Opinión
Ya hay fuego entre los K y el sciolismo
EDUARDO VAN DER KOOY (*)
Aníbal atribuyó parte de su derrota a la mala gestión de Scioli. Le apuntó también a Randazzo y a Domínguez. Massa recibió el correo de un intendente sciolista para negociar. “Decile que está loco”, respondió.
El kirchnerismo no ha salido todavía de su estado de shock. Cristina Fernández sigue recluida en el silencio. Aníbal Fernández y La Cámpora empezaron a disparar sus primeros fuegos por la derrota electoral, sobre todo en Buenos Aires, dirigidos hacia Daniel Scioli.
El candidato K, luego de dormir apenas tres horas en la madrugada de ayer, intentó sorprender reapareciendo con un desafío a Mauricio Macri para un debate público. El ingeniero aceptó de inmediato y la burbuja se pinchó.
Scioli debe circular sobre un camino de cornisa para llegar con posibilidades al 22 de noviembre. Tal vez, su mayor problema no vayan a ser las curvas y los abismos que le pueda plantar sorpresivamente Macri.
Aníbal se encargó, en ese sentido, de ofrecer la primera pista. Saludó el triunfo de la “señora Vidal” (María Eugenia) y adjudicó buena parte de los motivos de su derrota al fuego amigo. Un libreto que amasó con los militantes de La Cámpora el domingo por la noche en la soledad de un hotel céntrico entre café y riego de buena bebida, mientras en el Luna Park unos cientos de militantes, asistían al funeral electoral.
Las municiones del jefe de Gabinete tuvieron tres blancos. El primero fue el propio Scioli. Según su óptica, el fracaso en Buenos Aires no habría obedecido únicamente a su pésima imagen. También, a las falencias de administración del gobernador.
Reparó en lo ocurrido en La Plata donde el macrista Julio Garro aplastó a Pablo Bruera y se consagró nuevo intendente. Allí el sciolismo nunca pudo volver frente a la opinión pública de la trágica inundación de abril del 2013, cuando se produjeron 89 muertos, según el juez de esa ciudad, Luis Arias.
El gobierno platense admitió sólo 51 víctimas. “Daniel no tuvo peor idea que subirse a un avión después de ganar las PASO, cuando Buenos Aires estaba inundada de nuevo”, se encargó de memorar Aníbal.
Los palos volaron también contra Florencio Randazzo, el ministro de Interior y Transporte, y Julián Domínguez, el titular de la Cámara de Diputados. El Frente para la Victoria perdió de modo sorpresivo en Chivilcoy, la tierra natal de Randazzo. El verdugo no fue allí un macrista. Guillermo Britos, que se quedó con la intendencia, responde a Sergio Massa. No fue la única mala noticia allí.
Felipe Solá doblegó también a Aníbal. Y se sacó el gusto en el terruño de sus ancestros. El jefe de Gabinete acusa a Randazzo de no haber puesto energía en la campaña. El ministro de Interior, tal vez, no pudo olvidar hasta el domingo a la noche que Aníbal fue uno de los sepultureros delante de Cristina de su entusiasmo para enfrentar a Scioli en la interna del FpV.
Con Domínguez, en cambio, las cuitas tendrían otra espesura. Aunque el escrutinio también resultó desfavorable. Allí ganó la intendencia el postulante macrista, Víctor Aiola y los laureles para la gobernación se los llevó Vidal. La intriga sería porque Aníbal perdió alrededor de un 6% del total de votos que el FpV había juntando en la interna que en agosto le ganó a Domínguez.
El reproche sería similar al que cayó sobre Randazzo: supuesta falta de dedicación para apuntalar al jefe de Gabinete. También habían quedado en esa relación, como con Randazzo, algunos asuntos pendientes. Domínguez aceptó en aquella oportunidad la derrota presintiendo que había resultado estafado.
