El ancestral Baile de las Turas, del municipio Federación, estado Falcón, representará a la región occidental en las eliminatorias nacionales del Certamen Mayor de las Artes y las Letras 2005, Capítulo Danza.

Esta iniciativa del Ministerio de la Cultura, organizada por el Consejo Nacional de la Cultura (Conac), tuvo una gran acogida en Coro, donde se desarrolló la selección regional, bajo la producción técnica de Orcelis Marcano. En el Complejo Cultural Armonía subieron al escenario, en el renglón de danza tradicional y popular, representantes de los estados Yaracuy, con sus tambores de San Juan; Zulia, con Gaita Perijanera; Lara, con el Baile del Tamunangue, y Falcón, con el ganador Baile de las Turas. Este ancestral rito a la naturaleza tiene lugar al sur de la región falconiana, en el serrano municipio Federación, donde sus pobladores lo conservan casi íntegro como un ritual netamente indígena declarado Patrimonio Cultural del estado Falcón. Se trata de una danza que los descendientes de los antiguos Ayamanes practican con orgullo y, sobre todo, con mucha devoción, ya que a través de ella agradecen a la madre naturaleza por la abundancia de sus cosechas. Durante el baile se le rinde tributo al maíz como fruto fundamental para la alimentación de las comunidades indígenas. Nasser Rodríguez, turero de la parroquia Mapararí, municipio Federación, opinó que ésta es quizás la única ceremonia aborigen conocida que aún se conserva en Venezuela. Cuenta que el ritual de las turas formó parte de la cultura de la etnia Ayamán, emparentada con la gran familia Tupí-Guaraní, de Brasil y Paraguay, que pobló, durante la era prehispánica, el territorio que hoy ocupan los municipios Unión y Federación, al sur de Falcón, en sus límites con el estado Lara. Según el historiador Luis Arturo Domínguez, investigador de esta danza, la Tura Mayor es la que se baila montaña adentro y a la cual sólo tienen acceso los tureros. Es un ritual privado que se prolonga hasta por ocho días. Asegura que este tipo de tura tiene que ver con irrevelables secretos que escapan al control del sincretismo religioso y son reservados para capataces e invitados, quienes conservan una parentela directa con sus ancestros y son los depositarios de sus creencias y sabiduría. Se dice que tanto el capataz que dirige el grupo como la estructura de la danza poseen poderes esotéricos y espirituales. Domínguez explicó que la Tura Pequeña se baila en sitios poblados, en patios debidamente preparados, donde puede concurrir todo tipo de personas que se ciñan a lo establecido en el reglamento de las turas. HONOR A LA VIRGEN DE LAS MERCEDES Una parte de esta tradición se efectúa en el pueblo de Mapararí, bajo la advocación de la Virgen de las Mercedes, cada 24 de septiembre. En esta Tura Pequeña se confunden las devociones que dan fondo al ritual, con rasgos innovados de fe cristiana y el sustrato de la práctica pagana, de esencia aborigen. El escenario es un patio donde se levanta un altar adornado con frutos y hojas verdes, mazorcas de maíz, cambur, caña, naranjas y caraotas, entre otros alimentos. En la Tura Pequeña se coloca una cruz debajo del arco del altar para las cortesías y reverencias. Mientras, en la Tura Grande las personas giran alrededor del árbol sagrado que simboliza a toda la flora maltratada por el hombre al realizar su faena en el campo. La música de la danza, aunque carece de estructura compleja, posee cierta variedad de trozos melódicos y lleva, como único acompañamiento rítmico, el sonido de una maraca, característico de los ritmos de ceremonial indígena. Los instrumentos utilizados son flautas elaboradas con una tura macho y una hembra, dos silbatos hechos con cachos de venados, los cuales se multiplican según el número de danzantes. Además, cada ejecutante de cacho lleva en la mano una maraca. La palabra tura tiene en este ritual dos significados importantes en el lenguaje de los tureros. Por un lado, que la cosecha de maíz ya está lograda y, por el otro, se refiere al tipo de flauta hecha de carrizo. COMPETIDORES En la eliminatoria nacional, el Baile de las Turas competirá con el grupo Ensamble Merideño, que representará a los andes con los Vasallos de la Candelaria, y con la agrupación Ekomaiva de la etnia Jivi, por oriente con el relato cantado La Wajita. También busca el triunfo en este certamen la Casa de la Cultura Fundaculgua, de Guárico, representante de la región de los llanos, con su montaje del baile Negros Kimbanganos. Además de los grupos de danza tradicional, en el certamen también competirán los grupos e intérpretes de danza contemporánea seleccionados en las eliminatorias de occidente celebradas en Coro. Jhonatan Castro y Carlos Soto, representarán a Falcón; el grupo Ballet Juvenil Zuliano, irá por el estado Zulia, y el Grupo Danzora, por Yaracuy. La eliminatoria nacional será la última fase del certamen y allí se incorporarán a la competencia los intérpretes y coreógrafos de danza académica, como es el caso del ballet clásico y neoclásico. El evento se realizará en Caracas, entre el 16 y 18 de septiembre, de manera simultánea en la Sala Juan Bautista Plaza y la Casa del Artista, con entrada completamente libre y abierta al público. Mientras, la programación prevista por el Conac indica que las premiaciones se entregarán a los ganadores absolutos durante una Gala de Danza, el 20 de septiembre en el Teatro Teresa Carreño.