Es la más buscada por los mercados extranjeros y la denominan orgánica por estar libre de contaminantes, la produce la cooperativa “Unión Melera” que posee 25 miembros. En una visita guiada a tres apiarios el presidente de la entidad explicó los procesos productivos y la cría de abejas reinas. El joven apicultor también habló de su experiencia en la rueda de negocios realizada en Bolivia semanas atrás.

La lluvia reciente dejó los caminos rurales y vecinales de San Luis del Palmar en un estado de regular hacia abajo, aunque en algunas zonas se nota que el mantenimiento de caminos por parte de la Dirección Provincial de Vialidad dan resultado. Así, a unos cuatrocientos metros de la ruta provincial Nº 5 sobre el margen derecho en dirección a Corrientes, se encuentran setenta colmenas pertenecientes a la Cooperativa sanluiseña “Unión melera”. En un predio de casi quince hectáreas que pertenece a una de sus cooperativistas y pioneras en la actividad apícola dentro de la localidad –María Ester Encina de Soto-, el apiario está ubicado debajo de unos árboles y cercado unos metros más lejos por palmeras. Cuidado por un sereno que habita una precaria vivienda en compañía de cerdos, gallinas y algún que otro tero merodeando el lugar; la visita guiada es dirigida por Juan Manuel Ortiz. Es el primer punto de tres colmenares que exhibirá el presidente de la entidad que ya tiene más de doce años de existencia, aunque desde hace dos obtuvo su personería jurídica de la mano y asesoramiento de técnicos del ministerio de Producción, Trabajo y Turismo. Cada una de las colmenas que por fuera parecen simples cajas de madera albergan entre 80 y 120 mil abejas, están sostenidas por ladrillos que las separan varios centímetros del suelo. Es para evitar embates de sapos, un predador que puede llegar a comer quince abejas en un solo ataque. Ortiz es conocido en San Luis del Palmar con el apodo de “Lalo”, su trabajo formal es de preceptor en un establecimiento local y mientras explica el funcionamiento de la actividad que lo apasiona deja ver su preparación en el tema. Estudios que llevaron años y que actualmente siguen siendo asesorados por especialistas de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), los expertos a menudo llegan hasta la localidad para brindar charlas a los apicultores de “Unión Melera”. PRODUCCIÓN PURA Acompañado por Eustaquio Encina, otro integrante de la cooperativa, el presidente de Unión Melera explica que “en toda esta zona la producción está libre de cualquier tipo de contaminante, por eso nuestra miel es orgánica y es la más buscada por los mercados extranjeros”. Se debe a que San Luis del Palmar está incluida en un grupo de siete localidades que integran una Microregión Ecológica, apoyada por una ordenanza de la comuna local está prohibido el uso de insecticidas y cualquier tipo de funguicidas en las plantaciones del lugar. Con orgullo, mientras mira el horizonte y señala imaginariamente todo el lugar, Ortiz afirma que en poco tiempo esa ventaja se trasformará en el despegue de la cooperativa que dirige. Actualmente cada colmena da 35 kilos de miel en sus dos versiones, clara y oscura; totalmente pura por esa característica que los campos sanluiseños no reciben contaminantes externos. Si bien por el momento la miel que produce la cooperativa se vende en tachos de 300 litros a granel, es decir sin envasar. Los destinos son la propia localidad de San Luis del Palmar, Corrientes y algunas zonas de la provincia de Buenos Aires. Para este año, cuya extracción comienza en octubre y se extiende hasta comienzos de marzo próximo, los índices productivos se triplicarán y la idea es contar con una sala de extracción y avanzar con el envasado propio. Eso otorgará valor agregado a la miel sanluiseña pero tendrá que ser aprobado por el SENASA, el organismo nacional realiza las pruebas en el producto y supervisa las instalaciones de las salas de extracciones. En ese sentido ya está el compromiso de la municipalidad de San Luis del Palmar de donar un terreno para que funcione la sala, en tanto que desde el ministerio de Producción provincial “en un par de meses comprarán una sala de extracción móvil que la usaremos nosotros”, contó Ortiz. EXPERIENCIA INTERNACIONAL CERCA DE LA PRIMERA EXPORTACIÓN Juan Manuel Ortiz junto a otros productores provinciales de diferentes rubros, días atrás estuvo en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia); fue parte de la misión comercial correntina en la XVI edición de la rueda de negocios en el marco de la Expocruz Bolivia 2006. “Hablé con varios importadores en lo que fue mi primera experiencia para vender nuestro producto fuera del país, dos empresarios japoneses que están radicados en esa ciudad quieren comprar nuestra y miel y es posible que concretemos ese negocio en un plazo de tres meses”. De cristalizarse esa operación será la primera exportación que realizará Unión Melera desde su creación a comienzos de la década pasada, en el país limítrofe Ortiz recogió buenas impresiones sobre la miel correntina en Bolivia. El dulce producto prácticamente no es producido en el suelo del altiplano, pero antes la entidad que preside Ortiz deberá cumplir con todos los pasos y reglamentos impuestos por el SENASA en control de calidad, además de poseer la planta de extracción. APIARIOS EN MEDIO DE LA VEGETACIÓN Los otros dos colmenares como el primero están ubicados en pleno monte, dentro de campos privados. Uno de ellos pertenece a Ortiz y alberga un total de 45 colmenas, en la sexta sección rural de San Luis del Palmar el lugar está a unos 20 kilómetros de la localidad. Se llega por la ruta provincial nº 44 y unos tres kilómetros de camino vecinal. Por las precipitaciones ese último tramo hay que realizarlo a pie, es casi imposible que vehículos puedan insertarse en la zona sin quedar estancados en el barro. Con escafandra, sombrero y un buzo blanco; Ortiz y Encina parecen convertirse en personajes de un filme de ciencia ficción. Munidos con un cono de hierro que exhala humo para ahuyentar a las abejas, apenas abran las colmenas la acción será sólo una mera expresión de deseos. Con la característica de ser abejas africanizadas “son muy malas cuando uno las molesta y en especial cuando el tiempo está así”, dijo enfundado en su equipo Ortiz. El clima cuando es húmedo con mucho viento fastidia un poco más a los insectos, después de la observación y alguna que otra picadura el presidente de Unión Melera dirige la visita a la tercera colmena. Es donde se trabaja “con material vivo” dice mientras regresa adentro del buzo y la escafandra. A cinco kilómetros del casco céntrico en el paraje “EL Espinillar” es el apiario más cercano al pueblo, Ortiz está todos los días en el lugar a las seis de la mañana. Es porque cuando incuban en esas colmenas abejas reinas y debe seguir de cerca el proceso, “es la cría intensiva de reinas para todos nuestros apiarios. Acá no producimos miel”, concluye. CAJAS QUE SE VUELVEN HÁBITAT PARA LAS ABEJAS Las colmenas son cajas que pueden comprarse hechas y en el caso de la cooperativa sanluiseña, su tipo es estándar. Con 10 cuadros y cámara de curva con un costo total de 120 pesos, pueden ser adquiridas en Saladas. En tanto que para los que recién incursionan en la actividad también pueden hacerse de las “cajas núcleo”; traen una reina o nodriza, alrededor de 100 abejas obreras y los zánganos. Son los machos que únicamente copulan y sirven para la reproducción como único objetivo. El adminículo cuesta 140 pesos y hay locales en la provincia que se dedican a la venta del mismo.