Pero se tuvo que amordazar para no quedar emparentado con las denuncias que Macri y Solá derramaron sobre irregularidades en el escrutinio provincial. La Junta Electoral, en parte, terminó por darle la razón al ex gobernador.
Domínguez estuvo al lado de Scioli en la campaña mucho más que Aníbal. El gobernador intentó utilizarlo como un contrapeso por la carga pública que representó la mala imagen del quilmeño. Fue premiado con un hipotético ministerio de Industria para el próximo gobierno, que después del domingo quedó más lejos y deberá superar aún la prueba del balotaje.
Ese será, a lo mejor, otro de los replanteos a que estará obligado Scioli en las semanas que se avecinan. Diseñó un equipo de ministros para fortalecer su imagen y transmitir algún grado de autonomía. Imaginó captar de ese modo una tajada de electorado que lo hubiese permitido consagrarse en la primera vuelta.
No consiguió ninguna de las tres cosas. Y fue señalado por los ultra K por su presunto “giro a la de derecha”. Quizás esa transmutación abrió la sinceridad de los intelectuales de Carta Abierta que confesaron que lo votarían con desgarro. ¿Lo habrán votado, de verdad?
Antes de revisar aquel elenco, el candidato K deberá ocupar su tiempo con otras prioridades. Estaría descartado cualquier esfuerzo postrero por diferenciarse de Cristina. Hasta podría ser tardío. Tampoco se lo permitiría Carlos Zannini, su compañero de fórmula.
El único dirigente que pudo dialogar con la Presidenta desde que las elecciones del domingo se convirtieron en un episodio aciago para los K. Scioli trataría como prioridad recrear un clima favorable que se enrareció con la inesperada escalada de Macri y de Vidal.
La devastación bonaerense no sería un problema menor para él.
Sobre todo en los bastiones del Conurbano, donde el macrismo desplazó a los viejos barones. ¿Quién se ocupará de nosotros?, interpeló el gobernador a su equipo de campaña.
Scioli repitió ayer su convocatoria a los indecisos. Incluso a los votantes de Margarita Stolbizer, Adolfo Rodríguez Saá y Nicolás del Caño. Una formalidad que ocultaría su interés por la verdadera presa: los más de 20 puntos que retuvo Massa.
Un intendente que está siempre al lado de Scioli le hizo llegar ayer mismo un mensaje al líder del Frente Renovador para entablar una negociación. La respuesta no resultó grata: “Decile que está loco”, contestó el diputado.
El calificativo que empleó no fue exactamente ese. Siempre que le hablan del gob
ernador, vaya a saberse por qué, recuerda el robo que sufrió en su casa en vísperas de las legislativas del 2013.
Massa siente que posee un tesoro político. Pero el giro de la elección del domingo le habría concedido cotizaciones distintas. Valdría mucho más para Scioli que para Macri. El acortamiento de la diferencia y la impresionante barrida de Vidal en el principal distrito electoral harían suponer al macrismo que esos votos podrían fluir en noviembre con bastante naturalidad. Macri, pese a eso, tampoco se olvida de Massa.
El dirigente de Tigre no pretendería apresurarse. Para definir una postura se tomará su tiempo junto a su círculo rojo. Escuchará la opinión de los más íntimos colaboradores, como José Manuel de la Sota y recién después decidirá. Observados los resultados del domingo en dicha provincia, donde Macri arrasó, el gobernador desearía algún gesto simpático hacia él.
Massa establecería diez puntos de una agenda mínima y los pondrá a consideración de ambos candidatos. Pero no pareciera dispuesto a tomar partido franco por uno de ellos. Porque, con sentido común, entendería que sus votantes no poseerían ningún propietario.
Aunque desearía instalar la idea, con un golpe de imagen, que desgranó el domingo. ¿Cuál? Que estaría comenzando en la Argentina un nuevo ciclo político. Habrá que ver con qué destreza la ejecuta.
(*) www.clarin.com
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.