En medio de un confuso episodio que terminó en escándalo, los diputados votaron ayer de madrugada el proyecto de blanqueo de capitales. Pero la oposición denunció que el trámite fue irregular y advirtió que podrían recurrir a la Justicia para pedir su anulación. El oficialismo rechazó las críticas y aceleró los tiempos en el Senado -donde logró sacar dictamen ayer mismo- para convertir en ley el paquete anticrisis donde está contenida la polémica iniciativa.

En ese marco, la oposición anunció que impugnará judicialmente el capítulo que otorga amplias facilidades para repatriar capitales. Alegan que al ser votado por los diputados -ayer por la madrugada- no alcanzó la mayoría especial que consideraban necesaria para su validación. El Gobierno rechazó el argumento y celebró la ventaja de 128 a 100 votos que obtuvo ese articulado durante su tratamiento en particular. Le faltó un voto para conseguir la mayoría absoluta que exigía el arco opositor. En la votación en general, el oficialismo se había impuesto por 131 a 104. En el camino desertaron tres de los 23 aliados que acompañaron el proyecto inicialmente. Anoche, los bloques de la Coalición Cívica, el macrismo y el adolfismo ultimaban detalles de una presentación conjunta en la Justicia. Pedirían a la Corte Suprema una declaración de certeza sobre la constitucionalidad del procedimiento avalado por la mayoría oficialista. Mientras que Claudio Lozano, diputado por la CTA, por la CTA, iría por su cuenta a la Justicia Federal a plantear la nulidad de la votación. El eje de la controversia radica en el artículo 75 de la Constitución Nacional, que exige la mayoría absoluta de la totalidad de cada cámara para “establecer y modificar asignaciones específicas de recursos coparticipables”. El jefe de los diputados K, Agustín Rossi, alegó en el debate que el paquete requería de mayoría simple, porque lo recaudado por el blanqueo (un impuesto especial que va de 1 al 8 % del capital) se coparticipará con las provincias y no tendrá asignación especial. La oposición sostuvo que se crea un impuesto que modifica las alicuotas de la coparticipación y por lo tanto la ley requiere mayoría absoluta. No solo polemizaron los políticos: hasta constitucionalistas reconocidos discreparon sobre la validez de la votación. Para aportar a la confusión, el kirchnerismo apeló fuera de tiempo al voto del presidente de la Cámara baja, Eduardo Fellner -quiso hacerlo cuando ya se había votado- para alcanzar los 129 que exigía la oposición. Las deserciones en su tropa hicieron sufrir al oficialismo para la obtención del quórum y del número para que la ley fuera aprobada en general. Pero los aliados Ariel Basteiro (socialista), Francisco Delich (ex juecista) y Mónica Torfe (renovadora de Salta) le dieron la espalda al blanqueo en la votación en particular. Así, los 131 votos iniciales cayeron a 128. Y eso fue el disparador del escándalo. UNA SESION QUE TERMINÓ A LOS GRITOS Festejó el oficialismo. Festejó la oposición. La confusión que envolvió el recinto de los diputados ayer a las 3 de la madrugada, tras la votación del capítulo más polémico del paquete anticrisis, el que abre las puertas al blanqueo de capitales en el exterior, disparó el escándalo en la Cámara Baja. No fue más que el momento culminante de una sesión que encadenó desaciertos desde su inicio, doce horas antes. “No tuvieron los 129 votos”, gritó eufórica Marcela Rodríguez, espada jurídica del bloque de la Coalición Cívica, cuando el tablero mostró que el proyecto oficial había obtenido 128 y quedó a uno de la mayoría absoluta de la composición de la Cámara. Ya la oposición había adelantado que por tratarse de una modificación impositiva debía cumplirse ese requisito para ser aprobada. Desde la bandeja kirchnerista la interrumpieron con improperios. El jefe K, Agustín Rossi, alcanzó a hacerse oír en el torbellino y argumentó que “para esta votación no necesitamos 129 votos”. Aunque luego admitió, según la versión taquigráfica, que “si la Cámara cree que se tiene que aprobar con 129 votos yo le voy a pedir al señor Presidente que vote, porque con la mayoría especial puede votar”. Le salieron al cruce radicales y lilitos (seguidores de Elisa Carrió): “Es improcedente, ya se votó”. El titular del cuerpo, Eduardo Fellner, que a duras penas había podido calmar los ánimos tomó la palabra para decir que “dijimos que no es necesaria, pero más allá del cuestionamiento de si corresponde mayoría especial, esta Presidencia comunica su derecho a votar y lo hace en forma positiva”. Lejos de causar el impacto del famoso voto “no positivo” de Julio Cobos en el Senado, la actitud del ex gobernador jujeño encendió una hoguera que no se iba a apagar fácilmente. La oposición salió a plantearle el error reglamentario de no haber anunciado esa intención antes de llamar a votar y de paso explotó la desorientación del bando oficial agitando amenazas de impugnar el blanqueo en la Justicia. “Como viene la votación, si quieren digan que tienen 129, si quieren 140”, bramó el habitualmente manso Federico Pinedo, jefe de los macristas en la Cámara Baja. La alusión a cómo venía la sesión estaba relacionada a la sucesión de anomalías que se dispararon desde el vamos, cuando el oficialismo votó el cierre del debate no bien consiguió el quórum con ayuda de la arista fueguina Fabiana Ríos. Una agitada discusión y el amague de retiro en masa de la oposición reabrió la lista de oradores. La votación inicial del proyecto, en general, generó otro cortocircuito cuando el tablero ignoró el voto negativo de unos 20 opositores. “Estaban de pie”, explicó Fellner. De