Fernando Lugo ratifica que Paraguay no copiará ningún modelo ideológico durante su gobierno. Dijo que dará 100 días a sus ministros para evaluar los resultados. Hoy culmina su gira por Bolivia, Ecuador y Venezuela. En una entrevista concedida a esta enviada especial justificó la designación de políticos en los ministerios y aclaró que los viceministerios sí serán ocupados por los técnicos que los asesorarán.

(Nancy Espínola y Néstor Soto, enviados especiales) El presidente venezolano Hugo Chávez y el mandatario electo de Paraguay Fernando Lugo pasan revista a la tropa de honor, durante un acto celebrado en Caracas. –El sábado inició una gira por los países marcados por ideología izquierdista, ¿significa que seguirá el mismo camino? –En estas visitas tenemos en cuenta dos cosas: primero, la invitación oficial, y segundo, la prelación de las felicitaciones que hemos recibido. En la región están en primer lugar estos países que visitamos. Esa misma noche del triunfo, el primero en felicitarme fue Estados Unidos, en segundo lugar, Chávez y Correa, y Evo –que se dirigía a Estados Unidos en vuelo– me llamó, me felicitó y quedó abierta la invitación. –Pero da la casualidad que son países con gobiernos de izquierda, con los que usted se identificó durante su campaña. –La izquierda, en Paraguay, se volvió un vocablo polémico. Yo, ayer (por lunes) no pronuncié ni una vez la palabra izquierda y el titular de un periódico asunceno dice que yo estoy de acuerdo y voy a luchar junto a los gobiernos de izquierda. Durante la campaña he dicho en más de una oportunidad que si izquierda entendemos en su sentido original, que las personas causarían el cambio real, entonces sí iremos con los de la izquierda. Pero si la izquierda se identifica con grupos violentos, que no lo somos, ni los vamos a propiciar. Por eso, hablamos de cambio, que es lo que más la ciudadanía ha reclamado en Paraguay. Durante toda nuestra campaña hemos repetido también varias veces que Paraguay tiene que hacer su proceso político diferenciado de los países de la región y el continente. Si bien hay coincidencias, no podemos negar, la pobreza, la corrupción, la consolidación de la democracia que necesitamos todos; y, en ese sentido, Paraguay se asocia mucho a toda esta corriente porque hay un cambio de signo político después de más de 60 años. –En Ecuador, Correa cuando se refería a usted, hablaba del giro de América Latina hacia el socialismo del siglo XXI. –Esa palabra tampoco nunca yo pronuncié. Es un tema a debatir. Tampoco tenemos que tener miedo al debate, miedo a la discusión. A Paraguay le hace falta mucha gimnasia de diálogo, de discusión sobre muchos temas, y creo que es algo que va a ayudarnos a consolidar la democracia. –Pero comulga con el socialismo siglo XXI que plantean. –Yo quiero saber si nosotros tenemos clara la película cuando decimos socialismo siglo XXI. El socialismo siglo XXI no tiene nada que ver con el socialismo del siglo XIX. No es un socialismo dogmático, no es un socialismo donde prevalece la ideología, sino un socialismo pragmático que tiene en cuenta las grandes reivindicaciones de los sectores más desprotegidos y olvidados de la sociedad. En otras palabras, es buscar la equidad social, la justicia social propugnada también por la doctrina social de la Iglesia. Es un tema que no está definido totalmente; es un tema que está en discusión, que se tiene que elaborar, se tiene que construir y cada país tiene que ver. Socialismo es equidad, socialismo es justicia social, es buscar la igualdad de oportunidad. –¿Qué temas fueron enfocados con el presidente de Bolivia, Evo Morales? –Tuvimos dos encuentros, uno con el presidente y otro con el vicepresidente. Hablamos en primer lugar de la compra de gas de Bolivia a Paraguay. Como sabemos ahora, Argentina compra el gas de Bolivia y revende a Paraguay. Lo que ellos nos aseguraron es que Bolivia tiene gas para surtir a toda la región y por mucho tiempo, así sea Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay. Eso en primer punto. Están trabajando allí por hacer procesos tecnológicos de explotación del gas y que haya una distribución. Ellos hablaban que quizás lo más práctico sería, en este momento, realizar una especie de distribución virtual del gas, que simplemente es llevar el gas a Paraguay en grandes camiones y poder redistribuirlo. Eso quizás sea lo más rápido. Lo otro, construir el gasoducto o una línea de transmisión del gas para nuestro país va a ser mucho más lento, va a llevar su tiempo de negociación. –¿Pero existe esa posibilidad? –Hay una gran posibilidad y Bolivia demostró voluntad, su deseo es que esta redistribución de gas sea sin intermediaciones, que no siempre benefician al último destinatario, que en este caso es Paraguay. –Usted siempre habló de que quiere acercarse más a Bolivia. ¿Se encaró algún otro tema bilateral, aparte del gas? –Ellos (Bolivia) tienen varios proyectos para con Paraguay, hablaban de una ciudad binacional en el Chaco. Esta es una idea de hace tiempo, conversada, que en la frontera del Chaco paraguayo y el Chaco boliviano se pueda construir una ciudad binacional en donde se pueda facilitar el libre tránsito, no solo de productos, sino también de personas. Es en la zona de Infante Rivarola. Tienen conversado el tema desde hace varios años, y yo particularmente debo reconocer que no lo conocía. –¿Qué lo trajo a Ecuador, aparte de visitar Guaranda y Echeandia? ¿Qué puede sacar Paraguay de Ecuador? –Nosotros queremos acercar nuestras relaciones, porque muchas veces Paraguay y Ecuador se ven como dos países muy lejanos. Yo creo que eso conseguiríamos cuando Unasur sea una realidad. –Antes de iniciar esta gira, dio a conocer su gabinete, que fue criticado por diversos sectores, además de generar escepticismo por dar cargos a políticos, en vez de buscar técnicos conocedores de las necesidades. ¿Qué nos dice al respecto? –Yo creo que el gobierno es un gobierno político y es muy difícil que un técnico sea un buen administrador. Creo que en los ministerios tienen que estar administradores, pero están los viceministerios, allí sí estarán técnicos que podrán soportar la orientación administrativa de los políticos. Eso va a ser el gran desafío, que los políticos sepan asesorar. Nosotros vamos a pedir resultados y ellos vendrán de la orientación técnica que darán los viceministros en las carteras. –¿Cuánto tiempo les da a sus ministros para mostrar esos resultados? –Siempre hay un plazo de 100 días, y después veremos cómo va. La ciudadanía está expectante y seguramente exigirá los cambios reales que se puedan realizar en nuestro país.