Uno de los objetivos de las nuevas medidas anticubanas anunciadas por la Casa Blanca esta semana es tratar de aislar a Cuba de su entorno Latinoamericano, y ello refuerza la sospecha de que uno de los puntos focales de ese interés oficial de Estados Unidos es México. “Las medidas que ha adoptado (el gobierno de) México en su relación con Cuba están totalmente desligadas a este reporte”, dijo el Subsecretario norteamericano de Estado para la región, Roger Noriega, al describir las acciones contra la Isla propuestas en un informe de cerca de 500 páginas confeccionado bajo la tutela de Colin Powell, secretario de Estado y Mel Martínez, cubanoamericano que fue miembro del gabinete presidencial.

El apresuramiento de Noriega a hacer esa declaración incrementó, sin embargo, la certidumbre de que la Casa Blanca ha estado “trabajando” cada vez más profundamente en el fin de conseguir que gobiernos de América Latina se unan a la ofensiva anticubana de la administración republicana ultraderechista. Una de las acciones más singulares que contempla el reporte de Bush para derrocar el gobierno cubano es precisamente mantener e incrementar las campañas públicas contra Cuba en el extranjero en las que se trate sobre las supuestas violaciones de los derechos humanos en Cuba, el “espionaje cometido contra otros países”, la “subversión contra los gobiernos democráticamente electos en América Latina” y otras acciones definidas como una amenaza para los intereses de los Estados Unidos. La descripción anterior viene como guante a la mano de las medidas asumidas el domingo pasado por el presidente, Vicente Fox, contra la Isla del Caribe. En ese sentido, el diario La Jornada, de México, quien cubrió con dos corresponsales la rueda de prensa sobre la crisis mexicano-cubana en La Habana el miércoles del canciller cubano, Felipe Pérez Roque, dijo en su edición de este viernes que “los Funcionarios de Estados Unidos anunciaron hoy (jueves) el interés de Washington por conversar con el gobierno de México y los de otros países interesados en un futuro democrático en Cuba”. Un artículo del diario fechado en La Habana dijo que funcionarios del Departamento norteamericano de Estado conversaron por enlace telefónico con periodistas radicados en La Habana, establecido por la Oficina de Intereses estadounidenses en la capital cubana y confirmaron el objetivo del gobierno de Bush de conseguir “cooperación internacional” para derrocar a las actuales autoridades cubanas. De acuerdo con un párrafo de La Jornada los funcionarios norteamericanos que pidieron no ser identificados dijeron que “estamos muy interesados en la cooperación internacional en los dos esfuerzos del informe; adelantar la transición a la democracia y ayudar a un gobierno de transición en Cuba. Estamos muy interesados en conversar con el gobierno mexicano y los demás gobiernos interesados en un futuro democrático en Cuba”. Esas fuentes estadounidenses definieron que un cargo previsto por el reporte de Bush para “organizar” la denominada transición cubana”, el de “coordinador para la transición en Cuba”, aún no creado, tendría a su cargo “coordinar los esfuerzos de la comunidad internacional para ayudar a una Cuba en transición. La decisión de cómo va a participar México depende de México”, dijeron. Un editorial del mismo periódico mexicano, subrayó en su edición de este día que la crisis bilateral con Cuba fue “artificial y creada por Vicente Fox… con el propósito de desviar la atención del complot político en el que se halla envuelto su gobierno y de tratar de restar credibilidad a las declaraciones hechas en la isla por el empresario Carlos Ahumada, quien ha sido su cómplice -y lo está inculpando abiertamente-, ha terminado por revertírsele también, evidenciando su intención de engañar a los mexicanos y su ineptitud para conducir la diplomacia en función de los intereses de México”. El comentario subrayó que las relaciones exteriores mexicanas “deben servir a los intereses superiores de los pueblos y no a las ambiciones personales de los gobernantes y, al pretender utilizar la diplomacia mexicana para sus mezquinas maquinaciones políticas, Vicente Fox ha quedado exhibido una vez más como un inepto, pero también como un individuo sin escrúpulos”. El artículo de fondo dijo que “el aspecto más grave de lo que acontece es, sin embargo, que los integrantes del Congreso no han querido abordar, y que preocupa ya en muchos sectores del país, pues, dando muestras de un grave desequilibrio intelectual y de una megalomanía delirante, Vicente Fox está tomando, de manera atrabiliaria e irreflexiva y cometiendo innumerables tonterías, las más importantes decisiones de Estado atendiendo sólo a sus intereses y ambiciones personales, y el único referente que parece tener es agradar al gobierno de Washington”. (WORLD DATA SERVICE)