Nalbandian arrancó mal pero se recuperó y derrotó al ruso Tursunov en cinco sets: 2-6, 5-7, 6-4, 6-2 y 6-4. En octavos de final lo espera Vasallo Argüello, vencedor del holandés Sluiter. En primer turno, Gaudio eliminó al español Ferrero, y Mónaco superó a Verdasco en un partido de segunda ronda que ayer se había suspendido por falta de luz. Todos los resultados.

Tremendo día para el tenis argentino en París. Hubo victorias para todos los gustos y de todos los colores. Gaudio, en primer turno, jugó un partidazo ante el español Juan Carlos Ferrero y lo despachó en sets corridos (7-5, 7-5 y 7-6). Luego fue el turno de Pico Monáco, quien completó su encuentro con el español Fernando Verdasco, verdugo del Flaco Chela en primera ronda, y se impuso por 4-6, 6-4, 6-4 y 6-1. A continuación, fue triunfo de Martín Vassallo Argüello sobre el holandés Raemon Sluiter por 2-6, 6-4, 6-3, 3-6 y 6-1 y, por último, David Nalbandian batalló cinco sets ante el ruso Tursunov: fue 2-6, 5-7, 6-4, 6-2 y 6-4. Tres en octavos de final: Gaudio, Nalbandian y Vassallo Argüello (estos dos últimos se enfrentarán en la próxima ronda). Otro en tercera ronda: Mónaco, quien ahora enfrentará al croata Ivan Ljubicic. Un día redondito estaba por arrancar en París. Bien temprano, allá por las seis de la mañana de Argentina, Gaudio y Ferrero arrancaron con todo, mostrando en la cancha la jerarquía de ambos. Puntos muy luchados desde el fondo de la cancha, sutilezas y mucha entrega fueron los elementos que caracterizaron a los games iniciales. El argentino contó con siete chances de break en los dos primeros juegos de saque del español, pero no pudo capitalizarlas. Todo siguió parejo hasta el 3-3, cuando el Mosquito logró un quiebre muy importante. Parecía que el Gato dejaba escapar el set, pero sacó a relucir su mejor tenis y se terminó quedando con el set por 7-5. Ferrero reaccionó en el inicio del segundo y llegó a tener ventaja de 5-2, pero el argentino ganó cinco games al hilo y recuperó su mejor nivel para obtener el segundo parcial por 7-5. En el tercer set, Gaudio siguió jugando muy profundo, pero el español levantó su nivel y logró mantenerse en partido. Así, llegaron al tie break, donde el Gato sacó rápidas ventajas y se puso 6-3. Sin embargo, no pudo aprovechar la ventaja y permitió que Ferrero lo diera vuelta y hasta contara con una posibilidad de llevarse el set. Pero el oriundo de Temperley no se desanimó, mantuvo la calma y terminó asegurándose su pase a los octavos de final, donde enfrentará al ruso Nikolay Davydenko, quien venció al español Carlos Moya, por 6-1, 7-5 y 6-3. Luego, en la reanudación de uno de los partidos suspendidos ayer por falta de luz tras las demoras ocasionadas por la lluvia, Juan Mónaco se sumó a los argentinos en tercera ronda. El tandilense derrotó al español Fernando Verdasco por 4-6, 6-4, 6-4 y 6-1. Ahora, Pico jugará con el croata Ivan Ljubicic. Ya en el mediodía, Nalbandian salía a la cancha número dos para enfrentar al ruso Dimitri Tursunov. Y como suele pasarle al cordobés, arrancó frío, errático y desenfocado. Es casi una fija que cuando David enfrenta a rivales que están muy por debajo de su nivel empieza el partido a media máquina. Al cordobés le costó horrores seguirle el ritmo a un Tursunov que cada vez que aceleraba parecía un top ten. Estaba con todas las luces encendidas: pegaba la derecha con una potencia tremenda y cuando buscaba las líneas, no fallaba. Del otro lado de la red, Nalbandian era la contracara. David erraba tiros que no suele fallar. Su revés paralelo no lastimaba (es más, muchas veces se le quedó en la red) y no podía meterse dentro de la cancha. En cambio, cuando