Opinión
Propone formar un nuevo partido
VICTOR HUGO PEYREGNE (*)
Quiero compartir con ustedes mi idea, y me dirijo especialmente a todos los que no son responsables de la situación actual de la Argentina, a los que son víctimas de la mentira, a los que sufren y padecen penurias, a los que viven con estupor cómo la patota se impone a sus anchas, a los docentes, a los pensionados y jubilados que después de trabajar toda su vida cobran una miseria.
A los inversores, industriales, ganaderos y agricultores que son productivos y no especuladores, a las amas de casa, a los jóvenes, a los desencantados, a los obreros, a los comerciantes, a los hombres y mujeres trabajadores, a los profesionales y a todos los que quieren trabajar con libertad, resumiendo a los buenos Argentinos. A todos ustedes les propongo la creación de un nuevo partido político, diferente, práctico, moderno, con una profunda vocación de servicio, con ideas precisas y diferentes de todo lo actual. Les propongo también ser el presidente del partido y el candidato, por dos razones: La primera: creo sinceramente que puedo garantizar un grupo unido, democrático, abierto, en el que todas las ideas y todas las discrepancias son legítimas, sin más límite que la Constitución y el estado de derecho. La segunda, tengo la firme convicción de estar capacitado para conducir este partido, de ganar las elecciones y gobernar Argentina. Sé que podemos hacerlo. No niego lo tremendamente difícil y compleja de esta cruzada, nadie cree en los políticos, pero sé que quieren creer MIS PROPÓSITOS SON: La Libertad, la justicia y el progreso de todos los ciudadanos, la igualdad y solidaridad, el bienestar, garantizar siempre la seguridad, la salud, el trabajo digno. Quiero que la sociedad avance por esos cauces ¿QUÉ ES LO QUE DEFIENDO? Que la soberanía nacional es única y no se divide ni se reparte. En Argentina manda el pueblo, todo el pueblo, y manda sobre todo el territorio nacional. Que Argentina es una Nación de ciudadanos libres e iguales. Yo pienso que tenemos que combatir y derrotar cualquier forma de terrorismo. Siempre con las armas del estado de derecho. Pienso también que las víctimas han de ser una referencia inexcusable de nuestra acción política. Estaremos siempre a su lado por razones de solidaridad y porque en su dolor se reconoce la dignidad suprema de nuestra democracia. Yo pienso que el futuro de los argentinos descansa sobre la educación de nuestros jóvenes, y creo firmemente que ese futuro tendrá la calidad que tenga esa educación y sufrirá las carencias que hayamos consentido en esa educación. La educación tendrá como fin básico formar buenas personas y ciudadanos libres y pensantes. Creo en la familia como núcleo básico de la sociedad. Creo en el mérito, en el trabajo y en la superación, porque estos valores son los que garantizan el progreso de la sociedad. Creo en la libertad individual como fundamento de la dignidad de la persona. Creo en la autonomía del ciudadano, en su responsabilidad. Creo que tiene el derecho a saber la verdad sobre cuanto le concierne. No se merece que el gobierno lo tutele como a un menor de edad, ni que escamotee la realidad para engañarle o la disfrace para mentirle. Quien desee engañar a los propietarios de la Nación que no cuente conmigo. Creo que la mujer es la única dueña de su propio futuro. Por eso es preciso allanar definitivamente todas las barreras que entorpecen su incorporación a la vida laboral. La mujer tiene derecho a que se reconozcan sus méritos y a progresar por su esfuerzo. Creo que no es posible defender la libertad del individuo y la igualdad de oportunidades desde el egoísmo, desde la indiferencia ante el infortunio. No es justo tratar igual a los desiguales, a los que ha castigado la vida, o la fortuna, o el azar de una catástrofe o la mano asesina de un delincuente, de un terrorista. O simplemente una ineficaz acción de gobierno. Creo en la solidaridad con todos los que sufren por su salud, por su ignorancia, por su pobreza, por su debilidad, o por el capricho de un criminal. Estas son algunas de mis convicciones. No será fácil defenderlas frente a la incomprensión, el sectarismo, la patota o la demagogia. Yo sé que otros prescinden con gusto de todo lo que les entorpezca para lograr el poder. Pueden hacerlo porque cambian según el viento que sople. Y porque saben disfrazar sus propósitos. Y porque tienen esa capacidad admirable para predicar una cosa y hacer la contraria: decir una cosa hoy y otra mañana; una aquí y otra en la casa de enfrente. No defenderé nada que no puedan compartir la mayoría de los argentinos. Me preocupa el medio ambiente, los recursos naturales y apostaré siempre por las energías renovables. Cuando seamos más, tenemos que trabajar mucho, explicarnos mucho, romper algunos estereotipos falsos que nos aplicarán nuestros adversarios. Vamos a dedicar mucho más esfuerzo a la comunicación con los ciudadanos para que nos escuchen y nos entiendan bien. Hablar de todos los asuntos que preocupan a los argentinos. Ni soy ni seremos monotemáticos ni podemos permitirnos parecerlo. No nos van a faltar asuntos de los que ocuparnos. En estos momentos, la principal preocupación de los argentinos es la estrechez derivada de la crisis económica, el empleo, la vivienda. Y la crispación social. Tenemos muchos problemas con la seguridad, la salud, etc., y hay millones de mujeres con dificultades para hacer compatible su maternidad y su trabajo, a las que no se les ha ofrecido más que las insustanciales palabras del Gobierno. Desgraciadamente son muchos los problemas que reclaman nuestra atención. No nos va a costar ningún trabajo diversificar nuestra labor. Estaré y estaremos dispuestos a dialogar con todos. Yo soy partidario del diálogo. Eso nos diferencia de las bestias. Pretendo llegado el caso, gobernar para todos y hemos de hablar con todos, salvo los que utilizan la violencia, el terror, el miedo, y la corrupción como instrumento de acción política. Defenderé y defendemos a todos los argentinos por igual. Con un solo objetivo servir mejor a la querida Argentina. ¿QUÉ PARTIDO NECESITAMOS PARA ESTA TAREA? En primer lugar, necesitamos un partido fuerte. Sin un partido fuerte no se pueden ganar las elecciones. Ser fuertes consiste en ser grandes y estar unidos. Y lograr que las personas crean. Así es el partido que yo deseo: unido y solidario. Coherente con sus principios y con su idea de Argentina. Un partido nacional. Con el mismo mensaje en todos los rincones de nuestra patria. Un partido con vocación de servicio, creíble, dejando de lado la arcaica izquierda y derecha. ¿Y esto qué quiere decir? que nosotros no arrastramos doctrinas ni orejeras. Que no tenemos ideas preconcebidas sobre las cosas. Que huimos de cualquier radicalismo. Y que entendemos la acción política desde la moderación, el diálogo y la convivencia. Y esto no significa tibieza o indiferencia o relativismo, como si todo nos diera igual. A nosotros no nos dará todo igual. Nuestra conducta se guiará por un propósito… el bienestar de todos los argentinos. A vos argentino ¡¡¡que querés de verdad hacer algo por el futuro, te pido te unas a mi proyecto, aportame tus ideas… dame tu confianza, demos la batalla de la sensatez y del sentido común (*) Recibido por Corrientes al Día de VICTOR HUGO PEYREGNE, politica.decente@hotmail.com, vhpeyregne@hotmail.com
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.