Mundo Zoo
Crianza y Reproducción
CONEJILLO DE INDIAS
Una de las satisfacciones de que goza el propietario de cobayos es hacerlos criar y sacar adelante a los pequeños. Aún cuando pueda parecer sencillo tener cachorros de conejillos de indias rondando alrededor, antes de embarcarse en esta aventura hay que tener en cuenta algunos puntos importantes.
¿Tienes espacio suficiente para una pareja y su correspondiente descendencia? Recuerda que cada adulto necesita un mínimo de unos veinte decímetros cuadrados de superficie de suelo además del espacio necesario para los pequeños. Pronto crecerán los cachorros y cada uno de ellos requerirá su propio espacio completo. Un apiñamiento excesivo cuestiona el éxito de la camada provocando nacimientos prematuros, peor calidad del conjunto y mordidas de orejas. ¿Dispones de espacio para el almacenamiento de suministros adicionales tales como comida y materiales para las camas? Cuantos más animales tengas tanto mayores serán las cantidades a almacenar y, naturalmente, los gastos aparejados. ¿Estás preparado para invertir tu dinero? ¿El ambiente es el adecuado para la cría de conejillos de indias? Todas las zonas que deben habitar han de estar limpias, secas, calientes y a salvo de depredadores. Los cachorros son más sensibles a las corrientes de aire y al frío y por consiguiente menos resistente ante las enfermedades. Al ir aumentando el número de individuos vas perdiendo el control de las infecciones. ¿Dispones del tiempo necesario para cuidar una camada? El ciclo completo desde la fecundación hasta el destete ocupa varios meses. No hay que tomar a la ligera la responsabilidad que supone cuidar una hembra antes y después del parto. ¿Qué tipo de conejillo de indias piensas criar? Si queres ejemplares de calidad, acude a varias exhibiciones para ver por ti mismo qué es lo que aprecian los jurados. Estudia las bases de la genética para conocer la forma de alcanzar los objetivos deseados. Si las crías para animales de compañía averigua cual es la variedad más corriente y más solicitada en el mercado local. Al fin y al cabo, deseas vender o regalar para desembarazarte de la camada. Si no tienes intención de quedarte con las crías. ¿Quién se las quedará? Dispón con anticipación lo que harás con los cachorros una vez desmaamdos. Cada uno se destina a un hogar adecuado en el que sea estimado y cuidado convenientemente. Por supuesto, un cobayo es un obsequio desacostumbrado, pero te has de asegurar que en la casa que escojas vaya a ser bien recibido. Habla previamente con parientes y amigos o llega a un acuerdo con una tienda del ramo para que vendan tus cachorros. El objetivo de cualquier criador es reproducir el mejor animal posible. Por tanto, debes empezar con un buen equipo, pues todas las crías son simplemente la culminación de sus antecesores. Si empiezas con un equipo mediocre se necesitarán varias generaciones sólo para llegar a una calidad aceptable. REPRODUCCION Alrededor de los 68 días de edad la hembra cobaya comienza su ciclo. Es receptiva al macho o “en celo” durante las seis o quince primeras horas. El ciclo se repite cada dieciseis o diecinueve días si no ha habido fecundación. El macho es sexualmente maduro alrededor de los dos meses de edad y puede ya criar. La hembra, aunque ya es fértil a las diez semanas no debe aparear hasta que no tenga por lo menos doce semanas. Permitiéndole criar demasiado pronto puede retrasar su crecimiento, fatigarla prematuramente y dar cachorros pequeños y débiles. El primer embarazo debe ser antes de los cinco meses de edad mientras su pelvis aún está sólo parcialmente unida. El proceso de parto es entonces más ligero debido a la desunión de los huesos. La reproducción puede hacerse por parejas monógamas (un macho y una hembra) o por gurpos polígamos (un macho y varias hembras) siendo la relación preferible la de 3 a 1. Nunca hay que tener más de un macho en la misma jaula ya que pueden desarrollarse peleas muy serias. Los grupos necesitan bastante espacio para evitar que se muerdan las orejas o se pisoteen los pequeños. Los conejillos de indias no son tan prolíficos sexualmente como sus semejantes roedores. Las camadas son más pequeñas, menos numerosas y más espaciadas. Sorprendentemente pueden pasar varias semanas e incluso meses antes de que una pareja de cobayos se unan. Una vez preñada la hembra se abulta casi inmediatamente. Al cabo de unos sesenta y ocho días dará a luz entre uno y nueve cachorros siendo la camada media de tres. Algunos criadores permiten que el macho y la hembra permanezcan juntos durante todo el embarazo, parto y amamantado ya que el macho no perjudicará intencionadamente ni a la madre ni a los cachorros. Sin embargo, en un grupo polígano un pequeño puede resultar pisado por el macho si éste intenta a parearse con otra hembra o con la recién parida. (Entre seis y ocho horas después del parto la nueva madre está en celo y puede ser fecundada nuevamente.) Para evitar accidentes a los pequeños, unos días antes de nacimiento debe separarse la hembra preñada. Desafortunadamente algunas hembras no se encuentran bien en su nuevo