Una radio encendida, luces prendidas y una quietud completa reina en las piezas del pabellón Nº 1 del Hogar Mapuche de Temuco, ubicado en calle Las Encinas. Habitualmente ocupado por 30 estudiantes, la mañana del jueves los encuentra a todos detenidos.

Los pocos sobrevivientes del violento allanamiento hacen esfuerzos por reorganizarse, inician contactos con diversas agrupaciones sociales y medios de comunicación. Azkintuwe estuvo presente en esos minutos de incertidumbre, rabia e impotencia. Esta es la descripción del escenario de terror que pudimos encontrar aquel día en el Hogar, nuestro hogar. La mañana del pasado jueves 8 de septiembre, fue allanado una vez más el Hogar y Centro de Desarrollo Sociocultural Mapuche de Temuco. Este hogar histórico fue creado por iniciativa de los propios estudiantes, el año 1997, proceso en el que varios participamos como dirigentes estudiantiles. Desde esa fecha sus viejas instalaciones cobijan a una cantidad cercana a los 100 estudiantes. Muchos de los actuales jóvenes detenidos, hacia el año 1997 eran estudiantes de enseñanza básica, cursaban 4º o 5º año, niños de 10 y 11 años. La lucha que emprendimos aquel año buscaba precisamente darles un espacio a ellos, pensando que en el futuro los problemas de hacinamiento y deficiente infraestructura del recinto se debían resolver. Sin embargo, los sucesivos gobiernos de la Concertación han respondido con la receta de siempre: Más y más represión contra los estudiantes que reclamen su derecho de vivir en un lugar digno. 58 detenidos, entre ellos 25 mujeres, varios jóvenes severamente golpeados, fue el saldo de la última movilización protagonizada por los residentes del albergue de calle Las Encinas. Solo faltaron los bulldózer para borrar este ejemplo de rebeldía mapuche juvenil. Sin duda un “mal ejemplo” a los ojos del socialista Ricardo Lagos, quien al momento de la represión recorría en helicóptero la región, cual gobernador chileno visitando aquellas posesiones conquistadas a sangre y fuego 123 años atrás. Una serie de movilizaciones han realizado los estudiantes para hacerse escuchar. Sin embargo, desde el año 1997 que sus demandas no han sido cumplidas por la totalidad de los subsecretarios, ministros y presidentes que han pasado por el gobierno. Ignorar a los estudiantes ha sido una forma de castigar a quienes dieron y siguen dando un ejemplo de lucha en el asfalto racista de Temuco. Tan solo un dato que recordar. Antes de que estallaran las movilizaciones de las comunidades en contra de las forestales, los estudiantes mapuches lideraban una de las primeras acciones contra el indigenismo de estado. Todo ello a comienzos de 1997. Precisamente aquí, en Las Encinas 01020. Pocos parecieran recordarlo, pero la “recuperación” de este hogar marcó un hito. En 17 días de resistencia, el gobierno debió retroceder y aceptar que el viejo recinto abandonado del Indap fuera transformado en albergue universitario. Más aún, en un foco de resistencia. “Queremos un lugar para estudiar, pero también para recuperar nuestra historia, nuestra cultura”, decíamos por aquellos años. Desde entonces, la lucha por defender este espacio no se ha detenido. Cientos de estudiantes han pasado por las cárceles y cuarteles de la policía militarizada chilena en ocho años. Son decenas los heridos y graves los destrozos al vetusto, pero entrañable recinto. Y es que la consigna de esa época aun resuena en nuestros oídos: “Conquistar espacios en la ciudad, también es conquistar territorio mapuche”. MÁS DE LO MISMO Las huellas de los carros policiales alrededor del rewe siguen ahí. La lluvia ha emblandecido el terreno y el atropello al lugar sagrado se conjugó con la violencia digna de un documental político de los años ochenta. Los estudiantes fueron violentamente sacados de sus piezas, golpeados frente a las cámaras de la prensa sin ningún tipo de contemplación. ¿Cuál fue el objetivo para hacer de este allanamiento un espectáculo televisivo? Quizás la respuesta se encuentre en una frase