Mundo Zoo
A que edad adquirir uno
CACHORROS
Siempre se habla de que un perro adquirido pequeño es mejor como mascota, pero eso dependerá de que tanto podamos ofrecerle, antes de decidir educar desde el comienzo a un cachorrito hay que considerar un par de factores.
¿TENEMOS EL TIEMPO PARA UN CACHORRO PEQUEÑO? (www.mascotasconce.cl) No se trata sólo de alimentación, higiene y un lugar para dormir, estamos hablando de educación, un cachorro pequeño necesita forjar su temperamento, desarrollar su inteligencia y aprender a interactuar con perros y personas, si no le damos un ambiente propicio estos aspectos no se desarrollarán y no tendremos un perro equilibrado o con todo su potencial. Las demandas de atención y experiencia aumentan según más joven el cachorro, un perro de unas cuatro semanas está recién aprendiendo a interactuar con el mundo, comenzando su etapa de socialización, momento en el que necesita recibir gran cantidad de estímulos para desarrollar su sistema nervioso y que este se adapte a las distintas situaciones. Un perro que no aprende a interactuar correctamente en esta etapa crucial (de 4 a 8 semanas aprox.) no posee un desarrollo cerebral que le permita desenvolverse con soltura en el futuro, le ponemos de inmediato un techo más bajo a su capacidad y dependiendo del grado de las carencias podríamos arruinar su futura conducta. Así un perro que no conoció gente desde pequeño reaccionará con mucha ansiedad ante las personas una vez adulto, podemos entonces enseñarle a no actuar de forma indebida, pero no le quitaremos el stress de encontrarse con situaciones para las que no está preparado. Por lo mismo un cachorro en etapas tempranas exige gran cantidad de estímulos y atención, ver perros y aprender a tratarlos, conocer personas y aprender a relacionarse con la “manada” humana, aprender las normas de dominio-sumisión, etc.. Si no se sabe cómo o no se está dispuesto a brindar a dedicación necesaria es mejor un perro con un carácter algo más formado. ¿UN PERRO YA ADULTO SERÁ MENOS FIEL? Es indudable que un perro criado de pequeño, si fue bien manejado, estará más amoldado a nuestras exigencias, pero que un perro nos considere su amo y, por lo tanto, su líder y protector puede darse a cualquier edad. Si su vida ha sido poco grata o si simplemente lo convencemos de que nuestro hogar es el mejor lugar que existe, entonces nos estará muy agradecido. Incluso y contrariamente a lo que muchos creen, un perro adulto puede ser adiestrado y aprender a comportarse, incluso un adulto joven es más fácil de adiestrar que un cachorro distraído y hasta los perros viejos dan sorpresas. La mayor ventaja está en que requieren menos dedicación que los cachorros, pues tenemos una carga menor a lo que a formación se refiere, por supuesto esto mismo se vuelve algo negativo si las condiciones en que se desarrolló fueron adversas. ¿QUÉ EDADES SON MÁS CRÍTICAS? Antes de las cuatro semanas jamás deberíamos separar al cachorro de la madre, aún no comienza siquiera a aprender que es ser un perro. Luego de las 4 a 8 más o menos el perro aprende conductas muy difíciles de corregir luego, lo mismo con las carencias, además tiene que aprender a ser perro y, por todo ello, necesita a la madre. Se dice que a los 45 días es un buen momento para evaluar la estructura del cachorro. Aproximadamente a los dos meses el perro está en una buena edad para ser llevado a un hogar, entre las 7 a 10 semanas (idealmente en la séptima) se realiza el Test de Campbell, en caso de querer hacerlo. Entre los 4 o 6 meses en perro aumentará su nivel de agresividad, se hace muy importante el no haberle permitido conductas de pequeño que más tarde pudieran volverse violentas, lo que no se acepta de adulto tampoco se hará de pequeño. Desde las 10 a 13 semanas hasta los 6 o nueve meses el perro es un joven, con todo lo que implica, juegos, gran actividad y muchas conductas destructivas si no se satisfacen estas necesidades. ¿HAY EXCEPCIONES? Si, vemos que las condiciones del criadero o lugar donde se encuentra el cachorro no son adecuadas y aún así queremos adquirirlo, entonces hay que sacarlo pronto de ahí, pero sin olvidar la gran responsabilidad que conlleva y los posibles problemas. Un perro que creció en una jaula de una tienda probablemente será torpe socialmente o inseguro, lo mejor es no comprarlos para no motivar este tipo de negocios, pero si se insiste en hacerlo, mejor que sea pequeño antes que comprarlo aún más dañado (incluso físicamente) a mayor edad. No podemos olvidar que el perro es un animal tremendamente social, eso implica que sus habilidades para interactuar con los demás sean complejas y además vitales para su futuro.
Dos cachorros de yaguareté nacieron en el Centro de Reintroducción que funciona en el Parque Iberá, Corrientes. Los cachorros y su madre se encuentran en el corral más grande del centro por lo que, en general, no son avistados. El equipo técnico de la Fundación sospechaba que se podría haber producido el parto por comportamientos de la hembra, pero no fue hasta la semana pasada que pudieron confirmarlo, al registrar a dos cachorros en videos de cámaras-trampa.
Magalí Longo, a cargo de los proyectos de reintroducción de especies en la isla San Alonso, donde se encuentra el Centro de Reintroducción de Yaguareté, contó que “teníamos indicios de que la hembra había parido, ya que pasaba mucho tiempo en un mismo sector del monte que se encuentra al norte del gran corral. Un día pudimos observarla y vimos que tenía los pezones hinchados, signo bastante inequívoco de que habría parido, pero no sabíamos cuántos cachorros ni si habrían sobrevivido. Ella es madre primeriza, así que tampoco era raro que perdiera la camada”.
