Un día como cualquiera, obreros trabajando en la Unión Carbide, los niños jugando fuera, en sus casas, en las escuelas, mujeres dentro y fuera de la fabrica en tareas productivas y domésticas, un día normal como cualquier otro, hasta que se produce la fuga…. un escape de sustancia tóxica en la fabricación de un plaguicida de allí la alarma, corridas, el ruido, el escape, el olor, el miedo, el terror, el dolor, la enfermedad y la muerte.

Más de 8.000 personas en forma directa o por el desarrollo de enfermedades de tipo crónico murieron a causa de este accidente, muchas de ellas aún hoy, luego de 20 años, han desarrollado y padecen enfermedades a causa de estas intoxicaciones: cáncer, leucemia, mal de parkinson, etc. Fue, y aún lo es, tan intenso y doloroso este “accidente” que la Red Internacional de Acción en Plaguicidas – PAN – ha declarado a este día como el día del No uso de plaguicidas promoviendo acciones de denuncia, reflexión y capacitación en todo el mundo. Según estimaciones dela Organización Mundial de la Salud – OMS – cerca de 25.000 muertes al año se producen en el ámbito mundial como consecuencia de las intoxicaciones directas o indirectas derivadas del contacto con plaguicidas. ¿Y POR CASA COMO ANDAMOS? En Argentina se utilizan diariamente miles de litros de plaguicidas ya en las aplicaciones aéreas de glifosato durante el desarrollo del cultivo de Soja Transgénica, en las más de diez aplicaciones de insecticidas durante el cultivo de tabaco en Misiones o en el cultivo de hortalizas en el Conurbano bonaerense. La utilización de plaguicidas altamente tóxicos, algunos de ellos prohibidos en otros países, las aplicaciones realizadas sin la utilización de las más mínimas normas de seguridad y con tecnologías obsoletas, la ausencia de capacitación específica y el desecho de envases en forma desaprensiva predisponen y determinan el suceso de un caso de intoxicación. Las intoxicaciones no son hechos fortuitos, están atravesadas por factores de índole económica, ambiental, social y cultural. Aún las personas que no realizan tareas específicas en áreas rurales pueden ser contaminadas; niños que juegan en las proximidades de los cultivos de soja fumigados, recicladores o cartoneros que toman contacto con envases y aún nosotros, consumidores de vegetales, dado que al restringirse los controles por parte del estado se pueden comercializar productos que contienen vestigios de plaguicidas, tal el caso de las hortalizas. En el ámbito doméstico, en áreas urbanas, también se utilizan plaguicidas, ya sea para el control de hormigas, ratas, moscas como en piojos, pulgas. Tóxicos que suelen aplicarse sin precaución, además se guardan dentro de la casa, cerca de los alimentos y al alcance de los niños. El modelo económico neoliberal y los sucesivos planes de ajuste brindaron el marco adecuado no solo para un incremento en las aplicaciones de plaguicidas sino que además propiciaron su utilización bajo la forma más irracional posible. El afán de lucro, la ausencia de controles en las condiciones laborales y en la comercialización de plaguicidas y productos agropecuarios, como las hortalizas, han determinado, un incremento en las intoxicaciones aunque los registros hospitalarios no lo confirmen. Allí radica un problema serio con relación a las intoxicaciones con plaguicidas; el insuficiente registro hospitalario. Las personas afectadas suelen ser atendidas por la consecuencia de la intoxicación y no por sus causas. El apuro, el desconocimiento por parte del personal de salud, la multiplicidad de síntomas hacen que la intoxicación no se detecte. Como lo que no se registra no existe….el problema derivado de las intoxicaciones con plaguicidas no adquiere las reales dimensiones que la situación en sí misma determina. Teniendo en cuenta la situación y que miles de personas en Argentina han sido y son afectadas por estos tóxicos, y dada la acumulación de plaguicidas en el aire, suelo y agua seremos muchos los contaminados, debemos actuar en forma organizada y pronto. En principio informándonos sobre el accionar de estos tóxicos y luego buscando y poniendo en practica alternativas productivas en la actividad agrícola y en el manejo de insectos a nivel domestico que prescindan del uso de los plaguicidas. La magnitud del problema amerita la participación de todos, ocupa tu lugar. Si necesitas más información podes solicitarla en: CETAAR. Rivadavia 4097, Marcos Paz – 1727- 0220-4772-171. javierrapal@yahoo.com.ar (*) Recibido por Corrientes al Día del Ing.Agr. (Ms. Sc.) Javier Souza Casadinho- CETAAR Centro de Estudios sobre Tecnologías Apropiadas de la Argentina –Red de Acción en Plaguicidas de América Latina – RAPAL-