La crispada convivencia de los franceses ha quedado en manos del presidente Jacques Chirac. El Consejo Constitucional declaró ayer legal el controvertido contrato primer empleo, que institucionaliza la precariedad laboral, según los jóvenes y los sindicatos en rebeldía en Francia. La decisión profundiza la crisis y será el presidente quien deberá decidir hoy si promulga la ley o la envía a la Asamblea para una segunda lectura, como le pide la oposición.

Chirac hablará al país hoy por la noche para explicar su visión de una salida de la crisis. Sindicatos, estudiantes y la oposición le piden que no promulgue la ley en nombre de la concordia. Pero fuentes parlamentarias cercanas al presidente aseguraron que Chirac promulgará la ley antes de su discurso. Tiene aún ocho días más legalmente para decidirlo pero también puede optar, si lo quiere, por devolverla al Parlamento para un nuevo debate. Ante esa posibilidad, el primer ministro Dominique de Villepin le anunció el martes al presidente que si lo hacía, él presentaba su renuncia. La decisión del Consejo no fue una sorpresa. Siete de sus nueve miembros son cercanos al gobierno, como la ex diputada Simone de Veil o el ex presidente Valerie Giscard D” Estaing. En su resolución, el Consejo —máximo organismo constitucional de la República— validó sin reservas la interpretación del artículo 8 de la ley sobre igualdad de oportunidades, que crea el contrato de primer empleo para combatir un desempleo juvenil del 23 por ciento en Francia. El CPE establece que se puede contratar a un joven menor de 26 años por dos años pero despedirlo sin justificativo. Unas condiciones que los sindicalistas y los estudiantes consideran que precariza las condiciones de trabajo y no les permite a los jóvenes construir un futuro en un país, donde el Estado benefactor es muy generoso. Para el Consejo, el contrato no viola el código de trabajo, como habían argumentado los socialistas cuando hicieron su presentación el pasado 14 de marzo ante la institución. Tampoco son una trasgresión al código los dos puntos más discutidos de la ley: la duración del período de prueba de 2 años y el despido sin justificativo. Esta interpretación fue una sorpresa que dieron los nueve “sabios” constitucionalistas franceses. Los expertos consideraban que podrían impugnar la ausencia de motivación en caso de despido y la duración del período de prueba de dos años. “Ningún principio ni ninguna regla de valor constitucional impiden a un legislador tomar medidas en favor del empleo de los jóvenes”, estimo el Consejo en su pronunciamiento, que se conoció al final de una larga jornada de espera en París. Los socialistas habían argumentado en su presentación la ausencia de consulta con el Consejo de Estado para aplicar el excepcional artículo 49-3, que permitió al primer ministro Dominique de Villepin hace pasar la legislación sin debate en la Asamblea. También consideraron que el nuevo contrato creaba “una ruptura de la igualdad”. Sólo los artículos 21 y 22 del proyecto fueron censurados por el Consejo Constitucional por considerarlos “sin lazos con el actual proyecto legislativo”. La decisión del Consejo sólo agrava la polarización de la crisis. Los sindicalistas, los estudiantes y los socialistas le advirtieron al presidente Chirac después de esta resolución que “será una prueba de fuerza” si promulga la ley que instaura el CPE. “La única decisión válida para Chirac es que no promulgue la ley y de provocar una nueva lectura delante del Parlamento, si no, será una prueba de fuerza”, le advirtió el líder del Partido Socialista, Francois Hollande. Los sindicalistas de la CFTC fueron más lejos: dijeron que “será una verdadera provocación”. La CGT dijo que la instauración del CPE tendría pesadas consecuencias para el gobierno. El movimiento en rebeldía ha ratificado la huelga general para el martes próximo y ayer los estudiantes demostraron la nueva estrategia de “su revolucion”. Cortaron rutas en todo el país, especialmente en Nantes, Lille, Rennes y Marsella con monumentales embotellamientos de tránsito de varios kilómetros. Los estudiantes secundarios decidieron ocupar estaciones de trenes con éxito. Más de 2.000 liceístas avanzaron sobre la Gare de Lyon, la estación de trenes que comunica con el sur de Francia e Italia y ocuparon sus vías. Durante 3 horas no salió un solo tren y 10.000 pasajeros quedaron bloqueados dentro de los trenes en las vías, sin contar los que esperaban en las plataformas. “Chirac en prisión, de Villpein, dimisión”, gritaban los estudiantes bajo la lluvia cuando llegó la gendarmería. Habían atravesado sobre las vías objetos pesados y se sentaron en ellas. Los gendarmes tardaron 35 minutos en sacarlos, sin violencia pero en medio de caóticas escenas. Fuente: Clarín.com