En la primera rueda de prensa desde que fuera elegido como nuevo director gerente del Fondo, fue consultado sobre la política que seguirá con el país: “Las negociaciones sobre la deuda argentina son entre el gobierno argentino y los bonistas, el FMI las sigue de forma importante. Corrientes al Día fue informada, a través de Infobae, de que Rodrigo Rato, aseguró hoy en Madrid que el futuro de la deuda argentina depende exclusivamente de las negociaciones del Gobierno de este país con sus acreedores y en ellas no puede influir el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“Las negociaciones sobre la deuda argentina son entre el gobierno argentino y los acreedores, el FMI las sigue de forma importante, pero es una relación bilateral entre el Ejecutivo de Buenos Aires y sus acreedores”, reiteró Rato. El FMI concede a estas negociaciones “una especial importancia porque tienen repercusión en dos cuestiones: la sostenibilidad de su deuda y la recuperación de la credibilidad del país, tanto a nivel nacional como internacional y ambas cuestiones afectan al futuro de la economía de Argentina”, agregó el alto funcionario español. Varios medios de comunicación en España señalan hoy que la designación de Rato como responsable del FMI podría suponer una postura más suave de las condiciones en las que ese organismo concede préstamos a las economías latinoamericanas, entre ellas la argentina. A este respecto, Rato rechazó la idea de que la “nacionalidad de cualquier funcionario internacional, como es mi caso, pueda suponer cualquier efecto” sobre alguna nación en concreto. Según el director general del FMI, nunca se ha generado un favoritismo de este tipo en sus “antecesores en el cargo, ni creo que ningún funcionario internacional actual” lo practique, agregó Rato. El Fondo Monetario Internacional es una institución que cuenta “probablemente con el mejor cuadro de analistas económicos del mundo” y “trabaja de manera transparente”, subrayó. Argentina suspendió los pagos de 88.000 millones de dólares de sus bonos soberanos a finales de 2001 y ahora negocia un restablecimiento de los pagos con sus acreedores que contemple una pérdida de valor de los títulos. Japón, Italia y Alemania, representantes del Consejo Ejecutivo del FMI, son los países donde viven muchos de los tenedores de bonos argentinos. Rodrigo Rato fue vicepresidente del Ejecutivo y ministro de Economía durante los ocho años de gobierno en España del conservador José María Aznar, puesto que dejó tras las elecciones del pasado 14 de marzo, que ganaron los socialistas. El Consejo Ejecutivo del FMI ratificó el martes el nombramiento de Rato, que ejercerá este cargo durante los próximos cinco años. El Consejo, compuesto por 24 miembros, optó por Rato sobre el estadounidense de origen egipcio Mohamed El-Erian, actual director de operaciones en los mercados emergentes de la Compañía de Gestión de Inversiones del Pacífico (PIMCO). Rato, que era el candidato de la Unión Europea, es el primer español que dirige la institución financiera pública más importante del mundo. LA ARGENTINA, PESADA HERENCIA Si bien la designación de Rato es, en alguna medida, un reconocimiento de la comunidad financiera internacional como artífice de la política económica llevada a cabo por los sucesivos gobiernos de los que participó, el economista enfrentará en su nuevo cargo otros desafíos. Entre ellos, la resolución de la crisis argentina, la más pesada herencia que le deja Köhler (ver aparte), cuya gestión al frente del organismo no sólo se vio empañada por el colapso económico del país sino que también puso bajo la lupa el funcionamiento de los organismos multilaterales y el proceso de toma de decisiones de sus directivos. Fue el alemán quien debió lidiar con lo peor de la crisis argentina, primero el derrumbe que desencadenó la decisión de no desembolsar un crédito por u$s1.200 M en octubre de 2001 y, meses más tarde, llevar adelante las duras negociaciones con el gobierno de Duhalde para llegar a lo que fue un acuerdo de transición. Pero será tarea de Rato lograr que el país resuelva el default con los acreedores privados en términos aceptables para los países del Grupo de los Siete, que toman las decisiones finales respecto de la asistencia del Fondo a los países miembros. Abogado y doctor en Economía, nacido en Madrid en 1949, milita en el Partido Popular desde 1979, año en que comenzó una carrera política que ha desarrollado con pocos tropiezos y que lo ha llevado a desempeñar cargos de la máxima responsabilidad.