pronunciada el año 2003 por el entonces Jefe de gabinete del Director de la CONADI: “Vamos a dar la orden de desalojo, para que esos cabros de mierda no lo hagan nunca más”, señalaba minutos antes de otro brutal allanamiento. Lamentablemente para este funcionario público, las paredes de CONADI suelen tener oidos. Y los estudiantes, uno que otro aliado a quien atentamente escuchar. De madrugada y tras agotar un semestre de inútil espera, los estudiantes decidieron el pasado jueves ocupar las dependencias del Instituto de Desarrollo Agropecuario, que colindan con el hogar. Buscaban ser escuchados. Sin embargo, a eso de las 10 y media, el Gobernador de Cautín ordenó el desalojo de las dependencias. ¿Cuál fue el motivo de la celeridad? Sospecho que la presencia en la zona del presidente Lagos, quien esa misma mañana ofrecía zanahorias en oferta por diversas comunas pobres de la región de La Araucanía, que es como llaman los chilenos a nuestro Ngulumapu o “territorio mapuche del oeste”. No cabe dudar que la orden de desalojo fue respaldada por Lagos. “No se construye un Chile teniendo en un hogar universitario bombas molotov”, señalaría incluso, sorprendido por la movilización. Desde que se comienzan a efectuar negociaciones con el Estado, los estudiantes han recorrido toda la escala jerárquica de la CONADI, pasando por varios subsecretarios de Mideplan, ministerio del cual depende el organismo indigenista. Así, la última de las movilizaciones se efectuó en el año 2003, fecha en que viaja a la zona el entonces Ministro de Mideplan, Andrés Palma (DC), quien se comprometió -al igual como anteriormente lo había hecho Jaime Andrade (PS)- a mejorar la situación de los estudiantes. ¿Qué ha pasado hasta la fecha? Las cosas siguen igual y tal vez peor. Seis meses han estado los jóvenes insistiendo en conversar con la ministra Yasna Provoste. Incluso, desde lejanos territorios, los padres y apoderados de los estudiantes han llegado hasta Temuco para establecer un puente de diálogo entre sus hijos y el gobierno. Todo ello, sin resultado alguno. ¿Qué nos deparará entonces el futuro con la actual candidata a la presidencia de Chile? Más sangre, heridos y detenidos como los de esta mañana, aunque sospecho que esta vez los gases lacrimógenos tendrán un pestilente aroma a perfume de mujer. Una cosa es clara a estas alturas. Las políticas públicas en materia indígena, si es que existen, son cuestiones de Estado, no dependen de quien este o no al mando del gobierno. En este punto surgen las preguntas: ¿Seguirán los mapuches concertacionistas vociferando las bondades de la candidata Bachelet? ¿Qué dicen al respecto los mapuches socialistas, que apoyan tan fervientemente al gobierno de turno? ¿Harán estos hermanos y hermanas vista gorda mientras decenas de jóvenes mapuches pasan por los cuarteles policiales y calabozos como si fueran delincuentes? RELATOS DEL HORROR POLICIAL VH no quiere hablar públicamente de su caso. Es otra alumna del hogar quien la incita a hablar. Su problema es que trabaja para poder pagar sus estudios y si saben que ella vive en Las Encinas, de seguro la podrían despedir. Esa mañana no fue ajena al allanamiento. A pesar de su discapacidad física, fue sacada violentamente de su cama y golpeada reiteradamente por efectivos de fuerzas especiales armados hasta los dientes. Se comenta incluso que otros policías la defendieron, frente a la bestialidad de un par de centuriones que se ensañaban con ella. Su caso quedará archivado como uno más entre los muchos relatos del horror policial vividos en este lugar. Ella no era una estudiante con una molotov en la mano. Tan solo era una observadora que impotente veía como las fuerzas policiales arrastraban, pateaban y robaban a sus compañeros. Y es que al final del allanamiento, muchos estudiantes descubrieron que desde sus piezas les habían robado pequeñas cantidades de dinero. Represión y pillaje, el círculo del eterno retorno en la relación de nuestro pueblo con las fuerzas militares o policiales chilenas. Cuentan