Las autoridades suspendieron el jueves la evacuación de Nueva Orleans después de que se reportaron tiroteos contra helicópteros militares y tras el llamado del presidente estadounidense, George W. Bush, a adoptar una “tolerancia cero” contra el desorden después del paso del huracán Katrina.

(Reuters) – Los consternados funcionarios intentaron recuperar el control sobre la histórica ciudad del jazz, que quedó reducida a ruinas por la tormenta del lunes. El incidente con el helicóptero fue sólo parte del caos que llevó al alcalde, Ray Nagin, a decretar la ley marcial y ordenar a la policía que renuncie a las tareas de búsqueda y rescate, para concentrarse en evitar los saqueos y la violencia. Un soldado de la Guardia Nacional recibió un disparo el miércoles en el estadio Superdome, donde se refugian miles de personas en condiciones miserables. “Haremos lo que haga falta para llevar la ley y el orden a la zona,” dijo a periodistas la enfurecida gobernadora del estado de Lousiana, Kathleen Blanco. “Estoy furiosa, es intolerable,” afirmó, sobre la creciente ola de delitos. Un funcionario de la Guardia Nacional dijo el jueves que cerca de 60.000 personas se reunieron en el Superdome para ser evacuadas. En tanto, el presidente Bush lanzó el jueves una advertencia contra la especulación con los precios de la gasolina y frente a los saqueos. “Pienso que debería haber tolerancia cero para las personas que violan la ley durante una emergencia como esta, ya sea con saqueos, o precios inflados en las estaciones de servicio, o los que se aprovechan de las donaciones de caridad, o el fraude de los seguros,” dijo Bush a un programa de la cadena ABC. Mientras más miembros de la Guardia Nacional y soldados se dirigían a la región para colaborar con el rescate, miles de personas esperaban horas o vadeaban por la ciudad inundada esperando ser evacuadas de Nueva Orleans. Un convoy de unos 300 autobuses comenzó a llevar a los sobrevivientes que se refugian en el estadio Superdome hasta el Astrodome de Houston, a unos 560 kilómetros. Los refugiados, desesperados por salir, se empujaban para subir en los autobuses y los guardias vigilaban a medida que aumentaba la tensión. Los primeros refugiados comenzaron a llegar a Houston el jueves por la mañana, donde trabajadores de la Cruz Roja los esperaban con miles de catres, artículos de aseo y alimentos. La senadora de Louisiana, Mary Landrieu, dijo el jueves que miles de personas murieron tras el paso del huracán. “Entendemos que hay miles de personas muertas,” dijo la senadora demócrata en una conferencia de prensa en Baton Rouge. A LOS TIROS La operación de rescate se suspendió cuando helicópteros militares que estaban siendo usados para trasladar a los refugiados recibieron disparos, dijo un funcionario local en Texas. “Nos dijeron que los helicópteros están recibiendo disparos y la operación se pospuso hasta que sea de día,” dijo Gloria Roemer, portavoz del juez Robert Eckels, del condado de Harris, que está involucrado en el proceso de evacuación. Cerca del Superdome se registraron incendios de basura, lo que también atrasó la evacuación, junto a otros problemas de logística, dijo a la cadena noticiosa CNN el teniente coronel Pete Schneider de la Guardia Nacional de Louisiana. En toda la ciudad se registraban incidentes de disparos e incendios a medida que los saqueadores asaltaban tiendas, casas, hospitales y oficinas, unos buscando comida, otros cualquier cosa de valor. Escenas similares se reportaban en Mississippi donde se saquearon tiendas en Biloxi y Gulfport, ciudades devastadas por la tormenta que golpeó la costa del Golfo estadounidense el lunes con vientos de 225 kilómetros por hora y desencadenó una pared de agua de 9 metros. El gobernador de Mississippi, Haley Barbour, dijo al programa “Today,” de la cadena noticiosa NBC, que los saqueos han dificultado la llegada de personal de refuerzo a las áreas críticas. “Vendrán varios miles de guardias nacionales hacia el fin de semana y pondrán fin a esto,” dijo el gobernador. Nagin estimó que pasarán entre tres y cuatro meses antes de que los habitantes de Nueva Orleans puedan regresar a una ciudad que no tiene luz y que se está quedando sin comida y agua potable. Un millón de personas ya la abandonaron antes de la llegada del Katrina, pero el ex alcalde Sidney Barthelemy estimó que otras 80.000 se quedaron. CEDE LA INUNDACION El cuerpo de ingenieros del ejército estadounidense dijo que el agua comenzó a drenar en Nueva Orleans, que se encuentra mayormente por debajo del nivel del mar, y fue inundada por las aguas del lago Pontchartrain cuando se rompió un dique. Funcionarios estimaron que podría pasar un mes hasta que el agua drene completamente. El presidente estadounidense, George W. Bush, voló sobre las áreas afectadas en su regreso a Washington desde su rancho en Texas y dijo que el país se enfrentaba “con uno de los peores desastres naturales” de la historia de la nación. Su gobierno declaró una emergencia de salud pública en medio de la preocupación sobre brotes de enfermedades y comenzó a trabajar con el Congreso en una legislación para ayudar a la recuperación que algunos han comparado con los atentados del 11 de septiembre de 2001. James Lee Witt, que dirigió el Organismo Federal de Gestión de Emergencias con el ex presidente Bill Clinton y supervisó la ayuda a más de 350 desastres, dijo que los gastos de recuperación del Katrina podrían superar los del 11 de septiembre porque la zona afectada es mucho mayor. La tormenta impacta a nivel nacional mientras los precios de la gasolina se elevan. El huracán afectó a una región responsable de un cuarto de la producción de petróleo y gas del país. La administración Bush dijo que liberará petróleo de las reservas estratégicas del país para contrarrestar las pérdidas sufridas en el Golfo de México. Varias refinerías de la costa del Golfo permanecían fuera de servicio, debido a cortes de energía, daños e inundaciones.