ambiente, separada de la familia, y abortan. El crecimiento en grupo tiene algunas ventajas para los cachorros. Una hembra lactante dará mamar a cualquier cachorro tanto si es suyo como si no lo es. De esta forma, todos los pequeños tienen asegurada su manutención. Si deseas evitar que la recién parida vuelva a ser fecundada no has de hacer otra cosa que separar al macho durante las pocas horas en que la hembra es fértil. Puesto que el nacimiento puede tener lugar en cualquier momento del día o de la noche no te debe sorprender si parece como si los cachorros hubieran aparecido mientras no mirabas. Si en ese momento estás presente retira cualquier animalito nacido muerto antes de que sus padres lo devoren. Los cobayos recién nacidos pesan entre 80 y 120 g, siendo los machos algo más rechonchos que las hembras. Nacen con todo su pelo y dientes y pueden ver y oír. Después de un hora de haber nacido ya merodean por el suelo de la jaula. A los dos o tres días ya tomarán comida sólida aunque continuarán mamando durante todavía un mínimo de veinte días. Observa si la comida, verdura y agua están al alcance de los pequeños, y habrá que poner platos especiales para ellos si no alcanzan a los de los adultos. En esta época se recomienda que se les dé algún alimento blando tal como pan de salvado empapado en leche o alfalfa remojada con agua. A las cinco o seis semanas los pequeños ya están completamente desmamados. Durante dos meses van ganando peso a razón de unos cinco gramos diarios, llegando a pesar al final de este período entre 350 y 400 g (para evitar apareamientos y peleas, a las seis u ocho semanas deben separarse los sexos). Alrededor de los cinco meses la descendencia está ya madura; los machos pesarán unos 700 g y las hembras unos 650 g. Ambos sexos continúan con su crecimiento hasta alcanzar los quince meses de edad. Ya plenamente desarrolladas las hembras pesan unos 800 g y los machos alrededor de un kilo. A los conejillos de indias no se les debe hacer criar más de cuatro veces al año. Concédele a la hembra una o dos semanas de reposo después del destete para que reponga su sistema. Después de los cuatro años de edad ni los machos ni las hembras están en las mejores condiciones para criar. Los padres viejos y agotados dan descendientes de inferior calidad. IRREGULARIDADES Nacimientos prematuros: madre demasiado joven, débil o gorda; demasiado apiñados; humedad o suciedad; falta de vitamina E, excesiva crianza. Nacidos muertos: fetos grandes; parto difícil. Esterilidad: poca salud de los padres; insuficiente vitamina E; padres demasiado jóvenes o viejos; defectos genéticos. CRIANZA MANUAL Normalmente las cobayas no necesitan ayuda ajena para sacar adelante sus cachorros, pero a veces se presentan situaciones desacostumbradas . A veces, sea por muerte o por enfermedad, la hembra no puede atender debidamente a sus crías, o bien, si la camada es de más de tres pequeños, éstos pueden no recibir suficiente alimento ya que la madre tiene sólo un par de glándulas mamarias. Se puede complementar la dieta de los cachorros con leche en polvo, con leche templada o leche evaporada diluida, servida con un cuenta-gotas. Para evitar que se atraganten no debe forzarse el líquido en la boca del pequeño, sino disponer de forma que éste pueda lamer el extremo del tubo. Luego hay que limpiarle la cara con un paño suave para eliminar todo exceso de líquido ya que la leche seca alrededor de la boca puede producir irritaciones y úlceras. Idealmente debe suministrárseles la leche preparada cada dos horas durante una semana. Después de los primeros días con dieta líquida, se les debe ofrecer ya verdura, granos, comida blanda y agua.
Dos cachorros de yaguareté nacieron en el Centro de Reintroducción que funciona en el Parque Iberá, Corrientes. Los cachorros y su madre se encuentran en el corral más grande del centro por lo que, en general, no son avistados. El equipo técnico de la Fundación sospechaba que se podría haber producido el parto por comportamientos de la hembra, pero no fue hasta la semana pasada que pudieron confirmarlo, al registrar a dos cachorros en videos de cámaras-trampa.
Magalí Longo, a cargo de los proyectos de reintroducción de especies en la isla San Alonso, donde se encuentra el Centro de Reintroducción de Yaguareté, contó que “teníamos indicios de que la hembra había parido, ya que pasaba mucho tiempo en un mismo sector del monte que se encuentra al norte del gran corral. Un día pudimos observarla y vimos que tenía los pezones hinchados, signo bastante inequívoco de que habría parido, pero no sabíamos cuántos cachorros ni si habrían sobrevivido. Ella es madre primeriza, así que tampoco era raro que perdiera la camada”.
La confirmación llegó unas semanas después. Pablo Guerra, a cargo del manejo de los yaguaretés en el Centro mencionó que “habíamos puesto cámaras-trampa para tratar de confirmar el nacimiento. Y después de varias semanas sin ningún registro pudimos observar a los dos cachorros. Cuando vimos los videos saltamos de alegría y emoción. Estimamos que tienen entre uno y dos meses y aparentan estar en perfectas condiciones”.
