La Central de Trabajadores de Argentina está en disputa, el próximo 23 de setiembre se elige, por voto directo de sus afiliados, sus conducciones en todo el país. Pero, la disputa está más allá de la representación política, lo que está en juego es su identidad. Y la identidad de cualquier institución está definida en su mandato fundacional, en el porque y para que fue creado.

La CTA fue creado, así lo establece en su primera Declaración, para construir la unidad de la clase trabajadora en la unidad popular. La unidad de los trabajadores más allá de los sindicalizados y sindicalizables. Esta diversidad de identidades laborales (trabajadores empleados, precarizados, autónomos, cooperativos, jubilados, desempleados y sin empleos, etc) consideramos que solo es posible convocar a la unidad como clase trabajadora bajo principios fundamentales. Y fueron tres los principios fundacionales establecidos en la Declaración de Burzaco aquel 17 de diciembre de 1991: 1- AUTONOMÍA. Autonomía de los gobiernos, de los patrones y de los partidos políticos. La Autonomía de cada colectivo social implica su construcción soberana en su territorio, es por tanto contrario a cualquier jerarquía que pretenda mandar por fuera y por encima del colectivo soberano. Por ello, la Autonomía es un principio fundamental en la construcción Federal. 2- DEMOCRACIA. La identidad colectiva se construye con Democracia participativa, con Asambleas, por eso primero fuimos Congreso antes que Central; y además, la representación se elije por el voto directo de sus afiliados. 3-Recuperación ETICA. La pérdida de la Autonomía y de la Democracia en las instituciones políticas, en nuestro caso de los trabajadores, es consecuencia de la pérdida de la Ética de sus conducciones. La corrupción no es solo económica, aunque el sistema corrompe principalmente con dinero y por dinero, sino que es integral. Corrupción es toda violación premeditada a los principios, a los objetivos y decisiones colectivas. Por esto, este tercer principio es fundamental ya que se refiere a la conducta política que garantiza el cumplimiento de los dos primeros principios. En estos principios esta el porque y para que nace la CTA, porque como toda institución, su existencia tiene que ver con su momento histórico para lo cual fue necesario constituirse y darse un mandato fundacional. Y los principios no son negociables, pues expresan la esencia de la identidad y tal como lo definiera San Martín, “serás lo que debes ser o no serás nada”. Es necesario recordar que la CTA nace a comienzo de la década del noventa como respuesta a la ofensiva menemista que entregaba nuestros recursos con las privatizaciones y la transnacionalización de la economía en el país y que, para hacerlo, contó con la complicidad de dirigentes sindicales que traicionaron los derechos fundamentales de los trabajadores a cambio de ser parte de los “negocios” del neoliberalismo. Fueron aquellos “famosos 15 gordos de la CGT” los que violentaban los tres principios para convertir sus sindicatos bajo la nueva identidad del sindicalismo empresarial. Es importante recordar que la ofensiva política del menemismo fue una continuidad de las políticas impuestas por la Dictadura, por eso contó como aliados políticos, empresarios y sindicalistas cómplices de la dictadura. No se trata solo de mirar el pasado reciente, se trata de entender la disputa histórica presente en este bicentenario. Aquí en Corrientes, no solo están presentes los sujetos políticos y empresarios cómplices sino que estamos ante una ofensiva política del sistema de explotación neoliberal que nos llevó al desastre económico-social del 99 en Corrientes y del 2001 en el país. Resulta absurdo escuchar el discurso político y empresarial impulsando un Modelo productivo que fracasó, no aquí solamente sino, en el mundo. En el radica las causas de las crisis: financiera, alimentaria, energética, del Agua y climática, que pone en peligro la existencia misma de la humanidad. Pero, también debemos reconocer que estamos, como en toda crisis, ante una oportunidad de salida, entendiendo que la cura de nuestros males esta en nosotros. Con la recuperación Ética para garantizar la Autonomía y Democracia en la construcción soberana de los trabajadores y del pueblo. Este es el camino, inclaudicable de la Liberación. La recuperación ética es construirnos democráticamente con autonomía, pero ello nos exige necesariamente combatir la corrupción, que se expresa en los que violan los principios que nos dan identidad, la razón de nuestra existencia como organización de los trabajadores y del movimiento popular. Porque no tenemos dudas que son corruptos: aquellos que hablan de democracia y violaron el orden constitucional siendo cómplices con la dictadura, además, genocida donde fueron torturados, asesinados y desaparecidos miles de trabajadores y luchadores sociales; los que hablan de la pobreza ahora, siendo políticos-empresarios que siempre se dedicaron a enriquecerse, como los gobernadores que terminaron sus mandatos habiendo aumentado su patrimonio dejando al Estado endeudado y al pueblo más empobrecido; los empresarios o “dependientes” de empresarios que ocupan funciones públicas para defender los intereses que representan beneficiando sus empresas o los “negocios empresariales” con las que se relacionan; los políticos, funcionarios que priorizan el interés de su gobierno o de su partido al interés de la clase trabajadora; aún son peores, aquellos que priorizan su interés político personal pretendiendo utilizar la organización de los trabajadores para beneficio de su relaciones políticas y/o proyectarse para ocupar espacios de representación política; y los dirigentes sindicales que utilizan sus cargos, violando las resoluciones democráticas y autónomas de los trabajadores, para ponerse al servicio de decisiones políticas tomadas por fuera de la participación y organización de los trabajadores. Este tiempo nos exige la unidad de los trabajadores y del movimiento popular y la CTA será Autónoma, democrática y federal o sino no será nada. Nuestra identidad es republicana democrática y federal, este camino histórico de los Pueblos Libres es irreversible porque es inclaudicable. (*)Recibido por Corrientes al Día.