La historia de amor de Nicole Neumann (23) e Ignacio Herrero (29) comenzó hace nueve años. Sin embargo, recién cobró notoriedad este verano cuando la pareja fue descubierta por los fotógrafos mientras se mimaba en una playa de Punta del Este. Hacía una semana que Nicole había terminado su relación con Matías Liberman y sólo algunos pocos lo sabían.

Entonces, muchos creyeron ver en esas imágenes el retrato de un encuentro casual y pasajero. Nicole y Nacho hicieron oídos sordos a los comentarios y siguieron adelante con su romance. La polémica que se generó alrededor de Nicole no era nueva para ella. Sin ir más lejos, hace apenas unas semanas la modelo protagonizó una campaña gráfica en la que besaba a otra mujer y logró escandalizar a su público y a la prensa. Después, su hermana Geraldine (21), también modelo, hizo lo propio al aparecer en una revista del espectáculo posando desnuda junto a un grupo de amigas en una serie de fotografías caseras que fueron publicadas sin su consentimiento. “La verdad es que no quiero hablar de ninguna de esas cosas”, dijo Nicole. Lo mío fue parte de mi trabajo. Lo de mi hermana, una de las tantas cosas desagradables que suelen pasar en este medio. Pero no me interesa darle demasiada trascendencia a ninguna de estas dos cosas. Ahora lo que más me interesa es mi historia de amor”. Siete meses después de aquella escandalosa foto que les tomaran en la playa, Nicole y Nacho se confiesan más enamorados que nunca. Y hasta se atreven a asegurar que son dos almas gemelas. Por eso, porque sienten que están viviendo una historia única que proyectan prolongar hasta el fin de sus días, Nicole y Nacho viajaron a Brasil con la idea de compartir una semana de placer en la más absoluta intimidad. Y, por primera vez, se animaron a hablar juntos de su amor. “Queremos estar unidos toda la vida”, dicen. “Sabemos que nuestro amor es para siempre”. Puestos a hablar de su romance, Nicole y Nacho repasan con entusiasmo aquellos días del mes de enero pasado cuando, después de nueve años de aquel primer encuentro de sus vidas, volvieron a verse. “Yo estaba viviendo en México y había venido por veinte días a visitar a mi mamá y a ver a mis amigos.”, cuenta Ignacio. “Sin embargo, me enteré de que Nicole iba a participar en un desfile en Mar del Plata y fui para allá. La encontré, flasheamos y me quedé. Pero esa no era la idea original. De hecho, todavía tengo mis instrumentos y mis CD en México. Nunca los fui a buscar”. ¿Cuánto tiempo le llevó tomar la decisión de quedarse en la Argentina? Una noche. Después del desfile nos quedamos hablando en la habitación de Nicole. Nos reencontramos con la mirada. Fue algo muy mágico. Al otro día, decidí ir a Punta del Este. Nicole iba para allá y yo tenía que seguirla para vivir el placer de la conquista, de llevarla a cenar y de ver realmente qué pasaba. No quería generarme expectativas que después no se cumplieran. —¿Entonces no fue esa primera noche cuando sintió que la había conquistado? —Lo que pasa es que cuando a uno le sucede algo tan fuerte, cuando sentís que chocan dos asteroides, a uno le aparece el miedo. Por eso, antes de ir, mientras le pedía a mis dioses, a mis ángeles, al mar, que apaciguaran las aguas para que pudiéramos decidir estar juntos otra vez, la llamé varias veces por teléfono. Para saber si estaba todo bien. —Es que todo fue muy loco —dice Nicole—. Nosotros tuvimos algo cuando yo tenía 14 y él 19. Fue algo importante pero fugaz. Y él se manejó de una forma bastante rara. —¿La dejó? —Digamos que cortó la historia sin muchas explicaciones. Se borró de un día para el otro, se fue del país y no nos vimos más. —Es que no la dejé, siempre se lo digo agrega Nacho Herrero. Yo sentía que lo mío era tan de verdad, tan profundo, tan intenso que… —Tan intenso que la dejó. —Había muchas interferencias y no quería darme el lujo de arruinar algo semejante. Sentía que ese no era el momento para nuestra relación. —¿Entre esas interferencias estaba la desaprobación de la relación por parte de la mamá de Nicole? —Es que yo tenía 14 años y él me llevaba 5. A esa edad la diferencia parece enorme. —Por eso ahora digo que fue una decisión acertada. En estos años los dos crecimos, vivimos un montón de cosas. No me arrepiento de las decisiones que tomé, salvo cuando recuerdo que en todo ese tiempo ella anduvo con un par de giles que… ¿Qué dijiste? interrumpe Nicole entre risas. }Algunos giles que no la trataron bien, que no la cuidaron. Pero yo sabía que finalmente nuestro momento iba