En una nueva y peligrosa escalada de la crisis en Medio Oriente, el gobierno israelí amenazó con asesinar a los líderes políticos de la organización terrorista Hamas, incluido el primer ministro palestino, Ismail Haniyeh, si ese grupo no detiene los lanzamientos de cohetes contra el territorio judío.

(La Nación) Horas después de esta advertencia, una mujer israelí falleció en la ciudad de Sderot por el impacto de un cohete lanzado por militantes palestinos desde la Franja de Gaza, la primera víctima mortal de este tipo de ataques en seis meses. Hamas y la Jihad Islámica, otro grupo islámico, reivindicaron el ataque, que previsiblemente provocará una dura respuesta de Israel. Por otro lado, el ejército israelí continuó el lunes, por sexto día consecutivo, con sus bombardeos aéreos contra Gaza, donde cinco militantes perdieron la vida y se sumaron a los más de 40 palestinos que murieron desde el miércoles pasado, cuando Israel lanzó su ofensiva. Los incidentes amenazan con aumentar aún más las tensiones en la región, hundida en una grave espiral de violencia desde hace dos semanas, y despertaron el fantasma de una nueva invasión terrestre de Israel en Gaza, con el fin de detener a los militantes de Hamas. El año pasado, una incursión del ejército israelí en ese pequeño territorio costero dejó más de 400 palestinos muertos, pero no logró frenar los ataques con cohetes. Un día después de haber ordenado al ejército intensificar sus ataques en Gaza, el gobierno israelí subió ayer su apuesta, al amenazar con matar al máximo líder político de Hamas, Khaled Mashaal, exiliado en Damasco, y a Haniyeh si no se detienen los ataques con cohetes. Anteayer, el ejército ya había atacado las casas de dos diputados de Hamas en Gaza. “[Mashaal] no es inmune ni en Damasco ni en ninguna parte”, dijo el ministro israelí de Seguridad, Avi Dichter, que señaló que el líder de Hamas “es un objetivo más que legítimo”. “Nos desharemos de él a la primera oportunidad”, afirmó. Mashaal ya había sido víctima de un intento de asesinato en 1997, cuando agentes del servicio secreto israelí le inyectaron un veneno en Jordania. Pero los agentes fueron detenidos y debieron entregar un antídoto al gobierno jordano. Dichter también incluyó en sus amenazas al premier palestino. “Si Haniyeh es parte de quienes dan la orden de atacar, entonces eso lo transforma en un blanco legítimo”, señaló el ministro. También el ministro de Infraestructura, Benjamin Ben Eliezer, amenazó a los dirigentes de Hamas. “Yo no distingo entre quienes lanzan los ataques y quienes dan las órdenes”, dijo. En 2004, en medio de una ola de violencia entre los palestinos e israelíes, el ejército mató al fundador de Hamas, Ahmed Yassin, y, pocas semanas después, a su sucesor, Abdel Aziz Rantisi, en dos ataques aéreos. Funcionarios israelíes afirman que esos asesinatos redujeron los atentados del grupo contra Israel. Sin embargo, un ataque de este tipo ahora tendría más repercusiones, ya que Hamas controla el gobierno palestino (en una coalición con el movimiento secular Al-Fatah). La respuesta de Haniyeh a las amenazas llegó poco después. “Vamos a mantenernos en el mismo camino hasta que alcancemos uno de dos objetivos: la victoria o el martirio”, dijo. Por su parte, el vocero del ala militar del grupo, Abu Obeida, llamó a sus militantes a cometer atentados suicidas en Israel, algo que Hamas no hace desde 2004. Por otro lado, y pese a la dura ofensiva aérea de Israel, militantes palestinos lanzaron ayer 18 misiles contra los poblados judíos ubicados en la frontera con Gaza. Uno de ellos alcanzó un auto en Sderot, la ciudad más castigada por los cohetes, y mató a una mujer de 35 años que estaba cerca, además de provocar heridas a dos hombres. La última víctima de los ataques con cohetes había sido un hombre que murió en noviembre pasado. Hamas y la Jihad Islámica reivindicaron el ataque, que ocurrió mientras el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Javier Solana, estaba reunido en Sderot con la canciller israelí, Tzipi Livni. “Ningún país toleraría el permanente bombardeo contra sus ciudadanos, y tampoco lo hará Israel”, dijo, tras el ataque, David Baker, un funcionario de la oficina del primer ministro Ehud Olmert. “Continuaremos tomando las medidas que sean necesarias para acabar con estos ataques.” Israel mantuvo ayer su campaña aérea sobre Gaza. Cuatro militantes de la Jihad Islámica murieron cuando el auto en el que viajaban fue alcanzado por un misil y otro miembro de Hamas falleció durante un bombardeo contra una supuesta fábrica de cohetes. En un intento de poner fin a esta espiral de violencia, el gobierno palestino propuso ayer “una tregua global y recíproca” a Israel en Cisjordania y la Franja de Gaza, que fue rechazada por el gobierno de Olmert. Por otro lado, la ofensiva israelí parece haber terminado con más de una semana de intensos enfrentamientos entre Hamas y Al-Fatah, en los que unas 50 personas perdieron la vida. Ayer sólo se registró un incidente menor, cuando hombres armados hirieron a seis miembros de Hamas en la ciudad de Khan Younis, en Gaza.