Los daños causados por las heladas en los Departamentos correntinos de Goya, Lavalle, Bella Vista, Concepción y Monte Caseros, ameritaron que la Comisión Provincia de Emergencia Agropecuaria considerase necesario recomendar la declaración de emergencia y/o desastre, para los sectores citrícola, hortícola y florícola, según las conclusiones de la reunión convocada en la fecha y en la que se analizaron los porcentajes de pérdida actuales y futuros.

El encuentro estuvo presidido por el ministro de Producción, Trabajo y Turismo Alfredo Aun y estuvieron presentes el Secretario de Producción Miguel Angel Bazzi y el subsecretario del área Mario Voss; el director regional del INTA Hugo García; intendentes y directivos de las comunas citadas, productores, funcionarios del Banco Nación y de Corrientes y técnicos del Ministerio y del INTA. Además de presentarse los resultados del relevamiento efectuado por los técnicos del Ministerio, los productores describieron la situación en las distintas chacras y quintas, en las que el extenso invierno causó estragos cuyos resultados se observan en la actualidad y repercutirán –tal el caso de los citrus- en la producción futura. El ministro señaló que la urgencia de la situación obligó a citar a todos los sectores para describir el panorama, aún sabiendo que las realidades y consecuencias son diferentes. También manifestó que era necesario que los productores expongan su problemática y sus ideas para comenzar a instalar el tema ante las autoridades nacionales, con las que tendrá un encuentro. También detalló el proceso que demanda la normativa para el caso de emergencia o desastre agropecuario y sus alcances, agregando que el mecanismo empleado para el relevamiento es aleatorio y a modo de muestreo, que se intensifica e individualiza una vez que la emergencia es aceptada en el orden nacional. Señaló además que los relevamientos efectuados en forma privada, escribano mediante, por algunos productores, resultaron innecesarios y un gasto inútil, toda vez que solo son tomados a manera de datos y a los efectos formales solo son válidos los efectuados por el organismo oficial. La condición de emergencia o desastre, o ambos, se realiza en forma individual y según las constataciones realizadas por los técnicos oficiales en cada predio, posterior al dictamen de la comisión y a través de las declaraciones juradas de los productores. García acotó que el informe realizado por los técnicos del Instituto coincide con los del Ministerio. De esa forma, se constató que los cultivos a campo sufrieron más de un 90% de daños, en tanto que los realizados bajo cobertura tuvieron consecuencias distintas según la infraestructura, aunque más del 50% todos; los invernáculos precarios fueron los más perjudicados. En algunos casos, el frío vulneró la flexibilidad de los plásticos y causó roturas importantes, con el consecuente efecto sobre los cultivos. Los productores del sector señalaron que los pequeños fueron los más damnificados, ya que no tienen capacidad económica para comenzar de nuevo. En el sector citrícola, si bien los efectos de las heladas se observan a simple vista, sus secuelas se comprobarán de aquí en más, toda vez que las frutas –en gran mayoría quintas para exportación-, el follaje e incluso las ramas, se congelaron. Las fotos presentadas en esta ocasión, muestran gran cantidad de fruta y hojas caídas y escarcha sobre las ramas. También, se comprobó la pulpa endurecida en los citrus al ser cortados: en las variedades que se cosechan en esta época para exportar, esa circunstancia impide que se pueda determinar cuales cumplen con las exigencias de calidad para esos mercados. En tal sentido los productores informaron que los negocios que habían cerrado con el exterior para esta temporada, cayeron ni bien comenzó a conocerse el clima de la región. Solicitaron además, que al momento de evaluar se tenga en cuenta los efectos a futuro, ya que una planta de citrus tarda entre 3 y 4 años en recuperarse y comenzar a producir nuevamente. Muchos de ellos ya comenzaron a replantar para no tener períodos improductivos, arrancando las plantas jóvenes que, dijeron, no se recuperarán más. Asimismo, el impacto excede a lo meramente productivo; también alcanza a los trabajadores del sector. Los productores citrícolas rescataron que de la crisis provocada por la sequía del año pasado el sector concretó una larga aspiración, como los sistemas de riego financiados por la provincia, y que en esta ocasión consideraban necesario idear algún mecanismo que permitiera enfrentar estas situaciones de manera ágil, ya que la tramitación administrativa de la emergencia, al salir de la provincia, se complica y extiende en el tiempo. Aun recordó que los ministros de producción de todo el país vienen reclamando desde hace tiempo la promulgación de una ley de emergencia que se adecue a los tiempos del campo y que hay cerca de 40 proyectos en el Congreso de la Nación. En cada vez, la provincia sale a auxiliar con los recursos disponibles a prestar auxilio, subrayó. El ministro decidió dejar abierta una mesa en la que se determine con cada sector las necesidades para superar esta situación; se realizará un relevamiento detallado y se determinarán las medidas a adoptar y su costo, tras lo cual se buscarán las fuentes de financiamiento para encararlas. La recomendación de la Comisión, de declarar la emergencia y/o desastre agropecuario en esas zonas y sectores, será elevada al Ejecutivo para el decreto pertinente y luego remitida a la comisión Nacional de Emergencia Agropecuaria para su tratamiento y determinación. ASISTENTES Hugo Perrotta, intendente de la Municipalidad de Lavalle; José Luis Lòpez, gerente de la Cooperativa de Santa Lucía; Eduardo Cornaló, intendente de la Municipalidad de Monte Caseros; José Soto, productor de Santa Lucía; Eduardo Carlino, de la Asociación de Citricultores de Monte Caseros; Martín Reniero, de la Asociación de Citricultores de Mocoretá; Eduardo Suárez, director de Producción de la Municipalidad de Santa Lucía; Carlos Vaccaro, de la Asociación de Citricultores de Bella Vista; Daniel Filigoi, consultor de las Asociaciones de citricultores; Daniel Calgaro, Jerónimo Gromenida y Eladio Cornaló, de la Asociación de Citricultores de Mocoretá; Nicolás Carlino, de la Cooperativa citrìcola San Francisco; Rogelio Bozzer, Daniel Bago y Lisandro Bóxer, de la Cooperativa Santa Lucía; Julio Hugo Beviglia y Víctor Hugo Salina, de Control de Riesgo del Banco Nación.