El Mundo
Bien vale una… foto
ANÁPOLIS (*)
Un mes antes de la celebración en Annapolis de la cacareada Conferencia de Paz en Oriente Medio, convocada por George W. Bush en la recta final de su segundo mandato presidencial, las autoridades de Tel Aviv acordaron limitar el suministro de fluido eléctrico y alimentos destinados a la Franja de Gaza. La decisión, anunciada por el titular de Defensa hebreo, Ehud Barak, pomposamente apodado “el Pacificador” por los expertos en relaciones públicas enviados hace ya algún tiempo a Israel por el ex Presidente Clinton, pasó casi inadvertida.
De hecho, se intuían las intenciones de la clase política hebrea de asestar un duro golpe a los radicales islámicos de la Franja; una medida que la mayoría de los palestinos y de los analistas internacionales no duda en tildar de “castigo colectivo” contra el millón y medio de pobladores de Gaza. Estiman los politólogos occidentales que el establishment de Tel Aviv hará todo lo que esté en su poder para aplazar la celebración de la Conferencia. Y ello, por varias razones. En primer lugar, los israelíes creen que el hasta ahora hipotético acuerdo marco de Annapolis no podrá llevarse a la práctica en un futuro inmediato. En este caso, Israel prefiere no adquirir compromisos concretos a los que tenga que renunciar con posterioridad. En segundo lugar, los políticos hebreos temen que la posible inclusión en el orden del día de cuestiones relacionadas con el estatuto de Jerusalén o la solución de la cuestión de los refugiados palestinos, exigida por el Presidente Majmud Abbas, provocaría una escisión en el seno del Gabinete, que a su vez podría desembocar en el abandono de la coalición de dos partidos bisagra -Shas e Israel Beteinu– pilares de la frágil alianza gubernamental. Por último, los analistas hebreos estiman que el lapso de tiempo destinado a la celebración de consultas bilaterales palestino-israelíes es excesivamente corto y, por consiguiente, parece poco probable que los negociadores lleguen a elaborar una serie de medidas consensuadas indispensables para la reanudación del proceso político. A ello se añade también el miedo de Israel, sea éste ficticio o real, de que los radicales de Hamas, excluidos de la cita de Maryland por expreso deseo de Tel Aviv, traten de aprovechar esta oportunidad para sabotear el diálogo entre el Primer Ministro Olmert y el Presidente Abbas. Un diálogo, recordémoslo, iniciado in extremis después de un largo período en el cual la clase política israelí no regateó esfuerzos para desacreditar al líder palestino, expresando públicamente dudas tanto acerca de su credibilidad como de la capacidad de dirigir los destinos de los pobladores de los territorios administrados por la ANP. Majmud Abbas volvió a convertirse en interlocutor del Gabinete Olmert después de la toma de Gaza por las milicias de Hamas. Sin embargo, la estratagema israelí de potenciar a Abbas -y a los elementos de Al Fatah que controlan Cisjordania- sólo con miras a precipitar la caída de Hamas en Gaza, no ha surtido el efecto deseado. Muchos habitantes de los territorios palestinos interpretan esta maniobra como una claudicación de Abbas, a quien acusan, junto con los radicales islámicos, de ceder a las presiones de Washington o, incluso peor, de haberse convertido en un títere de Israel. Por si fuera poco, los medios de comunicación hebreos tratan de acreditar la tesis de que la Conferencia de Paz de Annapolis no tiene por qué suscitar grandes expectativas. Esto se debe a la anunciada o sospechada ausencia de los demás actores regionales, como por ejemplo Arabia Saudita, artífice de la iniciativa de paz árabe hasta ahora rechazada por Tel Aviv. Detalle interesante: el orientalista estadounidense Daniel Pipes, consejero áulico de George W. Bush y acérrimo detractor de un acuerdo entre israelíes y palestinos, prefiere llamar las cosas por su nombre. Pipes estima, en efecto, que Israel cuenta con un Gobierno “demasiado débil” para asumir el reto de un proceso político intercomunitario. Para él, la cumbre debería tener un carácter meramente simbólico. Annapolis bien vale una foto… Mientras tanto, “el Pacificador” Barak, anuncia nuevas sanciones contra los habitantes de Gaza. Los comentarios sobran. (*) Recibido por Corrientes al Día del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), de la Universidad Complutense de Madrid, por Adrián Mac Liman, Analista político internacional.
El compositor mexicano, Armando Manzanero, murió la madrugada de este lunes a los 85 años, víctima de un paro cardíaco y luego de sufrir complicaciones por COVID-19.