a llegar. En todos esos años nos encontramos dos veces. La primera, en el desfile de Piazza Spagna, en Italia. Pero ahí yo mucho no le quería hablar porque me duraba la mala onda y sabía que si lo veía me iba a derretir aunque alguna vez hubiera desaparecido sin dar explicaciones. Aún así, él vino a hablarme. Me hizo todo el cuento de vuelta: que las estrellas, que yo era el amor de su vida, que bla, bla, bla. Y cuando yo quise dar un pasito más se hizo el tonto otra vez. Es que no era el momento insiste Herrero. Sí, otra vez con el cuento de que no era el momento dice Nicole impostando un tono de reproche. Después, otro año, lo vi en la cola del Buquebus. Se levantó de la mesa donde estaba, me tiró un beso y embarcó sin decirme una palabra. Lo que me pasaba era que cada vez que la veía empezaba a tartamudear, me temblaban las piernas. No era que no quería saludarla. Había algo en el aire que tiene que ver con esta magia que me impedía acercarme. Hasta que nos encontramos en Mar del Plata. El sabía que yo estaba bastante escéptica, desconfiada. Cuando nos vimos en Mar del Plata nos miramos a los ojos y los dos morimos, pero él no sabía cómo iba a reaccionar si iba a Punta del Este. Y yo tampoco. —¿Tenía miedo de que volviera a desaparecer? —No, pero prefería no tomármelo en serio. Yo a mis 23 años pienso en otras cosas: en tener hijos, en una familia, en el futuro. Y creía que un pibe que anda volátil por el mundo no me atraía. No encajaba en mis proyectos. —Ella se me acercó y lo primero que me preguntó fue si estaba casado. Y recién cuando le dije que no, quiso seguir adelante. Eso tiene que ver con que ella está pensando en su proyecto de familia. Por mi parte, yo ni siquiera sabía que había estado de novia. Sólo quería encontrarla para mirarla a los ojos y ver cómo estaba nuestra historia. —¿Esa misma noche decidió no regresar a México? —Ya lo sabía, pero tenía mucho miedo. Cuando lo que uno siente es fuerte, el miedo también lo es. No sabíamos qué iba a pasar pero teníamos la ilusión de que se tratara de algo más que un encuentro. —Al principio pensé: ‘Vamos a escuchar a ver que me cuenta’. Sentía curiosidad, quería reírme con él recordando la historia que habíamos tenido. En un momento, amagó con irse y le di a entender que las cosas a medias no me iban. Quería que supiera que si se iba en ese momento no me iba a encontrar más, porque estaba harta. Sin embargo, después de diez horas de charla nos relajamos y sentimos la conexión que todavía hoy nos une. ¿Diez horas de charla? ¿Esa noche no hubo ni siquiera un beso? Bueno acepta Nicole. Algún beso hubo. Y al otro día viajé a Punta del Este sólo para invitarla a cenar. Iba a invitarla a cenar pero me caí con una valija, la guitarra, el estudio portátil de grabación, mis cosas de buceo… Con todo lo que llevaba. Era mi manera de apostar todo a esta historia. Una de las frases que me dijo un mes después de aquel encuentro en Mar del Plata fue: ‘¿Estás segura de que ya hiciste todo lo que tenías ganas de hacer para estar conmigo para siempre?’. Y yo le dije que sí. Lo que pasa es que a veces uno habla de casamiento livianamente, pero como romántico que soy sé que se trata de un compromiso espiritual y profundo desde el corazón. Cuando le hice esa pregunta yo ya sabía lo que quería. Yo no quiero estar con otra mujer en mi vida. Quiero ver crecer a Nicole, envejecer con ella, mimarla, cuidarla, quiero que sea la madre de mis hijos. Quiero mimarla como lo más grande del mundo. Entonces, quise saber si ese sentimiento era mutuo. Cuando me dijo que sí, respiré aliviado. En Buzios, Nicole y Nacho se alojaron en el exclusivo Brava Hotel. Ubicado sobre la playa Brava y a unos cinco cuadras del centro comercial, el hotel está en una de las últimas reservas naturales de Buzios. Gracias al confort que ofrece su helipuerto, las más importantes personalidades de Brasil lo eligen para disfrutar del mar, de la energía y del espíritu místico del lugar. Fascinados con semejante paisaje, Nicole y Nacho no sólo fueron a la playa sino también aprovecharon los servicios del spa. Aconsejados por Marcelo y Jorge García de la Peña, anfitriones del hotel, comieron exquisitos platos de cocina internacional y recorrieron los rincones del lugar con guitarra en mano, lista para que Nacho cantara algunas de sus canciones y aprovechara la soledad de la noche para componer otras tantas “siempre en el baño de la habitación, para no molestar a Nicole mientras dormía”. —¿Qué fue lo que lo enamoró de Nicole? —Un