La confirmación llegó unas semanas después. Pablo Guerra, a cargo del manejo de los yaguaretés en el Centro mencionó que “habíamos puesto cámaras-trampa para tratar de confirmar el nacimiento. Y después de varias semanas sin ningún registro pudimos observar a los dos cachorros. Cuando vimos los videos saltamos de alegría y emoción. Estimamos que tienen entre uno y dos meses y aparentan estar en perfectas condiciones”.
Después de esta observación ya no volvieron a verlos, pero se espera que pronto realicen caminatas más extensas siguiendo a su madre y sean más fáciles de avistar. Los cachorros observados son dos, que es el número usual de crías que tienen los yaguaretés. La madre de los cachorros es Mariua y el padre Jatobazinho, quien se mantiene en otro enorme corral, separado de la madre y sus cachorros. Ambos ejemplares tienen un origen silvestre y provienen de Brasil, de donde fueron rescatados, de cazadores furtivos en el caso de Mariua, y en muy malas condiciones físicas Jatobazinho.
Sebastián Di Martino, director de conservación de la Fundación Rewilding Argentina destaca la colaboración de las instituciones del país vecino, especialmente del Instituto Brasilero del Medio Ambiente (IBAMA) y de las organizaciones NEX y Onçafari, que recuperaron a los animales y luego los enviaron a Argentina.
“El nacimiento de estos cachorros es un paso muy importante para el proyecto. Desde el año 2012 estamos trabajando en Iberá tratando de regresar al depredador tope a este ambiente, 70 años después de haberse extinguido en la provincia de Corrientes. Es un proyecto a largo plazo cuya ejecución demandará varios años más, pero estamos en buen camino y desde hace un año trabajando en la fase de liberación progresiva”, comentó Sebastián.
El yaguareté es el máximo depredador de Sudamérica y, como tal, cumple con un rol ecológico clave para el mantenimiento de los ecosistemas donde habita. Al desaparecer, desaparecen también estas funciones y los ambientes naturales degradados pierden, en buena medida, la capacidad de brindar agua y aire de calidad, de mitigar el cambio climático o de prevenir la aparición de nuevas pandemias. Con la desaparición del yaguareté perdemos cultura y oportunidades de desarrollo local, ya que la observación de fauna se puede convertir en un motor de la economía, como ha pasado en otros lugares de la región (por ejemplo, el Pantanal brasilero) o en el mismo Iberá.
El proyecto se lleva en forma conjunta entre la Fundación Rewilding Argentina, la Provincia de Corrientes y la Administración de Parques Nacionales.
Ayudanos a elegir un nombre para los pequeños cachorros
Fundación Rewilding Argentina invita a todas las personas a participar en la selección de los nombres para la nueva generación de yaguaretés correntinos. A partir del lunes 23 de noviembre, podrán elegirse en la cuenta de Instagram de @rewilding_argentina los nombres para los pequeños cachorros silvestres del Parque Iberá. Los nombres más votados serán publicados en el día internacional del yaguareté, el 29 de noviembre.
Mundo Zoo
Guacamayos rojos, libres y silvestres, por primera vez en más de 150 años en Argentina.
PARQUE IBERÁ
Los colores y sonidos del Guacamayo rojo, que alguna vez inundaron los cielos del norte argentino, se sienten cada vez más fuertes en el Parque Iberá: Una pareja de guacamayos rojos sacó adelante 3 huevos, que eclosionaron y dieron lugar a los tres primeros pichones silvestres en libertad—algo que no ocurría probablemente hace más de 150 años en nuestro país.
Desde 2015, en Fundación Rewilding Argentina emprendimos el trabajo para recuperar esta especie clave extinta en toda la Argentina. Hoy, el Guacamayo rojo está volviendo a cumplir su rol ecológico de ""creador de bosques"", a través del rewilding.
El nacimiento de estos pichones silvestres en Parque Iberá es un gran paso para la recuperación de la especie en Argentina, y refuerza nuestra convicción de que el rewilding es una herramienta que inspira esperanza en medio de la profunda crisis de biodiversidad que enfrenta el planeta.
En el Día Mundial de la Protección de la Naturaleza, este evento demuestra que proteger los ecosistemas, y trabajar activamente para recuperarlos, son estrategias que alumbran el camino hacia una economía restaurativa en la que las comunidades locales, inmersas en un entorno revitalizado, prosperan a partir del turismo de naturaleza.
"El rewilding trae de vuelta la naturaleza, trae bienestar para las comunidades locales y, sobre todo, trae alegría para nuestras almas."— Richard Preston
Desde el Zoo de Givskud, Dinamarca nos enviaron imágenes al nacer de Coco, el macho de nutria gigante que hoy vive en el corral de presuelta en Parque Iberá.
Coco nació el 3 de mayo de 2017 en una camada de tres. El grupo familiar de las nutrias es bien estrecho; permanecen juntos la mayor parte del tiempo y son muy curiosos y valientes.
Los cuidadores de Coco cuentan que él es un protector innato: cuando sus padres tuvieron otra camada en 2018, Coco cumplía el rol de guardia de la familia. Cada vez que alguien se acercaba a sus hermanos, lo advertía con ruidos de ladridos.
Es por eso que aquí, en Iberá, Coco siempre está alerta cuando se aproxima la lancha por la laguna Paraná, o el equipo de rewilding se acerca para monitorear a la pareja, que se prepara para volver a cumplir su rol ecológico en los Esteros del Iberá.