El embajador estadounidense ante la ONU, John Bolton, presentó un paquete de más de 500 enmiendas al proyecto de reforma de la ONU que incluyen la eliminación de toda mención a los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

La cosa ha provocado cierto escándalo incluso en los que no se escandalizan nunca ante cosas como ésta cuando llegan desde los EEUU. Días después de hecha pública esa intención de Washington el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo publicaba algunos datos sobre la pobreza y la infancia que colocaban en su lugar exacto: Complicidad con un genocidio, las exigencias de Bolton. “En el mundo mueren 900.000 niños al mes debido a la pobreza”. Claro que para él y su presidente la realidad no es más que la consecuencia del funcionamiento de la Providencia-Mercado. Y la Libertad tiene esas pequeñas disonancias en el Mundo Feliz del neoliberalismo. Para eso está el “conservadurismo compasivo”. Incluso el siempre servil Annan sintió que perdía pie ante la postura del primero de sus patrones. Hace unas semanas rechazó que los Estados Unidos pudieran lograr la eliminación de temas de desarrollo en el documento elaborado por las NNUU para ser aprobado por la Cumbre de líderes mundiales. Eso supondría la eliminación de la agenda de ocho puntos elaborada hace cinco años. Fijaba un plazo hasta el 2015 para erradicar la miseria y la pobreza extrema y reducir la mortalidad infantil, entre otros objetivos. “Es la primera vez que tenemos un marco común para el desarrollo y no creo que nadie pueda removerlo”, dijo Annan a la prensa, confiando en el abandono de los EEUU de posiciones tan bárbaras como las iniciales de Bolton. La propuesta de los EEUU ha provocado gran indignación en algunos países y una “perplejidad temporal” en sus aliados principales que siempre terminan por asumir, con algunas modificaciones formales, las propuestas del Gran Jefe. Por si fuera poco el abandono de los objetivos del Milenio, Bush y su cuadrilla pretenden crear un Consejo de Derechos Humanos que sirva para la obediencia, y promover la validez de una suerte de licencia para la intervención en otros estados. El documento de la PNUD supone en si mismo una enorme denuncia de los Estados Unidos. “En el mundo mueren 900.000 niños al mes debido a la pobreza, un equivalente a tres tsunamis de los que azotó al sudeste asiático en diciembre último”. “Mil 200 niños fallecen cada hora en el universo como consecuencia de sus malas condiciones de vida”. El documento puntualiza que no existen razones para celebraciones positivas, sino que al contrario se vive una realidad espeluznante. Indica que existe una gran asimetría verificada entre pobres y ricos, y cuyas perspectivas tienden a ser más profundas. Para los países que se reúnen en Nueva York los próximos días, el documento del PNUD deja un aviso: 2005 marca una encrucijada. El organismo especializado de la ONU, exhorta a los líderes de los países más poderosos a tomar decisiones en favor de la salud y el bienestar de más de mil millones de niños que viven en la pobreza. Precisa que las decisiones que ellos adopten tienen el potencial de reducir la extrema pobreza alrededor del mundo y de mejorar las vidas de cientos de millones de menores de edad y de la población en general. “Al poner la pobreza y el desarrollo en el centro de su agenda, los líderes políticos del planeta, tienen una oportunidad sin precedente de ayudar a alcanzar los Objetivos del Milenio”, resalta. Subraya que los recursos adicionales que los gobernantes de esas naciones pueden entregar, traducidos a servicios sostenibles centrados en los niños y las mujeres, pueden hacer que la pobreza se convierta en historia. En el acápite de educación, propone se incluyan en las escuelas los servicios de alimentos, agua y servicios sanitarios; se haga énfasis particular en mantener a las niñas en las aulas y se apoye la eliminación del cobro de matrículas, un paso que atraería a muchos más educandos. Otra iniciativa está relacionada con la prevención y el tratamiento del VIH/SIDA entre los jóvenes y en madres e hijos, así como la atención de millones de pequeños que han quedado huérfanos y son vulnerables a esta pandemia. Precisamente el PNUD advirtió recientemente que el SIDA tiene un impacto dramático en los menores, y llamó la atención acerca de que en Africa, a consecuencia de esa enfermedad, la expectativa de vida bajó de 60 a menos de 37 años, y casi 15 millones de pequeños han perdido a uno o los dos progenitores.