Mundo Zoo
La serpiente más peligrosa de África
MAMBA NEGRA
La Mamba negra (Dendroaspis polylepis) es una especie de serpiente de la familia Elapidae; es la serpiente más venenosa de África. Con una longitud promedio de 2,5 m, puede alcanzar los 4,5 m.
Su nombre se debe al color negro dentro de su boca; pudiendo variar el color de su piel de verde amarillento a un gris metalizado. Es una de las serpientes más rápidas del mundo, capaz de la moverse de 16 a 20 km/h. La Mamba negra es una serpiente territorial. Por lo tanto, puede ser altamente agresiva si se siente amenazada, especialmente si la amenaza está parada entre la serpiente y su guarida. Cuando está agresiva, alza la cabeza tan alto como le sea posible, incluso a veces pudiendo mirar directamente a los ojos de un ser humano dependiendo del tamaño de la serpiente; arquea la parte posterior y avanza rápidamente mientras se balancea sobre la parte posterior del cuerpo, se abren sus mandíbulas, que revelan el negro dentro de la boca, mientras silba muy agresivamente. Su mordedura inyecta cerca de 100 mg del veneno, siendo mortal para un hombre adulto entre 10 y 15 mg. Cuando caza animales pequeños los muerde una sola vez y retrocede, esperando que la toxina neurotóxica de su veneno paralice a la presa. La muerte se produce por sofocación, como resultado de la parálisis de los músculos respiratorios. Aunque su veneno no es el más toxico, debido a su naturaleza agresiva y a la gran cantidad de veneno que inyecta, como a su velocidad, es considerada como la serpiente más peligrosa del mundo. Estas serpientes residen en huecos hechos por insectos, madrigueras abandonadas, y entre las grietas de la roca. Son diurnas. Durante el día buscan presas activamente, tales como pequeños mamíferos, pájaros y lagartos. Vuelven a la misma guarida cada noche. Esta serpiente es particularmente conocida por su aparición en la película de Kill Bill 2 REPRODUCCIÓN Se trata de una serpiente ovípara. Cuando empieza el verano, los machos salen en busca de hembras, llegando a recorrer largas distancias si es necesario. Después de las cópulas cada uno de los miembros vuelve a su territorio. Las puestas suelen ser de entre 20 y 30 huevos, generalmente depositados entre la hojarasca en estado de descomposición, factor que asegurará el calor necesario para el desarrollo de los embriones. Los recién nacidos de Mamba negra suelen medir entre 50 y 60 cm. y cuentan con una coloración de un tono verde grisáceo. En cuanto nacen, e independientemente de si han realizado o no su primera muda, ya pueden capturar e ingerir un ratón de tamaño adulto. CRECIMIENTO / MADUREZ SEXUAL Dependiendo de la alimentación, un recién nacido de Dendroaspis polylepis puede alcanzar los 2 m. en un año aproximadamente. La madurez sexual puede llegarles, cuando su tamaño es próximo al 1,50 m. o incluso antes. ALIMENTACIÓN Dependiendo de su tamaño, suele alimentarse de: lagartos, pájaros, roedores y otros pequeños mamíferos. Ocasionalmente ofiófagas. HÁBITOS EN ESTADO SALVAJE Serpiente de actividad diurna. Durante la noche, suele esconderse entre los troncos, piedras, termiteros abandonados o pequeñas madrigueras. Cuando desea ocupar estas madrigueras no duda en morder a cualquier animal que se cruce en su camino. Acostumbra a darse baños de sol con frecuencia, posada en una rama o encima de una piedra. Cuando el sol veraniego de África calienta demasiado, no duda en refugiarse en alguna madriguera que le proporcionará el frescor y la sombra necesaria. A veces, se pueden encontrar varios ejemplares dentro de una misma pero reducida área, aunque no muestran conductas agresivas entre ellos. http://74.125.47.132/search?q=cache:offVSvXkUNQJ:www.iguania.com/fichas_articulos/dendroaspis_polylepis.php+%22Mamba+negra%22&cd=7&hl=es&ct=clnk&gl=ar&lr=lang_es http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Schwarze_Mamba.jpg
Dos cachorros de yaguareté nacieron en el Centro de Reintroducción que funciona en el Parque Iberá, Corrientes. Los cachorros y su madre se encuentran en el corral más grande del centro por lo que, en general, no son avistados. El equipo técnico de la Fundación sospechaba que se podría haber producido el parto por comportamientos de la hembra, pero no fue hasta la semana pasada que pudieron confirmarlo, al registrar a dos cachorros en videos de cámaras-trampa.
Magalí Longo, a cargo de los proyectos de reintroducción de especies en la isla San Alonso, donde se encuentra el Centro de Reintroducción de Yaguareté, contó que “teníamos indicios de que la hembra había parido, ya que pasaba mucho tiempo en un mismo sector del monte que se encuentra al norte del gran corral. Un día pudimos observarla y vimos que tenía los pezones hinchados, signo bastante inequívoco de que habría parido, pero no sabíamos cuántos cachorros ni si habrían sobrevivido. Ella es madre primeriza, así que tampoco era raro que perdiera la camada”.
