El proceso de negociación se hizo rogar hasta última hora de ayer, porque no se lograba llegar a un consenso sobre la reforma que debían avalar jefes de Estado y de Gobierno venidos de los cinco continentes y cuyos intereses no lograban conciliar sus representantes en el organismo tras cinco días de duro diálogo.

No obstante, los miembros de la ONU lograron llegar ayer a un acuerdo sobre el documento final que se adoptará en la Cumbre Mundial de Jefes de Estado y de Gobierno, que comenzará hoy en la sede de las Naciones Unidas. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, lamentó que el documento final adoptado haya dejado fuera un compromiso para la no proliferación y el desarme nuclear, lo que considera un nuevo fracaso en este tema. “Hemos fallado por segunda vez”, dijo Annan, en referencia a la negociación del Tratado de No proliferación de Armas Nucleares, que fracaso hace unos meses. El punto de partida de la negociación fue un ambicioso proyecto presentado hace unos meses por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, en el que se planteaba una profunda reforma de la organización, y mayores compromisos en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Durante el proceso de diálogo, algunas de las peticiones de Annan han prosperado, en tanto que otras han quedado enunciadas de manera general, con menos detalle, y otras han sido simplemente aplazadas. DURO PROCESO La falta de acuerdo obligó al secretario general de la ONU, Kofi Annan, a aplazar la rueda de prensa en que se esperaba el anuncio del texto de reforma. Los países industrializados y las naciones en vías de desarrollo mantenían grandes divergencias sobre aspectos como la seguridad, los derechos humanos y el combate contra la pobreza extrema. El gobierno de los Estados Unidos proseguía su pulso particular para someter a la Secretaría general de Naciones Unidas a mecanismos de control tras el escándalo provocado por el programa “Petróleo por alimentos”, que se aplicó en Irak en la década de 1990 y que ha derivado en casos de corrupción. “Continuamos presionando para lograr importantes reformas en la gestión de la ONU” advertía el embajador de los EE.UU. ante la organización, John Bolton, frente a la postura de la Secretaría General, que pretende mayor poder para atajar la corrupción. Una propuesta británica de suprimir la diferencia entre terrorismo y lucha por la liberación de los pueblos causó la ira del representante palestino, Somaia Barghouti, que aseguraba que su delegación “nunca aceptará eso”. Portavoces chinos rechazaban las acusaciones de delegados estadounidenses que afirmaron que Pekín intenta bloquear la reforma de la Comisión de Derechos Humanos (CDH) del organismo. Y funcionarios brasileños reiteraban que el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva no abandonará su intento de que Brasil tenga un asiento permanente en el Consejo de Seguridad, pese a la oposición de otras naciones latinoamericanas, como México. Aunque estará ausente en la cita por razones de salud, el presidente francés, Jacques Chirac, no renunciaba a estar presente en los debates y desde París llamaba a la comunidad internacional a “la movilización y la acción” a favor del desarrollo. Tony Blair tampoco olvidaba esa vertiente de la reforma y fuentes próximas a su gobierno anunciaban que el primer ministro británico viaja a Nueva York acompañado del cantante Bob Geldof, en los últimos años conocido sobre todo por su activismo contra la miseria en el mundo. Uno de los primeros en llegar a Nueva York fue el presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, que aprovechaba el tiempo para participar esta tarde en una mesa redonda sobre ciencia y tecnología para el desarrollo, en un hotel cercano a la sede de la ONU. Otro líder latinoamericano, el peruano Alejandro Toledo, era el reverso de la moneda y su delegación hacía ajustes de última hora en su agenda debido a un inesperado retraso en su vuelo aéreo. Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) continuaban entretanto su campaña para que el impulso al desarrollo sea prioritario en la conferencia, y proseguían con sus voces de alarma. “Después de negociaciones frustradas por intereses particulares de algunos países, los jefes de Estado y de Gobierno tienen en su mano la ultima posibilidad de salvar esta cumbre”, precisó por la mañana en un comunicado la ONG Intermon Oxfam. La declaración estaba firmada por Marta Aria, encargada en esa organización del seguimiento de los objetivos que los lideres mundiales se fijaron hace cinco años, también en Nueva York, en la conocida como Cumbre del Milenio.