En términos militares que no conocemos en profundidad pero que es suficiente remitirse a un simple diccionario para saber que en la retaguardia se mueve una tropa que debe cubrir las espaldas de un ejército en marcha o en operaciones. Imaginemos por un segundo que la tropa de la retaguardia se convierta en enemigo del ejército que marcha adelante.

Los enemigos de la retaguardia no son aquellos con quienes podríamos los venezolanos tener un eventual conflicto bélico. Esos serian enemigos de quien tomaríamos cuidado como lo sugiere la lógica y la estrategia más elemental de la autodefensa. Los enemigos de la retaguardia son aquellos que sugiere el viejo refrán: “Que No hay peor astilla que la del propio palo”. Los enemigos de la retaguardia son aquellos que todavía a pesar del referendo ratificatorio, siguen desconociendo la autoridad y legitimidad del Presidente Hugo Chávez. Esos enemigos de la retaguardia que perdieron toda noción de lo que significa estar o ser de la oposición, no asumen de una vez y hasta las siguientes elecciones el verdadero rol que exige un sistema democrático. Pero en éste caso eso sería lo menos grave, puesto que ya nos tienen acostumbrados y en ese sentido, esperemos! “Qué guerra avisada no mate soldado”. Lo lamentable con éstos de la retaguardia, es que entran en la categoría de enemigos gratuitos de la nación, culpables del delito de lesa patria o lo que es lo mismo traidores de la Madre Patria. Lo inconcebible, es que nunca tuvieron sentido del elemental amor al Suelo Patrio; ese sentimiento innato e imperecedero que se siente por la tierra que primero pisamos cuando se viene a éste mundo. Dice Andrés Eloy Blanco En el Regreso a la Madre — Madre, en este coloquio feliz de mi regreso, dos cielos bendigamos: La patria, donde nuestro corazón está preso; la Madre, que es la patria que primero habitamos — Más no así sin embargo, pareciera ser por las evidencias, que tal cosa haya sucedido con los enemigos de la retaguardia. Lamentable tener que atrevernos a afirmar, que es de éstos, de quien la patria y el proceso bolivariano deben cuidarse. Ellos confunden patriotismo, nacionalismo, soberanía, amor a la patria e intereses estratégicos con chavismo. Ellos están enceguecidos de odio. Ellos están bien armados y poseen poderosas bombas. Tienen a muchos, Antonio López castillo. Y en la mira a Muchos Danilo Anderson. Estos López Castillo se pasean libremente armados hasta los dientes en tanto que enemigos comunes y gratuitos del proceso, del pueblo y todo aquél que huela a chavista, demócrata y patriota. Son enemigos acérrimos de quién no tenga una ligera propensión al entreguismo foráneo. Los Antonio López Castillo, son algo más que tontos útiles, son el símbolo y perros de guerra utilizados por los enemigos de la retaguardia. A los enemigos de la retaguardia los escuchamos, vemos y leemos todos los días en los diferentes medios privados venezolanos y casi que debemos pellizcarnos para realizar que no estamos observando a un medio oligarca colombiano o en aquel cualquiera de Miami donde se pedía alegre e impunemente el magnicidio de un Presidente multi confirmado y amado por su pueblo. Pero si. Es de creerlo! Estamos en Venezuela y son venezolanos esos enemigos de la retaguardia bien armados y con apoyo americano los que despotrican de Hugo Chávez, Venezuela y su pueblo. Los que para pescar en río revuelto dejan entrever que si hay terroristas colombianos en Venezuela. Los que sin una pizca de respeto por si mismo y sin un mínimo de sentimientos de soberanía y nacionalismo, se comportan y demuestran que son el verdadero enemigo de la retaguardia y de quien debemos protegernos en la primera ofensiva. Mientras que en Colombia comentaristas, columnistas y analistas políticos, en su mayoría, de una manera magistral diríamos sin equívocos por lo que hemos podido leer y ver, gran parte de ellos han sensata e inteligentemente analizado y concluido, tratando quizás de quedar bien con ambas partes, obvio! No han dejado de expresar la inconveniencia de la testarudez y metida de pata de su Presidente. Reconocido la falta por el mismo Ministro de Defensa