Opinión
UNIÓN CIVICA RADICAL: ¿Horizontalidad militante o Verticalismo dirigencial?
NOTA DE OPINION
En la reunión realizada el lunes 26 de abril pasado, de dirigentes de primera línea partidaria, presidentes de circunscripción, e integrantes de la mesa del comité capital de la UCR, se definió cortar con la agresión interna de todos los sectores que hasta ese momento permanecían enfrentados, y aumentar los esfuerzos por algunos otros que no asistieron para que de alguna manera, regresen a casa.
En cierta forma esta postura nos da cierto fortalecimiento estructural por estar mas cohesionados políticamente pero, cabe la pregunta de saber: ?hasta cuando podemos permanecer en paz, sin haber limado las diferencias a fondo internamente?. Creo que le pusimos la tapa a la olla hirviendo, pero es una tarea titánica remar en contra de una decisión y postura planteada de antemano por los que manejan los hilos partidarios, que estuvieron en el encuentro pero que no eran precisamente la mayoría de los presentes, sin ánimos de ofender a nadie. Es sumamente difícil discutir constructivamente en un partido que se jacta de la defensa de los valores democráticos y la discusión horizontal de los diseños políticos; y en realidad la dinámica interna en la toma de decisiones es mas vertical que el obelisco, siendo conducidas por un grupo de ideólogos esclarecidos que no superan las 10 personas. Algunas de ellas son las que, por separado o en mini-alianzas, vendieron la estructura partidaria radical, a diferentes sectores políticos hoy, enclavados en el poder, para mantener un ingreso de recursos aceitados y continuar arriba de la calesita municipal; nos quisieron convertir en mercenarios, ofrecidos al mejor postor. Estos personajes, ya están sufriendo el desamparo impuesto por los pedidos de renuncia realizados por el ejecutivo de la ciudad, típica forma de manejarse del pragmático populista de Ibarra (mal llamado progresista que cambia algo para no cambiar nada); los usó para su campaña prometiéndoles la gloria, los enfrentó internamente con quienes permanecimos en la lista 3 para dividir a la UCR y manejarlos, dotando a los mismos de un éxito efímero, y ahora los tira a la calle; se lo habíamos anticipado, pero fueron tentados ilusoriamente. Me duele el caso de algunos por el aprecio personal que les tengo pero políticamente, a los hombres se los juzga por sus actos, y sobre ellos, nada más tengo por decir que no dijera con anterioridad. Debemos modificar el paradigma clásico de toda estructura socio-política, y rediseñarlo para beneficio de todos, los únicos que se empeñan en mantenerlo son las cúpulas partidarias, por el solo hecho de contar con la herramienta que los sustenta en una posición privilegiada; difícilmente los cambios se realicen desde nuevos movimientos, que sí regeneran la vitalidad necesaria para identificar los problemas y atacarlos, pero no consiguen sustentar esa movida en el tiempo con la fuerza requerida para tales compromisos, contamos con varios ejemplos pero el mas claro de ellos son las asambleas barriales, que perdieron presencia en el escenario político nacional por falta de una estructura consolidada. Es por eso que nuestro partido es clave para el desarrollo de nuestro país, contamos con militancia radical en cada rincón olvidado de nuestra patria, y en nuestro caso específico de la Ciudad de Buenos Aires, cada barrio porteño cuenta con locales políticos o sociales de tinte radical: ateneos, comités, centro de estudios, bibliotecas, centro de jubilados, clubes de barrio, fundaciones, etc., estamos presentes en el tejido social desde hace varias décadas y nuestro error fue, esperar las directivas, soluciones, bajadas de línea, de nuestros dirigentes locales, una gran equivocación que nos sumergió en la inmovilidad barrial, después de nuestro gobierno nacional en el odio general, y por último en el olvido. Los militantes radicales, vivimos cargando culpas ajenas, caminamos por nuestros barrios haciéndonos cargo de los errores y horrores de terceros cuando siquiera los responsables conocen nuestros nombres, porque para ellos somos un peón mas en este tablero político; es hora que nos quitemos el sayo de otro, que salgamos de esta trampa que nos aquieta y nos deprime, y miremos con lo que contamos para la reconstrucción, ¿Y qué tenemos para eso?: · Cada uno de nosotros en lo personal, dirigencia o militancia barrial, cuenta con el respeto de nuestros vecinos porque siempre estamos presentes para poner la cara, para escuchar reclamos, o para dar esperanza; · Cada uno de nosotros conserva un pequeño caudal de voluntades vecinales para convalidar el apoyo que nos tienen; · Cada uno de nosotros tiene el apoyo al menos de un militante, afiliado, vecino o familiar amigo comprometido en las ideas que, comunican a la par nuestra un pensamiento con el reparto