El equipo de Passarella tomó la delantera en su primer gran desafío del año. Derrotó por 6 a 0 a Oriente Petrolero por el partido de ida del repechaje a la Copa. Logró una importante diferencia para viajar tranquilo a Bolivia. Se cayó el pase de Ortega.

(DyN) – River Plate aprobó sobradamente su primer examen de la nueva era Passarella como entrenador al vencer por demolición 6-0 al anémico Oriente Petrolero de Bolivia y quedar en óptimas condiciones de ingresar al cuadro principal de la Copa Libertadores de América. El desigual encuentro se disputó en el estadio Monumental ante unos 25 mil espectadores y la revancha del Repechaje tendrá lugar el próximo jueves en Santa Cruz de la Sierra, ciudad boliviana situada sobre el llano. River ya vencía 4-0 al cabo del primer tiempo con goles de Santana, Montenegro, Gallardo de penal y Farías. A poco de iniciado el complemento definió el pleito con resultado tenístico mediante tantos de San Martín y Gallardo, otra vez de penal. Tardó casi 20 minutos, pero cuando abrió el marcador, lo que vino después fue una especie de destrucción total de River Plate. Y no porque el conjunto de Passarella fuera una maravilla futbolística -incluso fue abusivo en los pelotazos aéreos- sino fundamentalmente por la extrema precariedad de recursos en todas sus líneas que expuso el modestísimo rival. Hasta el gol de Jonathan Santana con gran derechazo a los 19 minutos incluso poco y nada había pasado de bueno frente al arco visitante: apenas un cabezazo de Danilo Gerlo, una débil mediavuelta de Daniel Montenegro y un remate de Marcelo Gallardo bien contenido por el arquero Sergio Galarza. El gol de apertura desmoronó por completo a los bolivianos y a partir de allí la diferencia futbolística y anímica entre uno y otro fue abismal. Igualmente el segundo tanto tardó demasiado en llegar según como venía un desarrollo demasiado desparejo, sin equivalencias. Fue a los 37 y derivado de una grosera falla defensiva de Luis Gutiérrez, quien en su intengo de despejar para adelante, le dio un pase exacto para que Montenegro, en gran definición, la matara con el pecho, amagara e incrustara su derechazo en el palo izquierdo. Enseguida, a los 38, otro error defensivo permitió al ahora inspirado y muy veloz Montenegro correr solo por derecha y dejar solo para el fusilamiento al Tecla farías, cuyo remate fue desviado intencionalmente por la mano de Oscar Espínola. Era penal y expulsión sin más, pero el árbitro chileno Rubén Selman se apiadó del más débil y si bien cobró la pena máxima ni siquiera sacó amarilla. Increíble. Marcelo Gallardo puso el 3-0 y a los 43 Farías el 4-0 tras tocar de puntín un centro rasante del Rolfi a la salida de un corner del Muñeco. Toda una paradoja, la única llegada de Oriente fue una incompresible indecisión a los 32 de Gerlo, a la que se sumó el juvenil arquero Carrizo, que entre los dos y sin peligro a la vista casi hacen un desastre. Al minuto del complemento River convirtió el quinto con derechazo del recién ingresado Andrés San Martín y a los 11 Gallardo cerro el sport, nuevamente de penal que le convirtió a él Vaca. El dominio de River fue ya a voluntad y el cotejo perdió hasta algún grado de seriedad por las tremendas limitaciones de Petrolero, cuyos dos únicos remates al arco fueron a los 14 y 35 minutos por parte de Astudillo. Pobre el equipo boliviano: a los 42 minutos el árbitro lo privó de la posibilidad de lanzar un penal por una clarísima falta del lateral Paulo Ferrari a Astudillo que ignoró de plano. Fue acaso el único, pero ciertamente grave el error cometido por el ex defensor de Rosario Central, que dejó corta una pelota al arquero. Fuente: Infobae