamente por hacer notar que nos encontramos entre una razón imperial que no a conseguido domesticar al animal que hay en nosotros y la necesidad de reconvertir pulsiones auto y destructivas. Pero denota esta aporía antes que nadie. LOS CÓDIGOS PENALES La anomia ética que significa la desaparición del sujeto – muerte de los humanismos- esa identidad a veces nómade que clasificó y difundió Deleuze: la muerte de todo proceso de tabuisación e insignificado de la palabra trasgresión significan el modo completo de la anorexia moral – el nihilismo absoluto – en el cual se desarrolla la vida del “sujeto” en una sociedad sin vida comunitaria. Penalizar cada día con mayor fuerza los delitos cometidos contra la sociedad no solo son estériles sino llaman a posteriores rebeliones al margen de. De esto se trata cuando se habla de reformar los códigos penales y penalizar a sujetos cada vez más jóvenes. Y es acá donde la ley aprobada antes en Chile por el presidente Lagos que castiga a niños de catorce años equivoca el intento tanto de dar seguridad a la sociedad como el de “crear” figuras de sujetos ausentes, porque un niño de catorce años, no es ni más ni menos que un polimorfo perverso que ni siquiera tiene una identidad genitalmente dada en forma definitiva, sino un espectro que puede ser conducido y explotado – ” de ahí la prostitución infantil en crecimiento- para cualquier trabajo fuera de los márgenes de la fuerza de ley. Y el equipo Blumberg en Argentina, que también propugna esta reforma, también aquí equivoca el camino. Solo el dolor de un padre dañado puede poner como ejemplo los ejércitos de salvación en los Estados Unidos cuya tarea frente a la más mínima trasgresión, da luz verde al Estado para considerar peligrosos a púberes e internarlos en cuidados simulacros de penales en los cuales se los “re- adapta” a una comunidad que espera ser deconstruida en su misma constitución de gregarización acerca de pulsiones atávicas que la “ratio” no ha podido comprender. Aquí tenemos otro ejemplo más de la profecía de Orwell llevada a la práctica por un Estado insano – que obliga a la psicotización y el autismo de los “video games” y al mismo tiempo castiga esta nueva forma de Paideia – lo que muestra el fracaso de un modelo y una manera de comprender la historia y el fenómeno hombre en la misma proyección de su dinámica estructural. Al mismo tiempo recordamos la amarga lección de Burgess cuando el chico malo” es sometido a torturas psicológicas – hasta a llegar a odiar lo bueno que lleva en sí -su amor a Beethoven- una manera más de gregarizar las pulsiones que como el magma de los volcanes está en perpetua erupción hasta el final estallido y la destrucción final. USOS DE LA LIBERTAD NEGATIVA Los usos de la libertad negativa que trajo consigo una sociedad de consumo, masificada – despersonalizada- se vuelven y volverán cada vez más insurgentes contra ésta. El o los peligros están ya en manos de púberes que comienzan a vivir la imaginación de lo virtual antes que las infinitas posibilidades que ofrece y ofrecerá la cha-existencia creadora con el Otro. De ahí que esta ruta ya probada y solo ahondada en forma sofística en este momento se mostrará en el futuro como lo que es. Simple contradicción de las visiones dogmáticas de lo humano que deben ser revisadas cada día más y deconstruidas para desde este punto de vista plantear nuevas formas de paideia y pactos sociales de convivencia que hagan a la esencia de una verdadera comunidad. (*) Oscar Portela de la Redacción de Corrientes al Día
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.