de una carta, volante, poner una mesa en una esquina barrial o hacer una pintada; · Cada uno de nosotros posee la fuerza militante suficiente para que en la sumatoria provoque los cambios sociales necesarios para el conjunto de la sociedad; · cada uno de nosotros sabe que no vamos a recuperar espacios con un candidato conocido o de buena imagen porque ya sufrimos las consecuencias de ello; · cada uno de nosotros conoce bien, que las decisiones que toman pocos van en desmérito del conjunto; · y cada uno de nosotros, muestra su Nombre y Apellido, que orgullosamente querrá dejar limpio de impurezas para nuestros hijos, como ejemplo de vida en la lucha social, por la defensa de nuestros derechos, y la toma por nuestras propias manos de las responsabilidades que nos tocan vivir. Como ven, contamos con lo necesario para reinsertarnos en la vida política del país y la ciudad sin que tengamos que esperar ningún salvador mágico de turno, es en la comunión de ideas donde nos encontramos todos, desde abajo para arriba, en quienes tenemos el termómetro social bien aceitado por ser parte de dicha realidad; está en nosotros, en el consenso mayoritario de la militancia; en las bases sociales, no dejemos que nadie, ningún dirigente esclarecido o amigo de éste, por más influencia, poder o encuestas de aceptación social nos enrostre, deje huellas donde Cada Uno de Nosotros, debemos dar con firmeza, nuestros propios pasos. Por Ricardo Raúl Benedetti – Secretario General – La Plata Fuente: agencia Comunas
Dijo en San Juan el presidente Fernández: “lo que nos hace evolucionar o crecer no es el mérito, como nos han hecho creer en los últimos años, porque el más tonto de los ricos tiene muchas más posibilidades que el más inteligente de los pobres”.
Esto es tan falso, tan terriblemente insultante para la inteligencia, que es difícil decidir por dónde empezar a analizarlo. Sólo diré que Steve Jobs (Apple), Bill Gates (Windows), Jeff Bezos (Amazon) y Marcos Galperin (Mercado Libre), son algunas de las fortunas más grandes del mundo y de Argentina, y NINGUNO fue hijo de rico. Este pelotudismo socrático y retrógrado ha sido totalmente superado en los países desarrollados… ¡Y PRECISAMENTE PORQUE LO SUPERARON SON DESARROLLADOS!
Luego invocó a Alberdi y Sarmiento, reinterpretándolos con un pensamiento tan retorcido que los vuelve irreconocibles. Dijo admirarlos porque “vislumbraron la importancia de la educación pública, que nada es más importante que el conocimiento humano” y del sanjuanino aseguró que “en un gesto inigualable de igualdad, resolvió que todos los que estudian en la escuela pública calcen un guardapolvo blanco para que las diferencias sociales allí donde se aprende no aparezcan. Con todo eso nos dijo que el estado debe estar muy presente en el desarrollo humano y que finalmente lo que más vale es la igualdad, es propender a un sistema más igualitario”.
Pobres Alberdi y Sarmiento. Si pensamos cuales referentes históricos argentinos estuvieron absolutamente en contra de la intromisión del estado (que debía ser pequeño) en el quehacer cotidiano de los ciudadanos, fueron sin dudas estas dos inmensas figuras de nuestra patria. Hacer semejantes distorsiones de su pensamiento es una ofensa a sus memorias y, como se hacía en la escuela, debería lavarse la boca con jabón para limpiar sus palabras.
Alberdi decía que “la omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual” y que “la grandeza del vecino, forma parte elemental e inviolable de la nuestra”, LO OPUESTO al igualitarismo y el desconocimiento del mérito.
¿Y qué pensaba Sarmiento?, al que dijo admirar. El sanjuanino dijo: “las cumbres se alcanzan doblando el empeño” y “toda la historia de los progresos humanos es la simple imitación del genio”; Don Domingo era un ferviente defensor del mérito, concepto que el señor presidente denigra.
Es increíble que en la actualidad, con lo fácil que es conocer la realidad de otros países, todavía existan personas “educadas” (en realidad son apenas instruidas, la educación implica pensamiento crítico algo que les es ajeno) que sean tan ciegas como para dejarse engañar así.
El presidente habla de defender el federalismo y a las provincias del “pulpo” del puerto, cuándo el mayor héroe de esta gente fue Rosas, quien prohibió los puertos del Paraná para que todo el comercio exterior pasara por Buenos Aires, empobreciendo a las otras provincias. Obsesión rosista por el monopolio del puerto porteño que condujo a la muerte a valerosos patriotas en la Vuelta de Obligado, sacrificio disfrazado con la mentira de la “defensa de soberanía”.
Valga la apostilla: ese fue el mismo Rosas que le quitó los sueldos a los docentes de las escuelas y universidades estatales, hundiendo en la ignorancia a los pobres y yendo en contra de la tan mentada “igualdad de oportunidades” con la que se llenan la boca.
