Este 19 de abril el edificio de la Legislatura de Corrientes cumple un siglo de vida. Hace 100 años abrió su puerta principal y por ella pasaron hombres y mujeres que en pluralidad de ideas, construyeron las armonías y disonancias propias de un cuerpo legislativo.

Desfilaron por su recinto voces estridentes, en muchos casos con un verbo que llamaba al aplauso, como también atildadas intervenciones que si bien no hacían temblar las paredes, abusaban sí de la mayor habilidad de los taquígrafo para volcar a través de sus signos discursos que quedaron para la historia. También como en todo pentagrama hubo silencios y gestos que no contribuyeron precisamente a la mejor tonalidad parlamentaria. LOS SENADORES DE ENTONCES En la primer sesión inaugural del edificio estos fueron los senadores que participaron: Florencio Barrios, Secundino Insaurralde, Mariano Meabe, Martín Goitía, Juan P. Acosta, Juan de Dios Verón, Lorenzo J. Aquino, Benjamín Serrano, Ramón A. Beltrán, José González, Antonio Llopart y Zenón A. Silva. AHORA… “PARLAMENTO BICAMERAL” El 12 de noviembre de 1890 se ponía en vigencia el sistema bicameral en Corrientes. Faltaban aún 17 años para que se inaugurara el nuevo edificio. Desde 1821 la Legislatura de Corrientes era unicameral. La Cámara de Senadores comienza a funcionar en 1890 en base a la reforma constitucional del año anterior, la que entre otras nuevas cláusulas, establecía, que la Legislatura debía funcionar con un Senado, además de la Cámara de Diputados. Esta reforma, sancionada el 25 de mayo de 1889, cuya Asamblea presidió el liberal Juan Esteban Martínez, (gobernador en este 1907 que recordamos), también modificó el mandato del gobernador, elevando de 3 a 4 años el período. Fue el autonomista Antonio J. Ruiz quien inauguró el nuevo término de cuatro años como gobernador. LA ELEGANCIA LEGISLATIVA: “SASTRERÍA FERNANDO MOLINARI” El lugar (Córdoba 1298, esquina Junín) donde los legisladores de la época encargaban, a medida, los trajes que lucían en en el recinto como en recepeciones oficiales y sociales. La elegancia de la época tenía como lugar de reunión la Sastrería, Mueblería y Armería “Fernando Molinar”. La publicidad en los periódicos de la época dicen: “Corte especial. Trabajo esmerado para militares y civiles. Casimires de última novedad. Se venden por cuota. EL PRIMER EDIFICIO El primer Congreso Provincial, tal su denominación inicial y que data de 1821, funcionó en un antiguo edificio. Una de las primeras construcciones de la capital levantadas a fines del siglo XVIII. Allí funcionó el Cabildo primeramente y luego lo hizo donde hoy se levanta la Legislatura. También la cárcel principal de la ciudad tenía sus dependencias en el edificio originario, como asimismo oficinas administrativas. Su lugar de emplazamiento estaba donde hoy es la Jefatura de la Policía Provincial, Quintana entre las calles Salta y Buenos Aires, frente a la Plaza 25 de Mayo. Cuando el gobernador Gómez decide encarar las nuevas obras, ese edificio es demolido para que se levanten, simultáneamente, el de la Legislatura, el Palacio de Justicia y la Policía de la Provincia. Para la construcción del edificio original se usaron materiales pétreos, que los Jesuitas habían acumulado para su Iglesia, antes de su expulsión en 1767, la que fue por determinación de Carlos III. El 26 de noviembre de 1821 el Congreso Provincial de Corrientes iniciaba la primer sesión de su historia y ese pequeño y modesto edificio, cerró sus puertas recién el mismo día 19 de abril de 1907 cuando inauguraban las instalaciones del actual. UN PRESIDENTE CON “CAMA ADENTRO” No tenía su dormitorio precisamente dentro de los límites de la Legislatura, pero su domicilio, cuya casa hoy pertenece al Ministerio de Gobierno de la Provincia, en el año 1874 era la vivienda de Antonio Cabral, quien con sólo caminar unos cuarenta metros ocupaba su escritorio de titular del cuerpo. Asimismo, en muchos casos, debía encaminarse hacia el sur, dado que en varias oportunidades ocupaba el Poder Ejecutivo en ausencia de su titular Juan Vicente Pampín. Era y es aún hoy, una casona colonial con un atrapante estilo italiano. Ubicada en Quintana y Salta llama la atención al transeúnte más desatento. Y más aún cuando se observa que le están dedicando un especial mantenimiento. Fue la vivienda particular de Don Antonio Cabral, presidente de la Legislatura y gobernador interino de la Provincia en 1874. EL GRAN ORADOR Leopoldo Sosa. Había nacido en Mercedes en 1789, compartía su pasión política con frecuentes visita a su campo “Cerro Verde”, a meditar como un filósofo que era y hurgar en su frondosa biblioteca. Desde muy joven militó en las filas del Partido Liberal, destacándose como orador y tribuno, de extraordinario poder de elocuencia, alcanzando sus consagraciones más altas, ante las multitudes del Partido Liberal, en la Legislatura de Corrientes, en la Cátedra, en el Foro y en el Parlamento Nacional. Como jurista se destacó por su vasta versación jurídica y por su alto prestigio y desinterés. Su consagración más alta como jurista, la obtiene en 1907, cuando la Legislatura de Corrientes promueve juicio político al gobernador Juan Esteban Martínez, y Leopoldo Sosa, muy joven aún, asume valientemente la defensa, produciendo, con tal motivo, una de las piezas jurídicas y políticas más luminosas y elocuentes que registra los anales del país. Por eso resultan bellas y aleccionadoras sus palabras cuando entrando al debate tempestuoso y cargado de pasiones dijo “Yo no canto al Emperador, canto al Caído”. Su amigo y más joven que él, Raymundo Meabe, dijo al despedir sus restos: “Decía siempre Leopoldo Sosa “no soy de derecha ni de izquierda”, quizá pudiera decirse de él, lo que el poeta dijo de Francia: “Es el primero que adopta las cosas nuevas y más tarda en olvidar las cosas viejas”. Su temprana muerte en 1940, ha sido intensamente llorada.