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Signos Literarios

Y el pensamiento abstracto

OSCAR DEL BARCO (*)

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El filósofo y poeta muestra una faceta desconocida de su personalidad: expone su obra plástica en el Centro Cultural España Córdoba. ¿Qué lazos hay entre sus poemas, sus reflexiones y sus cuadros?


El arte no sirve para nada. Oscar del Barco se recuesta en el sillón. No tiene remera ni calzado, pero sí un pantalón de gimnasia manchado de pintura. Su melena canosa parece desconocer las posibilidades de un peine. Sentado en el sillón y rodeado de sus cuadros parece un loco, o una caricatura de un demente. Le molesta que lo llamen “filósofo” y con el mismo fervor se opone a que, ahora, le digan “pintor” y a que cualquier adjetivo acompañe la mención de su apellido. No le gustan las entrevistas y por eso sólo acepta conversar. Eso que es Oscar está sentado en un sillón y dice que “el arte no sirve para nada”. Esta tarde a las 19.30 en el Centro Cultural España Córdoba (Entre Ríos 40) se inaugura una muestra de sus pinturas. Hasta hoy, la gente que sabía o podía saber que Oscar del Barco además pinta se reducía a su círculo íntimo, familiares y amigos que estaban al tanto de que el autor de tú/él pasaba horas encerrado en un cuarto, una habitación que, desde mediados de la década de 1990, comenzó a colmarse de cuadros. Esos cuadros ahora lo rodean: son muchísimos y el living de la casa parece un laboratorio surrealista. La primera sensación que tengo después de la presunción de la locura de Oscar es la de ser testigo de un exceso. El recorrido por las tres salas del España Córdoba en las que se exponen las pinturas de Del Barco también da esa sensación de exuberancia, como si la obra fuera en dirección a una desmesura en la que todo es nada. De la misma manera que no sirve para nada, el arte según Del Barco no dice nada. ¿O si dice lo dice en su no decir? Es en este punto en donde la obra pictórica de Oscar se relaciona de manera más explícita con su escritura y con su método filosófico: la exploración de la paradoja, la tensión de la paradoja hasta los límites de la tautología (el “vacío sin vacío”, el “ser sin ser”, el “dios sin dios”…). Las pinturas no dicen nada, simplemente son, acontecen, irrumpen. Si dicen algo, ese algo es intraducible, no tiene nombre. Uno puede apenas aventurar a aproximarse a un sentido, alguna idea sobre la restitución de un caos, el erotismo del exceso, la violencia que deviene de la belleza convulsa. Hay más de 100 obras en exposición y ninguna deja de parecerse un poco a Mondrian, un poco a Kandinsky, un poco a Miró, un poco a Pollock. “Robo, copio”, explica Oscar en su entrevista que no es entrevista. “Ahora estoy trabajando con lo que los surrealistas llaman ‘azar objetivo’, quemo los cuadros y dibujo encima de lo que dejó el fuego”, agrega, sobre la serie de cuadros quemados, su producción más reciente. A partir de lo que el fuego dibuja, Oscar interviene con alguna “pavada”, un triangulito, una ráfaga de hilo rojo, una forma sin forma. OBJETOS ENCONTRADOS Hay en los cuadros que Del Barco no firma una constante experimentación con el azar: lo que hay es lo que acontece, lo que pasa. Su pintura incorpora objetos encontrados, basura, recortes de diarios, bolsas, huesos, deformaciones accidentales del soporte que eligió para pintar (maderas, lienzos, cartones). ¿Qué busca restituir ese arte convulso, esa exasperación que a veces aparece infantil, ingenua, y otras veces como el colmo de una lucidez atormentada? Si esto fuera una entrevista, yo se lo preguntaría. Hay otros cuadros en los que el collage destruye esa ambición de nada: palabras escogidas –no encontradas, o acaso encontradas en un lugar en el que sólo habría esas palabras– recortadas junto a rostros con ojos cerrados, recortes de noticias asociadas a campos de concentración, a situaciones de guerra, a la última dictadura militar en la Argentina. Allí parece desmoronarse la abstracción que domina el resto del conjunto: un estilo que no es estilo. ¿O es que de pronto ocurrió la figuración, el mensaje llano? Hay pocos cuadros con títulos: un tríptico lleva por nombre Irak y ese sustantivo tiene un peso descomunal. ¿Cómo resistir la tentación de asociar, al fin, imagen y palabras posibles, colores y tragedias? En otro cuadro, titulado Homenaje a Miró, hay una reproducción de revista de un cuadro de Joan Miró, intervenido a pincelazos por Del Barco. Es tan fuerte lo que no dicen esos cuadros que hasta parecen decir algo. LO QUE NO ES En el catálogo de su muestra, Oscar del Barco se define con una frase asombrosa: “Una nada a la que llaman con mi nombre”, y explica su “visión trágica, la única aceptable, sangrienta y desgarrada del mundo”. En su sillón, sin camisa y completamente despeinado, me dice que la única razón por la que sigue vivo es la cobardía. “No tengo el valor para no seguir vivo”. El infierno de la humanidad le produce un dolor que yo admito no poder siquiera imaginar. Le pregunto si la filosofía, si los libros, si la pintura no ayudan un poco a sostenerlo. O si acaso el amor, su mujer, sus hijos, su nietita que pasa corriendo en ese instante. Responde que sí, claro. “Pero todo eso es tan efímero”. Después Oscar cuenta una anécdota que parece estar detrás de toda su pintura sin anécdota: él había buscado durante décadas un disco de música contemporánea, el Quinteto para vientos Op. 15 de Schoenberg. En México, un amigo le prestó el vinilo, pero Oscar lo dejó en la luneta del auto, expuesto al sol, y el disco quedó destruido, doblado por el calor. Se le había escapado. Años después, ya en la Argentina, le prestaron un CD. Finalmente lo estaba escuchando, y allí cambió su concepción del arte, pensando en “esa iluminación que nos sostiene que impide que muramos en este mismo instante”. Tal vez haya algo más allá de la cobardía, entonces, algún sentido posible de encontrar en el despojo, en todo lo que ni Oscar ni su arte ni su filosofía son, un sentido que viene desde otro lado, desde un lugar sin nombre. Un estado de gracia que simplemente ocurre, acontece, está. Durante toda la tarde, un electricista ha intentado sin éxito arreglar el timbre de la casa de Oscar. De a ratos un sonido insoportable obliga a los habitantes a levantar la voz y gritar: “No para, no paraaaa”. De vez en cuando es Oscar el encargado: se incorpora, casi desnudo, descalzo, se asoma a la ventana y le grita a un hombre empecinado en apretar el botón. Después se sienta. “Me interesa la idea del fracaso en el arte – retoma–. No me interesa el éxito. En este mundo, el que se la cree está frito”. (*) Recibido por Corrientes al Día de por Emanuel Rodríguez; La voz del Interior Córdoba; erodriguez@lavozdelinterior.com.ar