La confirmación llegó unas semanas después. Pablo Guerra, a cargo del manejo de los yaguaretés en el Centro mencionó que “habíamos puesto cámaras-trampa para tratar de confirmar el nacimiento. Y después de varias semanas sin ningún registro pudimos observar a los dos cachorros. Cuando vimos los videos saltamos de alegría y emoción. Estimamos que tienen entre uno y dos meses y aparentan estar en perfectas condiciones”.
Después de esta observación ya no volvieron a verlos, pero se espera que pronto realicen caminatas más extensas siguiendo a su madre y sean más fáciles de avistar. Los cachorros observados son dos, que es el número usual de crías que tienen los yaguaretés. La madre de los cachorros es Mariua y el padre Jatobazinho, quien se mantiene en otro enorme corral, separado de la madre y sus cachorros. Ambos ejemplares tienen un origen silvestre y provienen de Brasil, de donde fueron rescatados, de cazadores furtivos en el caso de Mariua, y en muy malas condiciones físicas Jatobazinho.
Sebastián Di Martino, director de conservación de la Fundación Rewilding Argentina destaca la colaboración de las instituciones del país vecino, especialmente del Instituto Brasilero del Medio Ambiente (IBAMA) y de las organizaciones NEX y Onçafari, que recuperaron a los animales y luego los enviaron a Argentina.
“El nacimiento de estos cachorros es un paso muy importante para el proyecto. Desde el año 2012 estamos trabajando en Iberá tratando de regresar al depredador tope a este ambiente, 70 años después de haberse extinguido en la provincia de Corrientes. Es un proyecto a largo plazo cuya ejecución demandará varios años más, pero estamos en buen camino y desde hace un año trabajando en la fase de liberación progresiva”, comentó Sebastián.
El yaguareté es el máximo depredador de Sudamérica y, como tal, cumple con un rol ecológico clave para el mantenimiento de los ecosistemas donde habita. Al desaparecer, desaparecen también estas funciones y los ambientes naturales degradados pierden, en buena medida, la capacidad de brindar agua y aire de calidad, de mitigar el cambio climático o de prevenir la aparición de nuevas pandemias. Con la desaparición del yaguareté perdemos cultura y oportunidades de desarrollo local, ya que la observación de fauna se puede convertir en un motor de la economía, como ha pasado en otros lugares de la región (por ejemplo, el Pantanal brasilero) o en el mismo Iberá.
El proyecto se lleva en forma conjunta entre la Fundación Rewilding Argentina, la Provincia de Corrientes y la Administración de Parques Nacionales.
Ayudanos a elegir un nombre para los pequeños cachorros
Fundación Rewilding Argentina invita a todas las personas a participar en la selección de los nombres para la nueva generación de yaguaretés correntinos. A partir del lunes 23 de noviembre, podrán elegirse en la cuenta de Instagram de @rewilding_argentina los nombres para los pequeños cachorros silvestres del Parque Iberá. Los nombres más votados serán publicados en el día internacional del yaguareté, el 29 de noviembre.
Mundo Zoo
Guacamayos rojos, libres y silvestres, por primera vez en más de 150 años en Argentina.
PARQUE IBERÁ
Los colores y sonidos del Guacamayo rojo, que alguna vez inundaron los cielos del norte argentino, se sienten cada vez más fuertes en el Parque Iberá: Una pareja de guacamayos rojos sacó adelante 3 huevos, que eclosionaron y dieron lugar a los tres primeros pichones silvestres en libertad—algo que no ocurría probablemente hace más de 150 años en nuestro país.
Desde 2015, en Fundación Rewilding Argentina emprendimos el trabajo para recuperar esta especie clave extinta en toda la Argentina. Hoy, el Guacamayo rojo está volviendo a cumplir su rol ecológico de ""creador de bosques"", a través del rewilding.
El nacimiento de estos pichones silvestres en Parque Iberá es un gran paso para la recuperación de la especie en Argentina, y refuerza nuestra convicción de que el rewilding es una herramienta que inspira esperanza en medio de la profunda crisis de biodiversidad que enfrenta el planeta.
En el Día Mundial de la Protección de la Naturaleza, este evento demuestra que proteger los ecosistemas, y trabajar activamente para recuperarlos, son estrategias que alumbran el camino hacia una economía restaurativa en la que las comunidades locales, inmersas en un entorno revitalizado, prosperan a partir del turismo de naturaleza.
"El rewilding trae de vuelta la naturaleza, trae bienestar para las comunidades locales y, sobre todo, trae alegría para nuestras almas."— Richard Preston
Desde el Zoo de Givskud, Dinamarca nos enviaron imágenes al nacer de Coco, el macho de nutria gigante que hoy vive en el corral de presuelta en Parque Iberá.
Coco nació el 3 de mayo de 2017 en una camada de tres. El grupo familiar de las nutrias es bien estrecho; permanecen juntos la mayor parte del tiempo y son muy curiosos y valientes.
Los cuidadores de Coco cuentan que él es un protector innato: cuando sus padres tuvieron otra camada en 2018, Coco cumplía el rol de guardia de la familia. Cada vez que alguien se acercaba a sus hermanos, lo advertía con ruidos de ladridos.
Es por eso que aquí, en Iberá, Coco siempre está alerta cuando se aproxima la lancha por la laguna Paraná, o el equipo de rewilding se acerca para monitorear a la pareja, que se prepara para volver a cumplir su rol ecológico en los Esteros del Iberá.