“Yo tengo que lamentar mucho, porque me están informando del fallecimiento de don Armando Manzanero”, declaró este lunes, en su habitual conferencia matutina, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
“Lamento mucho su fallecimiento. Además un gran compositor… Le enviamos a sus familiares, amigos, a los artistas, a todos los cantautores nuestro pésame, nuestro abrazo, por esta pérdida tan lamentable para el mundo artístico y para México”. En ese momento el presidente dijo que ya no quería seguir con su rueda de prensa diaria de este lunes, misma que finalizó con “Adoro”, un tema de Armando Manzanero.
Ricardo Montaner, cantautor argentino naturalizado venezolano, también confirmó esta noticia en su cuenta de Twitter, al dedicarle a su colega y gran amigo el tema que grabaron juntos llamado “Te extraño”.
La lamentable noticia también fue confirmada por la periodista mexicana de espectáculos Pati Chapoy. “Con dolor en mi corazón les informo que falleció Armando Manzanero”.
Además, diversos medios nacionales mexicanos y de otros países latinos señalaron que fue la manager del compositor, Laura Blum, quien confirmó el deceso.
El cantante enfermó después de inaugurar su museo en Mérida, Yucatán, y su salud se deterioró en cuestión de días y siempre fue considerado como un paciente de riesgo por su edad y la diabetes que padeció por varios años.
Siguiendo el protocolo, el cantautor se resguardó en su casa donde le dieron todos los cuidados necesarios como un concentrador de oxígeno propio.
Fuente: infobae.com
El Mundo
Putin no se aplicó la Sputnik V porque no es recomendable para mayores de 60 años
VACUNA RUSA
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, prometió que se vacunará “sin falta, apenas sea posible”, contra la covid-19, en su tradicional rueda de prensa anual, que este año se celebra de manera telemática debido a la pandemia del coronavirus.
“Yo atiendo a las recomendaciones de nuestros especialistas y por eso por ahora no me he puesto la vacuna, pero lo haré sin falta cuando sea posible”, dijo el jefe del Kremlin al contestar a una pregunta sobre si había vacunado.
Explicó que la vacuna que se emplea en la campaña de vacunación el país, la Sputnik-V, está aprobada para un determinado grupo de edad, de 18 a 60 años: “A la gente como yo la vacuna todavía no llega”, dijo Putin, que el 7 octubre pasado cumplió 68 años.
Según declaraciones que reproduce Bloomberg, algunos insumos necesarios para fabricar la vacuna escasean, por lo que la producción se encuentra también demorada.
Indicó que la pandemia de covid-19 ha causado un “mar de problemas”, que Rusia -subrayó- “ha afrontado con dignidad”. “En parte, quizás, mejor que en otros países que con razón están orgullosos de su economía y del desarrollo de sus servicios sociales y sistemas sanitarios”, agregó el presidente ruso.
Destacó que “en el mundo no había ningún sistema sanitario preparado” para hacer frente a la pandemia del nuevo coronavirus y que el sistema ruso “resulto más eficaz en comparación con los de otros países”.
Además indicó que si al comienzo de la pandemia contra el coronavirus luchaban 8.300 médicos, actualmente son 150.000 gracias a los programas de perfeccionamiento y a la readecuación de los hospitales para tratar a los pacientes con covid-19.
En este sentido, destacó la capacidad de Rusia para “movilizar recursos rápidamente”. A día de hoy en Rusia han muerto 49.151 personas de covid-19 y el país, con un total de más de 2,7 millones positivos por coronavirus, ocupa el cuarto lugar en el mundo por número de contagios detrás de Estados Unidos, la India y Brasil.
Fuente: infobae.com
Se produjo una caída generalizada de varios servicios de Google, y desde el navegador por ejemplo es imposible para los usuarios acceder a servicios como Gmail o YouTube, que dan como respuesta un error 500.
La incidencia afecta aparentemente a usuarios de todo el mundo tanto en ordenadores de sobremesa y portátiles como en móviles. No es posible acceder a servicios como Gmail, Calendar, Docs o YouTube, aunque otros como Translate o Maps parecen seguir funcionando.
Servicios como DownDetector que permiten comprobar el estado de diversos servicios en internet gracias a los informes que envían y comparten los usuarios muestra problemas en servicios como Gmail, aunque de momento la mayoría de problemas parecen registrarse en Europa, con algunas zonas en Japón, India y la costa este de Estados Unidos también mostrando incidencias.