Después de esta observación ya no volvieron a verlos, pero se espera que pronto realicen caminatas más extensas siguiendo a su madre y sean más fáciles de avistar. Los cachorros observados son dos, que es el número usual de crías que tienen los yaguaretés. La madre de los cachorros es Mariua y el padre Jatobazinho, quien se mantiene en otro enorme corral, separado de la madre y sus cachorros. Ambos ejemplares tienen un origen silvestre y provienen de Brasil, de donde fueron rescatados, de cazadores furtivos en el caso de Mariua, y en muy malas condiciones físicas Jatobazinho.
Sebastián Di Martino, director de conservación de la Fundación Rewilding Argentina destaca la colaboración de las instituciones del país vecino, especialmente del Instituto Brasilero del Medio Ambiente (IBAMA) y de las organizaciones NEX y Onçafari, que recuperaron a los animales y luego los enviaron a Argentina.
“El nacimiento de estos cachorros es un paso muy importante para el proyecto. Desde el año 2012 estamos trabajando en Iberá tratando de regresar al depredador tope a este ambiente, 70 años después de haberse extinguido en la provincia de Corrientes. Es un proyecto a largo plazo cuya ejecución demandará varios años más, pero estamos en buen camino y desde hace un año trabajando en la fase de liberación progresiva”, comentó Sebastián.
El yaguareté es el máximo depredador de Sudamérica y, como tal, cumple con un rol ecológico clave para el mantenimiento de los ecosistemas donde habita. Al desaparecer, desaparecen también estas funciones y los ambientes naturales degradados pierden, en buena medida, la capacidad de brindar agua y aire de calidad, de mitigar el cambio climático o de prevenir la aparición de nuevas pandemias. Con la desaparición del yaguareté perdemos cultura y oportunidades de desarrollo local, ya que la observación de fauna se puede convertir en un motor de la economía, como ha pasado en otros lugares de la región (por ejemplo, el Pantanal brasilero) o en el mismo Iberá.
El proyecto se lleva en forma conjunta entre la Fundación Rewilding Argentina, la Provincia de Corrientes y la Administración de Parques Nacionales.
Ayudanos a elegir un nombre para los pequeños cachorros
Fundación Rewilding Argentina invita a todas las personas a participar en la selección de los nombres para la nueva generación de yaguaretés correntinos. A partir del lunes 23 de noviembre, podrán elegirse en la cuenta de Instagram de @rewilding_argentina los nombres para los pequeños cachorros silvestres del Parque Iberá. Los nombres más votados serán publicados en el día internacional del yaguareté, el 29 de noviembre.
Mundo Zoo
Guacamayos rojos, libres y silvestres, por primera vez en más de 150 años en Argentina.
PARQUE IBERÁ
Los colores y sonidos del Guacamayo rojo, que alguna vez inundaron los cielos del norte argentino, se sienten cada vez más fuertes en el Parque Iberá: Una pareja de guacamayos rojos sacó adelante 3 huevos, que eclosionaron y dieron lugar a los tres primeros pichones silvestres en libertad—algo que no ocurría probablemente hace más de 150 años en nuestro país.
Desde 2015, en Fundación Rewilding Argentina emprendimos el trabajo para recuperar esta especie clave extinta en toda la Argentina. Hoy, el Guacamayo rojo está volviendo a cumplir su rol ecológico de ""creador de bosques"", a través del rewilding.
El nacimiento de estos pichones silvestres en Parque Iberá es un gran paso para la recuperación de la especie en Argentina, y refuerza nuestra convicción de que el rewilding es una herramienta que inspira esperanza en medio de la profunda crisis de biodiversidad que enfrenta el planeta.
En el Día Mundial de la Protección de la Naturaleza, este evento demuestra que proteger los ecosistemas, y trabajar activamente para recuperarlos, son estrategias que alumbran el camino hacia una economía restaurativa en la que las comunidades locales, inmersas en un entorno revitalizado, prosperan a partir del turismo de naturaleza.
"El rewilding trae de vuelta la naturaleza, trae bienestar para las comunidades locales y, sobre todo, trae alegría para nuestras almas."— Richard Preston
Desde el Zoo de Givskud, Dinamarca nos enviaron imágenes al nacer de Coco, el macho de nutria gigante que hoy vive en el corral de presuelta en Parque Iberá.
Coco nació el 3 de mayo de 2017 en una camada de tres. El grupo familiar de las nutrias es bien estrecho; permanecen juntos la mayor parte del tiempo y son muy curiosos y valientes.
Los cuidadores de Coco cuentan que él es un protector innato: cuando sus padres tuvieron otra camada en 2018, Coco cumplía el rol de guardia de la familia. Cada vez que alguien se acercaba a sus hermanos, lo advertía con ruidos de ladridos.
Es por eso que aquí, en Iberá, Coco siempre está alerta cuando se aproxima la lancha por la laguna Paraná, o el equipo de rewilding se acerca para monitorear a la pareja, que se prepara para volver a cumplir su rol ecológico en los Esteros del Iberá.