¿Habla del federalismo y de trato igualitario para todas las provincias?, cuando el peronismo fue el mayor promotor del crecimiento del conurbano bonaerense y que le otorgó tantos subsidios a la luz, el gas y a los combustibles, que hacía que en Buenos Aires se pagara hasta 5 veces más barato los servicios públicos que en el resto del país. ¿En serio? ¿Se puede ser tan caradura? Y lo peor, ¿se puede ser tan idiota como para creerles?
También dijo Fernández: “lo que uno más debería desear como argentino, es que cada argentino tenga la oportunidad de nacer…”, ¿oportunidad de nacer?, ¿de qué oportunidad de nacer habla quien defiende el aborto?, ¿se puede ser más cínico y contradictorio? “…Y de morirse feliz después de haber vivido bien, en la provincia donde ha nacido”, ¿morirse feliz?, ¿Cómo Solange que murió sin ver a su padre?, ¿o Facundo Astudillo?, ¿o Franco Martínez?, ¿o Franco Isorni?, ¿o Luis Espinoza?, todos desaparecidos y muertos en democracia en este 2020.
Entiendo (no comparto) que los que “están prendidos” defiendan “el modelo”… ¿pero el resto?, ¿el laburante que deja más de la mitad de su sueldo en impuestos para mantener punteros y para que le den por sus impuestos la porquería de salud, educación, seguridad y justicia que tenemos?, ¿el profesional que como universitario debería ser capaz de ver más allá de las mentiras de los demagogos? Cómo decía Sarmiento y se aplica a los “educados” que egresan de la universidad: “era el que más sabia… Pero el que menos entendía”.
Lo cierto es que a decir del gran sanjuanino: “la ignorancia es atrevida”, pero aún es más atrevida la avaricia, la soberbia y el despotismo de quienes conducen hoy el destino de nuestra patria y que lejos están de seguir el siguiente principio rector del cuyano: “fui criado en un santo horror por la mentira, al punto que el propósito de ser siempre veraz ha entrado a formar el fondo de mi carácter y de ello dan testimonio todos los actos de mi vida”.
Quienes creemos en la Libertad, en la igualdad ante la Ley y no por la Ley, y en el Respeto por la vida y la propiedad del prójimo, no solo tenemos el deber ético y moral, sino también la impostergable necesidad de oponernos y manifestarnos en contra de los atropellos que se están cometiendo contra los argentinos y contra la República.
El momento es YA… antes de que terminen de hundirnos y de someternos, antes de que no quede nada por salvar.
(*) Rogelio López Guillemain
La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en nuestras sociedades. Además de la crisis sanitaria, ha afectado la educación, la vida social y los medios de subsistencia. A una economía difícil, esto lo ha profundizado aún más.
Para nuestros jóvenes muchos de estos impactos será a largo plazo y multidimensionales: Por ejemplo, 191 países han implementado el cierre de escuelas a nivel nacional o local, y 1,5 mil millones de personas no pueden asistir a la escuela ya que no disponen de tecnología básica para acceder a las plataformas educativas.
Sin embargo, hay muchos jóvenes liderando esta crisis y no se han quedado de brazos cruzados. Hay una Juventud que está apoyando el diseño y la ejecución de programas sociales pensando en caminos creativos y de respuesta.
También debemos destacar la variedad de emprendimientos que han surgido adaptando propuestas comerciales a estos nuevos tiempos donde se pudo ver la creatividad y el desarrollo de productores locales.
Es fundamental continuar apoyando estos proyectos para que tengan continuidad formulando estrategias competitivas, incentivando y se conviertan en micro empresas sustentables económicamente.
Sumar programas de recuperación en base a economías locales y ver como su fuerza creativa comienza a enriquecer a instituciones, proyectos sustentables y caminos nuevos para salir adelante.
Pienso que un camino de desarrollo es no solo fortalecer las economías regionales sino volver a los oficios, capacitarnos y tener herramientas prácticas para generar recursos propios.
Estamos atravesando un momento de reinvención muy grande y donde más que nunca necesitamos estar unidos, sacar nuestras fortalezas y trabajar juntos como sociedad pensando en lo que queremos construir, diseñando la sociedad futura, poniendo foco en nuestros recursos y liderar.
Es fundamental generar herramientas para crear una sociedad más igualitaria y solidaria y no solo como respuesta a la pandemia sino también pensando a largo plazo y abordando todos el compromiso de crear un cambio duradero.
Recuerda una crónica del diario perfil: “Eduardo Lorenzo Borocotó el 23 octubre de 2005 obtuvo una banca. Pero antes de asumir algo cambió. El 9 de noviembre visitó la Casa Rosada, acompañado por su hijo. ¿Con quién tenía cita? Con el actual presidente Alberto Fernández, quien era jefe de gabinete de Néstor Kirchner. Borocotó se reunió con los dos. A Kirchner no lo conocía. A Fernández, sí.