hecho, otra vez habían amagado irse porque no se aceptaba su reclamo de mayorías especiales. Para colmo, al voto de la arista Elsa Quiroz, una antikirchnerista a toda prueba, lo contaron como positivo. Para que enmendaran el error, la amiga de Elisa Carrió armó flor de escándalo, aunque terminó en anécdota con el torbellino que atravesó el recinto más tarde, cuando se votó el capítulo de blanqueo. OPOSICION AMENAZA CON LLEVAR EL CASO A LA CORTE La oposición más racional, la más rabiosa, la que pega por izquierda y la que sacude por derecha. La que integran quienes nunca comulgaron con las ideas kirchneristas y la que intentan edificar quienes no hace tanto levantaban la mano a favor de la Casa Rosada. La oposición, en bloque, dejó de lado las diferencias entre sí y atacó con dureza el proyecto del oficialismo de blanqueo de capitales. Sus referentes ya anticiparon que recurrirán juntos a la Justicia (quizá lo hagan directo a la Corte Suprema) para pedir la nulidad de la medida. La mira de PRO se concentró en Eduardo Fellner, el presidente de la Cámara Baja. “El tablero de la votación marcó 127 votos, una diputada dijo que el suyo no se registró y llegaron a 128. Hubo una discusión y Fellner dijo “vota por la positiva”, después de cerrada la votación y “cuando antes se había abstenido”, dijo Federico Pinedo, el jefe de bancada de la fuerza que lidera Mauricio Macri. Pinedo, junto con Adrián Pérez, que comanda el bloque de la Coalición Cívica, adelantó que se presentarán a la Justicia. “Y si hace falta iremos sin escala a la Corte. Lo vamos a discutir con nuestros abogados”, confió Pinedo. En ese tren también se alinearía el radicalismo y los diputados que responden a los puntanos Alberto y Adolfo Rodríguez Saá. Claudio Lozano, de Proyecto Sur, se presentará por las suyas. Felipe Solá, se sumó a la iniciativa y pegó: “Se trata de la peor ley de esta etapa, por lo que todos los que votamos en contra vamos a ir a la Justicia”. Una grave denuncia cayó desde las filas de la UCR. El presidente del partido, Gerardo Morales, consideró que, “esto va a convertir al país en un paraíso fiscal para el lavado del narcotráfico”. Los 25 años que se cumplen del retorno de la democracia le dieron pie a Roberto Lavagna para señalar que “es una mala manera de festejarlos”. Ex ministro de Economía en tiempos de Néstor Kirchner afirmó que la propuesta, “es decididamente inaceptable y peligrosa en extremo”. SENADO SACO DICTAMEN A FAVOR DEL BLANQUEO Los senadores kirchneristas se apuraron al máximo y el jueves lograron sacar en tiempo récord un dictamen favorable del paquete anticrisis reclamado por el Gobierno, que incluye el proyecto de blanqueo de capitales y una amplia moratoria impositiva. No habían pasado ni siquiera diez horas desde que los diputados lo habían aprobado ajustadamente y con polémica, cerca de las tres de la mañana de ayer. Igual la comisión de Presupuesto y Hacienda del Senado se puso a trabajar contra reloj para apurar su sanción. La primera reunión en la Cámara baja fue a las 11 de la mañana. Al atardecer, y luego de algunos roces entre oficialistas y opositores en la comisión, ya estaba casi todo resuelto: el correntino Fabián Ríos anunció que los oficialistas ya tenían las 8 firmas necesarias (sobre 15 integrantes) para asegurarse la mayoría. Todas eran firmas del kirchnerismo, entre ellas las dos con “disidencias parciales”. Una de la santafesina reutemanista Roxana Latorre y otra del jujeño Guillermo Jenefes. Ya con dictamen favorable de la Comisión, el blanqueo podría ser tratado la semana que viene. Esto podría ocurrir el jueves 18, e incluso no se descarta que pueda adelantarse al miércoles 17. Por la comisión el jueves pasaron cinco invitados en menos de cuatro horas. Los primeros fueron propuestos por el oficialismo, para defender el proyecto. Se trató de Rosa Falduto, titular de la Unidad de Información Financiera (el organismo que debe investigar las operaciones sospechadas de lavado de dinero) y Claudio Moroni, el titular de la AFIP, organismo que se encarga de cobrar los impuestos. Falduto insistió en que el proyecto de blanqueo, “se refiere sólo a delitos tributarios” mientras que los otros siguen penalizados. Pero no pudo explicar cómo se pueden diferenciar unos fondos de los otros. En tanto que Moroni justificó la iniciativa argumentando que “no es distinta a otras que se aprobaron recientemente en países como Italia, Alemania, Sudáfrica, México y Portugal”. Por su parte, los opositores habían pedido que el desfile de invitados fuera más extenso, como sucedió con otros temas que se debatieron en el mismo ámbito. Se referían al ministro de Economía Carlos Fernández; el ex titular de la AFIP Alberto Abad, y los economistas Rubén Lo Vuolo y Alfonso Prat Gay, entre otros. Pero solamente pudieron citar de urgencia a la ex titular de la UIF, Alicia López (quien criticó duramente la idea oficial en el caso de lavado de dinero), al ex secretario de Hacienda de Alfonsín Mario Brodersohn, quien explicó que la moratoria impulsada en esa época dio “exiguos resultados” y al fiscal Nacional de Investigaciones administrativas Manuel Garrido. Cuando fue el turno de los invitados por la oposición, casi todos los peronistas se levantaron y se fueron, incluidos el titular de la Comisión Fabián Ríos y el jefe de bloque Miguel Pichetto. Lo que se dijo, y algunos epítetos que se cruzaron Pichetto con los radicales Ernesto Sanz y Gerardo Morales, no cambió el impulso del oficialismo: a la reunión urgente y a los invitados de apuro le siguió la noticia de que el dictamen ya tenía las firmas necesarias.