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Signos Literarios

Primer concurso internacional de Poesía Japonesa “Tierra de Haikus”

LITERATURA

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En honor a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre Argentina y Japón el 3 de Febrero de 1898, se lanzará el jueves próximo desde el Jardín Japonés (Buenos Aires) el primer concurso internacional de Poesía Japonesa “Tierra de Haikus”. La iniciativa es impulsada por la Fundación E Jendú Arte y Cultura, Imagen Diplomática, la Fundación “Andresito de las Misiones” y el Observatorio Social por la Paz y cuenta con el auspicio de la Embajada Japonesa en Argentina.


Las organizaciones que impulsan el certamen desarrollan sus actividades con miras a la reafirmación y expansión en todo el mundo de la Cultura de paz, con especial atención a la filosofía y los objetivos de Naciones Unidas, representados en sus distintos estamentos y agencias, como así también en sus diversos Programas, Fondos y Organismos, que tienen por principal causa el derecho de todos los pueblos del universo a la paz duradera y definitiva.

 

Este Primer Concurso Internacional tiene como objetivo principal la exaltación de la poesía en general y de la poesía japonesa en particular; al mismo tiempo que busca reafirmar el espíritu de confraternidad y amistad entre el Japón y la Argentina, en Honor y Homenaje a los 120 años del Tratado de Amistad, Comercio y Navegación firmado entre ambos países el 3 de Febrero de 1898

 

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Vale señalar que el milenario Haiku, es una composición poética japonesa que consta consecutivamente de tres versos de cinco, siete y cinco sílabas (diecisiete en total).

 

 

 

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Signos Literarios

Otra publicación en revista internacional para teórico correntino

FRANCISCO TOMÁS GONZÁLEZ CABAÑAS

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La propuesta de reforma democrática, “El voto anticipado” del autor Francisco Tomás González Cabañas fue publicada por la prestigiosa  Revista española de la transparencia, ISSN-e 2444-2607, Nº. 6,  del año 2018, en las págs. 102-104. Para el creador del índice democrático, herramienta que mide las prácticas democráticas en los distintos poderes de los distritos auditados, se trata de la publicación número quince por parte de revistas internacionales que imponen estándares de exigencia y de calidad para publicar desarrollos teóricos, que como en otras elaboraciones de González Cabañas  (voto compensatorio, gabinete ciudadano, cámara de dipunadores) sostienen novedosos criterios o categorías para remozar la democracia como la experiencia que puede, o debe, seguir siendo mejorada para representar, palmariamente, el gobierno del pueblo o de los ciudadanos.