de Colombia, al afirmar que si pagaron a militares o mejor dicho sobornaron a venezolanos. Pero muy a pesar de esto, los enemigos de la retaguardia, con desparpajo ni vergüenza moral alguna declaran que Colombia tiene razón en el delito de haber mancillado y violado nuestra dignidad y suelo patrio soberano. Aquí se aplica urgente el sabio refrán — Al amigo hay que guardarlo de cerca y al enemigo más cerca y estrechamente aún — Este enemigo de la retaguardia con o sin conflicto bélico ya ha demostrado cuales son los intereses que lo mueven a sembrar cizaña, a estimular el rencor entre los mismos venezolanos, a sabotear el proceso revolucionario y entregar nuestro país a otros intereses, en este caso a los del norte o al mejor postor, siempre y cuando desafíe y ponga en entredicho y peligro al proceso bolivariano. A los enemigos de la retaguardia les importa un comino la patria ni Simón Bolívar ni que ocho cuartos de soberanía ni nacionalismo. En la misma medida que A Álvaro Uribe le importa un pito conocer los llanos Barineses que le había falsa e hipócritamente solicitado al Presidente Chávez. Esas llamadas cordiales al Presidente Venezolano para desearle feliz año, más la presencia casi casual y extemporánea en Venezuela del Ministro de Defensa colombiano el pasado mes de diciembre antes y después de los acontecimientos, no era más que para interferir para que Venezuela liberara urgente por sus buenos oficios a los cuatro policías colombianos apresados por estadía ilegal e inexplicable en tierra venezolana. Ellos preveían que este conflicto se les venía encima y que luego de ello Venezuela no liberaria tan fácilmente a los cuatro policías que sin duda, fueron los primeros con la misión de secuestrar a Granda, pero fracasaron. La actitud de los dos Uribes Presidente y Ministro, fue la estrategia socarrona del que sabe que lo está haciendo mal, del que se siente culpable y llama o se presenta para ver si se le asoma algún regaño o reproche. Y en ese juego sucio el ministro colombiano mientras tanto engañaba y se burlaba de la buena fe del Vice Presidente José Vicente Rangel y de nuestro Ministro de Defensa quienes fueron los interceptores para conceder la libertad de los cuatro policías. Uribe jamás rectificará. Sería ingenuo y de pendejos creer que El Presidente Uribe no hubiese estado enterado de esa operación violadora del derecho y de acuerdos internacionales. Sin embargo Hugo Chávez con su extraordinaria manera que tiene de hacer política, de ser un Estadista, un excelente Diplomático nato, y ejemplar ser humano, trató de salvarle la cara ante el mundo al Uribe Vélez pero éste, torpemente no lo supo captar y continúa en su posición absurda, deliberada y anti unión latinoamericana; para que desde el norte el verdadero y único terrorista mayor del planeta con piel de cascabel renovada le enviara su sonrisita y le moviera la colita maraquera. Uribe cree erróneamente que tendrá mucho más que ganar con Bush que con Venezuela y Hugo Chávez. Debería mirarse en el espejo de Saddan Hussein, a quien los americanos apoyaron en la guerra de ocho años contra Irán, pero cuando no les sirvió más ya todos conocemos la continuación y fin de la historia. Los Estados Unidos han ido cambiando el concepto primario del Plan Colombia, « lucha » contra el narcotráfico y lo han venido convirtiendo en el denominado Plan Patriota de Bush, lucha contra el terrorismo, y con ese nuevo concepto y excelentes colaboradores cómo Uribe Vélez y los enemigos de la retaguardia, se creerán con derecho a entrar en cada país como rió en conuco cuando les venga en ganas Álvaro Uribe Vélez es el Presidente más lacayo, cipayo y mentiroso que ha tenido Latinoamérica y eso lo saben y aprovechan muy bien los americanos, al punto que forzaron la mano al congreso colombiano para que éste modificara la constitución y tener al cipayo por cuatro años más a su cordial servicio. Pero ellos todavía están en Colombia y en el norte, pero a los enemigos de la retaguardia los tenemos dentro de la casa. (*) Recibido por Corrientes al Día desde el Círculo Bolívariano de Montreal, por Carlos Level; carloslevel@videotron.ca