El mismo día del encuentro en la Rosada, Borocotó anunció su partida del bloque macrista: armó un mono-bloque independiente, afín al kirchnerismo. Alberto Fernández explicó la jugada: "Tenemos que ser amplios. Hay muchos votantes y dirigentes de ARI que están descontentos con Carrió, por ejemplo. Y nosotros estamos abiertos a recibirlos, así como a los radicales, peronistas y a todos los que crean en el proyecto del Presidente".
En nuestras democracias actuales, se debería empezar a pensar en que los ciudadanos, en vez de elegir a personas que encarnen proyectos, ideologías, o letras muertas de lo establecido en partidos políticos, votemos directamente, proyectos, propuestas, modelos o formas de hacer las cosas y que la ejecución de las mismas, pase a ser un tema totalmente secundario, esto sí podría denominarse algo que genere una revalidación de lo democrático, pero no estamos en condiciones de hacerlo actualmente, primordialmente porqué el gobierno de ese pueblo, está en manos de uno sólo, a lo sumo, en cogobierno por un legislativo (con flagrantes problemas en relación a la representatividad, que sería todo un capítulo aparte el analizarlo) y supeditado a un judicial, que siempre falla, de fallar en todas sus acepciones, liberar la opción de ese pueblo, para que elija su gobierno, mediante las ideas que se le propongan, sin que sea esto eclipsado por la figura de un líder o lo que fuere, en tanto y en cuanto siga siendo uno, recién podrá ser posible, cuando su vínculo con la vida y la muerte, no tenga que ser anatematizado mediante la creencia o no creencia, que como vimos son las dos caras de una misma moneda, en un ser único y todo poderoso, creador de este mundo y de todos los otros, los posibles como los imposibles.
La violencia del estado que en la actualidad se traduce en su sobre-presencia en ciertos sectores a costa de la ausencia del mismo en vastas áreas y bolsones, la sobreactuación de un supuesto sentir o hacer democrático, en donde sólo se ejerce una dudosa aclamatoria de mayorías (sistemas de preselección de candidatos cerrada, como internas que no se llevan a cabo, que transfieren el sentido de elegir por el de optar, entre quiénes ellos, de acuerdo a sus reglas disponen que tengamos que optar, es decir elegir condicionados) debería estar tipificado en la normativa, como uno de los delitos más flagrantes contra las instituciones y el pleno ejercicio de la libertad, de tal manera, la ciudadanía no tendría excusas como para no levantarse en puebladas, en manifestaciones que dan cuenta de la total y absoluta anomia, en que la incapacidad de cierto sector de la clase política nos puede volver a conducir en cualquier otro momento u oportunidad. Propuestas es lo que sobra, se precisa de predisposición de estos para hacerles sentir a la ciudadanía que algo determinan, con el pago de sus impuestos y con sus votos. En tiempos electorales, una práctica que debería ser desterrada y que es una muestra expresa del democraticidio, es la compra de votos, sea mediante una dádiva, prebenda, por intermedio de corte de chapas, dinero, mercadería, merca o lo que fuere, como de las mentiras flagrantes e inconsistentes las que ofrecen por doquier. Como también lo es la no sanción de los hechos de corrupción, o la dilación en demasía para resolver los mismos, perpetrados por hombres que hayan pertenecido al funcionariado público.
Si somos presa de políticos corruptos seguiremos encarcelados en el imperativo de una sociedad penalizada y penalizante para sancionar delitos y no para reconvertir conductas que no nos lleven a ellas.
Hasta aquí sí se quiere, nada nuevo bajo el sol, o desconocido para todos aquellos a quiénes, Alfonsín nos prometió que con “la democracia se educa, se come, se cura, no necesitamos nada más, que nos dejen de mandonear…” la nueva modalidad, de estas suertes de “democraticidios” que nos afectan, es que el poder unipersonal del ejecutivo nacional, pasó a un sistema, tal como lo definió un constitucionalista “vicepresidencialista” y por tanto, Alberto, el creador del “borocotismo”, tal como Víctor Frankenstein, pasó a ser víctima de su propia creación, de su mutación práctica de lo representativo.
En la aceleración, profundización o intensificación del cristinismo, camporismo o kirchnerismo recargado, en el que recayó Alberto, no quedaría otro espacio en la historia para él, que un título de un libro escrito por Miguel Bonasso, acerca de Héctor Cámpora; “El presidente que no fue”.
La mayoría que se construyó a tales efectos, con una propagación mayor que la de un virus desconocido y contagioso, se reconstituye con proverbial dinámica y en las próximas elecciones demostrará cuán cerca o lejos puede estar de un poder político, en la actualidad, “borocotizado”.
(*) Por Francisco Tomás González Cabañas.