“Al establecer la posibilidad de un voto anticipado, se conseguirían modificaciones sustanciales, giros copernicanos en la política cotidiana, que al constituirse en concomitantes, complementarias o en paralelo, con el voto o sufragio clásico y tradicional, de ningún modo significara una ruptura conflictiva, una instancia revolucionaria traumática, sino simple y llanamente la consolidación de la democracia misma, resignificando, desde lo electoral su definición histórica como etimológica.

 

El voto anticipado, permitirá que el ciudadano, en los tiempos actuales en donde considera un valor positivo el compartir sus gustos, preferencias y elecciones, ante sus semejantes, por intermedio de plataformas virtuales o de redes, haga lo propio con su preferencia electoral o política. El voto o sufragio clásico, que en varias aldeas occidentales, sigue amparado por ley, para que se lo respete en su condición secreta, fungió con utilidad hace décadas atrás, cuando las realidades sociales y existenciales no habían sido gravitadas por la explosión del mundo digital y de la cada vez más influyente inteligencia artificial. Sería más que una falta de tino el señalar, como se vio modificada la vida diaria del occidental promedio, de dos décadas a esta parte, más bien, es incomprensible como aún no se haya generado, hasta esta oportunidad, la posibilidad para que el ciudadano moderno, pueda hacer visible, pueda exteriorizar sus elecciones políticas, y en el caso de que lo decida que lo comparte y difunda, tal como lo hace con todos los otros (al menos tiene tal posibilidad) aspectos de su vida que no solo son considerados públicos, sino también áreas o zonas privadas”.

 

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Estos párrafos que hacen mención al desarrollo teórico de Francisco Tomás González Cabañas, publicados por la revista internacional de marras, evidencian el grado de audacia teórica, de arriesgada creatividad, sostenidas en giros arguméntales y en razonamientos acendrados en la historia del pensamiento que lo preceden al correntino, construyendo para sus consideraciones y categorías un sendero en donde seguramente tantos más que vengan con él o detrás suyo, erigirán bajo estos pilares una nueva consideración de lo político como de lo democrático.

 

 

 

 

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Publican obra de intelectual Correntino en revista de Literatura Peruana

FILOSOFIA

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El texto “Crónicas de Bosque” de Francisco Tomás González Cabañas, fue publicado en la Revista editada en el Perú “Dúnamis”, en su número  8 del año 9, correspondiente a Septiembre del año en curso.


Con la presente el autor suma 8 publicaciones en revistas internacionales (la mayoría de ellas especializadas en filosofía) en menos de un año, como dos libros de filosofía política publicados, uno de ellos (El Voto Compensatorio) editado en Alemania, y la aceptación a más de una veintena de diferentes congresos internacionales de diversas ponencias oportunamente enviadas y aceptadas.

 

Crónicas de Bosque, es un relato ficcional, que vislumbra una crítica social que encierran al autor en sinuosos laberintos de persecución e indiferencia por parte de quienes pretenden una sociedad sesgada, en donde las decisiones son tomadas por facciones con poder circunstancial y por tanto el ejercicio ciudadano y la vida democrática, pasan también a ser literatura o filosofía ficcional.

 

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CRÓNICAS DE BOSQUE

Se estima que tiempo antes de la existencia de los guaraníes nuestras tierras fueron habitadas por una civilización que ha dejado muy pocos rastros de su existencia. Alcanzando el grado de mito, como la célebre Atlantis, daremos cuenta, de la información que contamos acerca de la cultura que podríamos dar en llamar como de los “Gentereí”.

 

En un tiempo no precisado de la historia, en lo que actualmente se conoce como el litoral argentino, una cultura de peculiares características, tuvo su apogeo y extinción, bajo sinuosidades sociales y políticas, que en la actualidad nos pueden parecer, casi familiares y cotidianas, por lo que no es demasiado arriesgado suponer, que pese a los siglos transcurridos y por más que las evidencias materiales no sean contundentes, tenemos una carga genética o arrastramos signos de quiénes serían nuestros antepasados directos; los Gentereí.

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http://dunamitarte.com/2015/11/29/cronicas-del-bosque/

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