“No los echo porque m mintieron pero por un lado no era un buen momento para descubrir que yo tenía un hijo con Leo”, nos dice, sin quitar la vista del recipiente de vidrio repleto de piedras de colores. Como en una letanía, sigue sin necesidad de que preguntemos nada. “No sé cómo pude ser tan boluda; te juro que lo único que me alivia es saber que la demás gente sí sabe”.
La tristeza se le nota hasta en el atuendo. Una remera suelta que no permite apreciar su patrimonio pectoral, y un pantalón hindú que también nos priva de observar sus atributos infracaderiles.
Finalmente, acepta el diálogo.
-No, no, chicos, no pongan música ahora, prefiero que hagamos la nota y listo.
-Es el grabador.
-Ah, ok.
-¿Te veías venir todo esto que está pasando?
-No, para nada. Es más, cuando él viajaba, yo lo llamaba, y siempre me decía lo mismo: “Estoy lavando, estoy lavando, estoy lavando”. Yo decía, “pobre, cómo le deben quedar las manos”. Me sentía culpable, porque pensaba que lo hacía por nuestro nivel de vida. Le compraba crema Hinds.
-¿De los paraísos fiscales sabías algo?
-No, nada. Mi papá tiene dos paraísos en el frente de la casa, pero son paraísos sombrillas. ¿Crecen alto?
-¿Creés en esto que dice él, en cuanto a que se dio cuenta de la cámara oculta de Lanata, y que todo lo que dijo sobre la sociedad entre los Kirchner y Lázaro Báez fue para engañarlo, no porque fuera cierto?
-Eso sí le creo, porque Leo es así. Una vez me pasaron el dato de que él me engañaba. Me fui al motel que me indicaron, y ahí estaba él, encamado con cuatro trolas. Entonces dejó de enhebrarlas y me dijo: “¡Ja, caíste, mirá la ficción que te armé para saber si me vigilás!”
-¿Y usted qué hizo?
-Me sentí re-mal, imaginate, que me descubran así. Por suerte él me perdonó.
-¿Vos sabías de dónde sacaba él las Ferraris, el Audi, etcétera?
-Yo veía que de la cochera.
-Lo de ustedes fue muy rápido, y en su momento llamó la atención. Tres meses de novios y casamiento. ¿Por qué?
-No fue tan rápido, eso se dijo, pero nada que ver. Nosotros nos conocíamos de veinte años atrás, en el jardín de infantes.
-Ah, eso es otra cosa. ¿Podés contar más?
-Sí, una vez, en la salita de 4, lo llevaron a él, y yo ya estaba.
-¿Desde ahí fueron amigos o qué?
-No, nada, porque él fue una semana solamente y después no fue más, porque el padre consiguió trabajo en otra provincia. Y después sí, ya lo volví a ver tres meses antes de casarnos.
-Hubo dudas sobre la relación, se habló hasta de separación en algún momento antes de este escándalo. ¿Él te contenía?
-No, lo contenía yo. Acordate que el que entra es el hombre.
-Me refiero a si te sentías bien con él.
-Ah. Sí, obvio, la primera etapa fue linda.
-Se habla de que él tiene muchos activos.
-Sí, algunos. Pero la mayoría de sus amigos son pasivos.
-¿Lo veías a veces con fajos de dinero o cosas así?
-Sí.
-¿Y no le preguntabas de dónde salían todos esos billetes?
-Sí, pero él me decía que venía de jugar a El Estanciero con otros chicos.
-En su aparición por TV, él dice que casi todo lo que tiene y tuvo se lo regalaron: los autos, los viajes, la fiesta de casamiento con vos…
-Eso puede ser. En la noche de bodas mis tres primeros orgasmos fueron también un regalo de sus amigos.
-¿Lo viste alguna vez con Lázaro Báez?
-No, sólo lo escuchaba que hablaba.
-¿Ubicás quién es?
-No, sé que una vez lo resucitaron nomás, pero no leí mucho.
-¿Te habló alguna vez Leo de que trabajara con empresas fantasmas?
-No, yo no creo en esas cosas, cero esotérica.
-Cuando él viajaba al exterior, ¿qué te decía?
-“Chau, cualquier cosa te llamo”.
-¿En la intimidad cómo era?
-Muy apasionado, eso sí. ¡Y fanático de los juguetes! Una vez casi me mata con un tren eléctrico.
-¿Es cierto que una vez, en un cumpleaños tuyo, él te cayó con Adrián Suar y todo el elenco de “El sodero de tu vida” para hacerte un capítulo en vivo?
-Sí, me dijo: “Querés ficción, te doy ficción”.
-¿Él era muy reservado?
-Sí, bastante, Báez y los otros lo reservaban casi todos los días de la semana.
-¿Creés que van a poder recomponer la relación?
-Ojalá. Hablé con él y me dijo que es optimista. Me dijo que un amigo le va a regalar la reconciliación.