millón de cosas. Aún hoy, la siento y me enamoro. A la mañana, a la tarde, a la noche me enamoro cada vez más. Si tuviera que definir qué me enamoró de ella en una palabra diría que su energía. —Y a usted Nicole, ¿qué la enamoró de Ignacio? —No es un aspecto de él que me enamora, es todo. —¿Están conviviendo? —Nicole tiene su casa, su campo, al que vamos los fines de semana, estamos con el fuego y los animales que nos dan tanto amor. Tanto que a veces nos supera y empezamos a pensar en tener hijos. Yo alquilé un departamento que buscamos los dos juntos en Buenos Aires. Durante la semana estamos ahí para no tener que hacer 70 kilómetros todos los días. Te diría que no convivimos pero nos despertamos juntos todas las mañanas. —Todo se fue dando muy naturalmente. No hubo obstáculos que vencer. ¿Qué hacen cuando están juntos? Tratamos de pasarla lo mejor posible, nos reímos mucho —cuenta Nicole—. Ayer, por ejemplo, como llovía empezamos a leer nuestro primer libro juntos: “Gracias a la vida” de Jane Goodall . Me lo recomendó una amiga que sabe que yo siempre ando con esos planteos. Mi dilema es cómo puedo ser feliz pasando tantas cosas feas a mi alrededor. En eso también somos parecidos pero yo ya trabajé el tema de otra manera. Ella sufre mucho con la injusticia, con los chicos sin casa, con las guerras, con los animales y la poca sensibilidad de la gente. Por eso, ya le hice una canción que habla de la injusticia en la que le digo que le dejo una sonrisa grande como el sol para que ya no esté triste con tanta injusticia alrededor. El otro programa que nos gusta hacer es andar a caballo. Y ahora, en invierno, prender el fueguito, ver una película y comer en la cama. Y cocinar. Nos guardamos todas las recetas de las revistas y vamos cocinando todos los días diferentes platos. Hoy no tenemos dudas: somos dos almas gemelas. Entre otras cosas, me encanta hacer galletitas para comer con dulce de leche, en la cama, viendo películas. Yo siempre creí que todos tenemos un alma gemela. Que sólo hay que esperar encontrarla. Yo la encontré en Nicole. ¿Qué los hace pensar que son dos almas gemelas? Todo eso que es imposible explicar con palabras dice Nacho. Es esa conexión que se percibe más allá del tiempo que lleve la relación. Hay una bruja muy importante para mí que vive en Buenos Aires, otra que está en Brasil y un chaman de México que cuando se enteraron de esto tiraron las runas e hicieron no sé cuántos gualichos para finalmente decirme: ya está. La encontraste, Nacho. Quédate tranquilo. Son almas gemelas. Ahora, cuídense mucho.’. Y cuando me dijeron eso, sentí que todos mis miedos se evaporaban. La coincidencia de estas personas tan sabias me flasheó. ¿Piensan casarse? Claro que sí. Queremos casarnos y tener hijos juntos. Además, los dos compartimos la idea de adoptar dicen. ¿También comparten el proyecto musical de Ignacio? Sí afirma Nacho. Ahora estoy preparando mi primer disco que va a salir a fin de año. Y Nicole también me acompaña en ese proyecto. Me acompaña porque lo siente. De hecho va a ser la protagonista del videoclip que probablemente grabaré acá, en el Brava Hotel. No sólo conseguí a la mujer más hermosa del mundo para mi video sino que, además, conseguí una mujer que baila como nadie. Ella es mi Afrodita cuando baila. Verla bailar es una de las cosas que más me excitan, que más me mueven. Nadie sabe lo bien que lo hace porque lo tiene muy guardado pero cuando saca esa magia desboca a cualquiera. Además, Nicole me acompaña en este proyecto porque mi disco tiene una causa. Hay un porcentaje de la recaudación por las ventas que va a ir destinado a la beneficencia, para construir un hogar para niños. Porque yo soy así. No me interesa tener mucha plata para mí. Me gustaría dar, aportar algo para el día de mañana poder irme tranquilo. Ese es el concepto de mi disco, de mi búsqueda. Y ahora que me encontré con ella, también quiero ayudarla a que cumpla todos sus sueños. Entonces, Nicole, ¿no es cierto que las modelos siempre eligen como pareja a hombres poderosos y millonarios? No, obvio. Yo siempre fui muy independiente. No me gusta pedirle nada a nadie y me encanta conseguir todo por mis propios medios. No necesito que me mantengan. Lo que siempre busqué fue la compañía y la contención de alguien que compartiera mis gustos y mis sueños. Y estoy segura de que lo encontré. Sé que Nacho es el hombre que puede ayudarme a ir cumpliendo cada uno de mis sueños. Lo sé. Por Viviana Andón (enviada especial a Buzios) Fotos: C.CASCO/PERFIL