Documento recibido de Melina Alfaro, 16 de septiembre.- Mediante un operativo, al más puro estilo antinarco, ayer por la tarde fue detenido por elementos de la AFI el antropólogo Daniel Nahmad Molinari, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de Veracruz.

Destacado por sus investigaciones científicas, publicaciones y acciones en defensa del sector indígena mexicano, del patrimonio cultural de la nación, de la clase obrera más desprotegida y en contra de los proyectos neoliberales que, sin cesar, intentan englobar a todos los sectores productivos de la sociedad -incluidos por supuesto los que se consideran económicamente estratégicos para el desarrollo de cualquier país- y atentan contra la identidad de cada país, población y o comunidad por pequeña que ésta sea. Al antropólogo se le responsabiliza de la comisión de delitos de “defraudación fiscal, defraudación fiscal equiparable y calificada”, así como por la “omisión” de aviso de cambio de domicilio por un millón 819 mil 204 pesos con 37 centavos, según consta en la Causa Penal 032/2005, que instruye el juez tercero de distrito en materia penal, Ariel Alberto Rojas Caballero. Fue trasladado a Villahermosa, Tabasco, desde donde se emitió la orden de aprehensión. Es imperativo que la justicia mexicana aclare cuanto antes esta situación porque de lo contrario puede constituir un atentado más a la libertad de expresión, a la lucha social y a la democracia en México. En un país en el que la sociedad civil está atrapada por la delincuencia, donde las instituciones democráticas son incipientes y, en consecuencia, frágiles; y donde las mafias han rebasado al poder legalmente establecido, sería muy grave que esa situación de por sí alarmante se coronara con una regresión política a los tiempos de la descarada y bestial represión política en México. Lo de Nahmad más bien parece una operación política de represión selectiva si se considera que el antropólogo no sólo se ha metido a fondo en la investigación científica y de campo, sino que también ha participado muy activamente en movimientos de lucha social y crítica política de acuerdo a sus convicciones. Nahmad ha publicado diversos ensayos en distintas revistas especializadas del país y del extranjero; ha sido representante de México en diversos encuentros internacionales de antropología; como el que recientemente se celebró en Florencia, Italia. Ha participado en mítines y manifestaciones en contra de la privatización del patrimonio cultural, y en contra de iniciativas de leyes federales que llevan ese propósito como la llamada General de Patrimonio Cultural de la Nación, impulsada por 27 senadores panistas todos ellos encabezados por Mauricio Fernández Garza. En abril recién pasado, por ejemplo, los trabajadores e investigadores del INAH en el país, se manifestaron en contra de la misma y, desde Veracruz, Nahmad dijo que “este tipo de iniciativas legislativas que se estructuran sin consultar a la ciudadanía ni a los encargados del cuidado del patrimonio histórico de México, indignan porque soslayan la opinión del pueblo”. Como esa actitud, se le puede hacer una lista al antropólogo, misma que seguramente tiene gobernación federal y estatal, pues ha afectado intereses como los del gobierno alemanista desde el momento en que inauguró la venta del Tajín con la hoy conocida presunta “Cumbre”; contra Pemex también por el daño ecológico que ha causado al entorno; en contra de las autoridades federales que tienen descuidadas muchas zonas arqueológicas del país; en contra del régimen foxista que se ha caracterizado por ser de ultra derecha. En su especialidad, recordemos la severa crítica que hace, entre otras muchas, a lo que ocurre con la pieza encontrada en Veracruz y que se conoce como Mictlantecuhtli, el Dios de los Muertos, cuyos proyectos de investigación fueron suspendidos desde los años 70. Se advierte que “por el deterioro del monumento funerario se corre el riesgo de perder información sobre el mismo”, y que “de manera inexplicable -denuncia- los informes sobre la primera y única fase de investigación permanecen ocultos”. Nahmad se ha destacado por denunciar las injusticias que se cometen en agravio de las clases trabajadoras más desprotegidas como la que hace sobre los “chaperos” del pueblo de Cárdenas, en Tabasco. El especialista detenido ayer por la AFI destaca que en los lamentables derrames de hidrocarburos ocurridos en el estado de Veracruz, son precisamente trabajadores “chaperos” quienes han saneado paulatinamente los lugares más recónditos, afectados por la contaminación petrolera. “Pero, vayamos por partes –apunta Nahmad Molinari-: Desde siempre, campesinos, ejidatarios y jornaleros han vivido sobre las áreas donde muchos años después, con la modernidad, las autoridades comenzaron a realizar trabajos de exploración y explotación petrolera. “Este desarrollo trajo consigo problemas cada vez más severos de contaminación ambiental que afectaron a los pobladores de amplias zonas del sureste del país, quienes en muchas ocasiones no pudieron continuar con sus actividades normales de agricultura, ganadería o pesca”, refiere el investigador del INAH en Veracruz. Los trabajadores “chaperos”, dice, son presa de infecciones de todo tipo, dermatológicas principalmente, que les ocasionan delicadas enfermedades lo mismo que a sus hijos menores, quienes hasta hace poco también ayudaban a sus padres a trabajar. Nahmad Molinari dice que en consecuencia no es difícil observar que los propios “chaperos”, quienes colaboran a bajos salarios con Pemex para la rehabilitación de las zonas afectadas por los derrames, sean los mismos que demandan económicamente a la propia empresa paraestatal por dañar su patrimonio. Como estos ejemplos de la defensa escrita e investigativa que hace Nahmad en sus trabajos, se pueden citar muchos más. En este contexto de situaciones políticas, se podría entonces afirmar que su detención responde más a una condición política que a un acto de justicia hacendaria pues todos sabemos que el terrorismo fiscal también ha sido un eficaz instrumento del poder contra sus adversarios. ¡Cuidado…! Porque para el fascismo los panistas también se pintan solos. Es preciso que la sociedad civil y organizada voltee con seriedad a analizar y a tomar cartas en los asuntos como el que ahora padece Nahmad Molinari; exigirle a la “justicia” mexicana congruencia en su proceder y al Poder Ejecutivo civil establecido, un alto inmediato a la represión política.