incluso los estudiantes que un equipo especializado del Laboratorio de Criminalística de Carabineros investigó sus computadores personales, buscando quizás evidencias de aquella ilusoria “conexión terrorista” de la que tanto alertan en los juicios los fiscales. Me cuentan que los heridos fueron cuatro, entre ellos un peñi que recibió una feroz patada en los testículos, así como una lamngen quien debió tomarse radiografías de sus pechos, debido a que fue pisoteada por varios Carabineros dentro del bus policial. Fueron 58 los jóvenes mapuches detenidos en esta jornada. Son la nueva generación de nuestro pueblo, que ya conoce de primera fuente las mazmorras del régimen “democrático” chileno. Nada nuevo bajo el sol, considerando la historia de atropellos y persecuciones que hemos debido enfrentar en Chile como pueblo. “Yo como madre estoy con ustedes”, les señaló acongojada una lamngen a los estudiantes de Las Encinas reunidos horas más tarde del operativo para evaluar los daños y las acciones a seguir. En la reunión también se encontraban ex alumnos, dirigentes de todos los hogares mapuches del sur, de Padre las Casas, el Hogar Pewenche, el Pvrampeyum Zugu, incluso del hogar We Liwen de Valdivia. “Es el llamado de la sangre, del corazón”, me confiesa uno de los jóvenes presentes. LA UNIDAD COMO BANDERA “Cuando me vine de Osorno, yo no sabía de mi pueblo, a mi nunca me enseñaron que nosotros como mapuches existíamos. En la escuela nos enseñaron que los mapuches habían dejado de existir hace muchos años atrás. Aquí vine a aprender y a conocer de mi pueblo y saber que cuando se me erizaba la piel cuando escuchaba el cultrun, era por algo, algo que recorría la sangre, mi identidad guardada. Cuando supe hoy del allanamiento, sentí rabia e impotencia. Quizás ya no viva aquí, pero mi sentimiento está con el hogar”, señaló una ex miembro del hogar a los jóvenes allí reunidos. Si el gobierno buscaba dar un escarmiento a los estudiantes, no pudo sino fracasar rotundamente en su objetivo. Los hogares, distanciados hace un tiempo por diferencias en sus estrategias de acción, se juntaron esta noche y el paso siguiente es la unidad. Si el gobierno pretende volver a ensañarse con los estudiantes, su tarea no va a resultar tan fácil. Hoy son varias las organizaciones mapuches que están solidarizando, alzando su voz y una idea los recorre a todos por igual. Si el hogar y sus estudiantes son reprimidos, es el Pueblo Mapuche, son sus hijos, los que están siendo atacados en su conjunto. Cuando recuperamos este espacio en el año 1997, no lo hicimos por nosotros mismos. Fue por las generaciones que venían detrás. Ese año, en lejanas escuelas de la región, niños que cursaban 4º o 5º año básico desconocían que un grupo de jóvenes mapuches les estábamos dejando un legado. Hoy día, el 99 por ciento de esos niños se encuentran recluidos en un cuartel policial. Solo una estudiante se salvó del allanamiento, pudo escabullirse y contarnos asustada todavía parte de su relato. “Estuve 3 horas escondida, escuchando como allanaban el hogar, escuchaba como los golpeaban e insultaban, estoy agradecida de dios por haberme salvado”, me señala aún nerviosa por las escenas de violencia que le tocó vivir. Los estudiantes me señalan que la lucha tomará otro cariz. Si durante el primer semestre estuvieron realizando gestiones para ser atendidos y resolver sus problemas por los famosos “conductos regulares”, hoy ese camino pareciera haberse agotado. No hay otra vía que la movilización, se repiten unos y otros. Por ello realizan un ferviente llamado a todos los mapuches, a participar con ellos de una gran manifestación por las calles de Temuco el próximo martes 13 de septiembre. Desde ayer jueves, todos los días saldrán a las calles a decir su verdad. Para quienes nos formamos en dicho recinto, ahora es el momento: “Todos con nuestros jóvenes, todos con el Hogar, todos con nuestro pueblo”. (*) Por Wladimir Painemal, Antropólogo, subdirector de Azkintuwe. Ex miembro de Hogar Las Encinas