el ruso atacaba, daba dos o tres pasos hacia delante y liquidaba el punto. Así fue como se llevó el primer set en casi un suspiro: fue 6-2 en 28 minutos. Las cosas parecieron emparejarse en el segundo parcial, porque David ajustó su derecha y empezó a acertar. Empezó a buscar al ruso por el lado de su revés (que era por dónde más flojo estaba) y encontró algunas fisuras en el juego de su rival. Sin embargo, Tursunov seguía fino. Y en un final tan cerrado como fue el del segundo set, la precisión fue decisiva. El ruso arriesgó sobre el saque de David y le quebró para 6-5. A otra cosa mariposa. Tursunov cerró con total autoridad el parcial por 7-5. Dos sets arriba y, fundamentalmente, arriba en el desarrollo, tenía una ventaja inmejorable. Pero se sabe que Nalbandian conoce, y mucho, de esto de venir de atrás. No era la primera vez que arrancaba abajo en un partido a cinco sets. Entonces, todo empezó de nuevo. El cordobés fue hacia su silla, se secó la transpiración, tomó un poco de agua, miró la raqueta, acomodó las cuerdas, se paró, y se preparó para sacar. Un break rápido, en el tercer game, para irse 2-1 adelante le dio confianza a David, que a esa altura ya mostraba una cara bien diferente a la de los dos primeros parciales. Buen game de servicio para 3-1 y daba la sensación de que Nalbandian tomaba las riendas del partido. Pero un revés ancho del cordobés le dio tres chances de quiebre al ruso en 4-2. Tursunov aprovechó y niveló las cosas en 4 tras mantener su saque. Ya en zona de definición, David puso el pie en el acelerador y se la jugó sobre el saque del ruso. Con una devolución a la línea tras un servicio flojo de Tursunov consiguió el break y se puso 5-4. Luego no tuvo inconvenientes para cerrar y se quedó con el set por 6-4. En el cuarto parcial, Tursunov empezó a acusar el cansancio después de tres sets en los que corrió todas y cada una de las pelotas y estuvo lento y errático. Ya sin esa potencia que le había permitido dominar el partido en un principio, estaba a disposición de Nalbandian. El cordobés no le dio oportunidades de levantar y antes de que el ruso se diera cuenta, David ya había mandado el partido a un quinto set tras imponerse por 6-2. Un poco más de lo mismo se vio en el último parcial, donde con un quiebre oportuno de David en dos iguales pareció ser el golpe de nocaut para el ruso. Nalbandian pasó al frente bien rápido en el set y con otro break en el séptimo game, quedó 5-2 con su saque. Daba la sensación de que estaba todo liquidado. David se puso 40-0 y el final estaba ahí nomás. Pero el ruso no se rindió y, perdido por perdido, soltó el brazo. Y le salió bien, porque levantó esos tres match points, luego otro, y le arrebató el servicio al argentino. Para colmo de males, ganó con comodidad su game de saque y le tiró toda la presión al cordobés. Pero esta vez Nalbandian no perdonó y por fin pudo cerrar un partido que se le habñia presentado muy complicado. Finalmente fue 2-6, 5-7, 6-4, 6-2 y 6-4 para meterse en los octavos de final de Roland Garros. Siempre de menor a mayor, así que hay que ser optimista: lo mejor está por venir. El rival de David será el ganador del partido que se jugaba en el court número siete, bien lejos de los flashes que perseguían a Roger Federer en la cancha Philippe Chatrier. Ahí, Martín Vasallo Argüello derrotaba por -6, 6-4, 6-3, 3-6 y 6-1 al holandés Raemon Sluiter y también se metía en los octavos de final. “Esto es una locura”, gritaba ni bien cerró el partido. El tenista de Temperley batalló durante más de tres horas para ganar su tercer partido en este Roland Garros y su tercero en un torneo de Grand Slam. Fuente: Diario Deportivo Olé